8.6.09

Adiós, GM... adiós motor de combustión interna... bienvenidas, energías renovables, trenes, autobuses...

"Escribo estas líneas en la mañana del fin de la otrora poderosa General Motors. Al mediodía, el presidente de Estados Unidos lo hará oficial: General Motors, tal y como la conocemos, es ahora siniestro total.

Sentado aquí, en el lugar de nacimiento de GM, en Flint (Michigan), estoy rodeado de familia y amigos ansiosos por saber qué les pasará a ellos y a la ciudad. El 40% de los hogares y de los negocios han sido abandonados. Imaginen vivir en una ciudad donde casi la mitad de las casas están vacías. ¿Cuál sería su estado de ánimo?

Es una triste ironía que la empresa que inventó la "obsolescencia planificada" -la decisión de fabricar automóviles que se cayeran a pedazos al cabo de unos años, de modo que el cliente tuviera que comprar uno nuevo- ahora se haya quedado obsoleta. Se negó a fabricar los automóviles que el público quería, coches que consumieran poco, que fueran todo lo seguros que fuese posible y que fueran increíblemente cómodos de conducir. Ah, y que no se cayeran a trozos al cabo de dos años. (...)

¡Pero ahora Estados Unidos es propietario de una empresa automovilística! Lo sé, lo sé; ¿quién demonios quiere gestionar una empresa automovilística? ¿Quién de nosotros quiere que se tiren a un agujero de ratas 50.000 millones de dólares de nuestros impuestos para seguir intentando salvar a GM? Dejemos esto claro: la única manera de salvar a GM es matar a GM. Salvar nuestra preciosa infraestructura industrial, sin embargo, es otro asunto y debe ser la principal prioridad.

Si permitimos el cierre y el derribo de nuestras fábricas de automóviles, desearemos amargamente tenerlas todavía cuando nos demos cuenta de que esas fábricas podrían haber construido los sistemas de energía alternativos que hoy en día necesitamos tan desesperadamente. Y cuando nos percatemos de que la mejor manera de trasladarnos es en tren ligero y en trenes bala y en autobuses más ecológicos, ¿cómo lo haremos si hemos permitido que nuestra capacidad industrial y la mano de obra especializada desaparezcan? (...)

Igual que hizo el presidente Roosevelt tras el ataque de Pearl Harbor, el presidente Obama debe decirle a la nación que estamos en guerra y que debemos convertir inmediatamente nuestras fábricas de automóviles en fábricas que construyan vehículos de transporte público y aparatos de energía alternativa. (...)

En el otro frente de esta guerra, las empresas petrolíferas luchan contra ustedes y contra mí. Están empeñadas en desplumarnos a la menor oportunidad, y han sido las temerarias administradoras de la cantidad finita de petróleo que se encuentra bajo la superficie terrestre. Saben que la están chupando hasta la médula. (...)

Este año hace cien que los fundadores de General Motors convencieron al mundo para que renunciara a sus caballos y sus sillas y sus fustas y probara un nuevo medio de transporte. Ahora es el momento de que le digamos adiós al motor de combustión interna." (Michael Moore: Adiós, GM. El País, Negocios, 19/04/2009, p. 10/11)

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