"Este puede ser el año con más desahucios en la historia del Estado
español. Según las estimaciones de la Plataforma de afectados por la
hipoteca (PAH), el número de desahucios puede superar al de 2013, año en
el que se produjeron 67.200 desahucios siendo el mayor número
contabilizado.
Según la PAH,
durante los primeros tres trimestres de 2018 se han producido 44.606
desahucios. En el tercer trimestre de este año (el último
contabilizado), el número de desahucios por impagos del alquiler (7.518)
han superado por más del doble a los desahucios por ejecuciones
hipotecarias (3.404).
Cambia la tipología de los desahucios, pero el
número sigue sin reducirse. De hecho, desde el año 2008, se habrían
producido más de 700.000 desahucios.
Sabemos que varias decenas de estos desahucios han llevado a sus
víctimas al suicidio. Un conjunto de cifras que resulta, una vez más,
escalofriante.
El cambio de tendencia que indica el aumento de la proporción de los
desahucios por impagos de alquiler frente a aquellos por ejecuciones
hipotecaria nos muestra, en primer lugar, que persiste una crisis
hipotecaria en la que las y los hipotecados carecen de derechos y garantías.
En segundo lugar, observamos, que tras una década de crisis el perfil
del mercado inmobiliario está cambiando hacia una expansión del mercado
del alquiler. No sólo cambian los patrones de conducta que daban por
hecho que las viviendas debían ser adquiridas en propiedad, sino que
esta expansión es una imagen nítida de la precariedad a la cual se ha
sumido la población española, cuyas condiciones para endeudarse se han
degradado enormemente.
El aumento de la demanda de pisos de alquiler ha
conducido a que se hinchen los precios en el mercado del alquiler, cuya
rentabilidad ha sido calculada en 8,2% en este año. Factores han alimentado la burbuja especulativa sobre el alquiler en las principales ciudades españolas.
El primer responsable de esta situación de emergencia habitacional y
de esta burbuja es sin duda el capital financiero. La banca posee
aproximadamente una cuarta parte del parque inmobiliario en el Estado
español. Muchas de estas viviendas están pasando a las manos de los fondos buitre,
quienes están ya en manos de la mayoría de los pisos en alquiler.
Además, la proliferación de plataformas como AirBnb, basadas en la
capitalización altamente lucrativa de la vivienda con fines turísticos
las grandes ciudades profundizan el proceso de mercantilización de la
vivienda.
La crisis habitacional no ha hecho más que reforzar las lógicas de
desposesión que sufren las y los de abajo. En la semana en la que se
cumple el 70 aniversario de la Declaración de los DDHH, vemos que en el
Estado español no se respeta el derecho a techo. (...)" (Mats Lucia Bayer , CADTM , 13/12/18)
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