"(...) Salir del euro significará, probablemente, que nuestro
país cuente con una moneda propia cuya emisión y control dependerá del
Banco de España que recuperará así su papel histórico. Este hecho,
devolver al Banco de España sus funciones de emisor de una moneda y
prestamista de última instancia para el conjunto de la economía es de
los más relevantes y decisivos que ocurrirán.
La pérdida de la soberanía
monetaria supuso la pérdida de un resorte fundamental para controlar la
evolución económica del país atendiendo a las necesidades económicas y
sociales. El Banco Central europeo, con una autonomía injustificada, ha
llevado a cabo una política dirigida a controlar la inflación de la zona
euro, y cuando se ha olvidado de esta tarea lo ha hecho en función de
las necesidades de los países predominantes en la zona euro, léase
Alemania y Francia
. Determinar una única política monetaria para un
conjunto de países tan diferentes y, sobre todo, recorrido por problemas
y coyunturas no equiparables, es una de las grandes fallas del euro y
una causa primordial de la crisis actual.
La existencia del Banco de España, asemejado a la tan
deseada Reserva Federal de Estados Unidos como fuente de liquidez,
pondrá en manos de los gobiernos la posibilidad de manejar la política
monetaria en sus vertientes esenciales, determinando el tipo de cambio
oficial, la cantidad de dinero y/o los tipos de interés.
El hundimiento
que sufre la economía se podrá amortiguar con una política monetaria que
alimente las cajas vacías de todas las instituciones públicas para
estimular la demanda, practicar políticas de amortiguación de los costes
sociales de la crisis, impulsar medidas progresistas y de mejora de los
servicios públicos y facilitar la recuperación de muchas empresas
liquidadas o en trance de hacerlo por las deudas que tienen contraídas
las Administraciones Públicas.
No hay que dejar de pensar que hablamos de un periodo
transitorio y turbulento como consecuencia del fracaso del euro. Así,
desde el momento que se emita una nueva moneda tiene todo a su favor
ante el desastre creado por el euro. Será necesario fijar el valor de su
cotización con el euro si pervive o con otra moneda de referencia
universal, por ejemplo el dólar. A partir de esa cotización se
determinaría el valor de la peseta con el resto de las monedas
existentes.
No cabe duda que la nueva peseta tendrá que sufrir una
devaluación muy importante con respecto a su actual valor, con
independencia de la moneda de referencia, el euro o el dólar. El
desequilibrio exterior es tan agudo, que una economía hundida en los
últimos tres años, que ha generado tres millones de parados, todavía
registrará un déficit por cuenta corriente en 2011 próximo al 5% del
PIB. Sólo con una devaluación contundente se afrontaría el problema.
Una
decisión adicional resolvería si dejar la nueva moneda que cotice con
total libertad en los mercados o si controlarla en alguna medida
interviniendo la autoridad monetaria en los mercados de divisas, y si
conviene funcionar técnicamente con un doble tipo de cambio, uno interno
y otro externo.
También otras dimensiones económicas, productivas y
comerciales, obviamente se verían afectadas, y merece esbozarlas y
ponderarlas. Serian las siguientes:
Productivas: Estamos muy condicionados por los bienes
de equipo y otras tecnologías procedentes del exterior. España es, en
gran parte, una “maquila” (que explica porque se han acelerado las
importaciones tras la entrada del sistema euro), como es el caso de la
industria de automoción, muy dependiente de las importaciones de
elementos centrales como la monitorización.
Los costes salariales, tras
la devaluación se volverían “super-competitivos”, pero los inputs
intermedios industriales, amén de los energéticos se dispararían. Sin
duda alguna, sería una buena oportunidad para una reconversión, guiada
por una política industrial más avanzada, para impulsar cambios
tecno-energéticos favorables a bases materiales y energéticas
renovables, o para desarrollar una industria de los servicios centrada
en los cuidados de las personas (educación, sanidad, atención a la
dependencia, comedores colectivos, escuelas infantiles, turismo
sostenible, etc…).
Financieras: Al finalizar 2011 la economía española
tenía una posición neta deficitaria exterior de 963.640 millones de
euros, resultado de unos pasivos de 2.315.000 millones de euros y unos
activos frente al exterior de 1.332.000 millones de euros. Sin entrar a
desglosar la composición de unos y otros, relevante a los efectos que
vamos a comentar, cabe decir que los poseedores de activos frente al
exterior ganarían en la medida en que los tienen formalizados en monedas
cuyo valor en pesetas sería mayor por la devaluación inicial de la
nueva moneda.
Por el contrario, la masa de deuda externa con sus
correspondientes compromisos de devolución se vería incrementada para
los residentes internos por la devaluación que sufra la nueva moneda.
Por decirlo sencillamente, habrá que devolver euros que valen a mucho
más que las 166,386 pesetas a las que se cambió. Un incremento
significativo de la deuda externa representa uno de los problemas
fundamentales de la salida del euro.
Tras la salida sería necesario convertir la cuenta de
las deudas con el exterior a la nueva moneda, o bien declarar un impago
en un, pongamos por ejemplo, 50%. En tal caso, compensaríamos el bloqueo
posible al acceso a una parte de la financiación internacional, con la
liberalización de recursos propios para invertir.
Si no se declara el
impago, esta situación afectaría tanto a las deudas públicas, como a las
privadas, sean estas de “entidades bancarias” o de empresas
productivas. Verían incrementadas en un nivel equivalente a la
devaluación de la nueva moneda respecto del sistema euro todas sus
deudas con el exterior. En términos financieros, las deudas interiores
no sufrirían más que una conversión con el nuevo tipo de cambio, a la
nueva divisa.
Comerciales. Tan solo el rápido crecimiento de la
rúbrica de Rentas de Transferencia, por motivos del incremento del
turismo, podrían conseguir paliar los déficits de actividad que la
devaluación de la nueva divisa provocaría tras la salida del sistema
euro. En contrapartida negativa, la devaluación supondría un
encarecimiento inmediato de la factura energética para el conjunto de la
economía española, que podría paliarse con un cambio de modelo
productivo basado en renovables (solar, eólica, maremotriz, biomasa,
etc…).
Sin duda alguna, todos los anteriores problemas no son
infranqueables, pero sí ponen de manifiesto que la salida del sistema
euro ni libera de las políticas neoliberales que causan miseria y
austeridad a los países periféricos, ni será jubilosa como algunos la
pintan.
Pero lo relevante consiste en cuestionar las políticas
neoliberales aplicadas en la constitución del Euro y en su desarrollo.
Políticas que bien podrían ser replicadas por las autoridades españolas
una vez se materializase la salida del euro, si no hay fuerzas que las
orienten hacia otro rumbo. No son los instrumentos, sino el diseño
institucional, las políticas y alcance con que se materializan, la
cuestión central." (Eduardo Gutiérrez, Daniel Albarracín, Iván H. Ayala y Pedro Montes – El Diario, en Attac Andalucía, 03/12/12)
Como alternativa a la salida del euro y para conseguir la soberanía financiera: europeseta electrónica de circulación interna
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción,
sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno
impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra
económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los
especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa,
2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con
gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
Para salir de la crisis sin salir del euro: España
debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
Hay alternativas, incluso dentro del euro.
Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o
Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar
instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar
créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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