"En el año 2017 se producirá un empeoramiento de las condiciones
económicas globales. Si bien el detonante será un aumento de la aversión
al riesgo en los mercados financieros, la razón fundamental detrás de
esta previsión es la debilidad intrínseca de las principales economías
del planeta, consecuencia de un proceso de financiarización que agoniza.
Los rasgos negativos más destacados son un exceso de deuda, la
insolvencia del sector bancario, la ausencia de inversión productiva
privada, el descenso de la productividad, la caída del crecimiento
potencial y el aumento de la desigualdad.
Las medidas de política
económica implementadas por la ortodoxia económica lo único que han
hecho es retrasar los problemas de fondo, lo que en términos coloquiales
se llama “patadas para adelante”, y no abordar decididamente ninguno de
ellos.
Cuando en 2008 estalla primero el mercado inmobiliario estadounidense, y
después el resto de burbujas inmobiliarias alrededor del planeta, se
inicia la actual recesión de balances, y la quiebra o insolvencia de la
mayor parte del sistema bancario occidental.
Sin embargo, en vez de
aprender y corregir los desequilibrios, básicamente reducir y
reestructurar el tamaño del sistema bancario acorde con la economía
real, se inicia de nuevo una huida hacia adelante. (...)
Los entusiastas defensores de la actual política monetaria, se
olvidan de una de las pocas máximas que siempre se cumple en economía:
la reversión a la media de la riqueza neta en relación al PIB. La
riqueza nacional debe, y empíricamente ocurre, crecer en el largo plazo a
la tasa de expansión del PIB. Ello quiere decir que si no se genera
renta, al final las subidas artificiales de los mercados acaban
corrigiendo, en definitiva, colapsando. Y obviamente no se está
generando la renta prevista.
Los mercados financieros no son
eficientes, ni los inversores son racionales. Los agentes ni conocen, ni
están de acuerdo sobre la distribución de probabilidad verdadera de las
noticias futuras, de manera que los mercados en promedio no valoran
correctamente los activos.
Bajo estas premisas, si se utilizan distintos
modelos de valoración a largo plazo de los activos financieros, basados
en la literatura de las primas de riesgo bursátil, se puede demostrar
que a los precios actuales los rendimientos ex ante a largo plazo
esperados para distintos bolsas mundiales son muy bajos, en muchos casos
negativos, al igual que para los bonos. Por lo tanto no merece la pena a
los precios actuales tomar riesgo de mercado.
Y esto debería preocupar a
inversores, autoridades económicas y monetarias. El estallido pleno de
la actual burbuja generada por los Bancos Centrales es un riesgo
endógeno olvidado por los economistas. Cuando aumente la aversión al
riesgo se activará conjuntamente, de nuevo, una crisis de deuda y una
crisis bancaria.
La deuda global no ha dejado de aumentar y la situación
de los bancos sigue siendo de extrema debilidad, en muchísimos casos
infracapitalizados.
Previsiones globales para 2017
A lo largo de 2016 los Estados
Unidos han bordeado la recesión económica, y la probabilidad de que
entre en ella a lo largo de 2017 es muy elevada. Ello se complementará
con la vuelta a la debilidad de las economías europeas y una brusca
desaceleración de la economía española. Esta vez ni siquiera Asía, y muy
especialmente China, son garantía de dinámicas propias más optimistas. (...)
En China el sector privado está altamente endeudado a lo largo de
inversiones cuyos retornos son paupérrimos. El gigante asiático es
candidato a experimentar en sus propias carnes el cumplimiento de la
hipótesis de inestabilidad financiera de Hyman Minsky. Resulta
ilustrativo observar como en la actualidad el Banco Central de China
está interviniendo para evitar una depreciación continuada de su moneda,
el yuan.
El detonante y acelerador de esta nueva ruptura global
será un empeoramiento significativo en los mercados financieros. Las
bolsas caerán, los diferenciales de crédito se ampliarán, las materias
primas se debilitarán, y la volatilidad se disparará. En ese escenario
emergerán de nuevo los problemas de aquellas economías altamente
endeudadas cuyos sistemas bancarios necesitarán recapitalizarse, por
enésima vez.
Una breve mención a nuestra querida España.
Una vez que las burbujas
financieras generadas por los bancos centrales vuelvan a estallar, se
pondrá de manifiesto que nuestra deuda es impagable, nuestro sistema
financiero insolvente, y nuestro sistema productivo endeble. Bajo este
escenario, sin soberanía monetaria, es absolutamente imposible cambiar
nuestro modelo productivo y salir del pozo al que unas élites
antipatriotas nos han arrastrado.
Estamos abocados a reptar en una
profunda y continua recesión económica. Y tal como las gastan las
élites, con el apoyo entusiasta e inquebrantable del brazo político del
régimen -esa mezcla viscosa entre conservadores, social-liberales y
liberales-, volverán a ser los ciudadanos quienes sufraguen la misma.
Como resultado, enésima vuelta de tuerca, más paro, más pobreza.
Ojalá
todas y cada una de estas previsiones sean simplemente el resultado de
un mal sueño y en realidad 2017 sea mucho mejor que 2016. Les deseo un
feliz y próspero año nuevo." (Juan Laborda, Vox Populi, 01/01/17)
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