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3.5.23

Michael Roberts: La quiebra del First Republic Bank es el último capítulo de la crisis bancaria en curso en Estados Unidos. Se trata del segundo mayor colapso bancario de la historia financiera estadounidense. Demuestra una vez más la necesidad de la propiedad pública del sistema bancario... Si los tres bancos hubieran sido nacionalizados, los 35.000 millones de dólares gastados por la FDIC para ceder los activos de estos bancos a otros más grandes podrían haberse utilizado en su lugar para reestructurarlos en bancos públicos que, con el tiempo, habrían aportado ingresos suficientes para que el gobierno (FDIC) obtuviera beneficios, no para bancos como JPMorgan... La otra lección de esta crisis es el fracaso de la regulación como alternativa a la propiedad pública. La historia de la regulación, ya sea aplicada a bancos grandes o pequeños, ha demostrado ser un fracaso total... La propiedad pública, gestionada democráticamente, acabaría con la banca como una máquina de hacer dinero derrochadora, corrupta e inestable que paga grotescos sueldos, primas y plusvalías a una pequeña camarilla de especuladores superricos... mientras, la Reserva Federal y otros bancos centrales siguen subiendo sus tipos de interés "políticos", aumentando el coste de los préstamos y restringiendo el crédito, aumentando el peligro de nuevos colapsos bancarios

 "(...) First Republic es el tercer banco que quiebra tras Silicon Valley Bank (SVB) y Signature.  En total, 47.000 millones de dólares en activos bancarios se han esfumado, y las pérdidas han sido asumidas en parte por los accionistas y tenedores de bonos de estos bancos.  Pero también ha habido un coste para los fondos públicos.  La Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) es un organismo público financiado por las contribuciones de todos los bancos.  

El coste de organizar y financiar el coste de estas quiebras y absorciones se estima en 20.000 millones de dólares (para SVB), 13.000 millones de dólares (para First Republic) y 2.500 millones de dólares (Signature).  Así pues, aproximadamente tres cuartas partes de las pérdidas totales las asume la FDIC.  La FDIC pedirá nuevos gravámenes a los bancos, por lo que la carga acabará repartiéndose, pero a costa de reducir el crédito bancario a hogares y empresas y de aumentar los costes de los intereses.

Un banco que no va a perder es JP Morgan.  La adquisición de First Republic parece un gran negocio para JPM.  JPM paga a la FDIC 10.600 millones de dólares, a cambio de los cuales obtiene 185.000 millones de dólares en préstamos y valores que devengan intereses.  A su vez, JPM se hace cargo de los depósitos de First Republic y de los préstamos pendientes de First Republic con la Fed.  Pero la FDIC proporciona a JPM una línea de crédito de 50.000 millones de dólares a lo largo de cinco años, de modo que se cubra cualquier nueva caída de los depósitos o el impago de los préstamos de First Republic.  En otras palabras, JPM no tendrá que obtener costosos préstamos de la Fed, ya que cuenta con un préstamo especial de la FDIC en condiciones más fáciles.  Los bancos pequeños pueden preguntarse por qué el mayor banco de EE.UU. obtiene un préstamo especial barato.

JPM será ahora propietario de los activos de First Republic por 10.600 millones de dólares.  Dimon, el jefe de JPM, dice que ganará unos 500 millones de dólares al año con estos activos, lo que se merece por asumir el riesgo de las deudas de First Republic.  Pero eso es claramente una subestimación - es más probable que sea un beneficio de 1.000 millones de dólares al año a las tasas actuales de préstamos a las empresas y sobre todo la baja tasa que la FDIC ha dispuesto para que JPM pida prestado.  Eso es lo que ganó First Republic en su último trimestre.  Así que eso añadirá un 2% a los beneficios anuales de JPM. Además, ¡la FDIC ha acordado asumir el 80% de cualquier pérdida por impago de préstamos!  El precio de las acciones de JPM subió 11.000 millones de dólares en un día al conocerse la noticia.  Así que incluso el pago de JPM a la FDIC ha sido cubierto inmediatamente.

Estos colapsos bancarios ofrecen otro poderoso argumento a favor de la propiedad pública de la banca.  Si los tres bancos hubieran sido nacionalizados, los 35.000 millones de dólares gastados por la FDIC para ceder los activos de estos bancos a otros más grandes podrían haberse utilizado en su lugar para reestructurarlos en bancos públicos que, con el tiempo, habrían aportado ingresos suficientes para que el gobierno (FDIC) obtuviera beneficios, no para bancos como JPM.

La otra lección de esta crisis es el fracaso de la regulación como alternativa a la propiedad pública.  En un informe especial encargado por la Fed sobre la debacle del SVB, se culpaba a la reducción de la regulación de los bancos más pequeños bajo la administración Trump.  A la administración demócrata le gusta esa conclusión, pero el informe no aportaba ninguna prueba de que los cambios de Trump hubieran supuesto alguna diferencia a la hora de evitar el colapso de alguno de esos bancos.  La historia de la regulación, ya sea aplicada a bancos grandes o pequeños, ha demostrado ser un fracaso total.

Así que ahora hemos tenido tres quiebras bancarias, dejando a JP Morgan en una posición aún más dominante en el sector bancario, ahora con el 12% de todos los depósitos de los clientes en los EE.UU..  En la crisis financiera de 2008, el grito era que había muchos grandes bancos que eran "demasiado grandes para quebrar".  Quince años después, los grandes bancos son aún mayores, pero no demasiado grandes para quebrar, como demostró la quiebra y absorción del banco suizo Credit Suisse el mes pasado.  De hecho, es ridículo que el ahora enorme banco suizo UBS siga siendo de propiedad privada, subvencionado por el Estado, en lugar de ser de propiedad pública.

Y mientras la Reserva Federal y otros bancos centrales sigan subiendo sus tipos de interés "políticos", aumentando el coste de los préstamos y restringiendo el crédito, seguirá aumentando el peligro de nuevos colapsos bancarios.

Los argumentos a favor de la propiedad pública son abrumadores, no sólo de los bancos medianos como First Republic que tienen problemas, sino también de los grandes megabancos como JP Morgan, cada vez más convertidos en poderosos monopolios.  La propiedad pública, gestionada democráticamente, acabaría con la banca como una máquina de hacer dinero derrochadora, corrupta e inestable que paga grotescos sueldos, primas y plusvalías a una pequeña camarilla de especuladores superricos (que especulan con nuestros depósitos) y, en su lugar, la convertiría en un servicio público para sus clientes, hogares y empresas, cuyos beneficios irían a parar al conjunto del país." 
             (Michael Roberts, the next recession, 02/05/23)

21.3.23

Eduardo Garzón: El segundo colapso bancario más grave de Estados Unidos, Silicon Valley Bank, explicado sencillamente... desde el año 2010 la Reserva Federal de Estados Unidos redujo muchísimo los tipos de interés e inundó de dinero las cuentas de los fondos de inversión. Muchos de ellos, especialmente los de capital riesgo, sin saber qué hacer con tanto dinero regalado, lo invirtieron en start-ups, lo cual suponía un riesgo considerable, pero con dinero regalado y ocioso merecía la pena intentarlo... así este banco se vio inundado de dinero... así que invertió en bonos públicos estadounidenses a largo plazo (5 o más años). Y lo hicieron a lo grande... No obstante, esa inversión segura conllevaba un riesgo a tener en cuenta: que aumentaran los tipos de interés. Resulta que el valor de cualquier bono es inverso al de su tipo de interés, de forma que, si este último aumenta, el valor de mercado del bono baja... y el banco no se protegió ante este riesgo... Este comportamiento tan negligente e irresponsable no fue advertido por las autoridades supervisoras... porque en el año 2018 la Administración de Donald Trump aprobó una desregulación bancaria que dejó al Silicon Valley Bank (entre otros 24 grandes bancos) fuera de la vigilancia de los supervisores... Entonces llegó el año 2022 y la Reserva Federal de Estados Unidos comenzó a subir los tipos de interés a una velocidad nunca antes vista... el banco californiano perdió al menos mil millones de dólares en sus libros cada vez que se subían 25 puntos básicos, y se han subido 450 en menos de un año... Finalmente, para poder disponer de dinero contante y sonante el banco vendió una buena parte de su cartera de bonos, materializando todas las pérdidas que hasta el momento sólo aparecían en sus libros de contabilidad. Su cotización en bolsa se hundió un 60% ese mismo día y el resto de la historia es conocida

 "Se acaba de producir el segundo colapso bancario más grave de la historia de Estados Unidos -sólo por detrás del que conocimos en el año 2008-, el de Silicon Valle Bank, que ha obligado a las autoridades públicas a movilizar 25.000 millones de dólares para evitar un pánico bancario generalizado y la quiebra total del sistema. Estos acontecimientos nos retrotraen inevitablemente a la pasada crisis financiera iniciada hace 15 años y reviven muchos miedos que creíamos ya superados. Sin embargo, lo cierto es que este colapso bancario no tiene prácticamente nada que ver con el de Lehman Brothers, y lo mismo ocurrirá con sus consecuencias.

El banco de Silicon Valley no era un banco al uso. Mientras que la mayoría de bancos comerciales suelen basar su negocio en otorgar créditos a clientes muy variados (hogares y empresas de muchos sectores económicos distintos) así como en gestionar sus depósitos, el negocio de este banco californiano consistía en captar los depósitos de las grandes empresas tecnológicas y ofrecerles ciertos servicios financieros entre los que no destacaban los créditos. Mientras que los bancos comerciales típicos hacen negocio porque cobran más intereses por sus créditos concedidos que los intereses que pagan por sus depósitos y otras fuentes de financiación, Silicon Valley Bank hacía negocio de una forma muy distinta: rentabilizando a largo plazo los depósitos de sus acaudalados clientes.

Téngase en cuenta que desde el año 2010 la Reserva Federal de Estados Unidos redujo muchísimo los tipos de interés e inundó de dinero las cuentas de los fondos de inversión. Muchos de ellos, especialmente los de capital riesgo, sin saber qué hacer con tanto dinero regalado, lo invirtieron en start-ups, aventuras empresariales muy innovadores vinculadas a las últimas tecnologías (incluyendo el mundo de las criptomonedas), lo cual suponía un riesgo considerable porque nunca es seguro que dichas ideas innovadoras vayan a tener éxito (y si lo tienen lleva un cierto tiempo), pero con dinero regalado y ocioso merecía la pena intentarlo.

Al tener estas empresas tecnológicas sus cuentas bancarias concentradas en el Silicon Valley, este banco se vio inundado de dinero (especialmente tras el año 2020 con la pandemia: en solo un año pasó de tener 102.000 millones de dólares en depósitos a 189.000 millones). Pero apenas podía utilizarlo en conceder créditos a sus clientes porque eran grandes empresas tecnológicas que no los necesitaban; así que decidieron darle otro uso: invertir en bonos públicos estadounidenses a largo plazo (5 o más años). Y lo hicieron a lo grande: el banco tenía una cartera de inversiones gigantesca como porcentaje de los activos totales del 57% (cuando el banco promedio de Estados Unidos es del 24%). Esto les otorgaba una rentabilidad razonable a un riesgo reducido: si simplemente se limitaban a esperar a que vencieran esos plazos recuperarían la inversión sin problemas ya que el Tesoro estadounidense siempre paga sus deudas.

No obstante, esa inversión segura conllevaba un riesgo a tener en cuenta: que aumentaran los tipos de interés. Resulta que el valor de cualquier bono es inverso al de su tipo de interés, de forma que, si este último aumenta, el valor de mercado del bono baja. Éste es un riesgo importante del que muchos bancos se cubren utilizando swaps que convierten los ingresos fijos en ingresos vinculados al mercado, ¡pero la clave del asunto es que Silicon Valley Bank apenas utilizó esta fórmula para cubrirse del riesgo! La mayor parte de su cartera en bonos no fue protegida, y estamos hablando de más de 90.000 millones de bonos que no tenían cobertura.

Este comportamiento tan negligente e irresponsable no fue advertido por las autoridades supervisoras porque en el año 2018 la Administración de Donald Trump aprobó una desregulación bancaria que dejó al Silicon Valley Bank (entre otros 24 grandes bancos) fuera de la vigilancia más estrecha de los supervisores. Es importante recordar que ese mayor grado de supervisión bancaria que se relajó en 2018 fue aprobado diez años antes con motivos del estallido de Lehamn Brothers para que nunca volviese a ocurrir nada parecido. Y, por cierto, fue precisamente el CEO del Silicon Valley Bank uno de los que más presión ejercieron sobre las autoridades para que relajaran la supervisión bancaria que dejó fuera del foco a su banco.

Entonces llegó el año 2022 y la Reserva Federal de Estados Unidos comenzó a subir los tipos de interés a una velocidad nunca antes vista en la historia, lo que redujo el valor de mercado de los bonos públicos a un ritmo vertiginoso. En un cálculo aproximado, el banco californiano perdió al menos mil millones de dólares en sus libros cada vez que se subían 25 puntos básicos, y se han subido 450 en menos de un año. Aunque, en realidad, mientras no se vendiesen los bonos públicos no se materializaba ninguna pérdida (porque el bono ofrece renta fija y si se espera hasta su vencimiento no hay nada que temer); el problema es que el aumento de los tipos de interés hizo al mismo tiempo que las start-ups ya no fuesen tan atractivas, porque ya no había tanto dinero barato que poder arriesgar en estas aventuras; y al mismo tiempo todos los bancos empezaron a competir entre ellos por captar los ahorros de sus clientes.

Todo eso hizo que poco a poco el Silicon Valley Bank fuese perdiendo depósitos y liquidez (salía dinero y ya no entraba tanto), hasta tal punto que el pasado 8 de marzo anunció una captación extraordinaria de capital para cubrir el agujero que asustó a los mercados y a sus propios clientes (casi todos del mismo sector y con la misma información), que fueron todavía más raudos a sacar su dinero. Finalmente, para poder disponer de dinero contante y sonante el banco vendió una buena parte de su cartera de bonos, materializando todas las pérdidas que hasta el momento sólo aparecían en sus libros de contabilidad. Su cotización en bolsa se hundió un 60% ese mismo día y el resto de la historia es conocida: los reguladores cerraron el banco y unos días más tarde anunciaron -tras la presión de sus poderosos clientes- que todos los depósitos quedarían intactos -a pesar de superar casi todos el nivel de 250.000 dólares, el umbral que determinada el fondo de garantía de depósitos estadounidenses- gracias a la aprobación de un nuevo fondo de 25.000 millones de dólares que en teoría aportarán los accionistas y propietarios y el resto del sector bancario; aunque a saber...

La clave de este asunto es que el aumento de los tipos de interés suele beneficiar a los bancos comerciales (porque hacen negocio con el diferencial de los tipos y suelen subir más los intereses cobrados que los intereses pagados), pero con Silicon Valley Bank (y otros bancos similares, como el Signature Bank, vinculado a las criptomonedas) ha sido al contrario: el aumento de tipos de interés ha destapado sus negligentes prácticas de gestión -que a su vez no pudieron ser detectadas por culpa de la reforma bancaria de Trump en 2018-. Está por ver cuántos más bancos han acometido este tipo de prácticas irresponsables, pero lo que parece lógico pensar es que no ha sido una práctica generalizada, ya que la mayor parte de los bancos hacen negocios con el diferencial de tipos (y no con la certera de bonos públicos), y el reciente aumento de los mismos les ha beneficiado y no perjudicado. Lo único que está claro es que hemos vuelto a las andadas en materia de supervisión bancaria, lo que nos demuestra una vez más lo necesario que es que las autoridades públicas estén muy encima de las peligrosas prácticas bancarias para evitar más crisis sistémicas."             (Eduardo Garzón, Público, 14/03/23)

13.3.23

Michael Roberts: La rápida subida de los tipos de interés no sólo está afectando al empleo y al mercado inmobiliario, sino también, al parecer, a los bancos... ¿Qué le ha pasado a SVB? ¿Es un caso aislado o una señal de que se avecinan más quiebras financieras? El colapso de SVB se debe a un acontecimiento más amplio, a saber, las agresivas subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal durante el año pasado... La subida de los tipos también ha golpeado con especial dureza al sector tecnológico, minando el valor de las acciones tecnológicas y dificultando la captación de fondos. Así que las empresas tecnológicas empezaron a retirar sus depósitos en efectivo del SVB para hacer frente a sus facturas... "Todo el mundo en Wall Street sabía que la campaña de subida de tipos de la Reserva Federal acabaría rompiendo algo, y ahora mismo eso se está llevando por delante a los bancos pequeños"... las subidas de tipos han "aniquilado de hecho aproximadamente el 28% de todo el capital del sector bancario a finales de 2022"... mientras, la Reserva Federal parece dispuesta a seguir subiendo los tipos de interés... Posiblemente hasta el punto de hundir parte del sector bancario y empresarial

 "El viernes, el banco californiano Silicon Valley Bank (SVB) se convirtió en el mayor banco en quebrar desde la crisis financiera de 2008.  En un repentino colapso que conmocionó a los mercados financieros, dejó varados miles de millones de dólares pertenecientes a empresas e inversores.

SVB captaba depósitos y concedía préstamos a empresas del corazón del sector tecnológico estadounidense.  La Corporación Federal de Seguros de Depósitos de Estados Unidos (FDIC) actúa ahora como administrador judicial. La FDIC es una agencia gubernamental independiente que asegura los depósitos bancarios y supervisa las instituciones financieras, lo que significa que liquidará los activos del banco para pagar a sus clientes, incluidos depositantes y acreedores.

¿Qué le ha pasado a SVB? ¿Es un caso aislado o una señal de que se avecinan más quiebras financieras?  El acontecimiento inmediato fue el anuncio por parte de SVB de que había vendido con pérdidas un montón de valores en los que había invertido y que tendría que vender 2.250 millones de dólares en nuevas acciones para intentar apuntalar su balance. Esto desencadenó el pánico entre las principales empresas tecnológicas de California que mantenían su efectivo en el SVB.  Se produjo la clásica corrida bancaria.  A la velocidad del rayo, el banco tuvo que impedir que los depositantes retiraran efectivo. El precio de las acciones de la empresa se desplomó, arrastrando consigo a otros bancos. La cotización de las acciones de SVB se interrumpió y, a continuación, SVB abandonó sus esfuerzos por reunir capital o encontrar un comprador, lo que llevó a la FDIC a hacerse con el control.

Aunque relativamente desconocido fuera de Silicon Valley, SVB figuraba entre los 20 mayores bancos comerciales estadounidenses (el 16º), con 209.000 millones de dólares en activos totales a finales del año pasado, según la FDIC. Es el mayor prestamista en quebrar desde que Washington Mutual se hundió en 2008 durante el crack financiero mundial.  Así que, contrariamente a algunos informes, SVB no es un pez pequeño. Ofrecía servicios a casi la mitad de todas las empresas tecnológicas y sanitarias de EE.UU. respaldadas por capital riesgo.  SVB guardaba dinero para estos "capitalistas de riesgo" (los que invierten en nuevas empresas "de nueva creación").

Pero también realizaba inversiones con los depósitos en efectivo que obtenía, concediendo préstamos a veces arriesgados a los fundadores de empresas tecnológicas, tanto a título personal como a sus empresas. Pero sus inversiones empezaron a dar pérdidas.  SVB había apostado por la compra de bonos del Estado estadounidense, aparentemente seguros.  Sin embargo, cuando la Reserva Federal inició su ciclo de subidas de los tipos de interés para "controlar la inflación", el valor de estos bonos del Estado cayó en picado y el balance de SVB empezó a hacer aguas.  Cuando informó al mundo financiero de que estaba vendiendo estos bonos con pérdidas para hacer frente a las retiradas de efectivo de los clientes, la corrida bancaria se desbordó.  Al no conseguir financiación adicional mediante la venta de acciones, SVB tuvo que declararse en quiebra y entrar en suspensión de pagos de la FDIC.

 Algunos descartan la idea de que la quiebra de SVB sea una señal de lo que está por venir.  "SVB era un banco pequeño, con una base de depósitos muy concentrada", afirma Ciaran Callaghan, jefe de análisis de renta variable europea de Amundi. No estaba preparado para la salida de depósitos, no disponía de liquidez para cubrir los reembolsos y, en consecuencia, se vio obligado a vender bonos, lo que impulsó la captación de capital y creó el contagio. Se trata en gran medida de un caso aislado e idiosincrásico".

Así que es un caso aislado.  Pero, ¿lo es?  El colapso de SVB se debe a un acontecimiento más amplio, a saber, las agresivas subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal durante el año pasado.  Cuando los tipos de interés estaban cerca de cero, los bancos como SVB se llenaron de bonos del Tesoro a largo plazo, aparentemente de bajo riesgo. Pero cuando la Reserva Federal subió los tipos de interés para "luchar contra la inflación", el valor de esos activos cayó, dejando a muchos bancos con pérdidas no realizadas.

La subida de los tipos también ha golpeado con especial dureza al sector tecnológico, minando el valor de las acciones tecnológicas y dificultando la captación de fondos.  Así que las empresas tecnológicas empezaron a retirar sus depósitos en efectivo del SVB para hacer frente a sus facturas.  Ed Moya, analista de mercados de Oanda, comentó: "Todo el mundo en Wall Street sabía que la campaña de subida de tipos de la Reserva Federal acabaría rompiendo algo, y ahora mismo eso se está llevando por delante a los bancos pequeños". La otra grieta en el muro bancario está en las criptodivisas.  El prestamista de criptobancos Silvergate también se ha visto obligado a liquidar tras el desplome de los precios e intercambios de bitcoin y otras criptodivisas.

"Los retos institucionales de SVB reflejan un problema sistémico más amplio y generalizado: el sector bancario está sentado sobre una tonelada de activos de bajo rendimiento que, gracias al último año de subidas de tipos, están ahora muy por debajo del agua, y hundiéndose", dijo Konrad Alt, cofundador de Klaros Group.  Alt calcula que las subidas de tipos han "aniquilado de hecho aproximadamente el 28% de todo el capital del sector bancario a finales de 2022."

 La quiebra de SVB puede ser un caso aislado, pero las quiebras financieras siempre empiezan por los más débiles o los más imprudentes.  Se trata de un banco que estaba siendo estrujado por las tijeras de una caída inminente: la disminución de los beneficios en el sector tecnológico y la caída de los precios de los activos provocada por la subida de los tipos de interés.  SVB había crecido hasta alcanzar unos 209.000 millones de dólares en activos, con una base de clientes concentrada en las nuevas empresas tecnológicas, por lo que se mostró especialmente vulnerable al impacto de la rápida subida de los tipos de interés. Pero las pérdidas de SVB en la venta de bonos se están repitiendo en muchos otros bancos.  La FDIC informó recientemente de que los bancos estadounidenses acumulan pérdidas no realizadas por valor de 620.000 millones de dólares en sus carteras de valores.

Mientras tanto, después de que las últimas cifras de empleo siguieran mostrando un mercado laboral "tenso", la Reserva Federal parece dispuesta a seguir subiendo los tipos de interés incluso más rápido y más alto de lo que esperaban los inversores financieros.  En su comparecencia ante el Congreso estadounidense la semana pasada, el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, lo dejó claro: "El empleo, el gasto de los consumidores, la producción manufacturera y la inflación han invertido en parte las tendencias de suavización que habíamos observado en los datos de hace apenas un mes."  Y como dijo Larry Summers, el gurú keynesiano y ex Secretario del Tesoro: "Tenemos que estar preparados para seguir haciendo lo necesario para contener la inflación".  Posiblemente hasta el punto de hundir parte del sector bancario y empresarial."  
                  (Michael Roberts, Brave New europe, 11/03/23; traducción DEEPL)

28.10.13

El agujero bancario de la crisis: 16 billones de dólares

Detalle de los principales beneficiarios de estos préstamos, concedidos entre el 1º de Diciembre de 2007 y el 21 de Julio de 2010. Todos los demás bancos recibieron $2,6 billones de dólares (US$2.639.000.000.000). Total US$16.115 billones de dólares (US$16.115.000.000.000)
 
"Tras la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008, el sistema financiero se vio envuelto en un caos sistémico. Y las culpas a la Reserva Federal por no haber apuntalado a ese banco de 151 años de historia, que había sobrevivido a la guerra civil, la Gran Depresión y a dos guerras mundiales no se hicieron esperar. 

Por eso la Fed reaccionó de inmediato cuando la aseguradora AIG se vio en problemas y al día siguiente de dejar caer a Lehman inyectaba a AIG 85.000 millones de dólares. Los bancos centrales de Europa, Reino Unido y Japón se sumaban a la acciones de la Fed y en conjunto apuntalaban al sistema financiero con 224.000 millones de euros.

La fuerza virulenta de la crisis obligó a la Reserva Federal a crear el Programa de Alivio de Activos en Problemas conocido como TARP (Troubled Asset Relief Program) que significó un gasto de 700.000 millones de dólares que el Congreso inicialmente rechazó pero que tras la intervención de Hank Paulson, aprobó en segunda instancia con 70.000 millones de dólares adicionales.

 ¿Qué dijo Hank Paulson para persuadir al Congreso de la necesidad si o si de los 700.000 millones de dólares?. Debió ser algo suficientemente convincente para que el Senado diera el visto bueno. 

Las palabras con las que Hank Paulson chantajeó al Congreso fueron (“Esto será mucho peor que la Depresión de los años 30, cuando el desempleo llegó al 25 por ciento”). Tras esas palabras los congresistas aprobaron de inmediato el rescate con el dinero público. Aquí un seguimiento a los destinos de ese dinero por New York Times.

 Como señalábamos un año antes de este informa, La Reserva Federal ha actuado en el más absoluto secreto y a espaldas de la gente para rescatar a un sistema financiero fraudulento y corrupto.

 De acuerdo a una auditoria encargada por el Senador Bernie Sanders y realizada por la Oficina Gubernamental de Rendición de Cuentas (Government Accountability Office), se publicó este informe, en julio de 2011, que indica que Estados Unidos proporcionó más de 16 billones de dólares en préstamos secretos para rescatar a bancos y empresas de Estados Unidos y de Europa de la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. (...)

Aunque el Informe GAO no cuestiona las acciones de la Fed, sirve como un claro testimonio del nivel de catástrofe en que estaba el sistema financiero hace cinco años. Demuestra también la total impunidad con que actúa la Fed a espaldas del gobierno de su propio país para defender los intereses de la banca, que no son otros que sus dueños. (...)"            (, El blog salmón, 09/10/2013)

26.2.13

Durante el colapso financiero de 2008, el sector bancario de los EE.UU. tuvo que descontar 600 mil millones de dólares en activos y su valor bursátil cayó en 1 billón de dólares

"Es una historia de nunca acabar. El sector bancario mundial sigue revolcándose en un lodo de escándalos, corrupción y mala gestión. (...)

Durante el colapso financiero de 2008, el sector bancario de los EE.UU. tuvo que descontar 600 mil millones de dólares en activos y su valor bursátil cayó en 1 billón de dólares. Sin embargo, las autoridades (de la Reserva Federal y el Tesoro), “en nombre de los contribuyentes, rescataron a estos bancos errantes con dinero en efectivo, garantías y préstamos por valor de más de 3 billones de dólares. 

Ahora, con la recuperación supuestamente en marcha, hay menos bancos, pero son más grandes y vuelven a sus viejos trucos, igual que antes.  (...)

Ahora se ha sabido que durante el colapso financiero, cuando Barclays se vio amenazado con una nacionalización parcial, la junta de Barclays prestó dinero a Qatar para que invirtiera en acciones del propio banco por valor 12 mil millones de libras. De esta manera, el banco evitó controles del Estado ¡mediante la emisión de más préstamos!

 Todavía no está claro qué «comisiones» se les pagaba a los inversores de Qatar. Dexia, el banco belga, eventualmente forzado a la nacionalización, también intentó el mismo truco en 2008 y también lo hizo el podrido banco de Islandia, Kaupthing, que «prestó» dinero a un miembro de la familia real qatarí, que lo reinvirtió en el banco.

 Los qataríes cobraban una «comisión» y si las acciones no valían nada después, a ellos les daba igual. Simplemente aumentaban las pérdidas del banco y el coste para el contribuyente en caso de rescate. (...)

Tras los escándalos se encuentran las preguntas más importantes de: ¿para qué sirven los bancos? y ¿qué valor añadido o que servicios contribuyen a la sociedad?  (...)

Recientemente ha tenido lugar un debate entre los economistas ortodoxos sobre si el sector financiero añade algún valor a la economía. En los EE.UU., el sector financiero ’contribuye’ el 8% de todos los ingresos de la economía. 

En un nuevo estudio, dos académicos trazan el crecimiento del sector financiero, que, sorpresa, sorpresa, no es el resultado de conceder más préstamos a la industria o los hogares, sino en la creación de activos respaldados en hipotecas y otros instrumentos financieros exóticos para venderse basura tóxica entre sí (The Growth of Modern Finance). 

Lo que el estudio demuestra es que gran parte de las operaciones de banca no ha sido para ayudar a la industria y los hogares, sino para participar en ’tradings’, que básicamente significa, en palabras de Michael Lewis, autor del libro Poker de mentirosos, «dejar sin blanca a los necios».

Los mercados financieros son ineficientes en la asignación del crédito y el ahorro y el sector financiero es inherentemente inestable y propenso a las crisis (Minsky, Shiller, etc). Por encima de todo, lejos de añadir «valor» a la economía, el sector reduce los recursos disponibles para la inversión productiva (en el sentido capitalista) y en su lugar canaliza el sobreproducto hacia capital ficticio que solo sirve para “destruir valor”.  (...)

He aquí una gran cita del economista novecentista Frederic Bastiat, cortesía del análisis devastador de Bill Black sobre la corrupción de los banqueros durante la crisis: «Cuando el saqueo se convierte en una forma de vida para un grupo de hombres que viven juntos en sociedad, acaban creando para sí mismos en el transcurso del tiempo un sistema legal que lo autoriza y un código moral que lo glorifica».             (Michael Roberts, Attac Madrid, 21/02/2013)

7.2.13

Durante el 2008–2011, se concedieron garantías a los bancos europeos por un monto de 1,174 billones (1.174.000.000.000 €), o sea, el 9,3 % del PIB de la UE. E inyecciones de capital público por valor de 442.000 millones (el 3,5 % del PIB de la UE)

"Cómo ya hemos visto en las anteriores partes de este trabajo, los grandes Bancos Centrales (BCE, Banco de Inglaterra, Reserva Federal de Estados Unidos, Banco Nacional de Suiza) prestan masivamente a los bancos con tipos de interés muy bajos con el fin de evitar quiebras. |3|

 Sin esta línea de crédito ilimitado, una gran parte de los bancos se encontraría en cesación de pagos. Pero también los grandes bancos privados se habrían derrumbado sin la intervención masiva de los Bancos Centrales y de los gobiernos. 

La enorme cantidad de préstamos concedidos por los Bancos Centrales a los bancos privados desde 2007 supera por lejos la suma de 20 billones de dólares (20.000.000.000.000 US$)

 Si nos limitamos a la Unión Europea, dentro de las ayudas otorgadas a los bancos por los poderes públicos no sólo encontramos los créditos ilimitados a tipos de interés muy bajos. 

Durante el período octubre 2008–diciembre 2011, se concedieron también garantías para, en caso de necesidad, asumir las deudas bancarias por un monto de 1,174 billones de euros (1.174.000.000.000 €), o sea, el 9,3 % del PIB de la UE |4| e inyecciones de capitales públicos en el capital de los bancos, en el seno de la UE, por 442.000 millones de euros (el 3,5 % del PIB de la UE). Y además hay que añadir:

La rebaja de la recaudación fiscal, ya que los bancos declaran pérdidas que les permiten evitar, durante varios años, el pago de impuestos aunque mediante esa práctica obtengan beneficios; |5|

La decisión de no ejercer ninguna represión real por los numerosos delitos financieros cometidos por los bancos y a pesar de los daños que sus actos hayan causado a la sociedad; |6|

El rechazo a tomar medidas coercitivas que impongan a las instituciones financieras una verdadera disciplina con el objetivo de evitar la reproducción de las crisis bancarias. |7|

Además, con respecto a la eurozona, los Estados y la Comisión Europea mantienen las disposiciones legales que dan al sector privado el monopolio del crédito destinado al sector público.
 Pero los bancos privados se financian principalmente desde 2008 mediante los poderes públicos (el BCE y los Bancos Centrales de los Estados miembros de la eurozona que constituyen el Eurosistema) con un tipo de interés extremadamente ventajoso (entre 0,75 % y 1 % en 2012). 
Con este dinero conceden préstamos a los países europeos de la periferia (España, Portugal, Italia, Grecia, Irlanda y a los países del este miembros de la eurozona) exigiéndoles tipos de interés exorbitantes (entre el 4,5 y el 10 %, y a veces más elevados).
 Esto es doblemente condenable desde el punto de vista jurídico: los bancos son culpables de un abuso de posición y de un enriquecimiento injustificado (ya que es abusivo por los tipos de interés usurarios aplicados)."      (Eric Toussaint, CADTM, Rebelión, 05/02/2013)

30.12.12

A partir de junio 2011, los bancos europeos entran en una fase realmente crítica. Muchos de ellos corrían el riesgo de morir por asfixia debido al cierre de la financiación a corto de los bancos americanos

"A partir de junio 2011, los bancos europeos entran en una fase realmente crítica. Su situación era casi tan grave como aquella en que se encontraban después de la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008.

 Muchos de ellos corrían el riesgo de morir por asfixia debido a que los money market funds americanos no habían satisfecho sus necesidades enormes de financiación a corto plazo (varios cientos de miles de millones de dólares) por considerar que la situación de los bancos europeos era cada vez más arriesgada |2|.

