"(...) Desde el comienzo de la crisis la deuda pública no ha dejado de aumentar
de una forma alarmante. Aunque al comienzo (2008) estaba en torno al 40
% del PIB hemos pasado a un 93 % del PIB en el primer semestre del
presente año.
Si partíamos como uno de los países con menos deuda hemos
sido unos auténticos campeones al situarnos entre el pelotón de cabeza.
Sólo en la etapa del PP la deuda pública española ha crecido más de
209.000 millones de euros, situándose en 943.702 millones de euros.(...)
Este inasumible desequilibrio de las cuentas públicas se ha originado por el aumento del gasto público y la disminución de los ingresos. ¿Por qué ha aumentado tanto el gasto y, por tanto, la deuda pública? Lógicamente hay un gasto que el estado debe afrontar para mantener la producción de bienes y prestación de servicios (sanidad, educación, dependencia, jubilaciones, desempleo o subvenciones a la economía productiva…), pero lo que realmente ha disparado nuestra deuda ha sido la desorbitada cantidad de intereses que estamos pagando.
Según el economista Juan Torres (¿Quién vive gratis en España? Público, 17-11-13) “casi el 70 % de lo que hoy debe el Estado español es por concepto de intereses y este concepto es lo que hace que hoy día deba 4,5 veces lo que debía en 1989.
Mientras que si los déficits de gastos e ingresos corrientes generados desde 1989 se hubieran financiado por un banco central con los mismos tipos de interés con que el Banco Central Europeo financia a la banca privada, nuestra deuda ahora no llegaría ni al 15% del PIB”.
De esta afirmación podemos sacar tres conclusiones:
Este inasumible desequilibrio de las cuentas públicas se ha originado por el aumento del gasto público y la disminución de los ingresos. ¿Por qué ha aumentado tanto el gasto y, por tanto, la deuda pública? Lógicamente hay un gasto que el estado debe afrontar para mantener la producción de bienes y prestación de servicios (sanidad, educación, dependencia, jubilaciones, desempleo o subvenciones a la economía productiva…), pero lo que realmente ha disparado nuestra deuda ha sido la desorbitada cantidad de intereses que estamos pagando.
Según el economista Juan Torres (¿Quién vive gratis en España? Público, 17-11-13) “casi el 70 % de lo que hoy debe el Estado español es por concepto de intereses y este concepto es lo que hace que hoy día deba 4,5 veces lo que debía en 1989.
Mientras que si los déficits de gastos e ingresos corrientes generados desde 1989 se hubieran financiado por un banco central con los mismos tipos de interés con que el Banco Central Europeo financia a la banca privada, nuestra deuda ahora no llegaría ni al 15% del PIB”.
De esta afirmación podemos sacar tres conclusiones:
1ª- La inmensa mayoría de la deuda pública corresponde a intereses (más de 105 millones diarios).
2ª- Esta deuda pública no se ha generado por los gastos ocasionados
por el estado de bienestar, sino por la ayuda económica que ha tenido
que proporcionar el Estado a la banca en crisis para evitar su quiebra,
que desde el 2009 se cifra en 246.000 millones de euros (según el FMI),
con los correspondientes intereses.
3ª- Si nuestro país hubiera mantenido su Banco Central propio hoy no
tendría ningún problema de liquidez y de deuda pública. Debemos recordar
que mientras el Banco Central Europeo presta el dinero de todos los
europeos a la banca privada a menos del 1 %, ésta dedica ese préstamo a
adquirir deuda pública al 3, 4, 5, ó 6 %.
Por otra parte, el dinero
directo que el Banco Central Europeo ha prestado para el rescate de la
banca (más de 61.000 millones de euros) no ha ido directamente a ella,
sino que se ha canalizado a través del FROB (Fondo de Reestruturación
Ordenada Bancaria), dependiente del Ministerio de Economía, y, por
tanto, ha pasado directamente a engrosar la deuda pública.
Sin embargo, los ingresos en estos años de crisis han caído
constantemente debido, sobre todo, a la disminución de ingresos por el
IVA (la fuerte caída del consumo interno por bajada de salarios y el
elevado nivel paro), al mantenimiento de una fiscalidad injusta que
recae sobre todo en los asalariados, reducida tributación de las grandes
empresas y multimillonarias fortunas y al enorme fraude fiscal anual
(unos 80.000 millones de euros). (...)" (Mesa Estatal del Frente Cívico Somos Mayoría, Público, 07/01/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario