3.7.18

Pedro Sánchez es hoy presidente porque Bruselas ha querido. Ha dejado caer a Rajoy tras comprobar que no garantizaba estabilidad. La Unión Europea es cada vez más un imperio alemán...

"Robert Kaplan declaraba en La Vanguardia a Lluís Amiguet que “España, Italia y la UE son imperios y obedecen a Berlín”, hasta el punto que “Pedro Sánchez es hoy presidente porque Bruselas ha querido. Ha dejado caer a Rajoy tras comprobar que no garantizaba estabilidad. Los europeos somos el imperio que Berlín, con la OTAN en decadencia, lidera”.  (...)

Ahora un analista geopolítico, Robert D. Kaplan, pretende que hay una clase nueva de imperio, que es la Unión Europea dirigida por Alemania. Creo que todavía no es tan claro como él lo ve. 

Las naciones estado, como Francia –sobre todo–, España, Italia, siguen manteniendo un nivel de autoridad propia que no tenían las colonias de un imperio. Kaplan define “imperio” como “un territorio en expansión con diversidad de cultura y lenguas y regido por una elite distante de sus gobernados”.

Que cualquier país europeo es regido por su elite, ya lo sabemos, pero que esas elites nacionales sean regidas por las de Bruselas o de Berlín es lo que merece ponderarse. Todavía no está tan claro como lo ve Kaplan. Acaso nos falta distancia desde Europa para decir que “La Unión Europea es cada vez más un imperio alemán”. 

Si lo fuera habría logrado su objetivo de un modo paradójico. Porque todos creímos que la UE se fundó con Schuman y Moret para evitar futuras guerras entre Alemania y Francia. Si Alemania manda en la UE, es imposible que se declare la guerra a sí misma. Necesitaría un loco aún más delirante que Hitler.

Europa ya no es belicista, eso lo postuló Robert Kagan en Paradise and power. ­Europa se aparta del poder hacia un mundo de leyes, reglas, negociaciones y cooperación transnacional. “Está entrando en un paraíso posthistórico de paz y prosperidad, realizando la paz perpetua de Kant, mientras Estados Unidos permanece enfangado en la historia usando el poder en un mundo hobbesiano”. Después de 1945, dice Kagan, “los americanos son de Marte y los europeos, de Venus”.

El reto enorme de la Unión Europea ya no es la guerra: es la inmigración. Incluso Nostradamus predijo que los musulmanes invadirían Europa en el siglo XXI, pero
no dijo que fuera una invasión armada.  (...)

Ahora un analista geopolítico, Robert D. Kaplan, pretende que hay una clase nueva de imperio, que es la Unión Europea dirigida por Alemania. Creo que todavía no es tan claro como él lo ve. Las naciones estado, como Francia –sobre todo–, España, Italia, siguen manteniendo un nivel de autoridad propia que no tenían las colonias de un imperio. Kaplan define “imperio” como “un territorio en expansión con diversidad de cultura y lenguas y regido por una elite distante de sus gobernados”.

Que cualquier país europeo es regido por su elite, ya lo sabemos, pero que esas elites nacionales sean regidas por las de Bruselas o de Berlín es lo que merece ponderarse. Todavía no está tan claro como lo ve Kaplan. Acaso nos falta distancia desde Europa para decir que “La Unión Europea es cada vez más un imperio alemán”. 

Si lo fuera habría logrado su objetivo de un modo paradójico. Porque todos creímos que la UE se fundó con Schuman y Moret para evitar futuras guerras entre Alemania y Francia. Si Alemania manda en la UE, es imposible que se declare la guerra a sí misma. Necesitaría un loco aún más delirante que Hitler.

Europa ya no es belicista, eso lo postuló Robert Kagan en Paradise and power. ­Europa se aparta del poder hacia un mundo de leyes, reglas, negociaciones y cooperación transnacional. “Está entrando en un paraíso posthistórico de paz y prosperidad, realizando la paz perpetua de Kant, mientras Estados Unidos permanece enfangado en la historia usando el poder en un mundo hobbesiano”. Después de 1945, dice Kagan, “los americanos son de Marte y los europeos, de Venus”.

El reto enorme de la Unión Europea ya no es la guerra: es la inmigración. Incluso Nostradamus predijo que los musulmanes invadirían Europa en el siglo XXI, pero
no dijo que fuera una invasión armada.(...)"            (Luis Racionero, La Vanguardia, 29/06/18)

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