"(...) Hice campaña a favor de un voto radical por el Remain, por quedarse, haciéndome eco de los valores de nuestro movimiento paneuropeo Democracy in Europe Movement (DiEM25).
Visité distintas ciudades en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del
Norte, buscando convencer a los progresistas de que disolver la UE no
era la solución.
Sostuve que su desintegración desencadenaría fuerzas
deflacionarias tales, que muy probablemente significarán por doquiera
una nueva vuelta de tuerca de la austeridad y que terminarán
favoreciendo al establishment y a sus adláteres xenófobos.
Junto con John McDonell, Caroline Lucas, Owen Jones, Paul Mason y otros,
abogué por una estrategia de permanecer, pero contra el orden y las
instituciones establecidos.
Contra nosotros se levantaba una alianza fraguada entre:
- David Cameron, cuyos amaños con Bruselas traen a la memoria de los británicos todo lo que desprecian en la UE;
- el Tesoro y su grotesco alarmismo pseudoeconométrico;
- la City, cuya insufrible arrogancia ensimismada puso a millones de votantes contra la UE;
- Bruselas, tenazmente empleada en aplicar su última tortura del “submarino” y el simulacro de asfixia a la periferia europea;
-
el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, cuyas amenazas a los
votantes británicos galvanizaron el sentimiento antialemán;
- el penoso gobierno socialista francés;
- Hillary Clinton y sus alegras muchachos atlantistas, dibujando una UE incluida en otra peligrosa “coalición de voluntades”;
-
y el gobierno griego, cuya persistente capitulación ante la punitiva
austeridad de la UE tan difícil nos hacía convencer a la clase obrera
británica de que sus derechos estaban protegidos por Bruselas. (...)
Las repercusiones del voto serán calamitosas. Pero no serán aquellas
contra las que repetidamente advirtían Cameron y Bruselas. Los mercados
no tardarán en estabilizarse, y las negociaciones probablemente llevarán
a una solución de tipo noruego, lo que permitirá al próximo parlamento
británico encontrar la vía hacia algún tipo de arreglo tomado de común
acuerdo. Schäuble y Bruselas patalearán y resoplarán, pero,
inevitablemente, buscarán un compromiso de este tipo con Londres. (...)
Sin embargo, a pesar de la relativa tranquilidad que seguirá al actual shock,
se activarán fuerzas subterráneas insidiosas dotadas de una formidable
capacidad para infligir daños a Europa y a la Gran Bretaña.
Ni
Italia, ni Finlandia, ni España, ni Francia ni, desde luego, Grecia son
sostenibles bajo las actuales condiciones. La arquitectura del euro es
garantía de estancamiento y está profundizando la espiral deflacionaria
de deuda que fortalece a la derecha xenófoba. Los populistas en Italia,
en Finlandia, posiblemente en Francia, exigirán referéndums u otras
sendas de desconexión.
El único hombre con un plan es el ministro
alemán de finanzas. Schäuble ve en el pánico post-Brexit su gran
oportunidad de poner por obra una unión permanentemente austeritaria.
Las zanahorias vienen en forma de un pequeño presupuesto de la eurozona
destinado cubrir parcialmente el desempleo y los seguros de los
depósitos bancarios. El palo será un poder de veto sobre los
presupuestos nacionales.
Si yo estoy en lo cierto y el Brexit
lleva a la construcción de una jaula de hierro austeritaria permanente
para los estados miembros que permanecen en la UE, hay dos posibles
resultados.
Uno es que la jaula de hierro se sostenga, en cuyo caso la
austeridad institucionalizada exportará deflación a Gran Bretaña, pero
también a China (cuyo ulterior desestabilización tendrá a su vez
negativas repercusiones en Gran Bretaña y en la UE).
Otra
posibilidad es que la jaula se rompa (por abandono de Italia o de
Finlandia, por ejemplo), resultando finalmente en el abandono por parte
alemana de una eurozona en colapso.
Pero eso convertirá a la nueva zona Deutschmark
–que probablemente se extenderá hasta la frontera ucraniana— en una
gigantesca máquina generadora de deflación (puesto que la nueva moneda
se disparará al alza, y las fábricas alemanas perderán mercados
internacionales). Gran Bretaña y China tendrían, bajo ese escenario,
mayores posibilidades aún de ser alcanzadas por un shock deflacionario
todavía mayor.
El horror de esos posibles desarrollos, de los que
el Brexit no protegerá a Gran Bretaña, es la razón principal de que yo y
otros miembros del DiEM25 hayamos tratado de salvar a la UE del establishment que está llevando al europeismo al abismo. (...)
Aunque yo sigo convencido de que el Leave era la opción
equivocada, me congratulo de la determinación del pueblo británico para
enfrentarse a la disminución de soberanía democrática causada por el
déficit democrático de la UE. Y me niego a sentirme abatido, aun
contándome entre los perdedores del referéndum.
Lo que ahora deben hacer los demócratas británicos y europeos es aprovechar ese voto para enfrentarse al establishment en Londres y en Bruselas con más ahínco que antes. (...)" (Varoufakis, Sin Permiso, 26/06/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario