"Hace un año, la dehesa de La Ventosa de Fuentepinilla (Soria) era un
terreno de 24,4 hectáreas inservible. Los matorrales, que gobernaban la
mayor parte de la finca, impedían el crecimiento del pasto, esencial
para la cría de ganado. No es un caso único.
Uno de los efectos
negativos que el éxodo rural ha provocado en los últimos
años ha sido el abandono de los bosques que, durante siglos, han servido
de aprovechamiento para miles de localidades agrícolas y ganaderas. El
desuso de estos espacios, como las dehesas boyales (aquellas de uso
comunal), no solo es un incentivo para la propagación de incendios, como
alarma el Fondo Mundial para la Naturaleza
(WWF, en sus siglas en inglés), sino también un impedimento para su
aprovechamiento económico. ¿Qué beneficios puede aportar la recuperación
de estos espacios?
El desarrollo socioeconómico de zonas rurales
Un ejemplo de cómo puede influir la recuperación de un bosque en la
economía local es el caso de la dehesa de La Ventosa de Fuentepinilla.
Gracias a un proyecto financiado por Correos y ejecutado por la Asociación Forestal de Soria
(ASFOSO) para recuperar ocho de las 24 hectáreas de la dehesa. Los 17
vecinos de la localidad, que no tenían recursos suficientes para
arreglar la dehesa, vieron en 2018 cómo su monte (de propiedad
municipal) pasó de ser un terreno inhóspito a una finca de explotación
ganadera.
"La recuperación de estas zonas no solo es esencial para
contribuir al mejorar el medio ambiente, sino también para el desarrollo
socioeconómico de muchas localidades rurales. Es una forma de frenar el
fenómeno de la España vacía", explica Almudena Cruz, responsable de marketing, comunicación y alianzas de ASFOSO.
El desbroce de los arbustos y la utilización de los mismos para
aumentar la materia orgánica del suelo permitió que el pastizal volviera
a brotar, algo esencial para la explotación ganadera (las reses se
alimentan mayormente de dicha hierba). Los niveles actuales de pasto son
suficientes para que dos ganaderos puedan trabajar en el futuro. "La
recuperación de estos bosques genera empleo para los vecinos. Pero
también para la gente de fuera, en su mayoría joven y que puede llenar
estos pueblos vacíos", asevera la especialista.
La nueva dehesa, apunta la asociación ecologista, también ha
generado otros rendimientos para todos los habitantes, que pueden
aprovechar la leña o realizar actividades como el senderismo. Correos y
ASFOSO también aprovecharon las actividades de recuperación para
realizar unas jornadas educativas con 35 niños, de tres a 12 años, de
los dos únicos colegios de la zona (el de La Ventosa de
Fuentepinilla y de Tardelcuende). "La educación y sensibilización de los
más jóvenes para que las sociedades futuras no pierdan la conexión con
el mundo rural", explica Cruz.
La recuperación de la dehesa soriana no solo benefició a
los habitantes de la localidad, también a la flora y fauna de zona. La
eliminación de los arbustos espinosos favoreció el crecimiento de otras
especies de plantas. No obstante, se mantuvieron aquellos de talla
arbórea, que sirven, según la asociación, como refugio para la fauna
silvestre y son idóneos para que las aves construyan sus nidos de cría.
Frenar los incendios
Otro de los beneficios de la recuperación de los bosques abandonados o
en desuso es la prevención de los incendios forestales, desastres que
en lo que va de año se han llevado por delante 72. 668 hectáreas
forestales, según datos del Ministerio de Agricultura. En sus informes
anuales, WWF insiste en el mantenimiento de los bosques para paliar el
"exceso de combustible vegetal". Por lo que actuaciones como la de
ASFOSO son esenciales.
El discurso de la entidad soriana, que lleva más
de 30 años luchando contra el fuego (a través de sus proyectos
incendiosZERO y Cinturones contra el fuego, entre otros) es: "La
administración tiene que aumentar el gasto público en prevención, Por
cada millón de euros que se invierten en apagar incendios, 300.000 se
destinan a la prevención, cuando esta última es más importante", insiste
Cruz.
Contribución a los ODS
El proyecto de recuperación en La Ventosa de Fuentepinilla engloba cuatro de los 17 Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) que la ONU insta a cumplir ante de 2030:
trabajo decente y crecimiento económico, acción por el clima, vida de
ecosistemas terrestres y alianzas para lograr los objetivos. El tiempo
se hecha encima y, según apuntan los especialistas, lograr los objetivos
es difícil.
La entidad soriana subraya que es el momento de hacer
corresponsable a toda la sociedad, ya que, opinan, todo el mundo se
beneficia de los recursos que dan los bosques, entre ellos el oxígeno.
"De media, se necesitan 132 árboles para contrarrestar la emisión de CO2 que emite un español durante un año. ¿Cuidamos de los árboles? ¿Tendremos suficientes en el futuro?", se pregunta Cruz." (Buena Vida, El País, 20/09/19)
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