30.4.18

Reivindiqué que hubiera un entendimiento entre PSOE y Podemos. Todo el mundo me miraba como si fuera un marciano. Si se quieren abordar algunos problemas, incluido el de Cataluña, tiene que ser mediante una coalición de izquierdas...

"(...) — Usted sostiene que la socialdemocracia es la corriente de la izquierda que consiguió un admirable equilibrio: motivos morales excelentes y un proyecto de cambio realista y compatible y los derechos fundamentales de los ciudadanos. ¿Es la ideología idónea aunque ahora esté en crisis?

— Es la única corriente de la izquierda que ha cambiado el mundo y que, allí donde ha gobernado, ha introducido cambios muy sustanciales y ha mejorado la vida de muchos millones de personas, pero en los últimos quince años está en caída libre. Ha caído a la mitad del apoyo que tenía hace veinte o veinticinco años y hay que preguntarse por qué ha sucedido esto.

Creo que en la etapa dorada de la socialdemocracia había un equilibrio virtuoso entre los ideales de transformación y las prácticas políticas que se llevaban a cabo para conseguir esos ideales. Pero la evolución histórica ha causado que los ideales hayan ido perdiendo peso, hayan ido perdiendo presencia y se ha vuelto demasiado pragmática.

 Ha perdido la capacidad ilusionante que tenía, incorporando demasiadas recetas de la orilla contraria, la del neoliberalismo económico. La ciudadanía ve a estos gobernantes como peores gestores que los partidos de derecha, pero tampoco ve suficiente ilusión para compensar su déficit de gestión.

 Yo no sé si la socialdemocracia será capaz de reinventarse o está condenada a ir desapareciendo y transformarse en otra cosa. Estamos en una coyuntura crítica en la historia y es muy difícil anticiparse. Los indicadores son pesimistas: incluso si pudiera recuperarse no volvería a la época dorada de lograr un apoyo dorado.

— Lo ideal, por tanto, sería volver a esos inicios de la socialdemocracia. ¿Es imposible regresar?

— Casi parece una cosa nostálgica. Syriza en Grecia o Podemos en España han dicho que solo quieren ser buenos socialdemócratas, como fueron los de los años 60 o 70. Creo que este no es un mensaje ganador.

La gente lo va a ver como algo que ya se ha superado y que hay que inventarse formas nuevas de defender la igualdad o la solidaridad. Es casi mejor perder ese referente que ha sido importante en muchos países, pero que por algún motivo ya no tiene capacidad de sumar apoyos sociales.

— ¿Es posible lograr un nexo común, un punto común de encuentro entre los partidos políticos más de derechas y la izquierda?

— Yo fui uno de los primeros que reivindicó que hubiera un entendimiento entre PSOE y Podemos. Todo el mundo me miraba como si fuera un marciano.

Los del PSOE decían que me había podemizado y en Podemos se preguntaban qué tenían que hacer con el PSOE si habían llegado para superarlo, pero creo que el paso del tiempo está demostrando que la única opción de plantar cara a los gobiernos regresivos que hemos tenido en los últimos años pasa por un entendimiento sólido entre Podemos y PSOE.

 Estamos muy lejos de ello, pero los dos partidos están condenados a entenderse. Por otro lado, en la historia, ha habido muchas coaliciones electorales entre socialdemócratas y liberales –en referencia a PSOE y Ciudadanos–. No sería raro, pero creo que la situación en España no está para eso. Sería coherente con lo que ha sucedido en Europa, pero creo que si se quieren abordar seriamente algunos problemas, incluido el de Cataluña, tiene que ser mediante una coalición de izquierdas."

(Entrevista a Ignacio Sánchez-Cuenca , profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, María F. Sánchez, Cuarto Poder, 28/04/18)

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