10.6.24

Los comicios de México supusieron una gran victoria para la izquierda global en un momento de grandes retrocesos en el mundo. Siete días después, los resultados de los comicios europeos muestran un nuevo hito en el avance de la ultraderecha... en noviembre, una victoria de Donald Trump supondría otro peligrosísimo vuelco en la hegemonía mundial favorable a las posiciones ultras. El 2024 se está sembrando un terror que podría ver la luz en 2025 (Sato Díaz)

 "Por el bien de todos, primero los pobres". Hace solo una semana Claudia Sheinbaum ganaba las elecciones presidenciales en México. (...)

Los comicios de México supusieron una gran victoria para la izquierda global en un momento de grandes retrocesos en el mundo. Siete días después, los resultados de los comicios europeos muestran un horizonte oscuro para el viejo continente. El avance de la ultraderecha marca un nuevo hito este domingo, lidera ya un puñado de países europeos, su influencia se multiplica por todo el planeta, y la reacción se convierte ya en la tercera fuerza política del Europarlamento pese a que, de momento, los partidos de este espectro siguen divididos en dos grupos. En noviembre, será el momento de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, una victoria de Donald Trump supondría otro peligrosísimo vuelco en la hegemonía mundial favorable a las posiciones ultras. El 2024 se está sembrando un terror que podría ver la luz en 2025.

Las opciones progresistas en Europa sufren otro retroceso. Los verdes son los que peor parados salen en el parlamento repartido entre Bruselas y Estrasburgo; The Left sigue menguando en la Eurocámara y los socialdemócratas no aguantan la mirada a los 'populares'. Esta regresión tiene que ver con una derrota cultural que se viene engrasando desde hace años y que está muy relacionada con una incapacidad de las izquierdas de imaginar otro mundo posible, alternativo al neoliberalismo, al individualismo. Esta crisis imaginativa se multiplica a la hora de dar, precisamente, respuestas a las cuestiones que el mundo plantea en materia de política internacional. Las izquierdas llevan décadas sin tomar la delantera en este ámbito.

Esta carencia teórica se ve en muchas ocasiones acompañada de errores organizativos. La socialdemocracia sigue, al menos, estructurada en partidos fuertes en muchos países; las izquierdas alternativas, no, al menos en Europa. En el Estado español, la situación es paradigmática. La izquierda alternativa se cuenta hacia el exterior, en gran medida, por sus batallas internas, las cuales consumen la mayor parte de la energía de este espacio político. Sus apariciones mediáticas suelen estar copadas por las discrepancias de matiz y por las disputas en muchas ocasiones personales. (...)

En Ferraz ven el espacio en descomposición a su izquierda como un caladero de votos. Por ello, frente a unas derechas y ultraderechas que cada vez suben más el tono político, Pedro Sánchez usa un discurso más izquierdista. El resultado es que el espacio a su izquierda, a nivel estatal representado por Sumar y Podemos, va disminuyendo, mientras el PSOE sobrevive la embestida de las derechas, cuyo bloque supera al de los partidos progresistas. (...)"              (Sato Díaz, Público, 10/06/24)

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