"Un proyecto anunciado por el primer ministro del gobierno del sur de Australia, Jay Weatherill, nos sitúa de golpe en el futuro de la generación eléctrica, en el concepto de Enernet: un acuerdo con Tesla para dotar de techos solares y baterías acumuladoras a nada menos que cincuenta mil hogares, con el fin de crear la mayor central eléctrica virtual del mundo.
La idea es instalar de manera gratuita las tejas o paneles solares y las baterías Powerwall
de la compañía en los hogares, a cambio de la cesión de la energía
generada y su venta a los usuarios a precios ventajosos que supondrían
un importante ahorro en su factura energética.
El resultado, en un
territorio caracterizado por la gran abundancia de residencias
unifamiliares con una cubierta disponible para la instalación de
infraestructuras de generación, sería el equivalente de construir una
central eléctrica de 250 megavatios con una capacidad de almacenamiento
de 650, y supondría un ahorro de en torno a un 30% en el coste de la
energía para los usuarios.
El plan comenzaría con una prueba en 1,100
viviendas de titularidad pública para familias de bajos ingresos, que
pasaría posteriormente a la totalidad de 24,000 viviendas públicas
existentes (la región tiene una importante oferta de viviendas de titularidad pública,
lo que en este caso facilita el proceso de toma de decisiones) para,
finalmente, ofrecerse a todos los residentes de la región, con planes
para alcanzar las 50,000 viviendas en un plazo de cuatro años.
Con este
número de baterías comprometidas para los próximos años en el proyecto
australiano, todo indica que no solo los planes de Tesla para sus gigafactorías
tendrán que funcionar y escalar perfectamente su capacidad de
producción, sino que, además, es posible que sea temporalmente
complicado acceder a esas baterías en otros países del mundo.
La experiencia de Solar City en los Estados Unidos, incorporada a Tesla como adquisición en 2016,
supone una experiencia muy valiosa de cara a un proyecto de esta
magnitud: la compañía ofrece la financiación de este tipo de
equipamientos como inversión que se amortiza en función de los ahorros
obtenidos, y permite dimensionar el equipamiento necesario simplemente a
partir de la superficie construida y el equipamiento de la casa.
Por
otro lado, Tesla cuenta con un importante prestigio en Australia tras la conexión dentro del plazo señalado del mayor sistema de almacenamiento eléctrico del mundo,
cien megavatios, encargado de evitar los frecuentes cortes de
suministro que tenían lugar en el sur de Australia durante el verano.
Además, Tesla ha llevado a cabo ya proyectos en otras regiones, como la
sustitución de los generadores diesel de la Samoa Americana por energía solar.
La generación distribuida es, sin ningún tipo de duda, el futuro de la
energía, y el proyecto australiano, incluso teniendo en cuenta su uso
como herramienta de política electoral, es una buena prueba de ello.
Cuantos más hogares se conectan a un sistema de generación distribuido,
más fácilmente pueden balancearse los problemas puntuales en función del
desfase entre generación y consumo que suelen afectar a las energías
renovables, desfase que también contribuye a equilibrar la instalación
de baterías.
En un país como España, con abundante insolación y con una
importante factura energética en su balance de pagos derivada de la
importación de combustibles fósiles, es completamente absurdo e
insostenible que este tipo de desarrollos no estén teniendo lugar aún, y
que se recurra a absurdos “impuestos al sol”
y tácticas similares para tratar de disuadir la generación doméstica:
la dialéctica de la energía subvencionada es cada día más falsa. En el
futuro, este tipo de proyectos van a tener muchísimo que decir." (Enrique Dans, 05/02/18)
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