"Las condiciones laborales como agujero negro de los rebrotes.
La irresponsabilidad del ciudadano que no se pone la mascarilla, de
aquellos que se abrazan en una terraza o de quienes hacen un corrillo en
la calle cuando se encuentran es constante en los medios de
comunicación. Se les califica de insolidarios, egoístas e
irresponsables. Y tienen razón, lo son. Pero apenas se habla de los
rebrotes en empresas y la responsabilidad individual del empresario que
manda a sus trabajadores al tajo sin cumplir con los requisitos
sanitarios mínimos.
A finales de mayo Lleida se quedó sin
pasar de fase por un rebrote. El origen fue variado, pero el foco se
puso solo en varios ciudadanos que celebraron una fiesta de cumpleaños
ilegal. Sin embargo, uno de los brotes que impidió el pase de fase fue el provocado por el matadero Milsa en Lleida,
sobre el que los sindicatos CCOO y UGT ya habían advertido que no
estaba cumpliendo con los requisitos de protección laboral de la
plantilla. La fiesta de cumpleaños fue apertura en todos los
informativos de televisión, radio y digitales. Sobre la responsabilidad
de la empresa Milsa no se supo nada.
No es un caso aislado. La mayoría de los rebrotes se está dando en empresas agroalimentarias
y sectores muy depauperados en los que los empresarios del sector no
están poniendo todas las restricciones sanitarias y medidas de seguridad
necesarias para proteger a los trabajadores. Quienes se contagian
trabajando no lo hacen por su propia irresponsabilidad, sino por la
ajena.
La lista de rebrotes en centros de trabajo es extensa sin
que se incida en la responsabilidad empresarial con la salud. Hace solo
dos días en La Garrotxa (Girona), un nuevo brote con 31 posibles
positivos de la empresa cárnica Noel. Las empresas como los mataderos
son lugares de riesgo porque son espacios cerrados, con bajas
temperaturas y una alta concentración de trabajadores. Se asume con normalidad que en estos espacios no es posible mantener la distancia de seguridad.
Otro de los puntos negros de los rebrotes en España se está dando en los trabajadores precarios del campo.
En Totana (Murcia) se produjo un brote con seis temporeros inmigrantes
que obligó a controlar a la población murciana en su totalidad. La
trazabilidad de este brote es difícil por la dispersión de los
temporeros en la ciudad y por el hacinamiento en el que viven. No fue el
único rebrote en el sector del campo. En Fraga (Huesca), once
temporeros dieron positivo trabajando en la campaña agrícola. Debido a
las condiciones en las que vivían no podían pasar la cuarentena en sus
casas, si las tenían, y tuvieron que ser trasladados a un pabellón
habilitado al efecto.
Asombra ver cómo el foco sobre
responsabilidad individual en los rebrotes es mayor o menor dependiendo
de si la causa es la acción ociosa de un grupo pequeño de ciudadanos o
si el responsable es un gran empresario que por motivaciones económicas
no protege lo suficiente a sus trabajadores, incumpliendo las
recomendaciones en seguridad laboral. Se comprende sobre todo viendo la
reacción furibunda de la CEOE cuando la ministra de Trabajo publicó el 5
de marzo una guía de protección de los trabajadores frente al coronavirus. Una guía que se vio obligada a retirar porque los empresarios la consideraron imprudente y dijeron que creaba una alerta innecesaria. El 5 de marzo, recuerden.
El
agujero negro sobre el que se sustentan la mayoría de los rebrotes y
contagios del coronavirus desde que la pandemia ha bajado su virulencia
son las condiciones laborales de muchos trabajadores de este país." (Antonio Maestre, Todo está en Bourdieu, 16/02/20)
No hay comentarios:
Publicar un comentario