"Mientras los europeos andamos entretenidos con el
culebrón griego poca atención hemos prestado a lo que está ocurriendo en
Puerto Rico, el estado libre asociado a los Estados Unidos de América.
Esa nación permanece en un limbo jurídico pues, aunque sus habitantes
disfrutan de ciudadanía estadounidense, no eligen representantes al
Congreso y Senado de EEUU con derecho voto. Si bien pagan algunos
impuestos federales y contribuyen a la Seguridad Social, lo que les da
derecho a una pensión de jubilación, están exentos del impuesto sobre la
renta.
Más importante es saber que Puerto Rico es usuario del dólar de
los EE.UU. En esto se parece mucho a los estados del Sur de Europa:
usuarios de otra moneda que no emiten, el euro.
Recientemente el gobernador de la isla, Alejandro
García Padilla, ha anunciado que la deuda de la isla es impagable y que
el gobierno es insolvente. Al parecer la isla ha acumulado una deuda de
70 mil millones de dólares USA, equivalente al 68% de su producto
interior bruto. Las agencias de calificación ya la han rebajado a la
categoría de bono basura, como en el caso de la griega.
No he investigado las causas que han llevado a una
administración sin soberanía monetaria a emitir tanta cantidad de deuda.
Lo que sí puedo afirmar, desde la perspectiva de la Teoría Moderna del
Dinero, es que un país que se endeuda en una moneda de la que no es
emisor, puede caer en una situación de insolvencia.
La razón es que para
atender al servicio de la deuda el gobierno debe hacerse antes
conseguir la moneda en la que se ha endeudado. Si por cualquier causa –
una caída de la recaudación, un déficit comercial sostenido, una crisis
económica- ese país no consigue acceder a la cantidad de dinero
extranjero que necesita para servir su deuda puede caer en la
insolvencia. Esto no le puede ocurrir a un estado dotado de soberanía
monetaria que se endeude en su propia moneda.
Al vencimiento de sus
obligaciones siempre podrá pagar con su propia moneda puesto que puede
crearla a partir de la nada.
Un factor adicional que podría explicar las
tribulaciones de Puerto Rico residiría en que no participa en la misma
medida que otros estados en los programas federales, muchos de los
cuales implican transferencias de rentas desde el Gobierno Federal.
Recientemente un artículo de Pedro Pierluisi publicado en el New York
Times, Statehood Is the Only Antidote for What Ails Puerto Rico explicaba
que, comparado con otros estados de la Unión, Puerto Rico no disfruta
del mismo nivel de financiación del programa Medicaid que ofrece seguros
médicos a los más pobres.
Además resulta que la isla boricua ha quedado
excluida del programa Obamacare. También lo está
de otros programas de transferencia de rentas que aquí no detallo. Por
tanto, Puerto Rico se beneficia en menor medida que otros estados de los
programas federales de transferencias de rentas que pueden compensar un
shock asimétrico.
El asunto se complica al parecer porque al parecer, a
diferencia de otras administraciones locales de la metrópoli, el
gobierno de Puerto Rico no puede declararse en bancarrota.
El problema de Puerto Rico recuerda al de otros países
que están integrados en uniones monetarias en las que no existen
mecanismos que permitan compensar shocks asimétricos dentro la misma.
Son países usuarios de una moneda extranjera a todos los efectos que no
pueden devaluar para recuperar competitividad. Sus estados además pueden
llegar a situaciones de insolvencia.
Aunque pueda sorprender, Puerto Rico mantiene un
superávit en su balanza comercial. Ahora bien, parece que los
rendimientos de capitales foráneos provocan que la balanza por cuenta
corriente se vuelva negativa. Las transferencias del Gobierno Federal
consiguen compensar ese déficit y, en este sentido, la situación de
Puerto Rico es más halagüeña que la de Grecia que no disfruta de
transferencias de rentas tan elevadas de la Unión Europea.
¿Cabría concluir que el problema del Gobierno
portorriqueño se debe a una mala gestión de su gobierno? La exención del
pago de impuestos sobre los intereses de su deuda pública estimularon
la inversión en estos títulos y quizás dieron un incentivo al gobierno
para emitir deuda por un importe superior a lo que hubiera dictado la
prudencia para una administración pública que no disfruta de soberanía
monetaria.
Pero a las dificultades financieras del estado pueden
añadirse una serie de factores que han jugado en contra de la economía
de la isla. Durante años la isla resultó atractiva para los capitales
foráneos debido a sus exenciones fiscales, el menor coste de la mano de
obra, la percepción de seguridad jurídica y la posibilidad de acceder al
mercado estadounidense. Parece ser que el tratado NAFTA ha desplazado
parte de esa inversión a México y otros países centroamericanos
eliminando las ventajas competitivas de Puerto Rico.
