"El movimiento #MeToo suma un nuevo colectivo: las víctimas de abusos
sexuales supuestamente perpetrados por maestros budistas tibetanos,
monjes y laicos. Se agrupan en torno a la etiqueta #MeTooGuru, y este
viernes 14 de septiembre serán recibidos por el Dalai Lama. (...)
“Las cifras de víctimas son superiores a los firmantes de la nota. Los
maestros budistas tibetanos pueden ser monjes célibes, o bien laicos con
esposa e hijos. Pero el budismo es diverso, y hay gran confusión entre
lo que es una enseñanza y aprovecharse del alumno. Hay escuelas que
dicen que el sexo con el estudiante es una tradición tantra.
Es decir, que utiliza la intimidad con fines espirituales. Cuando hay
seguidores que han sufrido abusos sexuales y maltrato.
Y hay casos así
en Bélgica, Francia, Alemania o España, entre otros. Es cierto que el
Dalai Lama ha animado a no aceptar a ciegas al maestro si no se confía
en ellos. Sin embargo, ayudaría que dejara claro que deben ser juzgados
como cualquiera si cometen abusos”, asegura. Añade que el budismo carece
de jerarquía eclesial, “y en el tibetano, los lamas están divididos en
múltiples escuelas y órdenes monásticas”.
“Se supone que él los une, y
si aprieta a un grupo, puede perder su apoyo y provocar una reacción en
cadena. Pero debe distanciarse de estos abusos, que en algunos casos
conoce al menos desde los años noventa, porque ha recibido informes, y
ejercer su autoridad moral. Si no, la causa del Tíbet en Occidente puede resentirse”. (...)
“Estoy segura de que hay maestros budistas tibetanos
que ejercen bien su labor. Mucha gente llega como yo, indagando algo más
en la vida, y al principio todo fluye. Aunque se exige una devoción
hacia el maestro antinatural. Como si fuera un Dios viviente”, dice.
Conoció a uno de los maestros budistas tibetanos más famosos, Sogyal
Lakar Rimpoche, título este último reservado a
los lamas reencarnados. “Un hombre rodeado de jovencitas y ayudantes,
que vivía entre grandes lujos y gastaba miles de euros en hoteles,
comida y puros habanos.
Y que pegaba y gritaba y maltrataba. Lo sé
porque tuve un novio que estaba con él. Sogyal justificaba el abuso como
una forma de desmontar el ego, para convertir los sentimientos de
repulsa que ello implica en un logro espiritual”, recuerda.
Ella estuvo en el sur de Francia, en Lerab Ling, un
centro de retiro cercano a Montpellier, donde se convirtió en la
asistente de una de las mujeres más cercanas a Sogyal. Allí conoció a su
pareja. “Él había sido estudiante suyo y venía de Londres. Estaba cerca
del líder, y yo no sufrí abusos, pero vi cómo trataba a la gente y su
hipocresía. Derrochaba, y sus ayudantes pedían donativos a los
seguidores.
Mi novio me confesó que le había pegado durante 15 años,
pero sigue dentro. Cuando me marché en 2012 avisé a la dirección de
Rigpa en Holanda, la red internacional de centros budistas tibetanos
creada por el propio Sogyal. No me creyeron. Decían que el maestro
tendría sus razones. Rompí con mi novio, que dirige ahora la
organización en Reino Unido”, indica. (...)
“Algunos estudiantes de su círculo íntimo han
padecido abusos sexuales, físicos y emocionales graves; y varios
miembros de Rigpa con puestos relevantes lo sabían y callaron,
exponiendo a otros a esos riesgos”, indica el texto. Sogyal, autor de El libro tibetano sobre la vida y la muerte,
que ha vendido unos dos millones de copias, fue apartado. El Dalai
Lama, presente hace una década en la inauguración de Lerab Ling, dijo
que “había hecho algo vergonzoso”.
La posibilidad de que haya abusos se agrava ante la
falta de controles o certificados de calidad del enseñante. “Cualquier
tibetano puede decir que es un lama budista y la gente le cree. Cuando
se necesitan 20 o 30 años de estudios para lograrlo. Solo en Holanda hay
57.500 ciudadanos budistas, según las estadísticas oficiales.
Y en la
Unión Budista holandesa, que tiene 40 agrupaciones, 20 tienen un líder
acusado de abusos sexuales”, dice Rob Hogendoorn, que ultima un libro sobre Sogyal. “La gente debe saber lo que pasa. Lo que yo buscaba, conocerme y saber lo que quiero, no se encuentra ahí”, concluye Bijksma." (Isabel Ferrer, El País, 13/08/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario