"Hace unos días conocimos que Unidas Podemos proponía un nuevo impuesto a
las grandes fortunas con motivo de la crisis económica derivada del
coronavirus. Esto ha generado un debate sobre si esta medida sería
apropiada o no en un momento como este, si recaudaría mucho dinero o no,
si provocaría una fuga de capitales o no (...)
Este nuevo impuesto sería del 2% para los patrimonios netos de más de
1 millón de euros, del 2,5% a partir de 10 millones, 3% a partir de 50,
y 3,5% a partir de 100. Además, habría que descontar la vivienda
habitual hasta los 400.000 euros, y también el ajuar doméstico.
Es
decir, que si tu patrimonio total es de 1 millón 300.000 mil y tu
vivienda habitual está valorada en 400.000, entonces no pagas el
impuesto, porque lo que te queda, 900.000, es menos de un millón.
También hay que descontar las deudas o hipotecas: si tu vivienda está
valorada en 400.000 pero te queda por pagar una hipoteca de 100.000, se
tiene en cuenta sólo la diferencia: 300.000. Vamos, para que se
entienda, hay que ser muy rico para que este impuesto te llegue a
afectar.
De hecho los técnicos de Hacienda calculan que el tributo afectaría
sólo a 114.000 personas en España, es decir, sólo al 0,24% de la
población, los más ricos. Unidas Podemos estima que la recaudación
aumentaría en 11.000 millones de euros, y los técnicos de Hacienda algo
menos, 9.800 millones. Es un volumen 10 veces superior a lo que se
recauda por el actual impuesto de patrimonio, a pesar de que éste afecta
a casi el doble de personas, unos 200.000 contribuyentes.
¿Por qué esta
tasa covid recaudaría más a pesar de afectar a menos gente?
Fundamentalmente porque no tendría bonificaciones, que es lo que reduce
la recaudación del actual impuesto de Patrimonio. Las Comunidades
Autónomas pueden bonificar, es decir, perdonar una parte del impuesto o
incluso perdonarlo por completo. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid
perdona el 100% del impuesto, lo que convierte a la región en una
especie de paraíso fiscal, en una Suiza dentro de España, y por lo tanto
en un agujero negro para la recaudación.
Algunos señalan que esta recaudación sería insuficiente. Pero…
¿insuficiente para qué? Tengamos en cuenta que precisamente esa cantidad
cubriría la totalidad del Ingreso Mínimo Vital, que es la ayuda
económica que se le va a dar a las familias más necesitadas. No parece
ser moco de pavo.
Si alguien se refiere a que es insuficiente para acabar con el
déficit público, pues nos ha jodido, eso es evidente pero no es tampoco
lo que se busca. (...)
Pero vamos con la función económica. Por un lado, cuanto más repartida
esté la renta y la riqueza, mayor estímulo a la actividad económica
habrá, especialmente a través del consumo. Hay estudios sobre esto para
aburrir, pero baste señalar que las economías más igualitarias son
también de las más ricas, y al revés. Y es que si dejas a una parte
importante de la población sin recursos los dejas también sin que puedan
consumir los productos que venden las empresas, por lo que estas tienen
menos posibilidad de tener ingresos y beneficios.
Según la encuesta de
acceso a la financiación de empresas del BCE y al estudio del
Observatorio Autónomo, el principal problema de empresas y autónomos es
que no tienen suficientes clientes. ¿Acaso alguien piensa que unos pocos
ricos van a comprar todo lo que venden todas esas empresas y autónomos?
Al fin y al cabo los ultrarricos sólo tienen un estómago y su consumo
está limitado. Cientos de miles de estómagos, por poco que consuman,
consumen mucho más que unos pocos estómagos que consuman mucho. (...)
Por otro lado, poner un impuesto al patrimonio ejerce presión para
que éste se haga más productivo y genere más renta. Pensemos por ejemplo
en tierras inutilizadas. Si ahora el terrateniente tiene que pagar un
impuesto por tener las tierras, tendrá incentivo a ponerlas en
funcionamiento, cultivar, producir y generar ingresos con ellas. Lo
mismo ocurre con los inmuebles.
Si ahora grandes propietarios tienen que
pagar impuestos por tener pisos vacíos, se verán empujados a ponerlos
en alquiler para obtener unos ingresos con los que pagar el impuesto.
Eso tendería a reducir los precios de los alquileres, por cierto. Y lo
mismo ocurre con el resto del patrimonio inutilizado. ¡A la economía y a
la sociedad no nos sirve de nada que ese patrimonio esté criando
malvas! Para eso es mejor que lo utilice el Estado para ayudar a los más
necesitados o para invertirlo en la educación o sanidad públicas.
Hay muchos estudios que señalan que los ultrarricos tienen su dinero y
su patrimonio inutilizado. Según en estudio de Market Watch, los
ultrarricos estadounidenses sólo utilizan el 1% de todo su patrimonio
para crear empresas que crean empleo. El resto, el 99% se utiliza para
comprar y vender propiedad inmobiliaria, para comprar bonos públicos, y
para otras actividades de uso personal o actividad especulativa. Otro
estudio, de la empresa Mendelsohn Affluent, señala que en vez de ser el
99% es el 98%. Se entiende por dónde van los tiros.
Por lo tanto, este impuesto penalizaría el capital improductivo, y
ejercería presión para que se hiciese productivo. Eso aumentaría la
actividad económica, el PIB, e incluso el empleo, al margen de reducir
la desigualdad y mejorar la recaudación impositiva. ¡Son todo ventajas!
Algunos ponen el grito en el cielo diciendo que establecer un
impuesto así provocaría que los ultrarricos se llevaran su patrimonio a
otro país. Pero esto tiene muy poca solidez. Por un lado, hay patrimonio
que simplemente no te puedes llevar a ningún sitio: las tierras y los
inmuebles. Por otro lado, la única forma de no pagar el impuesto sería
mudándose a otro país y residiendo en el mismo al menos 183 días al año.
Eso tiene muchísimos costes, no sólo económicos sino también sociales,
familiares y culturales. ¿De verdad alguien cree que los ultrarricos se
van a mudar a otros países, separándose de sus amigos, de sus
familiares, de sus costumbres, etc. sólo para evitar pagar un 3% de su
patrimonio neto? No es creíble.
No olvidemos que después de pagar el impuesto seguirían siendo
ultrarricos. Que estamos hablando de que paguen como mucho el 3,5% de su
patrimonio, cuando en otros países como Estados Unidos se está
proponiendo hasta el 8% y cuando en el pasado hubo impuestos
extraordinarios al patrimonio del 80% en países como Alemania o Japón." (Eduardo Garzón, Saque de esquina, 16/05/20)
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