"Qué ocurrirá con la economía en 2026? Cada año, las casas de análisis se hacen esta pregunta e intentan predecir el futuro escudriñando los datos
por debajo de la niebla de la incertidumbre. El consenso habla de un
crecimiento de la economía española por encima del 2% —de nuevo muy
superior al resto de las economías desarrolladas— con una recomposición
significativa de los factores que impulsaron el PIB en ejercicios
anteriores.
"El consenso habla de un crecimiento de la economía española por encima del 2%, con una recomposición de los factores que impulsaron el PIB en ejercicios anteriores"El turismo y la llegada de mano de obra se ralentizarán, suavizando el crecimiento económico. Las exportaciones, que habían sido en la última década uno de los aceleradores de la actividad en España, han comenzado a debilitarse. Tras resistir en el segundo trimestre la andanada de los aranceles de Donald Trump, ha caído de forma "inesperada", según BBVA Research, un 1,1% la venta de bienes al exterior durante el trimestre de verano. La exportación de los servicios profesionales creció menos de lo previsto y fue la demanda interna la que salió al rescate de la economía.
Esto implica un cambio importante en la tendencia registrada desde la pandemia, en la que el hogar español se había enrocado en una alta tasa de ahorro, con un consumo interno que no acababa de despegar. La previsión de los analistas es que sea ahora esta demanda doméstica la que salga a jugar en los próximos trimestres, pivotando el crecimiento español sobre el gasto privado. Tanto es así que el Banco de España revisó la semana pasada sus previsiones de septiembre, y espera que el consumo privado crezca en España en 2026 un 2,8%, frente al 2% que había estimado apenas tres meses antes.
Esta fortaleza del consumo interno compensará la caída de las exportaciones que el Banco prevé para el ejercicio que comienza, y que encontrarán su suelo en 2027.
El hecho de que el ahorro embalsado en años anteriores pueda suplir la demanda exterior marca un perfil resiliente de la economía española, que crece de forma mucho más equilibrada de lo que lo hacía antes de la burbuja inmobiliaria.
"La vivienda ahoga el dinamismo económico español y es uno de los principales focos de incertidumbre a la hora de hacer predicciones"Pero la vivienda ahoga el dinamismo económico español y es uno de los principales focos de incertidumbre a la hora de hacer predicciones. El Banco de España ve signos mixtos en la evolución de la construcción que no acaba de despegar para cumplir las necesidades del mercado y relajar los precios. Arcano Research anticipa que el precio de la vivienda residencial en España aumentará "sensiblemente" en 2026, lo que supondrá el principal reto social del país. Los jóvenes y la población migrante son los colectivos más afectados por esta apreciación que puede suponer un freno al crecimiento al disuadir a estos grupos de moverse a zonas con alta actividad económica.
Funcas, el think tank de las Cajas de Ahorro, parte de la hipótesis de que la dificultad para encontrar vivienda ralentizará el flujo migratorio y la población activa extranjera aumentará en 875.000 personas durante el trienio 2025-2027, frente a 1.080.000 en el trienio precedente.
Si se logra desatascar la entrega de nuevas viviendas durante 2026, podría haber una revisión incluso al alza en las previsiones económicas. Pero por el momento, parece que será en 2027 cuando realmente se perciba en el mercado el efecto de la nueva construcción.
Otro de los factores que aporta incertidumbre a la hora de dibujar cómo será 2026 es la progresiva digitalización de la economía española y el impacto de la IA. Las estadísticas están teniendo dificultades a la hora de recoger la inversión de las empresas en intangibles, lo que ha dado lugar a varias revisiones de las cifras y muestra que es difícil monitorear el esfuerzo que están haciendo las empresas. Pese al fuerte crecimiento de la economía en 2026 y el empuje de los fondos Next Generation, España registró uno de los peores resultados de entre los países de la UE en inversión empresarial, aún muy por debajo de los niveles prepandemia. El ciclo expansivo de la vivienda podrá contrarrestar un poco esta anemia inversora. En un reciente estudio publicado por el economista Rafael Doménech en BBVA, se recoge cómo las sociedades en las que la inversión privada es mayor crecen más, hasta 1,5 puntos porcentuales (p. p.) de crecimiento a largo plazo por cada 5 p. p. de inversión privada. El que las empresas inviertan más es un reto de país, con el tamaño como primer tapón a este impulso.
"La posible incorporación de la IA en diferentes escalas de los procesos productivos abre una ventana de dudas sobre el empleo"Además de la dificultad por afinar la estadística, la posible incorporación de la IA en diferentes escalas de los procesos productivos abre una ventana de dudas sobre el empleo. Sin duda, el mercado al que mirar será EE. UU., que suele anticiparse en dos o tres años a las tendencias en Europa. Los movimientos de reducción de plantillas y de readaptación de habilidades que se den durante 2026 al otro lado del Atlántico serán el espejo en el que mirarse. Aún hay muchas dudas de si la IA aumentará la productividad tanto como auguran sus principales defensores. Si es así, será un chute tremendo para la economía, si bien dejará un reguero de perdedores que los Estados deberán compensar rápidamente.
En 2025, una de cada cinco empresas de la UE con al menos diez empleados utilizó tecnologías de inteligencia artificial, según BBVA. Paradójicamente, la IA es todavía muy mala leyendo el futuro, así que aún no nos podemos fiar de cómo cambiará la economía en 2026." (Belén Carreño Bravo , Agenda Pública, 30/12/25)
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