"(...) En España, la clase obrera ha dejado de existir desde hace
ya 30 o 40 años. Ha dejado de existir no porque no existan obreros de
fábrica, aunque sean muchos menos que en 1973, ni trabajadores manuales,
ni desde luego un inmenso proletariado de servicios compuesto
crecientemente por mujeres y migrantes. Ha dejado de existir porque no
existe movimiento obrero, aunque existan sindicatos (en su mayoría en
nómina del Estado).
Porque no existe una cultura política obrera —o de
estos nuevos segmentos proletarizados—, aunque existan toda clase de
estilos y formas de vida “populares”, convenientemente explotados y
neutralizados por la sociedad de consumo.
Lo que debería sustituir a la
clase obrera —los excluidos, los precarios, los sin derechos, los que no
están en “política”— carecen de instituciones propias, de medios
propios, de sindicatos y cooperativas que se diría con viejo lenguaje. Y
este es el problema político de nuestro tiempo.
Que la izquierda no encaje en nada en las clases
populares, que esté compuesta de aspirantes a nueva élite política —y
cultural, lo que incluye a los “formadores de opinión”— es una obviedad.
Hoy asistimos a dos procesos distintos y que no debemos confundir:
un
recambio de élites, frente a la crisis política del régimen y de una
vieja clase política y cultural enrocada; y también asistimos a las
primeras tentativas de formación de instituciones propias de clase.
Al
primer proceso se le llama renovación de la izquierda. Para el segundo
todavía no tenemos nombre.
La cuestión prioritaria no es que los pobres y los obreros
voten a una opción de izquierda, ni siquiera que estén integrados en la
“dirección” de la izquierda. No es tener un gran partido
socialista-comunista, tampoco promover a un Trump bueno.
El reto es que
estos se organicen y de paso se alíen con todos aquellos sectores en
proceso de desafiliación de la clase media. Si esto felizmente ocurre,
que voten o no a la izquierda será una cuestión menor. A partir de ahí
veremos otra vez lo que puede una política de clase. También lo poco que
puede una política de izquierdas." (Emmanuel Rodríguez, CTXT, 07/02/18)
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