"Que Barclays haya sido multado por alterar el valor del líbor (y del 
Euribor) forma parte de los hurtos de cuello blanco. Y forma parte de la
 trayectoria del sector la colusión entre las agencias de *rating* y los
 grandes bancos. 
Lo mismo que los engaños de los directivos de 
Lehman Brothers para maquillar las cifras del déficit griego y así 
lograr que se incorporase Grecia al euro, llevándose de paso millones de
 euros en comisiones. 
Pero todo eso es un magro consuelo de lo 
que se nos cae encima a los españolitos por el error económico de 
compraventa de suelo, de urbanizar los campos y sembrar edificios vacios
 cada vez a un mayor precio, prestado desde el exterior a nuestro 
sistema financiero, endeudándose en un volumen desaforado, a corto 
plazo. 
Los bancos y cajas creían que su gran inversión 
crediticia se recuperaría a largo plazo. Pero tras el cambio de 
coyuntura, de nada ha valido la intención de renegociar periódicamente 
un principal en disminución -porque se ha ido pagando en estos años de 
crisis-, y se ha pasado, en una cantidad relevante, de ser prestamista 
de créditos hipotecarios a poseedor del bien hipotecado, pero con una 
caída de precio de los activos apalancados y a la pérdida patrimonial, 
cuando no, a sufrir más la morosidad de los clientes. 
El 
rescate financiero propuesto consiste en que se facilita una 
renegociación de esos créditos privados (de las cajas y bancos 
españoles) con vencimientos a corto, para alargar en el tiempo su 
devolución. Como los bancos acreedores de esa deuda privada son 
europeos, alemanes y franceses y en menor medida de otros países, se les
 está dando garantía de devolución del principal (a corto) y de que, en 
todo caso, se pagarán esos créditos a largo plazo. 
Existen dos problemas. 
 UNO. Que esos malditos 'activos' se rentabilicen (obtención de rentas) 
y/o se liquiden. Que haya una rotación de la deuda en el tiempo para que
 se digieran por parte de los consumidores esos millones de hipotecas 
todavía vivas, gracias a su capacidad de pago (sobre la base del resto 
de la economía productiva).
 Es a eso a lo que llaman desapalancar una 
economía cebada a base de créditos exteriores. Es una cuestión de 
acoplar ritmos de pagos y generación de riqueza en otros sectores no 
inmobiliarios. Y en función de los plazos, si el resto de la economía 
tiene un ritmo de crecimiento mayor o igual al necesario fijado en el 
desapalancamiento, mejorará la capacidad de expansión económica. 
Si lo 
hace a un ritmo menor, habrá un empobrecimiento relativo. Por los tipos 
anunciados a los que los bancos deben pagar sus créditos nuevos sus 
accionistas perderán valor de sus inversiones. Pero, también, parece que
 será difícil que el crédito 'normal' llegue a las empresas y 
particulares con fluidez y a bajo interés, haciendo difícil la 
recuperación económica. 
DOS. Parece que las condiciones del 
rescate (garantizar a los bancos europeos el cobro de sus deudas –si 
bien también ellos cebaron la máquina especulativa y fueron 
corresponsables-, y que el resto de los contribuyentes europeos no se 
excedan en su generosidad, remunerada) tiene como objetivo, no que 
España digiera el empacho del ladrillo, sino garantizar el cobro 
mediante una reducción del tamaño del Estado que libere los recursos de 
pago de la deuda, porque el pacto de estabilidad sigue existiendo.(...)
Puede haber ahora, después de comprobar el desaguisado del euro, 
un remedo de Ministerio de Economía Europeo. Lo que no está previsto es 
la mejora en la redistribución de la renta y el sufragar y comunitarizar
 los costes asimétricos de la construcción europea, ni los errores de 
cada país, aunque hayan alimentado las rentas de otros.
 Lo que se ha 
dicho claro es que cada país aguante su vela. Los griegos ya están en 
plena galerna, sin amparo. A otros, si el turismo, las exportaciones y 
demás no lo solucionan, 'Europa' no les da otra alternativa. 
Y lo que no es razonable, no se puede admitir. De ahí la protesta."         (Santiago González Vallejo, Rebelión, 16/12/2012) 
No hay comentarios:
Publicar un comentario