"El
economista jefe del Banco de Inglaterra, Andy Haldane, ha tenido en
muchas ocasiones su propia y peculiar opinión en relación con el
análisis de la crisis financiera mundial, el sistema bancario y la
política económica.
(...) cree
que el Banco de Inglaterra debería considerar recortar las tasas de
interés hasta tocar hueso y hacer algo más que aplicar la
flexibilización cuantitativa (QE); es decir, imprimir dinero para
aumentar la cantidad de crédito en los bancos.
¿Por qué? Bueno, Haldane considera que la crisis en Grecia y ahora en China no son eventos fortuitos o meras "tormentas
de verano. Por el contrario, son parte de una secuencia causal de
perturbaciones financieras que han afectado el sistema económico y
financiero mundial en la última década .. ".
De hecho, "los
recientes acontecimientos constituyen la última etapa de lo que podría
llamarse una trilogía de una crisis con tres partes. La primera parte de
la trilogía que fue la crisis "anglosajona" de 2008-09; la segunda
parte fue la crisis de 2011-12 de la 'zona euro'; y ahora podemos estar
entrando en las fases iniciales de la tercera parte de la trilogía, la crisis de los 'mercados emergentes', de 2015 en adelante". (...)
El problema es que las tasas de interés ya están cerca de cero y se van a quedar ahí, en el "umbral cero", para usar la jerga.
Así que Haldane propone que los bancos centrales tienen que utilizar
técnicas aún más innovadoras para luchar contra la debilidad de la
economía capitalista global. "Si las tasas de interés reales
mundiales siguen siendo bajas, los bancos centrales tendrían que pensar
con imaginación cómo hacer frente a largo plazo a la restricción
tecnológica impuesta por el umbral cero de las tasas de interés".
Haldane propone que tal vez los gobiernos deberían considerar la
abolición de dinero efectivo (billetes y monedas). Ello impediría que la
gente guarde el dinero debajo del colchón. Y los bancos centrales
podrían adoptar tasas de interés "negativas". En otras palabras, se
cobraría a la gente por tener depósitos en los bancos.
Con estas
medidas, la gente se vería obligada a gastar, invertir o especular, por
lo que aumentaría la "demanda" de la "economía real". En cierto modo,
esto sería una 'QE permanente': "Parte de los instrumentos de la
política monetaria en tiempos normales, así como durante las crisis: un
instrumento monetario para todas las estaciones". (...)
¿Será
el plan de los asesores económicos del nuevo líder de la oposición
laborista británico, Jeremy Corbyn, mejor? Suya es la idea de un
programa de "flexibilización cuantitativa para la gente" (People's QE).
En lugar de que el Banco de Inglaterra compre bonos gubernamentales y
corporativos e imprima dinero para hacerlo (la QE actual), la propuesta
de Corbyn es que el Banco de Inglaterra compre bonos y otros activos
directamente a los consejos locales, los organismos regionales, etc.,
para que puedan invertir la dinero en proyectos de más viviendas,
escuelas y servicios.
La "QE para la gente es algo fundamentalmente
diferente. El Banco de Inglaterra imprime dinero nuevo, en un proceso
idéntico al utilizado por los bancos ordinarios cuando prestan a las
empresas, pero le dan ese dinero a agentes como las autoridades de
vivienda, los consejos locales, a un banco de inversión verde, para
construir casas, escuelas, hospitales", dice Richard Murphy, asesor de
Corbyn. (...)
Haldane, Corbyn y otros defensores de la QE no mencionan lo que se ha dado en llamar "dinero helicóptero".
Fue una idea del ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke,
cuando se planteó la idea que su mentor, el economista pro-mercado
derechista Milton Friedman, sugirió para hacer frente a las recesiones.
Los bancos centrales deben simplemente arrojar dinero en papel desde
helicópteros sobre las ciudades de Estados Unidos para impulsar
directamente la demanda de bienes y servicios, sin pasar por los bancos.
Bernanke no aplicó esta idea cuando fue presidente de la Fed, pero de
vez en cuando la plantean algunos economistas sin otro efecto que acabar
de nuevo en el cajón. Simplemente suena demasiado radical y salvaje.
En realidad, no lo es. Como el economista keynesiano Simon Wren-Lewis señala, el "dinero helicóptero" no es en realidad sino otra forma de gasto público.
Si los bancos centrales imprimen cheques y / o transfieren una suma
mensual a las cuentas bancarias de todos los ciudadanos, están
aumentando los depósitos bancarios de los hogares y las empresas de la
misma manera que si el gobierno recortase los impuestos o aumentase las
ayudas sociales. El gobierno finalmente tendría que pagar la factura de
la generosidad del banco central.
Y, de nuevo, el "dinero helicóptero"
probablemente aumentaría la desigualdad de ingresos y riqueza, ya que
iría indiscriminadamente a manos de ricos y pobres. De hecho, como dice
Wren-Lewis, "Si los gobiernos aplican estímulos fiscales en una recesión, el 'dinero helicóptero' ya no es necesario".
Todos estos planes e ideas son realmente una respuesta (desesperada) al
fracaso de la política monetaria "no convencional" practicada por los
bancos centrales y los gobiernos centrales, a saber, la QE. Y son una
reacción a la falta de voluntad de los gobiernos neoliberales de
gestionar déficits presupuestarios, al estilo keynesiano, para estimular
la actividad económica.
Por supuesto, como he defendido, los estímulos
fiscales también serían bastante ineficaces en tanto el sector
capitalista dominante no esté dispuesto a invertir más a pesar de los
recortes de impuestos o los subsidios del "bienestar empresarial". Y ese
sigue siendo el caso en la mayoría de las economías capitalistas más
importantes." (Michael Roberts, Sin Permiso, en Jaque al neoliberalismo, 28/09/2015)
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