"(...) Lo que también es interesante es que en
la presentación de las causas del crecimiento de las desigualdades de
rentas familiares, el informe insinúa que sí que existe “explotación”,
pues acentúa que el enorme crecimiento de las rentas derivadas del
capital que ha ocurrido durante el periodo 2005-2014 (más en el sur que
en el norte de Europa) ha sido a costa de que las rentas del trabajo
hayan bajado.
En realidad, a la vez que las rentas del trabajo han
descendido en la mayoría de países capitalistas de mayor nivel de
desarrollo económico, el porcentaje de las rentas del capital sobre la
renta total del país ha aumentado, alcanzando unos niveles nunca vistos
desde 1929.
En realidad, el enorme crecimiento de
las desigualdades se debe a la mala e inequitativa redistribución de la
riqueza creada, consecuencia de las políticas neoliberales impuestas
(bien directamente o indirectamente por el Estado) a la ciudadanía,
entre las cuales las reformas laborales han sido una causa importante de
tal deterioro del mercado laboral (ver mi artículo “Las ocultadas
causas políticas del crecimiento de las desigualdades”, Público,
04.05.17).
Como el informe señala, el crecimiento de la productividad y
los ingresos derivados de ello se han distribuido a favor de los
beneficios empresariales y a costa de los salarios. Más claro no se
puede decir.
Ha contribuido también a este aumento de las desigualdades
un descenso de la progresividad de los sistemas fiscales de estos
países, beneficiando más a las rentas del capital que a las rentas del
trabajo. España ha sido un claro ejemplo de ello.
Cambios en las percepciones populares sobre el crecimiento de las desigualdades y sus consecuencias políticas
Estos cambios en la distribución de las
rentas, con el enorme crecimiento de las desigualdades, han tenido un
enorme impacto en las actitudes de la población sobre tales fenómenos
según su clase social, aun cuando hay elementos comunes.
Así, el grado
de desaprobación del crecimiento de las desigualdades ha ascendido
notablemente, confirmando lo que ya se ha documentado extensamente. Los
porcentajes de la población que consideran que las desigualdades son
demasiado altas han aumentado en todos estos países, alcanzando grandes
mayorías (del 75 y del 85%) de la población.
Otras percepciones que han ido
aumentando son la creencia de que la globalización tiene un impacto
negativo, creciendo el porcentaje de personas que sostienen que “las
importaciones de productos y servicios crean una destrucción del empleo
doméstico”, y un tanto semejante ocurre con la inmigración.
Estas
creencias están más acentuadas entre las personas con bajos ingresos que
entre las personas con ingresos medianos y altos, siendo las primeras
las que tienen un mayor sentimiento negativo hacia la globalización y
hacia la inmigración. El informe también documenta que son estos últimos
los que tienen una visión más pesimista del futuro y son los que
apoyaron más a partidos de ultraderecha, y en el Reino Unido al Brexit.
Las conclusiones políticas de estos
hallazgos, confirmados por muchos otros, son que las reformas
neoliberales (promovidas por el mundo del Gran Capital) han sido
responsables del descenso del nivel de calidad de vida y bienestar de
las clases populares, y muy en especial de las rentas inferiores, las
cuales están constituyendo las bases de los partidos contestatarios
antiestablishment (que gozan de gran simpatía en amplios sectores de las
clases populares), y que han cambiado sus alianzas electorales como
consecuencia de su desencanto con los partidos de izquierdas o
centroizquierda tradicionales, que consideran coaptados por el sistema.
A
no ser que estos u otros partidos cambien tales políticas neoliberales,
el futuro será muy difícil, abocándonos a una situación que debería ser
considerada inaceptable por la gran mayoría de la población de estos
países. Así de claro."
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 11 de mayo de 2017, en www.vnavarro.org, 11/05/17)
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