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10.11.24

El impulso científico de los hospitales españoles ha logrado que empiece a ser una realidad un escenario inimaginable hace muy poco e inédito en el mundo: que la sanidad pública pueda ser en buena parte autosuficiente en la producción de las revolucionarias terapias CAR-T frente a tipos de cáncer como el mieloma múltiple... estas terapias son cuatro veces más baratas, lo que contribuye a la sostenibilidad del sistema... Frente al mieloma múltiple hay dos terapias comerciales aprobadas [Abecma y Carvycti], pero estas no llegan a muchos enfermos por varias razones: falta de capacidad de producción de las farmacéuticas, estrategias comerciales, elevados precios... El avance ha despertado los recelos de las compañías farmacéuticas que tienen aprobadas estas terapias... “La industria maniobra en Bruselas para hacer valer sus intereses. Las farmacéuticas pretenden, por lo que hemos visto, impedir los CAR-T académicos en las indicaciones en las que existe uno comercial. Esto supondría el fin del ARI-0002h” (Oriol Güell )

 "El impulso científico de los hospitales españoles ha logrado que empiece a ser una realidad un escenario inimaginable hace muy poco e inédito en el mundo: que la sanidad pública pueda ser en buena parte autosuficiente en la producción de las revolucionarias terapias CAR-T frente a tipos de cáncer como el mieloma múltiple. Este es el hito alcanzado por una red de centros sanitarios, liderada por el Clínic de Barcelona y de la que forman parte los hospitales 12 de Octubre de Madrid, Virgen del Rocío de Sevilla, Salamanca, Virgen de la Arrixaca de Murcia, Clínico de Santiago de Compostela y la Clínica Universitaria de Navarra, este último el único del grupo de titularidad privada. La Red Española de Terapias Avanzadas (RED TERAV), del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) es la que ha logrado impulsar el proyecto.

“Estamos en un momento especial y bonito en el que se recogen los frutos de muchos años de trabajo. Aún queda camino por recorrer, pero ha quedado demostrado que es posible producir terapias CAR-T en el sistema público con la misma eficacia que los comerciales e igual o mejor perfil de seguridad. Y esto tiene grandes ventajas. Una es que estas terapias son cuatro veces más baratas, lo que contribuye a la sostenibilidad del sistema. Otra es que la producción se hace cerca del paciente y supone un impulso científico a la red pública”, sostiene el hematólogo José María Moraleda, coordinador de la RED TERAV y miembro de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

El precio de las últimas terapias CAR-T aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se acerca a los 400.000 euros por paciente, mientras el coste de los producidos en el Clínic no supera los 90.000. Los CAR-T han obtenido muy buenos resultados frente a varias formas de cáncer hematológicos en pacientes hasta ahora considerados incurables. Los tratamientos consisten en extraer del enfermo células del sistema inmunitario para reprogramarlas genéticamente, de forma que al volver al organismo destruyen las causantes de la enfermedad.

Los progresos del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) del Hospital Clínic son los que han catalizado estos avances. Hasta el momento, la entidad ha logrado desarrollar dos terapias: el ARI-0001 frente a la leucemia linfoblástica aguda (LLA) en mayores de 25 años y el ARI-0002h, frente al mieloma múltiple. La primera se convirtió en febrero de 2021 en el primer CAR-T desarrollado íntegramente en Europa autorizado por una agencia reguladora, mientras la segunda —cuyo uso se extiende ahora en el sistema público— recibió el pasado mes de julio luz verde por parte del Comité de Evaluación de Medicamentos de Uso Humano la AEMPS.

 Manel Juan, jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clínic e impulsor de estos avances, califica de “oportunidad” el escenario actual. “El ARI-0002h ofrece una opción a pacientes que, de otra forma, no tendrían acceso a los tratamientos que necesitan. Frente al mieloma múltiple hay dos terapias comerciales aprobadas [Abecma y Carvycti], pero estas no llegan a muchos enfermos por varias razones: falta de capacidad de producción de las farmacéuticas, estrategias comerciales, elevados precios... Nuestro papel, más que una competencia para la industria, es de complementariedad para hacer que los enfermos tengan una mayor accesibilidad a las terapias que necesitan“.

El ARI-0001, por su parte, es el único CAR-T aprobado y disponible en España para tratar pacientes mayores de 25 años con la leucemia linfoblástica aguda (LLA). En total, según Juan, ambas terapias han sido administradas a casi 450 enfermos en ensayos clínicos, como uso compasivo o por la vía de la exención hospitalaria, que permite a los hospitales públicos desarrollar en algunas circunstancias tratamientos no industriales.

Actualmente, la producción de la gran mayoría de los ARI-0002h se realiza en el Clínic con las células que les remiten los hospitales de la red, que se ocupan de toda la parte asistencial —diagnóstico, tratamiento, evolución de los enfermos...—. Aunque el objetivo es que poco a poco más hospitales desarrollen el conocimiento para ocuparse también de la producción, hasta ahora solo ha empezado a hacerlo la Clínica Universitaria de Navarra para los pacientes del Hospital Universitario de Salamanca, principalmente.

