8.2.10

La solución es aumentar la demanda, pero ¿quién lo hace? ¿Europa?

"Si no existiese el euro, ¿qué ha habría hecho un país como España para salir de una gran recesión como la que estamos padeciendo? (...)

Pero el hecho cierto es que ahora tenemos el euro. Aquellos países que como España forman parte del euro no pueden utilizar la palanca del tipo de cambio para salir más rápido de la recesión. (...)

Eso es lo que pretendían los padres del euro y de la UE: evitar que en crisis recurrentes los países que comparten un mercado pudiesen devaluar por su cuenta trasladando el coste del ajuste a sus vecinos. Se ha logrado.

Pero la cuestión esencial a tener en cuenta es que ésta no es una más de las crisis recurrentes del capitalismo.

Y como no vivimos tiempos normales, no se puede pedir a los países con economías más débiles del euro que salgan de la recesión únicamente con sus propias fuerzas. Por dos razones.

La primera es que la crisis financiera, provocada por los excesos y la negligencia de los banqueros, ha provocado una sequía de crédito como no se veía desde la Gran Depresión de los treinta del siglo pasado. Y sin crédito, la economía de mercado no funciona. (...)

La segunda es que la sequía de crédito ha provocado a su vez una anorexia de consumo y de inversión que ha hecho que la demanda se haya evaporado. Y sin demanda privada, el capitalismo de mercado no funciona. (...)

Gestionar una recesión sin palanca de cambio ni crédito ni demanda es como intentar sacar un coche de un barrizal sin cambio de marchas, aceite ni gasolina. No es una labor de titanes, es una estupidez. Y pretender salir de la crisis sólo con el recorte de salarios y de condiciones laborales sería añadir injuria a la injusticia que ya sufren los trabajadores y clases medias. Pero, además, sería un error económico.

¿De dónde ha de venir el crédito y la demanda? En parte, de la economía interna, mediante el saneamiento del sistema bancario, la recuperación de la demanda doméstica y el aumento de la demanda externa. Pero el papel de las instituciones monetarias europeas y de los países líderes como Alemania es esencial en el retorno del crédito y la demanda externa.

Eso es lo que necesita la economía europea hoy: que alguien con capacidad para hacerlo inyecte demanda en la economía y permita a los más débiles utilizar esa demanda para salir de la recesión. Ése es el papel del Gobierno federal en el caso de EE UU. El presupuesto que acaba de presentar Obama tiene el mayor déficit visto en épocas de paz. En la UE no hay un gobierno federal que haga esa labor. Y Alemania y Francia, que tendrían que ejercer ese liderazgo, sólo miran su ombligo.

Tengo un temor creciente. El BCE, Alemania y Francia corren el riesgo de manejar el euro y la economía europea como hizo el bloque europeo del patrón oro (Francia, Italia, Holanda, Bélgica y Suiza) en la Gran Depresión de los años treinta. Mantuvieron la ortodoxia de vincular sus monedas al oro y restringir el crédito y la demanda. No así EE UU y Reino Unido, que devaluaron. Aquella política europea fue el antecedente económico del desorden social y político que llevó al conflicto europeo.

Es fundamental aprender de esa historia." (ANTÓN COSTAS. Sin palanca de cambio, aceite ni gasolina. El País, Negocios, 07/02/2010, p. 23)

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