Luis Garicano, catedrático de Economía en la London School of Economics, lo tiene claro: "es hora de decir que el rey está desnudo. Las grandes provisiones de los bancos son pequeñas comparadas con el tamaño del agujero que seguro que está repartido de manera muy heterogénea. Se debería decir lo que tiene cada entidad y si hay que cerrar algunas cajas, se hace, pero se quitaría la sombra de sospecha sobre todo el sector".
Robert Tornabell, catedrático de Banca de Esade, pide la creación de un banco malo, como ha hecho Alemania, del que se debería hacer cargo el Estado. "Es el modelo de Suecia. Se pincharía la burbuja. Los precios de los pisos bajarían al ajustarse a la demanda real y se podrían ir saneando los balances bancarios", dice. El problema, como reconoce Tornabell, es que se incrementaría el déficit del Estado, aunque se podrían utilizar los 99.000 millones previstos para el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)." (El País, Negocios, 07/02/2010, p. 7)
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