"(...) No se trata tan sólo de que en estos momentos la tasa de desempleo
sea tan desdichada, o incluso peor, que la que había con los
socialistas en el último trimestre de 2011 (23,67% frente a un 22,85%)
—lo que da derecho a hablar de tres años perdidos— sino del resto de los
aspectos que acompañan a una reforma laboral que se justificó en la
enorme dualidad entre asalariados fijos y temporales en el mercado
laboral español, la mayor de los principales países europeos.
Tal dualidad no se ha corregido para nada tras esa reforma que,
además, ha facilitado a traición (porque de ello no se decía nada en su
justificación normativa) una devaluación salarial que ha reducido la
capacidad adquisitiva de la mayor parte de las familias españolas.
Los
últimos datos del INE
y de la Agencia Tributaria ponen de manifiesto las bajas retribuciones
de una gran parte de los trabajadores españoles. Y todavía hay agencias
como la OCDE o el Fondo Monetario Internacional (FMI) que insisten en que se profundice el ajuste salarial… para salir de la crisis. ¡Qué tiempos en los que el mal era el mileurismo!
Otro informe, este de la sociedad de gestión de crédito y ahorro
Intrum Justitia, dice que casi la mitad de los jóvenes españoles entre
15 y 24 años, piensa en emigrar fuera de España en busca de prosperidad.
Tan sólo Grecia, dentro de Europa, nos supera (el 53% de los jóvenes).
Y
en el estudio sobre el trabajo, correspondiente a 2013,
PricewaterhouseCoopers (PwC) se señala que sólo en el año 2033, un
cuarto de siglo después del inicio de la Gran Recesión, España
recuperará el porcentaje de desempleo anterior a la crisis económica.
Así pues, pocos indicios objetivos de optimismo en este terreno, que
es el que diferencia en primera instancia a nuestro país de cualquier
otro europeo, exceptuando a Grecia. La magnitud del paro y la
degradación del empleo son las que ha hecho aparecer entre nosotros un
nuevo concepto: el del precariado. (...)" (
Joaquín Estefanía , El País,
23 NOV 2014)
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