 La posibilidad de no poder hacer frente a sus deudas amenazaba a los bancos. En este contexto, y tras una cumbre europea convocada de urgencia para el 21 de julio de 2011 con el objetivo de hacer frente a una posible cascada de quiebras bancarias, el BCE volvió a adquirir volúmenes enormes de deuda pública griega, portuguesa, irlandesa, italiana y española para inyectar liquidez a los bancos y libralos de una parte de los títulos que habían comprado con avidez en el período precedente. Esto no fue suficiente para evitar que la cotización en bolsa de los bancos continuase su caída en picado.

 Los directores de los bancos pasaron el mes de agosto de sobresalto en sobresalto. Hubo una acción clave para mantener los bancos europeos a flote: el BCE, en coordinación con la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco de Suiza, abrió una línea de crédito ilimitada a partir de septiembre de 2011 que equivalía a una transfusión en vena para aquellas entidades bancarias desprovistas de dólares.

 Si bien esto les permitió volver a respirar, no fue suficiente. El valor de sus acciones continuó su descenso a los infiernos. Entre el 1 de enero y el 21 de octubre de 2011, la cotización de Société générale cayó un 52,8 %, la de BNP Paribas un 33,3 %, la de Deutsche Bank un 28,8 %, la de Barclays en 30,5 %, y la de Crédit suisse en 36,7 %. 

En vista de ello, el BCE se vio obligado a sacar la artillería pesada: la LTRO (Long Term Refinancing Operation), en virtud de la cual, entre diciembre de 2011 y febrero de 2012, prestó más de 1 billón de euros (1.000.000.000.000€) a tres años con un interés del 1% a algo más de 800 bancos.

La Reserva Federal venía haciendo más o menos lo mismo con un tipo de interés oficial aún más bajo: 0,25%. En realidad, y así lo reveló en julio de 2011 un informe de la GAO (el equivalente en los Estados Unidos del Tribunal de Cuentas), la Reserva Federal había prestado 16 billones de euros (16.000.000.000.000€) a un tipo de interés inferior al 0,25% |3|.

 En este informe se viene a demostrar que, actuando de esta manera, la Reserva Federal no ha respetado sus propias normas prudenciales y que no advirtió de ello al Congreso. Según los trabajos de una comisión de investigación del Congreso de los Estados Unidos se ha dado una colusión evidente entre la Reserva Federal y los grandes bancos privados estadounidenses:

 « El consejero delegado de JP Morgan Chase formaba parte de la junta directiva de la Reserva Federal de Nueva York en el momento en que ’su’ banco recibió de ella una ayuda financiera de 390.000 millones de dólares Además, JP Morgan Chase actuó asimismo como intermediario para los créditos de emergencia que otorgó la Reserva Federal. » |4|

 Según Michel Rocard, ex primer ministro francés, y Pierre Larrouturou, economista, que se basan en una investigación realizada por la agencia financiera neoyorquina Bloomberg, la Reserva Federal habría prestado una parte de la suma mencionada con un tipo de interés infinitamente más bajo: 0,01%.

 Rocard y Larrouturou afirman en las columnas del periódico Le Monde : « Después de haber trillado 20.000 páginas de diferentes documentos, Bloomberg muestra que, en secreto, la Reserva Federal ha prestado a los bancos en dificultades una suma de 1,2 billones (1.200.000.000.000$) a un tipo de interés increíblemente bajo, un 0,01 %. » |5|. 

Plantean igualmente la siguiente pregunta: «¿Es normal que los bancos privados, que normalmente se financian con préstamos de los bancos centrales a un 1% puedan, en caso de crisis, disfrutar de un tipo del 0,01 %, mientras que, en caso de crisis, ciertos estados se vean obligados por el contrario a pagar tipos 600 u 800 veces superiores? ».

Por otro lado, los grandes bancos europeos tuvieron igualmente acceso a estos préstamos de la Reserva Federal hasta inicios de 2011 (Dexia recibió por esta vía 159.000 millones de dólares en calidad de préstamo, |6|lo mismo que los bancos Barclays, 868.000 millones, Royal Bank of Scotland, 541.000 millones, Deutsche Bank, 354.000 millones, UBS, 287.000 millones, Credit Suisse, 260.000 millones, BNP-Paribas, 175.000 millones, Dresdner Bank, 135.000 millones, Société Générale, 124.000 millones). 

El cierre para los bancos europeos de esta fuente de financiación a través de la Reserva Federal (por la presión ejercida por el Congreso de los EE.UU.) ha sido una de las razones por las cuales los money market funds estadounidenses comenzaran a su vez a cerrar el grifo de sus préstamos a las entidades europeas a partir de mayo-junio de 2011.

 En 2012, los bancos han usado ese caudal de liquidez para comprar de forma masiva títulos de deuda pública de sus respectivos países. Tomemos por ejemplo a España. El BCE, a través del LTRO, ha prestado a los bancos españoles 300.000 millones de euros a 3 años con un tipo de interés del 1%. |7|. 

Con una parte de este dinero, los bancos han incrementado fuertemente sus adquisiciones de títulos de deuda emitidos por el estado español. La evolución ha sido espectacular. A finales de 2006, los bancos españoles eran titulares de deuda pública de su país por un valor de sólo 16.000 millones de euros, mientras que en 2010, tras haber incrementado la compra de deuda pública, esa cantidad pasó a 63.000 millones.

 En 2011 aumentaron aún más las compras, llegando a ser titulares de 94.000 millones de euros en deuda española. Gracias al LTRO, las adquisiciones se dispararon, literalmente. El volumen del que son titulares los bancos se duplicó en el lapso de unos meses hasta alcanzar, en julio de 2012, los 184.500 millones euros. |8|

Es necesario mencionar que es una operación muy rentable para ellos. Habiendo recibido el dinero al 1%, pueden comprar con él títulos de deuda española a 10 años con un interés que ha variado entre el 5,5 y el 7,6% en el segundo semestre de 2012. (...)

No es difícil comprender que, desde el punto de vista de los intereses de los ciudadanos de los países en cuestión, habría sido necesario adoptar un enfoque completamente diferente. El BCE debería haber concedido los préstamos directamente a los estados y a un interés por debajo del 1% (como lo ha hecho con los bancos privados desde mayo de 2012), o incluso a interés cero. Igualmente, habría sido necesario socializar los bancos, poniéndolos bajo el control de los ciudadanos.  (...)

Los nubarrones no tardan en llegar. Todo se complica a partir de mayo de 2012 cuando Bankia , el 4º banco español y dirigido por el que fue director general del FMI, Rodrigo Rato, entra virtualmente en quiebra. Según diferentes fuentes, las necesidades de recapitalización de los bancos españoles varían entre 40.000 y 100.000 millones de euros, y Mariano Rajoy, que no quiere recurrir a la ayuda de la Troika, se encuentra en una difícil situación.

 A ello se suman varios escándalos bancarios que surgen a nivel internacional, de los cuales el de más resonancia es el de la manipulación del Libor, el tipo interbancario de Londres, en el que se ven implicados una docena de grandes bancos. Por no hablar de la actuación reprobable del banco HSBC facilitando el blanqueo de dinero proveniente de la droga y de otras actividades delictivas."           (Eric Toussaint, CADTM, Rebelión,29/12/2012)

24.10.12

La Reserva Federal imprimió 16 billones de dólares para salvar grandes bancos. Con sólo 75.000 millones se acabaría el hambre en el mundo

"Una primera auditoría a la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, sigla en inglés) reveló que proporcionó ayuda urgente y en secreto por 16 billones de dólares a los más grandes bancos norteamericanos y europeos en pleno apogeo de la crisis financiera global, entre 2007 y 2010.

 Esta operación, protegida por el silencio, plantea muchas preguntas sobre el modus operandi de la Reserva Federal, que es una institución privada con ropaje gubernamental y “federal”.

De los 16 millones de millones de dólares, Morgan Stanley recibió 107,3 mil millones, Citigroup 99,5 mil millones y Bank of America 91,4 mil millones, según datos obtenidos invocando la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act, FIA), meses de litigio en la corte y por una ley aprobada por el Congreso, según un informe de Matthew Cardinale para Inter Press Service (IPS), reproducido en Common Dreams el 28 de agosto 2011 y utilizado para esta versión.

“Éste es un caso claro de socialismo para los ricos, y escabroso, porque no es para todo el mundo”, dijo el senador Bernie Sanders, independiente por Vermont. Afecta a 7.000 toneladas métricas de barras de oro guardadas en la cámara acorazada del banco de la Reserva Federal de Nueva York (FRBNY, en inglés), que cargó con el grueso de esta operación secreta.

“Desde fines de 2007 hasta mediados de 2010, los bancos de la Reserva Federal proporcionaron más que un billón de dólares… en préstamos de emergencia al sector financiero para hacer frente a las tensiones en la dirección de los mercados de crédito y evitar fracasos individuales de las instituciones que se consideraban amenazadoras para la estabilidad del sistema financiero”, señaló el informe de auditoría.

“La escala y naturaleza de esta ayuda ejecutaron una expansión sin precedente del papel tradicional del sistema de la Reserva Federal como Banco Central prestamista de las instituciones depositarias”, aseguró el informe. La auditoria espera que todos los préstamos de emergencia a corto plazo hayan sido pagados o estén en vías de compensarse.

Los préstamos de emergencia incluyeron ocho programas básicos y, con certeza, también proporcionaron ayuda a las instituciones financieras, afirmó IPS. La FED proporcionó préstamos al banco JP Morgan Chase para adquirir Bear Stearns, una empresa inversora quebrada; proveyó préstamos para mantener a flote a American International Group (AIG), una sociedad transnacional de seguros; extendió préstamos al Bank of America y al Citigroup y compró hipotecas de riesgo, “garantiazdas” en los libros de los bancos privados beneficiados.

En total, los préstamos más grandes fueron hechos a una pequeña cantidad de instituciones. Durante esos tres años, Citigroup pidió prestados un total de 2,5 billones de dólares, Morgan Stanley, pidió 2 billones; Merrill Lynch, que fue adquirido por el Bank of America, recibió préstamos por 1,9 billones y el Bank of America pidió 1,3 billones.

También recibieron dinero de la FED bancos extranjeros, como el Barclays del Reino Unido, Grupo Royal Bank de Escocia (Reino Unido), Deutsche Bank (Alemania), UBS (Suiza), Credit Suisse Group (Suiza), Bank of Scotland (Reino Unido), BNP Paribas (Francia), Dexia (Bélgica), Dresdner Bank (Alemania) y Societe General (Francia).

“A ninguna agencia del gobierno de Estados Unidos se le debe permitir que entregue ayuda urgente a un banco o sociedad financiera extranjera sin la aprobación directa del Congreso y del Presidente”, escribió Sander.

Recientemente, la agencia de noticias Bloomberg News obtuvo 29.346 páginas de documentación de la Reserva Federal sobre algunos de estos préstamos secretos, después de meses de lucha ante la corte para obtener acceso a los expedientes, invocando la Ley de Libertad de Información (FIA,en inglés).

Algunas de las instituciones financieras recibieron los préstamos secretamente, mientras tanto, en sus informes públicos proclamaban que tenían amplias reservas en efectivo, observó Bloomberg. La Reserva Federal nunca ha explicado cómo justificó legalmente varios de los préstamos de emergencia, tampoco cómo decidía proporcionar ayuda a ciertas empresas, pero a otras no."              (Ernesto Carmona,, Mapocho Press , Rebelión, 23/10/2012)

19.1.12

Según me contaron los banqueros alemanes la situación, Geithner amenazó con cargarse a los bancos y a las economías europeas

"En diciembre de 2011, un cuarto de siglo después de Brady, el secretario del tesoro de Obama, el señor Geithner, viajó a Europa para reunirse con los dirigentes europeos y exigirles que Grecia depreciara su deuda sobre la base de quitas voluntarias por parte de bancos y acreedores. 

Explicó que los bancos norteamericanos habían apostado a que Grecia no quebraría, y que, por lo mismo, su situación patrimonial neta era tan precaria que, si tenían que pagar por su mala apuesta, irían a la quiebra. 

Según me contaron los banqueros alemanes la situación, Geithner amenazó con cargarse a los bancos y a las economías europeas, si no se allanaban a pagar el pato y cargar ellos con las pérdidas: los bancos estadounidenses no tenían que pagar por los seguros colateralizados de impagos (CDOs) y por otras apuestas en las que habían vertido miles de millones de dólares.

Los europeos estallaron de indignación. Pero Geither terminó por ofrecerles un trato. De acuerdo: la Casa Blanca permitirá la quiebra de Grecia. Pero los EEUU necesitan tiempo.

Convino en abrir una línea de crédito de la Reserva Federal al Banco Central Europeo (BCE). La Fed suministraría dinero para prestar a los bancos en el ínterin cuando las finanzas de los gobiernos europeos  desfallecieran. Se daría tiempo a los bancos para que pudieran deshacer sus garantías de quiebra.

Al final, el BCE sería el acreedor. El BCE –y presumiblemente, la Fed— cargarían con los costes, “a expensas del contribuyente”.  Los bancos estadounidenses (y probablemente también los europeos) evitarían así cargar con unas pérdidas que se llevarían por delante su situación patrimonial neta. (...)

Cuando la Reserva Federal o el Tesoro cargan con una pérdida bancaria, lo que hacen, simplemente, es imprimir deuda pública o abrir un depósito para los bancos en el banco de la Reserva Federal. La opinión pública no ve eso de manera tan perspicua como cuando le arrebatan directamente el dinero. 

Y el gobierno se limita a decir que se trata de “salvar al sistema financiero”, sin mencionar el coste del asunto “a expensas del contribuyente” (¡no a expensas de los bancos!).

Es un regalo."      

13.12.11

Los rescates secretos de Wall Street totalizaron 7,77 billones (millones de millones) de dólares

"Ahora tenemos la evidencia de que Wall Street y Washington utilizan un gobierno secreto muy alejado del proceso democrático. Mediante una solicitud según la ley de libertad de información de Bloomberg News, el público tiene ahora acceso a más de 29.000 páginas de documentos de la Reserva Federal (Fed) y a 21.000 transacciones adicionales de la Fed que se ocultaron deliberadamente, y por buen motivo. (Vea aquí.)

Estos documentos muestran que altos funcionarios del gobierno ocultaron intencionalmente al Congreso y al público la verdadera dimensión de los rescates de 2008-2009 que enriquecieron a unos pocos y favorecieron los intereses de gigantescas firmas de Wall Street. Lo que sabemos ahora es lo siguiente:
  • Los rescates secretos de Wall Street totalizaron 7,77 billones (millones de millones) de dólares, 10 veces más de los 700.000 millones de dólares del programa de rescate TARP aprobado por el Congreso en 2008.
  • El conocimiento de los fondos secretos del rescate no se compartió con el Congreso ni siquiera éste redactaba y debatía la legislación para fraccionar los grandes bancos.
  • El financiamiento secreto suministrado a tasas inferiores al mercado dio a Wall Street otros 13.000 millones de dólares de beneficios. (Es suficiente dinero para contratar a más de 325.000 maestros de primaria)
  • Los fondos secretos financiaron fusiones de bancos de modo que los principales bancos crecieron aún más. El dinero también permitió que los bancos aumentaran sus trabajos de cabildeo.
  • Mientras Henry Paulson (secretario del Tesoro de Bush) informaba al Congreso y al público de que solo se requerían reformas menores para proteger del colapso a Fanny Mae (Federal National Mortgage Association y Freddie Mac (Federal Home Loan Mortgage Corporation), se reunió en secreto con destacados administradores de hedge funds de Wall Street –entre ellos sus ex colegas de Goldman Sachs– para alertarlos de que estaba a punto de nacionalizar las gigantes compañías hipotecarias, una acción que erradicaría casi todo el valor bursátil de las compañías. Esta información era de un valor inmenso ya que permitiría que esos hedge funds vendieran en descubierto Fannie y Freddie y al hacerlo ganaran una fortuna.
  • Mientras Timothy Geithner era jefe de la Reserva Federal de Nueva York, argumentó contra los esfuerzos legislativos del senador Ted Kaufman, demócrata de Delaware, para limitar el tamaño de los bancos porque el tema era “demasiado complejo para el Congreso y esas decisiones deberían ser manejadas por gente que conoce los mercados”, recuerda Kaufman. Mientras tanto, Geithner era perfectamente consciente de los enormes préstamos secretos, mientras al senador Kaufman se le ocultaba este hecho. Barney Frank, quien redactaba legislación clave sobre la reforma bancaria, tampoco fue informado sobre los préstamos secretos. No se informó a nadie del Congreso."                  (Rebelión, 05/12/2011, 'Seis sorprendentes revelaciones sobe el “gobierno secreto” de Wall Street',Les Leopold, AlterNet)

21.9.11

"Es normal que Washington se angustie: su banca está expuesta a la europea en medio billón de euros, que peligrarían, en cascada, si peligrasen los bancos europeos... por la quiebra griega

"El terremoto de la deuda europea acaba de entrar de lleno en una nueva fase: se entrevera de crisis global, atenta contra la estabilidad, amenaza con contagiar a todos, en todos los rincones, como ocurrió con la crisis financiera de Lehman, hoy hace tres años. (...)

Es normal que Washington se angustie: su banca está expuesta a la europea en medio billón de euros, que peligrarían, en cascada, si peligrasen los bancos europeos porque algún país de la eurozona impagase los bonos que compraron para sus carteras... y nadie sabe cuántos seguros de impago, los especulativos, maléficos y opacos CDS (¡casi siempre fabricados en la City, no se olvide!), hay, ni dónde se esconden.

La economía griega apenas representa el 2% de la zona euro, y el 0,5% de la mundial. Y sin embargo, el drama griego alcanza relevancia planetaria. (...)

Quizá lo más notable en este conato de recuperar el clima favorable a los estímulos que se creó inmediatamente después de la crisis Lehman, sea la apuesta de un economista muy conservador, el execonomista jefe del FMI que defendió la criticadísima actuación del ente en la crisis asiática, Kenneth Rogoff.

Desde hace tres años postula, cada vez con más ahínco, que los bancos centrales le den sin descanso a la maquinilla de imprimir billetes "para comprar deuda pública", aunque sea a costa de una inflación del 4% o del 6%, notable anatema si lo lanza un campeón de los rigoristas."                                (XAVIER VIDAL-FOLCH: Inauguramos una nueva fase. El País, ed. Galicia, 15/09/2011, p. 18)

13.9.11

El elefante en la habitación es la cantidad de dinero entregado a los banqueros en los cinco últimos años... 5 billones, contando el próximo decenio

"Para la economía americana –y para muchas otras economías desarrolladas–, el elefante en la habitación es la cantidad de dinero entregado a los banqueros en los cinco últimos años. En los Estados Unidos, la suma asciende a la asombrosa cifra de 2,2 billones de dólares en el caso de los bancos registrados en la Comisión del Mercado de Valores de los EE.UU.

Si la extrapolamos al próximo decenio, la cifra se acercaría a los cinco billones de dólares, una cantidad muchísimo mayor que lo que el Gobierno del Presidente Barak Obama y sus oponentes republicanos parecen dispuestos a reducir de los próximos déficits gubernamentales. (...)

Esos cinco billones de dólares no son dinero invertido en la construcción de carreteras, escuelas y otros proyectos a largo plazo, sino que se transfieren directamente de la economía americana a las cuentas personales de ejecutivos y empleados de bancos.

Semejantes transferencias representan para todos los demás el impuesto más artero que imaginarse pueda. (...)

Se ve claramente que a un apalancamiento excesivo y no a sus aptitudes es a lo que se deben sus beneficios resultantes, que después recaen desproporcionadamente en los empleados, y sus pérdidas, a veces en gran escala, que recaen sobre los accionistas y los contribuyentes. (...)

Para rescatar el sistema bancario, la Reserva Federal, por ejemplo, bajó los tipos de interés hasta unos niveles artificialmente bajos; como se ha sabido recientemente, también ha concedido préstamos secretos de 1,2 billones de dólares a los bancos.

El efecto principal hasta ahora ha sido el de ayudar a los banqueros a conseguir primas (en lugar de atraer a prestatarios) ocultando los riesgos. (...)

Así, pues, tal vez el mayor insulto a los contribuyentes es el de que el año pasado la remuneración de los banqueros volviera a alcanzar el nivel del período anterior a la crisis." (Jaque al neoliberalismo, 02/09/2011, 'El gran robo bancario', de Nassim Taleb y Mark Spitznagel, Project Syndicate)