"Andrew Haldane, director de Estabilidad Financiera del Banco de Inglaterra, asegura en una entrevista con el diario británico The Independent
 que "la cultura mono banca que hemos tenido desde la década de los 90 
ha tocado a su fin". 
El directivo contempla ahora la aparición de un 
"ecosistema diverso con el crecimiento de grupos no bancarios ofreciendo
 préstamos peer-to-peer (P2P) [persona a persona] y crowdfunding, que están operando directamente con un público más amplio". 
Haldane
 se muestra convencido de que este tipo de compañías representa "la 
oportunidad de sacudir las finanzas", llegando a confiar en que "su 
crecimiento ayude a resolver los problemas que tenemos para conceder 
crédito a las pymes". Desde su punto de vista, "la intermediación 
bancaria puede llegar a sobrar con el tiempo". 
Desde Ausbanc 
(Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios) en España, su adjunto a 
la presidencia, Ángel Garay, se muestra confiado con este tipo de 
modelo, entendiendo que "en España se están dando ya estas figuras y 
progresivamente tomarán más importancia".
 Para Garay, ese fue en cierto 
modo "el comienzo hace doscientos años de las Cajas de Ahorro españolas,
 como vía alternativa al sistema bancario", entendida como "una forma  
‘social' como las cooperativas que servían a las familias y las pymes 
para financiarse. Un modelo que, en su opinión, "resultó un éxito hasta 
que en los años 80 y 90 las Cajas se convirtieron en Bancos bajo 
personajes como Miguel Blesa o Narcís Serra".
De diferente 
opinión es José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, que no ve 
viable el modelo en un mercado como el español, "extraordinariamente 
‘bancarizado" puesto que "sería como si te quitan el hígado sin ponerte 
otro hígado". Díez puntualiza que "puede funcionar, pero no ser 
sustitutivo del crédito bancario, aunque ese es el modelo que se sigue 
en China, donde la financiación del 30 o 40% de las pymes viene por esa 
vía".
Díez es más amigo, en cambio, de otras medidas que está tomando el Banco de Inglaterra, como es el caso del "funding for credit",
 esto es, conceder ayudas públicas a los bancos a cambio de obligación 
de conceder crédito. "En el caso español", señala el economista, "yo 
impondría cuotas obligatorias de crédito a familias y pymes, pues son 
las que tiran del consumo y el empleo".(...)
 Los últimos datos del Banco de España corroboran al organismo 
europeo, subrayando la caída en picado que está sufriendo el crédito 
para las pymes, hasta el punto de encontrarse en el peor momento de los 
últimos cuatro años. 
Ante esta situación, el mercado de 
financiación P2P en España aún es muy reciente, a diferencia de lo que 
sucede en países como Reino Unido, donde sólo Zopa ya ha movido 
préstamos por valor de más de 250 millones de libras (más de 307 
millones de euros) desde su creación en 2005. 
De hecho, las políticas 
del Gobierno de Cameron se dirigen a reforzar ese tipo de financiación y
 recientemente se destinaron 55 millones de libras (67,5 millones de 
euros) de dinero público a cuatro de estas organizaciones para que 
financiaran proyectos empresariales privados. 
El primer actor de crowdfunding que llegó a España fue Lánzanos
 , que con dos años recién cumplidos ha conseguido sacar adelante 160 
proyectos con algo más de un millón de euros recaudados. Su director 
general, Gregorio López-Triviño, considera que "este modelo funciona muy
 bien en preventa y creo que tiene bastante futuro, pues el ratio de 
éxito en proyectos de música o libros es del 80-90%". 
Sin embargo, 
López-Triviño restringe este éxito a los microcréditos, "no a proyectos 
en los que hacen falta grandes sumas para, por ejemplo, montar un 
restaurante". 
"Es cierto que siempre resulta más sencillo vender algo que ya puedes mostrar, pero con el crowdfunding eliminas muchos riesgos", sostiene el directivo que insiste en la necesidad de "abandonar la idea de que el crowdfunding
 es sinónimo de mendigar". De cara a la empresa, el responsable de 
Lánzanos explica que "también tiene mucho sentido para las start-ups que
 quieren poner en marcha un nuevo servicio, como un hosting 
para cuyo arranque es necesario un mínimo de usuarios.
 Entonces se 
ofrece a un precio reducido, lo arrancas y además obtienes las 
valoraciones de esos primeros usuarios que te ayudarán a mejorar el 
servicio".
Otras empresas, como The Crowd Angel , han fusionado el modelo crowdfunding
 con el de las sociedades de capital riesgo, centrándose en el sector de
 las empresas tecnológicas. Su cofundador y responsable, Ramón Saltor, 
explica que "hemos simplificado y automatizado el proceso para invertir 
en este tipo de operaciones". 
The Crowd Angel estudia los 
proyectos empresariales y cuando identifica "buenas operaciones" las 
publicita en su plataforma, requiriendo un mínimo de 3.000 euros por 
inversor.
 "Es un filtro que introducimos para seleccionar el perfil de 
inversor, que sea consciente de la importancia de la operación, pero al 
mismo tiempo reduciendo su riesgo pues anteriormente los mínimos en 
proyectos de este tipo podían rondar los 50.000 euros". De este modo, 
explica, "se diversifica el riesgo repartiendo esa inversión en cuantos 
más proyectos mejor". 
Saltor explica que, desde que iniciara su
 andadura el pasado mes de abril, la compañía ya ha cerrado tres 
proyectos y "para el año que viene esperamos rondar las 6-8 operaciones,
 porque preferimos pocas operaciones pero buenas".      (Público, 18/12/2012)
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