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15.9.23

Quince años del estallido de la gran crisis financiera de la que los banqueros salieron impunes... la Gran Recesión desnudó la vulnerabilidad de los Estados y sus economías ante la insostenible y creciente magnitud de unos gigantes financieros que ignoraron todos los riesgos... Goldman Sachs cerró un costoso acuerdo de 550 millones de dólares con la SEC para evitar que ningún otro de sus ejecutivos pasara por el banquillo... Citigroup pagó 590 millones para evitar imputaciones penales a sus directivos... Bernanke y Greenspan salieron indemnes, como los secretarios del Tesoro John Snow (2002-2006) y Henry Paulson (2006-2009) y la práctica totalidad del resto de los gestores de los principales bancos involucrados en el desaguisado en cambio, las consecuencias fueron tremendas para amplias capas de las clases medias y bajas de occidente que fueron perdiendo sus viviendas y/o viendo cómo se volatilizaban sus ahorros

 "De rositas" o "de balde", es decir, "sin coste alguno", sería, quizás, una de las expresiones que mejor defina el segundo capítulo de la crisis bancaria desatada en 2008 en EEUU y que, con la quiebra de Lehman Brothers como emblemático momento fundacional, desató una cascada de crisis de ámbito planetario al socaire de las hipotecas subprime.

El segundo capítulo tras la crisis fue el de las consecuencias, tremendas para amplias capas de las clases medias y bajas de occidente que fueron perdiendo sus viviendas y/o viendo cómo se volatilizaban sus ahorros pero no tanto para los responsables de los bancos y entidades financieras que desataron el crash.

Ni tampoco para los responsables de los gobiernos y organismos de regulación, especialmente la Secretaría del Tesoro y la Reserva Federal de EEUU, que o no lo vieron venir o no entendieron lo que venía. La tercera opción es que no quisieron entenderlo, quizás por temor a la magnitud del desaguisado que debían afrontar.

Solo un ejecutivo de primera línea, aunque tampoco tanto, sufrió algún tipo de sanción como consecuencia de esas crisis bancarias: la jueza federal del Distrito de Manhattan, Katherine Forrest, impuso a Fabrice Tourre una multa de 650.000 dólares por engañar a inversores para colocarles hipotecas subprime.

"No ha mostrado ningún remordimiento ni arrepentimiento", concluyó la magistrada, que le impidió cobrar el bono de 175.000 dólares que debía pagarle en concepto de objetivos el banco, al que le prohibió hacerse cargo de la multa de su ejecutivo.

Poco antes, el banco para el que trabajaba, Goldman Sachs, cerraba un costoso acuerdo de 550 millones de dólares con la SEC, la CNMV estadounidense, para evitar que ningún otro de sus ejecutivos pasara por el banquillo.

Una bola de nieve de productos financieros tóxicos

¿En qué consistió la crisis de las hipotecas subprime o infranormales? Bancos y entidades de crédito comenzaron a vender a otras las hipotecas que de manera masiva iban colocando a clientes de baja solvencia, lo que dotaba de salida a esos créditos de una toxicidad (en la jerga bancaria) genérica.

El riesgo de impago, además, se fue incrementando con la vertiginosa subida de los tipos de interés, que pasaron del 1% al 5,25% entre junio de 2004 y de 2006, y con la devaluación del precio de la vivienda, que cayó casi veinte puntos entre junio de 2006 y septiembre de 2008.

Aunque pueda resultar chocante, el truco no estaba tanto en la contratación de hipotecas subprime como en su venta, la venta de esas deudas en remesas, a otras entidades financieras: el negocio tenía como promotores a unos bancos, que al colocarlas dejaban de ser acreedores de los hipotecados de baja capacidad financiera, y como clientes principales a otros, que pasaban a situarse como prestadores ya ingresar esas rentas.

Los primeros obtenían ingresos con la venta de esas deudas que ellos mismos habían generado a morosos de baja capacidad financiera mientras los segundos jugaban con la expectativa de ganar dinero cobrando las cuotas a las familias empeñadas, quienes, como sus casas, no dejaban de ser un componente del producto con el que en realidad se mercadeaba.

Sin embargo, el negocio, que llegó a alcanzar un volumen de 320.000 millones de dólares, acabó gripándose cuando, al empezar a no poder hacer frente a sus pagos los hipotecados, el trasiego de las subprime dejó de ser una vía de negocio para los vendedores y una de ingresos para los compradores, a lo que se sumaron un inmediato contagio a las hipotecas comerciales y el resto del cartapacio de productos financieros y, como ocurriría poco después en España, una incipiente 'indigestión de ladrillo' paralela a una crisis habitacional por los desahucios.

La Reserva Federal, el Tesoro y Lehman Brothers

La bola fue creciendo mientras Alan Greenspan (2006-2014) y Ben Bernanke (1987-2006) dirigían la Reserva Federal en una actuación a caballo entre la ignorancia y la inoperancia que acabó estallando en septiembre de 2008.

Esa explosión, que acabaría teniendo entidad sistémica y ámbito planetario, se produjo sin que la quiebra del gigante del negocio subprime, New Century Financial, en abril de 2007 y de otras treinta firmas del ramo hubieran activado las alarmas, algo que tampoco ocurrió con el 'crash', a principios de 2008, de las compañías paragubernamentales Fannie Mae y Freddie Mac, que dejaron un agujero de casi 15.000 millones de euros.

Bernanke y Greenspan salieron indemnes, como los secretarios del Tesoro John Snow (2002-2006) y Henry Paulson (2006-2009) y la práctica totalidad del resto de los gestores de los principales bancos involucrados en el desaguisado, algo que plantea una duda: ¿nadie, ni en los bancos y empresas ni en la Administración de Gerorge Bush junior, lo vio venir? ¿de verdad?

Richard Fuld, primer ejecutivo de Lehman Brothers, uno de los primeros bancos estadounidenses en meterse en el negocio de las subprime, lo que reportó 164 millones en bonus a sus cinco principales ejecutivos entre 2004 y 2007, fue uno de los protagonistas destacados del entuerto, que no tuvo consecuencias para él.

Llegó a ser investigado por la quiebra, que dejó un agujero de 638.000 millones de dólares, pero la causa penal no tuvo consecuencias para él. Aunque no las tenía todas consigo, ya que a finales de 2008 le vendió a su esposa por cien dólares su mansión de Florida, que cuatro años antes le había costado casi catorce millones. En marzo de 2009 estaba colocado en la financiera Matrix.

La caída en bloque de la supuesta flor y nata de las finanzas

Tampoco recibió ningún tipo de sanción Joseph Cassano, el director ejecutivo de la aseguradora AIG, que basó una parte importante de su negocio en la venta de pólizas contra el impago de hipotecas subprime.

La compañía requirió un préstamo estatal de 85.000 millones de dólares que la Reserva Federal formalizó la víspera de la quiebra de Lehman.
Lloyd Blankfein, consejero delegado de Goldman Sahchs, cobró en 2007 un bono de cerca de setenta millones de dólares por las ganancias que su gestión le había reportado al grupo inversor, que ese año ganó 11.600 millones limpios tras alcanzar unos ingresos de 45.900.

Sin embargo, no todo resultó ser juego limpio: una investigación del Senado de EEUU concluyó que el banco, que aceptó una multa de 500 millones de la SEC para evitar una causa penal, había engañado a sus clientes al colocarles productos financieros vinculados a las hipotecas basura.

Años más tarde, el banco, cuya cabeza visible en Europa era en aquella época Luis de Guindos, actual vicepresidente del BCE (Banco Central Europeo) y exministro de Economía español, asumiría otra factura de más de 5.000: 875 para cerrar las acusaciones de varias agencias federales, más una multa 2.385 y 1.800 más para indemizar a las víctimas.

Citigroup pagó 590 millones para evitar imputaciones penales a sus directivos tras la demanda de un grupo de accionistas que les acusaban de haberles provocado pérdidas al engañarles sobre la consistencia del negocio subprime, algo que a JP Morgan le costaría otros 156 millones.

La crisis también se llegó por delante al banco de inversiones Bearn Stears, que tuvo que ser rescatado por Jp Morgan con cargo a la Reserva Federal mientras su consejero delegado, James Cayne, se dedicaba, según él mismo decía, a jugar a las cartas en Detroit, una actitud que tampoco tuvo consecuencias penales.

Por último, Stan O'Neal fue sustituido por John Thain al frente de Merril Lynch, que tras registrar elevados beneficios en 2006 acabó siendo comprado, también el 15 de septiembre de 2009, por Bank of America, que pagó por sus acciones 44.000 millones de dólares, la mitad de lo que valía un año antes.

Una única ejecutiva, y solo unos meses, en 158 años

Lehman fue el emblema de una forma de hacer negocios en la que no parecían importar las inyecciones de toxicidad en el sistema, con una componente de trapaza enmascarada de competencia y con unos ejecutivos que, vistos los desenlaces, parecían desconocer el medio en el que se movían o carecer de escrúpulos para reorientarlo vistos los beneficios personales que obtenían.

O, quizás, lo que predominaba era una sensación de impunidad derivada de la convicción de que las esferas políticas, y con ellas las administraciones que gobiernan, iban a salir al rescate de esas entidades financieras para evitar las consecuencias sociales y económicas de cualquier eventual percance.

Imágenes como la de Joe Gregory, presidente del banco y director de operaciones de Lehman, moviéndose en helicóptero entre su casa y la oficina, ayudan a hacerse una idea del nivel de los protagonistas.

En el caso de Lehman, a esos ejecutivos les sobró cuajo para dejar sola a su directora financiera, Erin Callan, en la presentación de los resultados del primer trimestre de 2008, los primeros negativos en más de trece años, cuando apenas llevaba unas semanas en el puesto tras el despido de su antecesor.

También resulta revelador que Callan fuera la primera y única mujer que en los 158 años de existencia de la entidad financiera, fundada en 1850 en Montgomery (Alabama), formó parte del cuadro de altos ejecutivos de Lehman.

Resolver un problema alumbrando un riesgo mayor

La caída de Lehman Brothers, nacionalizado y vendido por segmentos de negocio, sí supuso, en cualquier caso, un cambio en la manera en la que los Estados enfrentaban las crisis bancarias desde el primer tercio del siglo pasado, cuando las opciones eran la intervención o rescate con fondos públicos de los bancos en apuros o la habilitación de facilidades de compra, es decir, al inyección de dinero público, a otra entidad que se hiciera cargo de la renqueante.

El cambio de posición no deja de responder a la constatación de una realidad: los Estados carecen de capacidad económica para hacerse cargo de quiebras de la magnitud que supone la de cualquier entidad sistémica, aunque no está claro que la aparente solución, que es la de crear bancos todavía mayores, lo sea en realidad para ese problema.

"Ha habido cambios en la forma de intervenir, que ahora es más homogénea. Siempre había existido una polémica, al margen de la protección de los depósitos, sobre quién debía soportar la responsabilidad a la hora de rescatar a un banco", explica Antonio Luis Gallardo, responsable de Estudios de Asufín (Asociación de Usuarios Financieros).

Ahora, como ya ocurrió con la crisis de Banco Popular, está claro, aunque no lo estuvo tanto durante la reconversión de sistema financiero español a lo largo de la pasada década, que el saneamiento empieza por la amortización de los instrumentos de capital por este orden: reservas, acciones, AT1 y AT2 (bolsas de solvencia de las que el BCE obliga a disponer), deuda subordinada, deuda senior y acreedores ordinarios, lo que incluye el excedente de los depósitos por encima de los 100.000 euros por cabeza que protege el FGD (Fondo de Garantía de Depósitos).

Lo que tampoco está tan claro es que haya mejorado la tradicionalmente liviana supervisión del sistema financiero, ni en EEUU, vistos los episodios de Silicon Valley Bank y de Signature, ni tampoco en Europa, donde de manera casi inmediata se encendieron las alarmas sobre Credit Suisse, rápidamente engullido por UBS, y sobre otras entidades alemanas e italianas."                 (Eduardo Bayona , Público, 14/09/23)

26.11.13

Multa de 13.000 millones de dólares a JPMorgan por las hipotecas basura. 4.000 millones de dólares para aliviar a propietarios de hipotecas en apuros

"El Departamento de Justicia anunció este martes un acuerdo final con JPMorgan Chase para que el mayor banco estadounidense pague una multa récord de 13.000 millones de dólares por malas prácticas hipotecarias. "Sin duda la conducta revelada en el curso de esta investigación sembró las semillas de la crisis hipotecaria (de 2008)", aseguró en un comunicado el Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder.

Como parte del acuerdo, JPMorgan reconoce que desinformó al público sobre los valores respaldados por hipotecas subprime o basura y que algunos de sus empleados sabían que esos productos no eran aptos para ofrecerlos como inversiones seguras.

Esa conducta, que el Departamento de Justicia dijo hoy que no fue exclusiva de JPMorgan, condujo a la grave crisis financiera de 2008, que se extendió por todo el mundo y acabó con bancos de inversión de la talla de Lehman Brothers. "JPMorgan no fue la única institución financiera que a sabiendas agrupó prestamos tóxicos y los vendió a inversores confiados, pero eso no es una excusa para el comportamiento de la firma", afirmó Holder.

El acuerdo soluciona varias investigaciones federales y estatales, pero no impide que siga avanzando una investigación criminal contra los directivos de JPMorgan por la venta de activos de alto riesgo. La decisión supone la acción más dura del Gobierno de Barack Obama contra los responsables de la crisis financiera de 2008, después de meses de conversaciones con el banco para cerrar varias investigaciones pendientes por supuesto fraude financiero.

JPMorgan ha dicho que la mayoría de los activos hipotecarios tóxicos provenían de Bear Stearns y Washington Mutual, fondos duramente golpeados por el fin de aquella burbuja financiera y que el banco que dirige Jamie Dimon adquirió en 2008. 

El acuerdo anunciado hoy incluye el compromiso de pagar 4.000 millones de dólares para aliviar a propietarios de hipotecas en apuros y 9.000 millones para cerrar reclamaciones federales y estatales por las pérdidas relacionadas con hipotecas basura.

De esos 9.000 millones, 2.000 se pagarán en concepto de multa civil exigida por el Departamento de Justicia, mientras que otros montos se repartirán con los estados de Nueva York, Illinois, Massachusetts, Delaware, California y otras instituciones demandantes en representación de afectados."                  (Público, 19/11/2013)

7.11.13

Las hipotecas basura del Banco de Santander

"(...) El Banco Santander a través de su filial la financiera Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI) captó a miles de familias a través de inmobiliarias y promotores que a pie de obra les ofrecían un subproducto de hipoteca que el banco de Emilio Botín no se atrevía a comercializar en sus oficinas por la toxicidad del producto ya que ni tan siquiera se le puede calificar de sucedáneo. 

Las oficinas del Santander solo sirven para que los hipotecados abran una cuenta donde depositar las cuotas mensuales ya que UCI no está autorizada a recibir depósitos de su clientela. Pregunta: ¿Si la financiera no tiene depósitos de sus clientes, de donde salen los miles de millones de euros que lleva prestados en hipotecas? Respuesta: del mercado financiero. 

La financiera UCI esta autorizada por el Banco de España para que titularice los préstamos hipotecarios que ha otorgado, los “empaqueta” y emite series de cédulas hipotecarias, de ahí sale el dinero: de un carrusel de cédulas que son bendecidas por una sociedad de rating, que cobra del emisor, que las califica como “buenas, bonitas y baratas” a pesar que son cédulas basura.

  La operación se repite una y otra vez. Consecuentemente, si las hipotecas son basura las cédulas hipotecarias que se camuflan en el mercado financiero también lo son.

 En los EE.UU. este tipo de préstamos con garantía hipotecaria fueron conocidos como “hipotecas subprime” que en el momento álgido de expansión de crédito se le concedía al primero que pasara por la calle sin tener en cuenta los requisitos básicos de una elemental solvencia.

 Los bancos que otorgaban este tipo de hipotecas las dirigieron a los clientes con menos garantía de devolver lo prestado, se centraron en emigrantes, empleados con una nomina a precario y dejaron a un lado el requisito antes exigido de que los ingresos destinados al pago de la hipoteca no excediera del 33% por lo que alargaron los años de vigencia. Para tratar de cubrir estas deficiencias les zumbaron un tipo de interés elevado y los cargaron de condiciones dinerarias imposibles de cumplir.

 La ganancia para las entidades financieras que se lanzaron a “fabricar hipotecas basura” estaba en su propia expansión, el hipotecado sería un cliente atrapado al que se le colocaría, forzando las condiciones, un seguro de vida y de hogar vinculado a la hipoteca con la obligatoriedad de domiciliar la nomina.

 La razón suprema, para los bancos, estaba en el propio sistema de la titulación al “empaquetar” las hipotecas en series que contuviera una variedad entre buenas, regulares y malas respecto a su solvencia, pero en subproductos como la UCI la mayoría, por no decir la totalidad, llevan el marchamo de malas al carecer el deudor de solvencia.  

Solo faltó la llegada de la crisis para que el castillo de naipes se viniera a bajo. La cadena de hipotecas se rompió por el eslabón más débil y con peores condiciones contractuales. La “fabricación de hipotecas basura” se sustentaba en que rápidamente se iban a vender el en mercado financiero y poco importaba si el producto estaba contaminado por la carencia de solvencia del deudor.

 El mercado internacional se ha infectado de deuda (de la peor calidad) que se vende y revende y es causa del derrumbe de los principios básicos de la emisión de dinero. (...)"                     (Ataque al poder, 06/11/2013)

7.9.11

EE UU presenta una demanda masiva contra la banca por ¿negligencia?... o sea, por descuidados... pues vaya con la demanda

"La batalla para exigir responsabilidades a Wall Street por el fiasco de las hipotecas basura cobró ayer nueva dimensión.

La Agencia Federal de la Vivienda (FHFA, en sus siglas en inglés) presentó ayer una demanda multimillonaria en la que acusa a Bank of America, JP Morgan Chase, Deutsche Bank, HSBC, Barclays, Citigroup, Nomura y otros grandes grupos financieros de provocar pérdidas de 41.000 millones de dólares (unos 28.000 millones de euros) a las dos entidades prestamistas públicas Freddie Mac y Fannie Mae tras venderles hipotecas de dudosa calidad por valor de 179.000 millones (unos 123.000 millones de euros al cambio actual). (...)

En total, son 17 entidades las demandadas por negligencia. El caso más llamativo es el de JP Morgan Chase, acusada de vender préstamos por valor de 33.000 millones de dólares (más de 23.000 millones de euros).

Le sigue Bank of America y su filial Merrill Lynch, por 30.850 millones. La demanda también cita a Deutsche Bank (14.200 millones), HSBC (6.200 millones), Barclays (4.900 millones), Citigroup (3.500 millones) y Nomura (2.000 millones) junto a Goldman Sachs. (...)

La titulización de hipotecas está en el corazón del colapso financiero. La agencia considera que los bancos faltaron a su obligación de comprobar la calidad de los activos que colocaban en el mercado y fallaron al ver que los hipotecados estaban aportando pruebas falsas o exageraron sus ingresos para hacerse con los préstamos.

Eso provocó que la deuda vinculada a las hipotecas perdiera más rápido su valor cuando se retrasaron en los pagos. El argumento para el ataque legal es conocido, y es quizás la única vía por la que el regulador puede exigir algún tipo de responsabilidad a Wall Street por los excesos durante los años del boom inmobiliario.

Washington busca un reembolso para limitar las pérdidas al contribuyente con la depreciación de esos activos. Es algo que intentan también inversores privados." (El País, ed. Galicia, 03/09/2011, p. 24)

5.5.11

"Deutsche Bank sacó provecho después con la reventa de estos activos hipotecarios basura, incluso cuando muchos de los propietarios eran morosos"

"Estados Unidos empieza a exigir responsabilidades a los grandes bancos por los abusos que se cometieron en el mercado hipotecario durante el boom.

El primero en el punto de mira es el grupo alemán Deustche Bank y su filial MortgageIT, a la que acusa de fraude por engañar de manera sistemática al determinar los préstamos que iban a ser cubiertos por las garantías públicas.

La cuantía de la indemnización reclamada puede superar los 1.000 millones de dólares (unos 675 millones de euros), el triple de los 386 millones de dólares en que se cifran los pagos realizados por la Administración en virtud del supuesto fraude. (...)

El representante del Departamento de Justicia señala que la entidad "despreció de manera flagrante" si los hipotecados podrían pagar los préstamos.

De acuerdo con la demanda, la filial de la alemana violó durante una década las reglas del programa de la Agencia de la Vivienda, que permite asegurar las hipotecas con fondos públicos. Y habla de que se respaldaron ilegalmente préstamos por un valor total de 5.000 millones de dólares entre 1999 y 2009, correspondientes al principal de 39.000 hipotecas.

Para lograr las garantías públicas, el Deutsche Bank y su filial MortgageIT certificaron falsamente que los prestatarios no tenían riesgo de impago, según la demanda.

Es decir, la entidad engañó literalmente a los reguladores sobre la calidad de las hipotecas.

Pero, además, la demanda pone en evidencia que Deutsche Bank sacó provecho después con la reventa de estos activos hipotecarios basura, incluso cuando muchos de los propietarios eran morosos o estaban a punto de perder sus hogares por el impago de los créditos que recibieron.

Deutsche Bank fue uno de los principales empaquetadores de deuda vinculada a hipotecas.

En este sentido, la acción de la Fiscalía neoyorquina explica que la entidad estaba destinando importantes recursos "a generar lo más rápido posible" hipotecas aseguradas por el Gobierno para revenderlas a los inversores, en lugar de concentrarse en preservar la calidad de los préstamos." (El País, 04/05/2011, p. 28)

31.3.11

"Quienes han provocado la crisis no solo han recogido unas ganancias fabulosas, sino que no temen castigo alguno... (pues) los Gobiernos los protegen"

"Según la Corte Penal Internacional, crimen contra la humanidad es "cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil". (...)

Situaciones como las que ha generado la crisis económica han hecho que se empiece a hablar de crímenes económicos contra la humanidad. (...)

A nivel macroeconómico, el concepto se usó en los debates sobre las políticas de ajuste estructural promovidas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial durante los ochenta y noventa, que acarrearon gravísimos costes sociales a la población de África, América Latina, Asia (durante la crisis asiática de 1997-98) y la Europa del Este.

Muchos analistas señalaron a estos organismos, a las políticas que patrocinaron y a los economistas que las diseñaron como responsables, especialmente el FMI, que quedó muy desprestigiado tras la crisis asiática.

En la actualidad son los países occidentales los que sufren los costes sociales de la crisis financiera y de empleo, y de los planes de austeridad que supuestamente luchan contra ella.

La pérdida de derechos fundamentales como el trabajo y la vivienda y el sufrimiento de millones de familias que ven en peligro su supervivencia son ejemplos de los costes aterradores de esta crisis. Los hogares que viven en la pobreza están creciendo de forma imparable.

Pero ¿quiénes son los responsables? Los mercados, leemos y oímos cada día. (...)

Shoshana Zuboff, antigua profesora de la Harvard Business School, sostenía que el que los responsables de la crisis nieguen las consecuencias de sus acciones demuestra "la banalidad del mal" y el "narcisismo institucionalizado" en nuestras sociedades.

Es una muestra de la falta de responsabilidad y de la "distancia emocional" con que han acumulado sumas millonarias quienes ahora niegan cualquier relación con el daño provocado. Culpar solo al sistema no es aceptable, argumentaba Zuboff, como no lo habría sido culpar de los crímenes nazis solo a las ideas, y no a quienes los cometieron. (...)

Culpar a los mercados es efectivamente quedarse en la superficie del problema. Hay responsables, y son personas e instituciones concretas:

son quienes defendieron la liberalización sin control de los mercados financieros; los ejecutivos y empresas que se beneficiaron de los excesos del mercado durante el boom financiero; quienes permitieron sus prácticas y quienes les permiten ahora salir indemnes y robustecidos, con más dinero público, a cambio de nada.

Empresas como Lehman Brothers o Goldman Sachs, bancos que permitieron la proliferación de créditos basura, auditoras que supuestamente garantizaban las cuentas de las empresas, y gente como Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal norteamericana durante los Gobiernos de Bush y Clinton, opositor a ultranza a la regulación de los mercados financieros. (...)

En cuanto a las víctimas de los crímenes económicos, en España un 20% de desempleo desde hace más de dos años significa un enorme coste económico y humano. Miles de familias sufren las consecuencias de haber creído que pagarían hipotecas con sueldos mileuristas: 90.000 ejecuciones hipotecarias en 2009 y 180.000 en 2010.

En EE UU, la tasa de paro es la mitad de la española, pero supone unos 26 millones de parados, lo cual implica un tremendo aumento de la pobreza en uno de los países más ricos del mundo. Según la Comisión sobre la Crisis Financiera, más de cuatro millones de familias han perdido sus casas, y cuatro millones y medio están en procesos de desahucio.

Once billones de dólares de "riqueza familiar" han "desaparecido" al desvalorizarse sus patrimonios, incluyendo casas, pensiones y ahorros. Otra consecuencia de la crisis es su efecto sobre los precios de alimentos y otras materias primas básicas, sectores hacia los que los especuladores están desviando sus capitales. El resultado es la inflación de sus precios y el aumento aún mayor de la pobreza. (...)

Pero en general, quienes han provocado la crisis no solo han recogido unas ganancias fabulosas, sino que no temen castigo alguno. Nadie investiga sus responsabilidades ni sus decisiones. Los Gobiernos los protegen y el aparato judicial no los persigue. (...)

De la misma forma que se crearon instituciones y procedimientos para perseguir los crímenes políticos contra la humanidad, es hora de hacer lo mismo con los económicos. Este es un buen momento, dada su existencia difícil de refutar.

Es urgente que la noción de "crimen económico" se incorpore al discurso ciudadano y se entienda su importancia para construir la democracia económica y política. Como mínimo nos hará ver la necesidad de regular los mercados para que, como dice Polanyi, estén al servicio de la sociedad, y no viceversa." (LOURDES BENERÍA / CARMEN SARASÚA: Crímenes económicos contra la humanidad. El País, 29/03/2011, p. 31)

7.2.11

Las subprime.. en España

"El banco luso BES tendrá que pagar a un afectado de Lehman Brothers en España. La entidad recurrirá la indemnización de 200.000 euros impuesta por un juez.

El Juzgado de Primera Instancia número 37 de Madrid ha fallado a favor de un cliente de Banco Espirito Santo (BES) en España que contrató dos productos de inversión que resultaron afectados por la bancarrota del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008.

La sentencia declara la resolución de ambos contratos y obliga a la entidad portuguesa a indemnizarle con 200.000 euros por considerar que incumplió "el deber de dar información clara, correcta, suficiente y oportuna y de asesoramiento diligente". El banco no está conforme con esta sentencia emitida el pasado 19 de enero y presentará un recurso.

En España, entidades como Banif o Bankinter resarcieron a centenares de afectados por la caída de Lehman. En el caso de Bankinter, un juzgado sentenció en marzo de 2010 que la entidad debía compensar a los afectados.

En el caso del BES, el cliente, J. L. M., contrató en 2005 un seguro de vida BES Link de inversión estructurada a través de la Companhia de Seguros Tranquilidade Vida (BES VIDA), en la oficina del BES en Santander, con una prima de 100.000 euros. J. L. M. asegura que quería un producto de inversión conservador, que consideraba vinculado a las acciones de Telefónica, pero que no conoció todos los anexos informativos y las condiciones hasta la quiebra de Lehman Brothers, y que tampoco dispuso hasta esa bancarrota de ningún documento que recogiese que la inversión se hacía a través de la entidad estadounidense.

En 2007 firmó también un contrato financiero atípico sobre BBVA y Banco Santander. Y el 8 de octubre de 2008, le comunicaron que el seguro como el contrato atípico estaban afectados por la insolvencia de Lehman Brothers.

En el caso del segundo producto (el contrato atípico), la entidad reconoce que puso por error a nombre del cliente un bono de Lehman Brothers adquirido por BES como contragarantía, pero que lo subsanó y ahora el banco luso consta como emisor, así que la inversión del cliente no se ha visto perjudicada.

El banco quiso firmar un acuerdo de aclaración con el cliente, pero este se negó. El error se solucionó con una rectificación contable. Este documento planteaba también que el cliente diese por buena y suficiente la información recibida por la entidad, según la juez, que tilda dicho documento de "paradigma de la oscuridad y la tergiversación".

Respecto al seguro, BES Link sostiene que no hay incumplimiento, ya que el contrato y el riesgo era "perfectamente conocido" por el cliente, que contaba con toda la documentación, y para el que "era irrelevante conocer quién era el emisor del activo afecto, siendo lo relevante que correspondiera a las características de la cesta de inversión". (...)

La juez Ana María Álvarez no lo ve así. La sentencia señala que la información de la póliza del seguro, aunque afirma que hay un alto nivel de riesgo, "solo puede calificarse de oscura, ambigua e imprecisa". El fallo considera "grave negligencia" del banco y la aseguradora su actuación en la firma de los contratos y durante su vigencia.

Sobre el contrato financiero atípico, la juez cree que el error en la titularidad del bono de Lehman Brothers (que el banco puso a nombre del cliente y luego rectificó) "solo puede calificarse de muy grave e impropio de un empresario ordenado y de prácticas transparentes, puesto que de la simple lectura del contrato atípico no hay ni la más mínima referencia a productos financieros que no sean las acciones de los bancos BBVA y Santander". (El País, 07/02/2011)

20.5.10

Los culpables... los banqueros

"La sombra de la sospecha cayó ayer sobre Morgan Stanley. Los títulos de la firma llegaron a perder casi un 5%, a raíz de que The Wall Street Journal desvelara que la fiscalía trata de determinar si engañó a sus clientes, al apostar contra paquetes de deuda hipotecaria de dudosa calidad que ella misma estructuraba.

La eventual investigación salta a la luz cuando no hace un mes desde que el supervisor del mercado financiero (SEC) acusara de fraude a Goldman Sachs, su gran rival, por diseñar y vender un paquete repleto de hipotecas basura, sabiendo que iba a perder todo su valor con el derrumbe inmobiliario.

The Wall Street Journal relata que Morgan Stanley hizo algo similar, al no informar a los clientes que su intención era apostar contra esos activos. El diario cita fuentes cercanas a la investigación, y precisa que esta se encuentra aún en una fase muy preliminar. La cadena CNBC confirmó la apertura del expediente." (El País, ed. Galicia, economía, 13/05/2010, p. 33)

2.11.09

El gobernador del Banco de Inglaterra dice que hay que trocear los grandes bancos, para que no se caigan

"Nunca tan pocos le han debido tanto dinero a tantos", ironizó King (gobernador del Banco de Inglaterra), bastante harto de que los bancos reciban enormes cantidades de dinero de los contribuyentes sin que se reforme el sistema y sin que, para colmo, esos pocos hayan aceptado reducir sus formidables ingresos. (...)

Esta semana, por ejemplo, se plantó ante un círculo de empresarios de Edimburgo y, en lugar de adormecerlos con jerga monetaria, se dedicó a ponerles muy nerviosos: según él, las medidas adoptadas y anunciadas por Estados Unidos, Europa y el G-20 para sortear la crisis no van a servir realmente para nada en el enorme entuerto actual. (...)

King piensa que cuando un banco es demasiado grande para poder dejarle caer, lo que hay que hacer es trocear el banco. No es una idea tan absurda. De hecho, en Estados Unidos, desde el crash del 29 y hasta la llegada de Bill Clinton, se impedía que los bancos se dedicaran al mismo tiempo a depósitos y a inversiones especulativas. Eso es lo que propone ahora el gobernador del Banco de Inglaterra. Mervyn King está seguro de que los platos rotos de esta crisis los va a pagar una generación entera y lamenta que ni aun así se tomen medidas para impedir una nueva catástrofe.

Para King, el apoyo que está dando el Gobierno a bancos que han desarrollado amplios sectores de servicios especulativos podría ser considerado como el mayor peligro moral de la historia. "Es ilusorio creer que sólo con nuevas regulaciones será suficiente para prevenir que los bancos generen nuevas crisis financieras en el futuro". "Tenemos que hacer lo necesario para impedir que tantos hogares y empresas dependan de tan pocas instituciones que se dedican a actividades de tanto riesgo". (SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ OPINIÓN: Financieros inquietantes. El País, Domingo, 25/10/2009, p. 21 )

1.7.09

Culpable de la crisis: Reagan

"No siempre hemos sido una nación de grandes deudas y pocos ahorros; en la década de 1970, los estadounidenses ahorraban casi el 10% de sus ingresos, algo más que en la década de 1960. Fue después de la liberalización de Reagan cuando el ahorro empezó a desaparecer del modo de vida estadounidense, culminando con la tasa de ahorro nula que predominaba en vísperas de la gran crisis. La deuda de las familias alcanzaba sólo el 60% de la renta cuando Reagan asumió la presidencia, aproximadamente igual que durante el Gobierno de Kennedy. En 2007 había aumentado hasta un 119%.

Todo esto, se nos aseguraba, era bueno: es verdad que los estadounidenses acumulaban deudas y no ahorraban nada de su renta, pero sus finanzas parecían ir bien si teníamos en cuenta la subida de valor de sus viviendas y de sus carteras bursátiles. Vaya.

Las causas inmediatas de la crisis económica actual se encuentran sin lugar a dudas en acontecimientos que se produjeron mucho después de que Reagan dejase el poder: en la abundancia mundial de ahorros creada por el superávit en China y en otros países, y en la gigantesca burbuja inmobiliaria que esa abundancia de ahorros ayudó a inflar.

Pero fue la explosión del endeudamiento a lo largo del cuarto de siglo anterior lo que hizo que la economía estadounidense se volviera tan vulnerable. Muchos de los que habían pedido préstamos que estaban por encima de sus límites tenían a la fuerza que dejar de pagarlos cuando la burbuja se pinchó y el desempleo empezó a aumentar.

Esta morosidad provocó a su vez caos en un sistema financiero que -también gracias a la liberalización de Reagan- había asumido demasiados riesgos con demasiado poco capital.

En los tiempos que corren, se puede echar la culpa a muchos. Pero los principales causantes del caos en el que nos encontramos fueron Reagan y su círculo de asesores, hombres que olvidaron las lecciones de la última gran crisis financiera de Estados Unidos, y condenaron al resto de nosotros a repetirla." (PAUL KRUGMAN :La culpa la tiene Reagan. El País, Negocios, 28/06/2009, p. 20)

30.6.09

"Se avecinan meses muy peligrosos"... para los brotes verdes...

"P. ¿Es pesimista a corto plazo o ve usted brotes verdes?

R.
Probablemente lo peor de la crisis bancaria está ya detrás de nosotros. Pero seguiremos batallando con algo bastante desagradable: una recesión muy profunda. Una de las peores cosas de una recesión profunda es el desempleo. Y está muy claro que lo peor del desempleo está por venir, no ha pasado. Es importante utilizar grandes dosis de realismo al evaluar en qué punto se encuentra la desaceleración económica global. Queda mucho. Para el mundo, 2009 va a ser un año difícil. Y 2010.(...)

P. Uno de esos problemas de excesos fue el sistema de incentivos. Ante la cantidad ingente de dinero que han inyectado los Gobiernos en la banca, ¿está a favor de cierto control público de los salarios?

R. Los sistemas de compensación deben ser revisados a la luz de lo que ha pasado. La toma de riesgos a corto plazo se vio incentivada, en ocasiones, por el esquema de retribuciones. Y es muy importante, como parte de la reconstrucción de la confianza en la industria, que los sistemas de compensación tengan en cuenta los riesgos. Creo firmemente en un sistema de pago por objetivos, con el mejor encaje posible entre los intereses de los accionistas y de los directivos. ¿Eso significa que todos los bancos deben pagar parte de sus bonus en acciones? ¿Los salarios deben tener en cuenta riesgos futuros? ¿Está bien que haya un equilibrio entre sueldo fijo y variable? ¿Las estructuras salariales deben guiarse por el beneficio más que por el ingreso? Una industria que quiera recuperar la confianza tiene que tomarse esas cuestiones muy en serio." (El País, Negocios, 28/06/2009, p. 8)

9.6.09

Los modelos macroeconómicos, basados en matemáticas de tercera división, sólo sirven para engañar a los bobos, a nosotros...

"Me estoy refiriendo a los macroeconomistas, sobre todo a los de la escuela neoclásica, que son los que tienen más poder en los gobiernos, los bancos centrales, las entidades de crédito, los mercados de valores o las agencias de calificación del riesgo.

La "verdadera interpretación de los hechos" de estos mandarines de la economía es que lo que ha pasado "era imposible que sucediera". ¿Por qué? Por dos razones fundamentales: primera, porque el mercado es eficiente, se autorregula y, más pronto o más tarde, corrige sus fallos; segunda, porque es imposible que los mercados financieros valoren mal los activos, y por eso apenas requieren regulación. No crean que éstos son postulados exclusivos de los economistas neoclásicos, o "de agua dulce" (los de Chicago); también los neokeynesianos se tragaron en buena parte lo de las "expectativas económicas racionales".

Éstas se deducen de modelos econométricos capaces en teoría de prever todas las contingencias futuras, incluido el riesgo, las variables aleatorias y los factores estocásticos. Sin embargo, Alan Greenspan, gurú de los economistas "de agua dulce", para tratar de explicar este inmenso fallo del mercado, ha dicho que "los modelos de gestión del riesgo son aún demasiado simples para capturar la entera dimensión de las variables críticas que gobiernan la realidad económica", y ha reconocido que la gestión monetaria de la Reserva Federal "se había basado en una imperfection" (la regulación innecesaria). Así, pues, ¿toda la tesis del mercado eficiente se basaba en una impostura intelectual? Apaga y vámonos. (...)

Es un hecho que muchos macroeconomistas engreídos han abusado de la fiabilidad de sus modelos. En realidad, la carne de los modelos econométricos la pone la estadística, y la guarnición, un aparato matemático que no deja de ser una taquigrafía para escribir menos páginas y que, muchas veces, no es más que una tramposa deturpación de las matemáticas como ha denunciado en su libro L'illusion économique el profesor Bernard Guerrien.(...)

Quizás así algún día podrían ser tan útiles para la sociedad como los dentistas, máximo honor al que aspiraba para sus colegas aquel burgués británico, culto, refinado y extraordinariamente inteligente que se llamó John Maynard Keynes." (GONZALO PONTÓN: Los nietos de Keynes. El País, ed. Galicia, Opinión, 08/06/2009, p. 39 )

8.6.09

Adiós, GM... adiós motor de combustión interna... bienvenidas, energías renovables, trenes, autobuses...

"Escribo estas líneas en la mañana del fin de la otrora poderosa General Motors. Al mediodía, el presidente de Estados Unidos lo hará oficial: General Motors, tal y como la conocemos, es ahora siniestro total.

Sentado aquí, en el lugar de nacimiento de GM, en Flint (Michigan), estoy rodeado de familia y amigos ansiosos por saber qué les pasará a ellos y a la ciudad. El 40% de los hogares y de los negocios han sido abandonados. Imaginen vivir en una ciudad donde casi la mitad de las casas están vacías. ¿Cuál sería su estado de ánimo?

Es una triste ironía que la empresa que inventó la "obsolescencia planificada" -la decisión de fabricar automóviles que se cayeran a pedazos al cabo de unos años, de modo que el cliente tuviera que comprar uno nuevo- ahora se haya quedado obsoleta. Se negó a fabricar los automóviles que el público quería, coches que consumieran poco, que fueran todo lo seguros que fuese posible y que fueran increíblemente cómodos de conducir. Ah, y que no se cayeran a trozos al cabo de dos años. (...)

¡Pero ahora Estados Unidos es propietario de una empresa automovilística! Lo sé, lo sé; ¿quién demonios quiere gestionar una empresa automovilística? ¿Quién de nosotros quiere que se tiren a un agujero de ratas 50.000 millones de dólares de nuestros impuestos para seguir intentando salvar a GM? Dejemos esto claro: la única manera de salvar a GM es matar a GM. Salvar nuestra preciosa infraestructura industrial, sin embargo, es otro asunto y debe ser la principal prioridad.

Si permitimos el cierre y el derribo de nuestras fábricas de automóviles, desearemos amargamente tenerlas todavía cuando nos demos cuenta de que esas fábricas podrían haber construido los sistemas de energía alternativos que hoy en día necesitamos tan desesperadamente. Y cuando nos percatemos de que la mejor manera de trasladarnos es en tren ligero y en trenes bala y en autobuses más ecológicos, ¿cómo lo haremos si hemos permitido que nuestra capacidad industrial y la mano de obra especializada desaparezcan? (...)

Igual que hizo el presidente Roosevelt tras el ataque de Pearl Harbor, el presidente Obama debe decirle a la nación que estamos en guerra y que debemos convertir inmediatamente nuestras fábricas de automóviles en fábricas que construyan vehículos de transporte público y aparatos de energía alternativa. (...)

En el otro frente de esta guerra, las empresas petrolíferas luchan contra ustedes y contra mí. Están empeñadas en desplumarnos a la menor oportunidad, y han sido las temerarias administradoras de la cantidad finita de petróleo que se encuentra bajo la superficie terrestre. Saben que la están chupando hasta la médula. (...)

Este año hace cien que los fundadores de General Motors convencieron al mundo para que renunciara a sus caballos y sus sillas y sus fustas y probara un nuevo medio de transporte. Ahora es el momento de que le digamos adiós al motor de combustión interna." (Michael Moore: Adiós, GM. El País, Negocios, 19/04/2009, p. 10/11)

12.5.09

Los culpables de la debacle están muy bien pagados... y es porque lo que han hecho... no lo hace cualquiera



"Los 562 altos ejecutivos del Ibex cobran 915.000 euros de media. Santander, BBVA y Telefónica tienen las cúpulas mejor pagadas de Españ.

El Santander emergió en 2008 como el primer banco occidental por beneficios, con más de 8.800 millones. El banco sorteó la crisis financiera mucho mejor que sus grandes rivales internacionales y sus ejecutivos tuvieron recompensa por ello. Los 29 altos directivos del grupo, incluyendo seis consejeros con funciones ejecutivas, cobraron una media de cuatro millones de euros por persona. El Santander repitió el año pasado como la entidad española que mejor paga a su cúpula directiva, seguido por el BBVA y Telefónica, según los datos que las empresas terminaron de comunicar la semana pasada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Los informes anuales de gobierno corporativo muestran que las empresas del Ibex 35 tienen en total 82 consejeros ejecutivos y otros 480 altos directivos. Esa élite que gestiona las principales empresas cotizadas españolas obtuvo en 2008 una retribución de 915.000 euros por persona, según las cifras publicadas por las empresas. En realidad, la cifra superaría el millón de euros si se computasen en los informes todas las pagas extraordinarias, plurianuales o las aportaciones a los fondos de pensiones de los altos directivos. (...)

Entre los que llevan la etiqueta de altos directivos no consejeros (una categoría que varía mucho de una empresa a otra), el sueldo medio es de 700.000 euros. De nuevo sobresalen los directivos del Santander (3,6 millones de media), Telefónica (2,4 millones) y BBVA (1,7 millones, aunque en este caso sin contar el incentivo plurianual)." (El País, ed. Galicia, Economía, 11/05/2009, p. 22)

6.5.09

Los banqueros vuelven a las andadas... ¡Es que están tan bien pagadas!

"Recuérdese que el dorado Wall Street de 2007 era un fenómeno bastante nuevo. Desde la década de 1930 hasta aproximadamente 1980, la banca era un negocio sobrio y aburrido que, de media, no pagaba mejor que otros sectores, pero hacía que las ruedas de la economía siguieran girando.

Entonces, ¿por qué algunos banqueros empezaron a acumular enormes fortunas? Era, se nos decía, una recompensa por su creatividad, por la innovación financiera. (...)

Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, en el que intentó defender la innovación financiera. Sus ejemplos de innovaciones financieras "buenas" eran: (1) las tarjetas de crédito, que no son precisamente una idea nueva; (2) la cobertura de descubiertos, y (3) las hipotecas subprime. (No me lo invento). ¿Éstas son las cosas por las que pagaban tanto a los banqueros? (...)

Wall Street ya no forma parte, en un sentido real, del sector privado. Es un pupilo del Estado, tan dependiente de la ayuda pública como los receptores de la Asistencia Temporal a Familias Necesitadas. (...)

Ahora estamos viendo que se ofrecen remuneraciones parecidas a gente que puede jugar sus arriesgados juegos con respaldo federal.

¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué van las nóminas camino de la estratosfera una vez más? Las afirmaciones de que las empresas tienen que pagar estos salarios para conservar a sus mejores profesionales no son verosímiles: si el empleo en el sector financiero se está desplomando, ¿adónde va a ir toda esa gente?

No, la verdadera razón por la que las empresas financieras vuelven a pagar tanto es sencillamente porque pueden. Están ganando dinero otra vez (aunque no tanto como afirman), ¿y por qué no? Al fin y al cabo, consiguen préstamos baratos, gracias a todos esos avales federales, y prestan con unos tipos de interés mucho más elevados. Así que comen, beben y son felices, porque a lo peor mañana les regulan.

O a lo mejor no. La sensación palpable en la prensa financiera es que la tempestad ha pasado: las Bolsas suben, la caída en picado de la economía podría estar nivelándose, y es probable que el Gobierno de Obama deje a los banqueros irse de rositas con nada más que unos cuantos discursos severos. Con razón o sin ella, los banqueros parecen creer que las cosas están a punto de volver a ser lo que eran.

Sólo podemos desear que nuestros líderes les demuestren que están equivocados, y lleven a cabo una verdadera reforma. " (PAUL KRUGMAN: Dinero a cambio de nada. El País, Negocios, 03/05/2009, p. 16)

30.3.09

Culpables

"P. ¿Las elevadísimas remuneraciones de los directivos han contribuido a la crisis?

R. No cabe duda de la desmesura de las retribuciones, especialmente cuando lo son por tomar riesgos que después se trasladan al resto de los ciudadanos. Además de lo injustificado de estos niveles cuando se tira con pólvora del rey, hoy tampoco tenemos ninguna duda de que la estructura de remuneración ha inducido la toma excesiva de riesgos. Se ha orientado la actividad de las entidades con objetivos a muy corto plazo que han desactivado los mecanismos de control tradicionales. Por eso se pone tanto énfasis en que los esquemas de retribución variable deben estar vinculados a periodos de varios años que se extiendan al conjunto del ciclo y, desde luego, que los supervisores vigilen estos esquemas." (JOSÉ PÉREZ: "El contribuyente ha tenido que tragarse los riesgos". El País, ed. Galicia, Economía, 22/03/2009, p. 29)

26.3.09

El origen de la crisis y el prestamista chino

"Fue gran responsabilidad de Greenspan el haber favorecido que un país con la bajísima tasa de ahorro que tiene Estados Unidos disfrutara largamente de bajísimos tipos de interés, algo que se podía permitir porque había países dispuestos a prestarle pese a la baja remuneración que los préstamos obtenían.

El principal prestamista de Estados Unidos era China. Se daba la escandalosa anomalía de que este país pobre (pese a su rápido crecimiento), con una renta por habitante de unos 1.800 euros, financiara masivamente al país más rico del mundo. Esto se debía a que de nuevo había aquí intervención estatal para evitar el normal funcionamiento de los mercados. Los chinos financiaban la orgía consumista y bélica de Estados Unidos para no revaluar su moneda, que hubiera sido la consecuencia lógica de su gigantesco superávit comercial. Para mantener a sus trabajadores ocupados, China tenía que vender a precios muy competitivos; invirtiendo en dólares su superávit, mantenía el yuan bajo y el dólar alto, con lo que su competitividad se sostenía.

Así, bloqueando los mecanismos de mercado cuyas consecuencias les resultaban desagradables (reducción del consumo estatal y privado en Estados Unidos, amenaza al empleo industrial en China), los Gobiernos de ambos países estaban cebando una bomba que tarde o temprano tenía que estallar. La osadía de ciertos banqueros y agentes de Bolsa estadounidenses hicieron el resto.

Aunque a regañadientes, Europa se vio arrastrada al peligroso jueguecito: ante los bajos tipos de interés norteamericanos, el Banco Central Europeo no podía subir los suyos, para no elevar la cotización del euro, poniendo en peligro la competitividad de la industria. Cuando Jean-Claude Trichet se resistía a bajar los tipos se le criticaba acerbamente. Y así Europa también se deslizó por el vertiginoso tobogán de los bajos intereses.

Con el Euríbor por los suelos todo el mundo podía comprarse una casita, e incluso un castillo en España. Y también aquí los órganos de intervención miraron para otro lado e hicieron gala de indulgencia benévola ante una euforia económica que prometía un gran éxito en las cercanas elecciones, pese a las advertencias en estas páginas (21-02-2004) del hoy gobernador del Banco de España." (GABRIEL TORTELLA: ¿Quién tiene la culpa de la crisis?. El País, ed. Galicia, Opinión, 28/02/2009, p. 27 )

28.1.09

Sacrificios para todos, luego... beneficios para todos, o sea, cogestión en la empresa

"Consagrará la actual coyuntura el predominio absoluto del capital sobre el trabajo o ayudará, por el contrario, a que el trabajo se asuma, de forma efectiva, como capital? Lejos de ser retórica, esta pregunta estará, probablemente, en la agenda política en los próximos meses.

Antes de que la presente crisis financiera nos recordara la de 1929, otro parámetro menos visible, la distribución de la renta en Estados Unidos entre capital y trabajo, había retrocedido a los niveles previos a esa fecha fatídica, reflejando un sesgo sin precedentes a favor de los beneficios empresariales.

Esa tendencia se había reforzado con la disminución de las ganancias no salariales (sanidad, pensiones) percibidas por los trabajadores, resultado de las políticas privatizadoras. En todos los países de la OCDE se ha intensificado el mismo desequilibrio.

Si ambos fenómenos, crisis financiera y desigualdad de rentas, son simultáneos es porque están interconectados, son manifestación del mismo comportamiento y deben participar del mismo diagnóstico. Indica que el problema no se soluciona sólo con más regulación, que la solución no puede limitarse a aportar recursos públicos ni a mejorar la regulación de los mercados. (...)

Descargar sobre el trabajo el ajuste de la crisis es una temeridad. Lo es porque provocaría un nuevo hundimiento de la demanda, pero también y sobre todo, porque es imprescindible cambiar el modelo económico y hacerlo más intensivo en conocimiento para multiplicar la innovación y la productividad. Y ese objetivo es incompatible con la precaria y continua rotación de recién licenciados o con modelos empresariales que requieren la expulsión sistemática de trabajadores expertos mediante prejubilaciones forzadas.

Y, sin embargo, es imprescindible impulsar una flexibilidad solidaria ante la crisis para que no descargue su factura exclusivamente sobre el empleo. Es el momento de impulsar la innovación económica desde la innovación social. El descenso temporal de los salarios puede ser una variable negociadora para aliviar el ajuste de empleo, pero a cambio de capitalizar en acciones el riesgo que implica ese sacrificio. (...)

Los trabajadores de buena parte de las grandes empresas tecnológicas americanas son también accionistas de sus compañías.

En Estados Unidos, a pesar de décadas de hegemonía neoliberal, sigue habiendo 11.000 firmas acogidas a los programas ESOP fundados en 1971 (Employee Stock Ownership Plans, planes de propiedad accionaria de trabajadores) que emplean a casi un 20% de la fuerza de trabajo e incluyen el 14% de las compañías que cotizan en Bolsa, las que tienen más valor.Hay que acabar con el creciente desapego entre empresa y trabajador. Los profesionales deben asumir el destino de sus empresas, ser parte de ellas y de su accionariado, implicarse en su competitividad y estabilidad. (...)

El trabajador debe compartir riesgos y sacrificios como parte de un pacto a largo plazo que le permita también compartir beneficios. Y decisiones. Impulsar legal y fiscalmente estos cambios es parte de las verdaderas reformas estructurales que reclama la situación. Ése es hoy el verdadero test para una política socialdemócrata." (IGNACIO MURO BENAYAS: Convertir el trabajo en capital. El País, Negocios, 25/01/2009, p. 19)

8.1.09

Así se tramitaban las "hipotecas basura"... y pasó lo que tenía que pasar

"Hasta aquí, una de las caras del problema. La otra se manifiesta en la desaprensiva actuación de los agentes free lance que practican la venta domiciliaria de hipotecas. Son frecuentes las falsificaciones de datos laborales, ingresos, deudas o garantías que enturbian los ratios de solvencia de los aspirantes.

La policía ha tenido que advertir, a través de los medios de comunicación, que tal actuación puede constituir un fraude y que cualquier aspirante a comprador o prestatario debe evitar firmar en blanco solicitudes o documentos que esos free lance puedan rellenar falsamente, engañando a unos y otros para cobrar su comisión.

Y como no hay dos sin tres, también se detecta engaño en la sarta de mentiras con que estos vendedores de hipotecas convencen a los prestatarios más confiados. Hasta el propio presidente George W. Bush reconoció que en muchos casos los ciudadanos no sabían lo que firmaban." (ENRIQUE BRANCÓS NÚÑEZ: Algo más sobre las 'subprime': las falsas. El País, Negocios, 04/01/2009, p. 14 )