"Para explicar la agitación social que
está ocurriendo en EEUU (siendo los hechos acecidos en Baltimore el
último ejemplo de ello), la mayoría de los medios de información en
España, se ha centrado en el tema racial, presentando dicha agitación
como un caso más de conflicto racial entre blancos y negros.
Tal énfasis
en el tema racial es importante pero, sin embargo, insuficiente para
entender lo que está ocurriendo en EEUU. En Baltimore, la mayoría del
establishment político –incluyendo la alcaldesa y el Consejo Municipal- y
la mayoría de policías son de raza negra. Y, sin embargo, la gente que
está protestando -la mayoría también de raza negra- lo hace frente y en
oposición a este establishment y a esta policía. Veamos los datos.
En primer lugar, es cierto que la raza juega un papel clave en la vida política, cultural y social de aquel país. (...)
En primer lugar, es cierto que la raza
juega un papel clave en la vida política, cultural y social de aquel
país. (...)
Ahora bien, esta manera de ver EEUU (que
es la mayoritaria en los medios) es insuficiente, pues no incluye otra
variable que debería considerarse, y que es la clase social de unos y
otros. (...)
Lo que hemos estado viendo en estos años
de crisis y supuesta recuperación en EEUU es también lo que veremos (en
realidad, ya lo estamos viendo) en la Unión Europea, incluyendo en
España.
Y no es ni más ni menos que una enorme polarización de las
rentas (con un enorme crecimiento de las rentas del capital a costa de
un enorme decrecimiento de las rentas del trabajo, es decir, de la
mayoría de la población). Jack Rasmus, uno de los economistas más
interesantes hoy en EEUU, acaba de publicar unos datos sobre la
evolución de las rentas del capital y las rentas del trabajo durante la
llamada Recuperación, que son impactantes y abrumadores (“USA: How the
Rich Get Richer”).
El promedio de las rentas familiares que derivan sus
rentas del trabajo (es decir, de los salarios) ha ido bajando y bajando
desde el año 2009 cuando, en teoría, la economía estadounidense inició
su recuperación.
Este descenso ha sido particularmente acentuado entre
los 100 millones de familias trabajadoras, que han visto cómo se
reducía, además de su estabilidad laboral (aumentando su precariedad),
su trabajo, consecuencia de que se han estado destruyendo puestos de
trabajo, lo que ha determinado que el porcentaje de la población ocupada
(tasa de ocupación) haya bajado.
La gran mayoría de la población negra
(conocida como afroamericana) pertenece a los sectores con menor nivel
salarial entre la población ocupada, habiendo sido particularmente
afectada por este declive tan notable del mundo del trabajo. Barrios de
clase trabajadora negra, cuya población trabajaba en la manufactura y la
construcción (como ocurre en muchos barrios obreros negros en
Baltimore), hoy están enormemente deteriorados. (...)
Por otra parte, las rentas del capital se han disparado. El 1% de las
familias, las más pudientes, que derivan sus rentas del capital, han
aumentado sus ingresos de una manera casi obscena por su cantidad. (...)
Estos beneficios son de
las empresas que producen bienes y servicios, y se han conseguido a base
de la disminución de los salarios y de lo que llaman aumento de
productividad, que ha significado un enorme incremento de la tasa de
explotación, y que ha incluido una gran destrucción de puestos de
trabajo y la sustitución de buenos salarios por bajos salarios. De
nuevo, las familias negras han sido las más afectadas, pero no han sido
las únicas. (...)
Hoy, la estructura de poder político en la ciudad de Baltimore es de
raza negra y la mayoría de la policía es también de raza negra, así como
lo son la alcaldesa y el jefe de la policía. Y la policía es percibida
en estos barrios obreros negros como una institución de represión, lo
que explica las tensiones frecuentes en estos barrios, donde la
criminalidad es la respuesta individual, antisocial e incívica del joven
negro que no ve ningún otro futuro. Vean la excelente serie “The Wire”,
y entenderán mejor lo que pasa en estos barrios.
(...)
Pero la agitación social y racial que ocurre hoy en los centros urbanos
de EEUU muestra también los límites de las políticas representativas
simbólicas, que llevaban a la conclusión de que elegir a un Presidente
negro beneficiaría a la población negra, o que la posible elección de
una Presidenta beneficiará a las mujeres.
Sin desmerecer la importancia
de los símbolos, la realidad muestra que estas políticas son
dramáticamente insuficientes. Necesarias, pero, repito, muy
insuficientes, puesto que la realidad muestra que la mayoría de la clase
trabajadora negra no se ha beneficiado necesariamente de haber tenido
un Presidente negro.
Sin desmerecer algunas de las políticas sociales
progresistas de la Administración Obama, el hecho es que la situación
del mercado de trabajo se ha deteriorado de una manera muy marcada
durante la crisis, incluyendo los años de gobierno del Presidente Obama,
y las desigualdades sociales y de renta se han disparado, como
consecuencia de tal deterioro.
Es más, los rescates bancarios, que han
favorecido claramente a las altamente concentras rentas del capital
financiero, han disparado todavía más tales desigualdades, habiendo
generado una protesta generalizada que ha llevado a una situación
conflictiva que ha abierto toda una serie de interrogantes. Esta es la
situación en EEUU."
( Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 30 de abril de 2015, en vnavarro.org, 30/04/2015)
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