"Cómo ya hemos visto en las anteriores partes de este trabajo, los
grandes Bancos Centrales (BCE, Banco de Inglaterra, Reserva Federal de
Estados Unidos, Banco Nacional de Suiza) prestan masivamente a los
bancos con tipos de interés muy bajos con el fin de evitar quiebras. |3|
Sin esta línea de crédito ilimitado, una gran parte de los bancos se
encontraría en cesación de pagos. Pero también los grandes bancos
privados se habrían derrumbado sin la intervención masiva de los Bancos
Centrales y de los gobiernos.
La enorme cantidad de préstamos concedidos
por los Bancos Centrales a los bancos privados desde 2007 supera por
lejos la suma de 20 billones de dólares (20.000.000.000.000 US$)
Si nos
limitamos a la Unión Europea, dentro de las ayudas otorgadas a los
bancos por los poderes públicos no sólo encontramos los créditos
ilimitados a tipos de interés muy bajos.
Durante el período octubre
2008–diciembre 2011, se concedieron también garantías para, en caso de
necesidad, asumir las deudas bancarias por un monto de 1,174 billones de
euros (1.174.000.000.000 €), o sea, el 9,3 % del PIB de la UE |4|
e inyecciones de capitales públicos en el capital de los bancos, en el
seno de la UE, por 442.000 millones de euros (el 3,5 % del PIB de la
UE). Y además hay que añadir:
La rebaja de la recaudación
fiscal, ya que los bancos declaran pérdidas que les permiten evitar,
durante varios años, el pago de impuestos aunque mediante esa práctica
obtengan beneficios; |5|
La decisión de no ejercer ninguna represión real por los numerosos
delitos financieros cometidos por los bancos y a pesar de los daños que
sus actos hayan causado a la sociedad; |6|
El rechazo a tomar medidas coercitivas que impongan a las instituciones
financieras una verdadera disciplina con el objetivo de evitar la
reproducción de las crisis bancarias. |7|
Además,
con respecto a la eurozona, los Estados y la Comisión Europea mantienen
las disposiciones legales que dan al sector privado el monopolio del
crédito destinado al sector público.
Pero los bancos privados se
financian principalmente desde 2008 mediante los poderes públicos (el
BCE y los Bancos Centrales de los Estados miembros de la eurozona que
constituyen el Eurosistema) con un tipo de interés extremadamente
ventajoso (entre 0,75 % y 1 % en 2012).
Con este dinero conceden
préstamos a los países europeos de la periferia (España, Portugal,
Italia, Grecia, Irlanda y a los países del este miembros de la eurozona)
exigiéndoles tipos de interés exorbitantes (entre el 4,5 y el 10 %, y a
veces más elevados).
Esto es doblemente condenable desde el punto de
vista jurídico: los bancos son culpables de un abuso de posición y de un
enriquecimiento injustificado (ya que es abusivo por los tipos de
interés usurarios aplicados)." (Eric Toussaint, CADTM, Rebelión, 05/02/2013)
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