
"Hace casi un año un grupo de inmigrantes afincados en A Coruña y agrupados en la ONG Equus Zebra decidieron poner en marcha un economato para dar de comer a los más pobres. Lo que no podían imaginar era que la crisis iba a provocar que cada mañana se forme una fila de coruñeses esperando la apertura de los tenderetes. A la ONG, que pide "la voluntad" a cambio de comida y ropa, cada vez le es más difícil dar abasto. Por eso piden que la sociedad les ayude con productos que le sobren." (El País, ed. Galicia, Galicia, 05/05/2009, p. 1)
"Banco de alimentos para todos.La crisis arrastra a los coruñeses al economato creado en la ciudad para atender a inmigrantes sin dinero - Por un euro se puede llenar una cesta de comida. (...)
El joven dependiente camerunés y su compañera Hasna, de Marruecos, despachan a toda velocidad. Todo el día, de diez a 14.00 en el turno de mañanas, y de 16.00 a 20.00 horas por las tardes. "Mucha, mucha gente. Antes venían unas 50 personas, pero desde hace meses son 200 ó 250 cada día. El viernes, cuando abrimos, había más de 90 esperando en la puerta", cuenta Bouba. Este lunes, además de patatas, hay yogures, magdalenas, naranjas, repostería industrial.
Están de camino unas 50 cajas de carne. No sólo "se desborda" la afluencia desde que abrió el 12 de mayo de 2008 este pequeño almacén en la avenida Cardenal Cisneros, en el barrio coruñés de Sagrada Familia. Cambió también el perfil de la "clientela": cada vez hay menos extranjeros y más nacionales. No se les pide nada más que "la voluntad, siempre que quieran y puedan" a cambio de llenar de alimentos su bolsa. Algunos incluso vienen con carrito.
Suelen dejar de media un euro en la hucha del local, destinada a cubrir, a veces a duras penas, los gastos de gasolina de los dos camiones con los que voluntarios de la ONG recorren, desde primeras horas del día, mercados y distribuidores de alimentación en busca de donaciones. "Los africanos son más vergonzosos, les cuesta más venir a por comida, prefieren que se les ayude a buscar trabajo. Venían muchos más suramericanos. Pero ahora, son gallegos, vienen jubilados, personas que no llegan a fin de mes, estudiantes. ¡Vaya si se notó la crisis!", exclama Antonio Sánchez.
Es, junto al presidente de Equus Zebra, el escritor camerunés Victor Omgbá, el alma y mentor de esta iniciativa solidaria. Antonio, "un parado", ex representante de bombones de chocolate ahora "enganchado" al voluntariado, no descansa. Anda todo el día, de aquí para allí en busca de las enormes bolsas de alimentos sobrantes que genera una sociedad de consumo. (...)
Desde octubre pasado, también funciona con éxito la tienda de ropa de segunda mano que Equus Zebra abrió en la zona de la calle Barcelona. Las expectativas se han disparado. A un euro, o incluso menos como este mes con la ropa para niños, se venden todo tipo de prendas donadas. "No damos abasto, nos dan muchísima, la única condición es que venga lavada, y nosotros cuanto más tenemos, más barata la vendemos", explica Sula, la responsable.
Mucho inmigrante acude a comprar cajas enteras de prendas para enviarlas a su familia en su país de origen. Pero también el vecindario es cliente habitual. En la trastienda, se le acumula el trabajo al "sastre". El senegalés Mamadou cose y plancha lo que haga falta. Un señor trajeado le acaba de dejar unos vaqueros para "subirles los bajos".
Por tres euros, obtiene satisfacción en un abrir y cerrar de ojos. Igual que la vecina, "encantada" con un pantalón "de tela fina" y una chaqueta de marca que acaba de adquirir por un euro y medio." (El País, ed. Galicia, Galicia, 05/05/2009, p. 8)
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