18.6.24

Washington ha reforzado su control sobre la economía mundial a través de un triple mecanismo; el dólar, el sistema SWIFT para las transferencias financieras y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Rusia y China juntas están impulsando cambios estructurales en el sistema económico internacional, bilateralmente y con los BRICS: mediante el uso de monedas locales. Desarrollo de sistemas de transferencia financiera alternativos al SWIFT e integración de los sistemas nacionales de pago y transacciones financieras, como el PESA ruso, el CIPS chino, el SFMS indio y el Pix brasileño. Establecer instituciones financieras alternativas al FMI y al BM, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), el Acuerdo de Reservas Contingentes (CRA) de los BRICS y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (Nourhan ElSheikh, Un. El Cairo)

"(...) Además, no es posible imaginar un mundo con oportunidades más equitativas y seguridad sin un sistema económico libre de la hegemonía egoísta de un solo país que ha controlado la economía mundial durante casi ocho décadas y la ha encauzado para servir exclusivamente a sus intereses. Washington ha reforzado su control sobre la economía mundial a través de un triple mecanismo. El dominio absoluto del dólar estadounidense sobre todas las transacciones comerciales, el sistema SWIFT para las transferencias financieras y las instituciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Rusia y China juntas están impulsando cambios estructurales en el sistema económico internacional, bilateralmente y a través del grupo BRICS. Esto se está llevando a cabo mediante la desdolarización y el abandono total del dólar estadounidense en el comercio y las transacciones comerciales a través de un cambio constante hacia el uso de monedas locales. Desarrollo de sistemas de transferencia financiera alternativos al SWIFT e integración de los sistemas nacionales de pago y transacciones financieras, como el PESA ruso, el CIPS chino, el SFMS indio y el Pix brasileño. Establecer instituciones financieras alternativas al FMI y al BM, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), el Acuerdo de Reservas Contingentes (CRA) de los BRICS y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras.

El Sur Global tiene que sumarse a estos esfuerzos y participar eficazmente en estos procedimientos para empoderarse como corriente global que acabe con el monopolio estadounidense. Ello contribuiría a avanzar hacia una dinámica económica más justa basada en el principio de que todos ganan. La explotación de la riqueza del Sur Global ya no es posible en el mundo del mañana, en el que la asociación se da en pie de igualdad entre todos los países que avanzan juntos hacia el desarrollo y la prosperidad. En este contexto, es importante ampliar el número de miembros de los BRICS, del Nuevo Banco de Desarrollo y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras. La conexión en red de la Unión Económica Euroasiática, la Iniciativa «Belt and Road» y Mercosur es de gran importancia para maximizar los beneficios económicos.La conclusión de acuerdos de libre comercio entre esos marcos y las economías emergentes del Sur Global, especialmente los países africanos, es importante para la integración económica de la mayoría global en el nuevo orden mundial. (...)

En tercer lugar, el pilar político y de seguridad. (...)

No es posible que un país o incluso un grupo de países estén seguros mientras otros están amenazados. Aunque ésta es la esencia del «dilema de la seguridad» del que Occidente lleva hablando mucho tiempo y debatiendo ampliamente, a nivel de política real no ha tomado ninguna medida para evitar dicho dilema. De hecho, las políticas occidentales suelen reforzar este dilema debido a la amenaza que representan para la seguridad y los intereses de otros países. Sus políticas en Ucrania, Taiwán, Gaza, Venezuela y otros lugares son claros ejemplos de ello.

En este contexto, es necesario activar marcos de cooperación internacional y regional que expresen la voluntad colectiva, y coordinar los esfuerzos entre ellos. En primera línea se encuentra la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), considerada una piedra angular para mantener la seguridad y la estabilidad en Asia. Es necesario ampliar el número de miembros de la OCS para incluir al mayor número posible de países asiáticos. Tender puentes entre la OCS, la ASEAN, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Fomento de la Confianza en Asia (CICA) es también un paso constructivo. La puesta en red de todas estas organizaciones es la base para construir un sistema de seguridad integrado en el continente asiático. Permitiría contrarrestar los intentos estadounidenses de desestabilizar la seguridad y la estabilidad, socavar la paz en el continente y también todos los esfuerzos de desarrollo económico. También ayudaría a evitar guerras y conflictos que agotan los recursos y obstaculizan el progreso. Paralelamente, sería un paso adelante conectar en red esas organizaciones asiáticas con la Unión Africana y trabajar juntas para hacer frente a los desafíos globales que amenazan a todas ellas.

Además, a pesar de la obstrucción occidental al papel de las Naciones Unidas en muchos asuntos internacionales y regionales, que se puso de manifiesto últimamente durante la crisis de Gaza, la ONU sigue siendo un importante foro mundial que expresa la voluntad colectiva, especialmente a nivel de la Asamblea General. Trabajar para activarlo y apoyar la independencia de su postura es crucial para el nuevo orden mundial. (...)" ( Nourhan ElSheikh ,  , Salvador López Arnal, blog, 17/06/24, fuente Valdai )

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