Otros factores que
explican la ruina económica de la isla que he encontrado citados en
diversas fuentes incluyen el vencimiento de los incentivos fiscales a la
industria farmacéutica, inversiones desacertadas en la industria de
refino de petróleo o la pérdida de población cualificada que marcha a la
metrópoli en busca de oportunidades profesionales más atractivas.
Llegados a este punto ¿qué soluciones tiene Puerto
Rico? El citado Pierluisi abogaba por la integración de la isla en los
EE.UU. como estado miembro de pleno derecho. Esto le permitiría acceder a
mayores transferencias de rentas del Gobierno Federal.
Pero existe otra solución: que Puerto Rico cree su
propia moneda, que podríamos denominar peso portorriqueño, respaldada
por su propio banco central. Basta con que el gobierno de Puerto Rico
anuncie que, a partir de determinada fecha, todos los impuestos debidos
al estado se deberán saldar en pesos y que todos los pagos de partidas
de gasto público se realizarán en la moneda local. El gobierno
portorriqueño, bajo el principio de Lex Monetae, obligaría a redenominar
su deuda en la nueva moneda.
La deuda portorriqueña es emitida por una
entidad del gobierno llamado Banco Gubernamental de Fomento para Puerto
Rico en virtud de legislación de la propia isla. Por tanto no creo que
hubiera demasiados impedimentos legales para la redenominación de la
deuda de dólares de EEUU a pesos portorriqueños.
Lo que es seguro es que el Gobierno de Puerto Rico,
convertido en emisor de moneda, ya siempre sería solvente. Aunque el
“sentido común” indica que, al menos en los primeros meses, esa nueva
divisa se depreciaría causando un perjuicio a los tenedores, si aplican
las recomendaciones de Mosler y Pilkington y
no obligan a los residentes a convertir sus depósitos a la nueva
moneda, puede que la nueva moneda no se deprecie tanto porque los
ciudadanos tendrán más dificultades para hacerse con pesos para atender
el pago de sus tributos.
Inicialmente habrá poca oferta de la nueva
moneda y, siempre que el estado sea capaz de mantener un sistema
tributario eficaz, es posible que la demanda por ella sea elevada. Por
tanto podrían los inversores encontrarse con la grata sorpresa de que la
nueva moneda no se depreciara tanto como sugeriría “el sentido común”.
En su propio interés los tenedores de deuda portorriqueña deberían
exigir la creación de la nueva moneda, tienen menos que perder que con
la alternativa que propondrá el FMI. En cualquier caso se enfrentan al
riesgo de impago o la reestructuración. Es decir, esos acreedores van a
tener que soportar pérdidas.
También es cierto que habrá que considerar el impacto
negativo de los litigios que surgirían con los acreedores. Asimismo, la
nueva moneda podría interrumpir algunos flujos comerciales entre la isla
y la metrópoli. La desconexión con el dólar podría restarle atractivo a
Puerto Rico ante algunos inversores que la ven como una puerta de
entrada en los EE.UU.
Pero estos serían efectos a corto plazo y, por
contra, el gobierno podría acometer inversiones públicas y programas
gasto social que aceleraran el desarrollo de su economía, redujera los
niveles de pobreza y retuvieran a la población en la isla. Puerto Rico
podría beneficiarse de una ganancia de competitividad si deja que su
peso cotice libremente en los mercados de divisas.
Lamentablemente en Puerto Rico existe un situación
política diabólica que impide alcanzar un acuerdo sobre su futuro.
Existe un equilibrio entre los partidarios de la “estatidad” y los del
mantenimiento del status quo mientras que los independentistas son minoría.
Esa indefinición y ausencia de claridad tendrá un
elevado coste. Los habitantes pueden ir preparándose para lo peor. El
llamado Informe Krueger, preparado por tres economistas del FMI,
-Krueger, Teja y Wolfe- propone el clásico recetario neoliberal de esa
institución.
Consiste en la clásica combinación de reducciones de
salarios, deterioro de condiciones laborales, políticas de austeridad
del gasto público con las consabidas consecuencias deflacionistas que
actualmente afligen a los países de la periferia europea. El plan
seguramente se aplicará con el cebo de la restructuración de la deuda
pública pero no resolverá ningún problema y contribuirá a una mayor
devastación de la economía isleña.
Ha llegado la hora de que los habitantes de Borinquen
elijan cuál debe ser su destino: la plena integración en EE.UU. o la
plena independencia. Grecia, Puerto Rico y Ecuador atestiguan cómo las
uniones monetarias sin una unión fiscal completa, tarde o temprano,
llevan a los estados a caer en trampas financieras de difícil remedio y
que causan un sufrimiento innecesario a la población." (Stuart Medina, Red MMT, 12/07/15)
Como alternativa a la salida del euro... europeseta electrónica:
Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza, Juan José Santamaría y Juan Güell muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
- Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
- Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
- Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
- Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
- Hay alternativas, incluso dentro del euro. Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/ mmmm
Más información en: 'Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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