"El Sr. Bergoglio, de profesión Pontífice de la Iglesia Católica, dijo en
una ocasión reciente, a raíz de una conferencia a empresarios de
grandes compañías de localización multinacional, que el objetivo del
mundo empresarial debe ser servir a las comunidades donde se ubican y de
donde extraen sus beneficios las empresas, y no la mera acumulación de
beneficios para beneficio propio. (...)
Gas Natural Fenosa, por ejemplo, es española (con sede en Catalunya) y
obtiene amplios beneficios (8.376 millones de euros durante el periodo
2010-2015) de su actividad no solo en España, sino también de muchos
países de Latinoamérica, tales como Chile y Brasil, entre otros. (...)
Gas Natural Fenosa recibe ayudas
financieras sustanciales del Estado, no solo directas, en forma de pagos
y subsidios, sino también indirectas, permitiéndosele que no pague
impuestos al Estado mediante el establecimiento de 15 filiales en
paraísos fiscales que no tributan en el Estado español. En contra de lo
que se asume, el Estado podría limitar significativamente la utilización
de paraísos fiscales por parte de Gas Natural y otras compañías, que
tienen amplias conexiones con dichos paraísos.
Este maridaje y complicidad se
materializan de varias maneras. Una es mediante la incorporación en sus
equipos de dirección de personajes políticos de gran peso e influencia,
no solo en el Estado español, sino también en América Latina.
El caso
más conocido es el del Sr. Felipe González, buen conocedor del Estado
español y de los Estados de aquel continente, como resultado de su
amplia experiencia como presidente del gobierno español durante el
periodo 1982-1996.
El Sr. González recibió 566.000 euros como
consecuencia de su servicio en el Consejo de Administración de Gas
Natural, con unos emolumentos de 126.500 euros brutos al año (desde el
año 2010 hasta principios de 2015, cuando indicó que abandonaba el
consejo de administración de Gas Natural Fenosa como consecuencia de que
“se aburría” en el puesto). Otros dirigentes políticos, tanto del PSOE
como de otras formaciones políticas, han servido en esta transnacional.
Gas Natural nunca ha tenido pérdidas. Esta situación es común en las veinte compañías más grandes de Catalunya. (...)
El 35% de los ingresos de Gas Natural Fenosa provienen de la
distribución de gas, un 28% de la distribución de la electricidad, un
20% de la generación y comercialización de la electricidad, y un 17% del
aprovisionamiento y comercialización de gas. El 55% de dichos ingresos
provienen del mercado español y el 45% del extranjero, principalmente en
América Latina.
El 70% de sus elevados beneficios se distribuyen entre
sus accionistas, de los cuales Repsol y CaixaBank (otras transnacionales
del IBEX-35) son dos de sus mayores accionistas. Es en la práctica
parte de un oligopolio de la distribución de la electricidad y del gas,
puesto que Repsol, Endesa, Gas Natural Iberdrola, BP y Cepsa copan el
60% del mercado energético español, teniendo ambos productos unos de los
precios más elevados de la Unión Europea de los Quince (UE-15).
En el
caso de los precios de la electricidad que pagan los hogares, los
españoles son los terceros más elevados de la UE-15, con una cantidad de
0,2468 euros por kWh, solo por detrás de Portugal (0,3018 euros) y
Alemania (0,2878 euros).
En cuanto a los precios del gas natural que
pagan los hogares, los españoles también son los terceros más elevados
de la UE-15, con una cantidad de 0,0765 euros por kWh, solo por detrás
de Portugal (0,1172 euros) y Suecia (0,0876 euros) (datos de Eurostat
para el primer semestre de 2016, en paridad de poder de compra). Ello es
consecuencia de la excesiva influencia de tal transnacional (y de otras
tantas) sobre el Estado. (...)
Esta bonanza contrasta con la enorme crisis y retraso social que está
sufriendo la población durante la crisis. Mientras los beneficios de Gas
Natural Fenosa y otras empresas del IBEX-35 han seguido siendo altos
(incluso durante los años de crisis), alcanzando cifras récord, con las
consiguientes altas remuneraciones de sus directivos que no se han visto
afectadas por la crisis, los salarios han bajado de media un 7,1% desde
el año 2009 (y un 10% en Catalunya), y el riesgo de pobreza ha
alcanzado un 22% de la población, con un 11% de hogares padeciendo
pobreza energética, que quiere decir que son incapaces de satisfacer una
cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades
básicas, como por ejemplo mantener la vivienda en unas condiciones de
climatización adecuadas para la salud. Este es uno de los porcentajes
mayores de la Unión Europea de los Quince (el grupo de países con
semejante nivel de desarrollo al de España).
Este elevadísimo porcentaje
es probable que sea incluso mayor, pues hay muchas personas, muchas de
ellas personas ancianas y personas inmigrantes, que no son conscientes
de ello o se avergüenzan de pedir ayuda. Y el coste de esta situación es
elevado, pues implica un enorme sufrimiento humano. El caso de la
anciana de 81 años de Reus, a la cual Gas Natural Fenosa cortó la luz,
causándole indirectamente la muerte, ejemplifica esta situación. (...)
Nos encontramos, pues, en una situación que debería generar una protesta
generalizada. Comparen las condiciones de vida de las élites de este
país que controlan las empresasa de la electricidad y el gas, que
consiguen enormes beneficios (vean sus casas y la opulencia en la que
viven) y remuneraciones claramente exageradas (resultado de su excesiva y
antidemocrática influencia sobre las instituciones que se autodefinen
como representativas), con las viviendas y condiciones de habitabilidad
de las personas que padecen pobreza energética.
Conociendo el ambiente
profundamente conservador del mundo académico y mediático del país, la
invitación a que se comparen las viviendas y el bienestar de las élites
propietarias y gestoras de las empresas energéticas con las condiciones
de los que no pueden pagar las facturas de la luz y el gas, se definirá
como “demagógica”, término que se utiliza para ocultar situaciones
impactantes que muestran las enormes desigualdades, resultado de enormes
injusticias en el país, especialmente agudas en España (y todavía más
acentuadas en Catalunya). (...)
Ocurre algo semejante a lo que está pasando con el sector bancario. El
hecho de que España tenga un sector energético público tan limitado, y
un sector privado tan extenso, es una de las razones principales del
escándalo que he documentado en este artículo.
Y todo ello, a su vez, es
resultado de las enormes limitaciones de la democracia española, en la
que el poder real del país lo continúan ejerciendo grupos económicos,
financieros y energéticos que, en contra de lo que recomienda y propone
el Pontífice, están dando gran prioridad a sus beneficios a costa del
bienestar y calidad de vida de las clases populares, que son la mayoría
de la población.
Se necesita una profunda transformación de las
instituciones políticas para que sean en realidad auténticamente
representativas y defiendan los intereses de la población. Esto no está
ocurriendo hoy en España. Así de claro."
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 24 de noviembre de 2016, en www.vnavarro.org, 24/11/16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario