"(...) Desde 2007 hasta 2015, según Eurostat, Portugal ha reducido sus índices
de desigualdad (pasando de un 36,8 en el índice de Gini en 2007 a un 34
en 2015), mientras que España los ha incrementado (pasando de un 31,9 en
2007 a un 34,6 en 2015). Han crecido repartiendo, al contrario que en
España. (...)
Es indudable que los resultados de la gestión de un
gobierno de izquierdas que piensa en sus ciudadanos ha sido mejor que la
un gobierno de derechas que lo ha hecho pensando en satisfacer los
intereses de los acreedores, y de los latifundistas de capital
españoles.
¿Cómo ha sido posible ese milagro?
(...) Cuando en mayo de 2010 la Comisión Europea presionó a
España y Portugal con las medidas de recorte del gasto público la
relación era muy dispar. En Portugal gobernaba el partido socialista con
un 36,5% de los votos, la oposición de izquierdas estaba representada
por el Bloco de Esquerda, que había alcanzado el 9,8% de los votos en
las elecciones de 2009 y el Partido Comunista de Portugal el 7,9%. Una
relación de 2 a 1 entre la socialdemocracia y el resto de la izquierda.
En España la correlación de fuerzas era mucho más
desigual, el PSOE había sacado el 43% de los votos e Izquierda Unida no
alcanzó el 4% en las elecciones de 2008. Es decir, una relación de 10 a
1.
El gobierno del PSOE tomó las medidas de ajuste fiscal y
devaluación salarial impulsadas por la Comisión Europea sin apenas
oposición de izquierdas en el Parlamento, lo que generó una fuerte
desafección ciudadana, que cristalizó un año después en el 15-M.
Por el contrario en Portugal fue el rechazo de toda la
oposición, de derechas e izquierdas, al cuarto plan de recortes de gasto
público lo que determinó la dimisión del primer ministro luso. (...)
¿Hay moraleja en esta historia?
En mi opinión resulta evidente que la inexistencia de un
poder institucional fuerte en la izquierda no socialdemócrata fue lo que
permitió que en España el PSOE pusiera en marcha una política
económica, y un discurso político, ajeno a los intereses de sus
representados, fundamentalmente los trabajadores. Por el contrario en
Portugal el rechazo del Bloco y del PCP a las políticas “anti-natura”
del partido socialista en parte le salvaron frente a su electorado.
Le
hicieron menos corresponsable del deterioro de las condiciones de vida, y
de perdida de derechos, de millones de portugueses.
En las elecciones de 2015 el Partido Socialista portugués
obtuvo el 32,3% de los votos, solo cuatro puntos menos que en 2009,
mientras que en España el PSOE se desplomó hasta el 22%, 21 puntos menos
que las elecciones de 2008.
La continuidad electoral de la izquierda portuguesa no
socialdemócrata (el Bloco sacó en las elecciones de 2015 un 10,2% de los
votos y el PCP un 8,2%) permitió que en 2015 tanto el líder del PCP
como el del Bloco apostarán por un gobierno del partido Socialista,
haciendo caer al breve gobierno de Pedro Passos Coelho de la derecha
surgido tras las elecciones de 2015. (...)
En el acuerdo entre el Bloco, el PCP y el Partido
Socialista, se decidió que se revertirían las medidas de austeridad
promovidas por el anterior gobierno de Socrates y se pactó una subida de
los salarios y las pensiones que es lo que está detrás del “milagro
portugués”: crecer repartiendo.
Una parte del Partido Socialista portugués,
afortunadamente minoritaria, estaba a favor de llegar a acuerdos con la
derecha. En España la situación fue muy diferente, como explicó el
propio Pedro Sánchez en La Sexta, la parte del PSOE que prefería pactar
con la derecha era mayoritaria entre los cargos intermedios que
finalmente fueron quienes impusieron su criterio frente al conjunto de
la militancia socialista.
La fuerte irrupción de Podemos en España es fruto, en
primer lugar, de los garrafales errores de la vieja “dirigencia”
socialista, heredera del felipismo, que le hicieron perder credibilidad
frente a la mitad de su electorado. Y también, cómo no, de los aciertos
políticos de la dirección de Podemos encabezada por Pablo Iglesias. (...)
La reelección por las bases socialistas del secretario general
defenestrado por el Comité Federal abre nuevas perspectivas que permiten
vislumbrar que en un horizonte próximo haya un gobierno de izquierdas
también en España.
Ello pasa por una nueva relación entre Podemos y el
PSOE que tiene que poner en cuestión el núcleo de las medidas tomadas
aquel fatídico 12 de mayo de 2010 por el gobierno de Zapatero, relativas
al recorte del gasto público y al profundo deterioro de la capacidad de
los trabajadores de defender sus derechos, salarios y condiciones de
trabajo. Tal como hicieron los portugueses tras las elecciones de 2015.
Por eso pensar hoy día en España en una moción de censura que acabe con
el corrupto gobierno del Partido Popular ya no es una ilusión." (Bruno Estrada, CCOO, miembro de Economistas Frente a la Crisis, CTXT, 14/06/17)
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