"¿Estamos ante el "hundimiento de la legislatura",
como advierte angustiado uno de los analistas más reconocidos de la
derecha, José Antonio Zarzalejos? Las cifras y previsiones sobre el
paro parecen, efectivamente, inasumibles socialmente. (...)
Frente a la excusa de Rajoy –"quien me ha impedido cumplir mi programa ha sido la realidad"—, el diagnóstico de Zarzalejos resulta demoledor: "el naufragio del paquebote popular se ha producido por la combinación de tres factores: la quiebra de la fiabilidad política del Gobierno y del PP –todo lo que se ha prometido se ha incumplido—, la comprobación de su escasa competencia técnica en materia económico-social y en la gestión de los intereses de España en la Unión Europea y la ausencia de un discurso político que, además de cubrir los frentes mencionados, ofreciese respuesta a la crisis institucional, al fenómeno de la corrupción y a la precarización del modelo territorial a raíz de la apuesta independentista en Cataluña". (...)
Importa,
ante todo, destacar el clima social en que se produce el
reconocimiento del fracaso del Gobierno Rajoy. El conocido barómetro
electoral de Metroscopia de abril
recoge la caída, desde las elecciones de noviembre del 2011, en la
intención de voto del PP: un tremendo precipicio del 20% (del 44,6% al
24,5%).
Por su parte, el PSOE sigue en caída libre, con un descenso del
4,3% (del 28,7% —después de la perdida de 14 puntos desde 2008— al
23%). Menos difusión ha tenido el obSERvatorio del 15 de abril
de la Cadena Ser, que muestra no sólo la apabullante desconfianza
popular ante el bipartidismo dinástico (87%), sino la enorme
radicalización y la creciente disposición a la movilización social de
la opinión pública, incluida la convocatoria de una nueva huelga
general (47%), a pesar del descrédito de los sindicatos mayoritarios
(que sólo recogen un apoyo del 18%, frente, por ejemplo, a un
espectacular 75% cosechado por la Plataforma de Afectados por las
Hipotecas encabezada por Ada Colau). (...)
Lo cierto es que en la UE Rajoy ha pasado de ser un supuesto aliado estratégico de Angela Merkel a convertirse en el esforzado alumno despechado, para terminar pretendiéndose un conspirador de capa y espada a favor de una iniciativa comunitaria para el crecimiento.
Nada de ello es verdad, por
supuesto. La modesta –y ridícula— verdad consiste en esto: hace lo que
se le dice, como y cuando se le dice desde Berlín o Bruselas. Más que
el guardián, es el pícaro del memorándum. (...)
Y en ese trance, sus principales activos son la holgada mayoría parlamentaria y la falta de una alternativa política creíble programática y organizativamente, es decir, verdaderamente amedrentante. Gracias a esos dos activos ha logrado esquivar el segundo rescate, poner sordina a los cantos de sirena de los pactos de estado o del gobierno de "unidad nacional" y mantener a raya y dispersa la crecida resistencia social.
Lo que no ha
logrado evitar es la incesante erosión de su legitimidad electoral, de
su base electoral y de la del conjunto del régimen bipartidista. Tampoco
ha escapado a las devastadoras dentelladas de la crisis financiera del
estado de las autonomías, ni al destape generalizado de la corrupción,
que es, sobre todo, manifestación de la ruptura del consenso
hegemónico de las clases rectoras del capitalismo oligopólico de
amiguetes políticamente promiscuos de la Transición. (...)
Es lo más probable que su legitimidad entre en proceso de erosión irreversible con las elecciones europeas de 2014 y las municipales y autonómicas posteriores. Lo que a estas alturas cotiza como seguro es que las elecciones generales de 2015 pondrán fin a la mayoría política del régimen bipartidista. Para entonces, el paro puede rondar ya el 30%. Y no valdrán las medias tintas." ('Reino de España: el Gobierno Rajoy admite su fracaso ¿y ahora qué?', de Antoni Domènech · G. Buster · Daniel Raventós, Sin Permiso, 28/04/2013)
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