16.8.24

El fiscal federal alemán Jens Rommel ha obtenido una primera orden de detención contra un ciudadano ucraniano en el caso de sabotaje del gasoducto North Stream en el Báltico... otros dos son sospechosos... participaron en el atentado posiblemente en el papel de buzos para colocar cargas explosivas... El New York Times reconstruyó la historia con mucho más detalle, relatando que altos funcionarios ucranianos que obtuvieron rápidamente el placet de los Zelelnsky para el sabotaje... el oleoducto fue destruido a unos cientos de metros de una base de la OTAN (muy probablemente al tanto de la hazaña, pues de lo contrario habría sido un suicidio llevarla a cabo). Bastó con un par de buzos no muy experimentados y listo... Según las normas del derecho internacional, el atentado fue técnicamente una declaración de guerra contra Alemania... Cosas de invocar el artículo 5 de la alianza, contra Ucrania... todo el asunto ucraniano ha sobrepasado los límites de la tolerancia posible... Hay que recordar que los medios de comunicación occidentales habían jurado que el fue obra de los rusos... cuando era bastante absurdo que Putin hubiese ordenado la destrucción del gasoducto que tanto le había costado a Moscú, y que le garantizaba sólidos ingresos transportando gas a Alemania y Europa. Pero no había nada que hacer: «Putin lo hizo» y «los rusos se bombardean a sí mismos»

 "Como siempre en la guerra, la verdad sale tarde. Y siempre es lo contrario de lo que se dijo apodícticamente en tiempo real.

El fiscal federal alemán Jens Rommel ha obtenido una primera orden de detención contra un ciudadano ucraniano en el caso de sabotaje del gasoducto North Stream en el Báltico. Así lo anticiparon el 14 de agosto los medios alemanes Die Zeit, Süddeutsche Zeitung y la cadena pública Ard, según los cuales los investigadores han logrado reunir suficientes pruebas en los últimos meses para obtener a principios de junio una orden de detención contra el sospechoso por parte de un juez de instrucción del Tribunal Federal de Justicia.

Hay que recordar que estos tres medios de comunicación, como todos los del «Occidente libre», también habían jurado (y confundido a sus lectores) que el atentado había sido obra de los rusos. Y no tenía sentido señalar que era bastante absurdo que Putin o quien fuera hubiera ordenado la destrucción del gasoducto que tanto le había costado a Moscú y que le garantizaba sólidos ingresos transportando gas a Alemania y Europa. Pero no había nada que hacer: «Putin lo hizo» y «los rusos se bombardean a sí mismos»...

Al parecer, en junio, los fiscales alemanes solicitaron a las autoridades polacas una orden de detención europea con la esperanza de detener al sospechoso (Volodymir Z, casi un tocayo de Zelensky), cuyo último lugar de residencia era, al parecer, Polonia.

Polonia ha confirmado que ha recibido la orden de detención europea de Alemania. Así lo declaró una portavoz de la fiscalía, confirmando de hecho las anticipaciones de los medios de comunicación alemanes.

El sospechoso, reiteró la portavoz, es un ciudadano ucraniano que no fue encontrado en el momento del registro en su lugar de residencia.

Según los tres medios de comunicación alemanes, otros dos ciudadanos ucranianos son sospechosos en la misma investigación, entre ellos una mujer. Los dos participaron en el atentado posiblemente en el papel de buzos para colocar cargas explosivas en la planta.

El New York Times reconstruyó la historia con mucho más detalle, relatando una reunión de altos funcionarios ucranianos que afinaron el plan de sabotaje y obtuvieron rápidamente el placet de los Zelelnsky.

La operación, militarmente hablando, no fue en absoluto costosa ni compleja: el oleoducto discurría a sólo 16 metros de profundidad, en el punto donde fue destruido, a unos cientos de metros de una base de la OTAN (muy probablemente al tanto de la hazaña, pues de lo contrario habría sido un suicidio llevarla a cabo). Bastó con un par de buzos no muy experimentados y listo.

La mentira sobre la atribución de responsabilidades era casi obligatoria. Según las normas del derecho internacional, siempre mal citadas por los juglares de los medios occidentales, el atentado contra el North Stream fue técnicamente una declaración de guerra contra Alemania: una infraestructura estratégica para la seguridad energética de un país central de la OTAN volada por los aires por un comando perteneciente a un país no miembro de la OTAN con la complicidad o connivencia de los servicios secretos de otros países de la OTAN y de Polonia.

Cosas de invocar el artículo 5 de la alianza... contra Ucrania.

Y era difícil explicar a los ciudadanos alemanes por qué era tan necesario armar y financiar a un régimen neonazi que decidió actos de guerra contra Alemania...

Scholz y Baerbock (el ministro de Defensa «verde») refrendaron así la versión de Washington y Kiev, añadiendo el servilismo a la aceptación pasiva de un acto de guerra contra el país que dirigen.

Por supuesto, aquellos que, como nosotros, sin fuentes de información particulares pero basándose en la lógica elemental, explicaron ya entonces lo que ahora se está «descubriendo», fueron catalogados por la autoridad entre los «putinistas»...

La decisión de la justicia alemana, aunque tardía, señala que todo el asunto ucraniano ha sobrepasado los límites de la tolerancia posible. Si se incoan procedimientos contra agentes secretos de Kiev, significa que tal vez se acerque la hora de la «desvinculación» entre los intereses ucranianos, los de la OTAN y los europeos...

En cuanto a nuestros nomenclátores nacionales, por desgracia, no hay ninguna esperanza de que éste u otros «descubrimientos» les convenzan para ser un poco más serios."               (Contropiano, 16/08/24, traducción DEEPL)

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