El avance de los CAR-T desarrollados en hospitales públicos, llamados “académicos” ha despertado los recelos de las compañías farmacéuticas que tienen aprobadas estas terapias por la EMA, que en algunos casos pueden verlo como una especie de competencia desleal. Esta oposición adquiere especial relevancia en un momento en el que la Unión Europea tramita la mayor reforma de la legislación farmacéutica de su historia y algunos actores temen que los poderosos lobbys del sector frenen a los CAR-T académicos. “La industria maniobra en Bruselas para hacer valer sus intereses. Las farmacéuticas pretenden, por lo que hemos visto, impedir los CAR-T académicos en las indicaciones en las que existe uno comercial. Esto supondría el fin del ARI-0002h”, avisa Soledad Cabezón, presidenta de la Asociación Acceso Justo al Medicamento (AAJM).

Estos temores tienen un precedente: el reglamento 1394/2007. Esta norma, que reguló hace 17 años los avances en las terapias avanzadas, aceptó las posiciones del sector al considerar a los CAR-T como un medicamento y, por tanto, los dejó sujetos a sus condicionantes legales y comerciales (patentes, mecanismos de financiación pública...).

Lola Hernández, responsable del Plan Nacional de Médula Ósea de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) califica de “error” aquella decisión. “Los CAR-T son algo más cercano a un trasplante alogénico [de células madre] que a un medicamento como tal. Es decir, en el fondo es un procedimiento que obtiene unas células del paciente y se las vuelve a administrar una vez modificadas. Y patentar eso tiene inconvenientes importantes. Primero, en el terreno ético, porque en el fondo supone venderle al paciente sus propias células a un precio muy elevado. Y, luego, porque limita al desarrollo del conocimiento y al acceso de los enfermos a las terapias”, censura.

El reglamento 1394/2007 confería a los CAR-T la consideración de medicamentos, pero también preveía algunas vías que permiten a los hospitales públicos seguir con la investigación y desarrollo de terapias avanzadas. Una de ellas es a la que ha recurrido el Hospital Clínic y que ahora está en el centro de las negociaciones en Bruselas: la exención hospitalaria.

 “Podemos considerar la exención hospitalaria como un paso intermedio para llegar al objetivo último de cualquier terapia, que es la aprobación centralizada por la EMA. Pero este es un procedimiento enormemente costoso que suele estar solo al alcance de la industria farmacéutica. La exención, en cambio, permite que hospitales que han tenido éxito con alguna terapia, a una escala menor pero con la misma eficacia y seguridad, puedan lograr una primera aprobación por las agencias nacionales”, explica Moraleda.

La patronal Farmaindustria, por su parte, considera que “la exención hospitalaria tiene mucho sentido en la búsqueda de determinados tratamientos sin alternativa terapéutica aprobada, pero esta situación excepcional no debe perpetuarse”. En este sentido, el sector defiende que “en el caso de CAR-T académicos que cuenten con esta exención hospitalaria en España y se conceda una posterior autorización de comercialización europea a un medicamento fabricado industrialmente para la misma enfermedad, no deberían mantenerse dos medicamentos con diferentes estándares de autorización”.

La idea de fondo es que las terapias académicas deberían cumplir “los mismos estándares de calidad, eficacia y seguridad” que la EMA impone a los comerciales, un argumento que es rechazado por los partidarios de los CAR-T académicos. “Los estándares que cumplen también son suficientes. No estamos hablando de moléculas artificiales, estamos hablando de células y procedimientos clínicos. Los ensayos realizados han demostrado que los académicos obtienen iguales o mejores resultados que los comerciales”, sostiene Lola Hernández.

 César Hernández, director general de Cartera Común de Servicios y Farmacia del Ministerio de Sanidad, pone en valor “la convivencia [en el sistema sanitario] de CAR-T comerciales y los académicos” lo que evidencia “el apoyo a la investigación pública y la apuesta porque estos desarrollos sigan el cauce regulatorio adecuado que les permita obtener una autorización de comercialización e incrementar la competencia en el mercado”.

Los movimientos de la industria en Bruselas han buscado taponar esta vía, lo que preocupa a la mayoría de actores implicados. Nicolás González Casares, responsable de la directiva farmacéutica por el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, considera, sin embargo, que el modelo español no está en riesgo. “El desarrollo de los CAR-T académicos ha demostrado no solo tener una base científica de primer orden, sino que además permite crear ecosistemas de innovación tremendamente importantes y con un enorme futuro”, afirma.

 El interés estratégico de los países será el que, en último término, permitirá encontrar la fórmula para que los CAR-T académicos y los comerciales convivan en los sistemas sanitarios. “En el anterior mandato dio tiempo para que el Parlamento fijara su posición, pero el procedimiento quedó paralizado con las elecciones. Ahora deben hacer lo propio los países en el Consejo y ahí tendrán gran peso las cuestiones de interés nacional”, concluye González Casares."                    (Oriol Güell , El País, 09/11/24)

8.11.23

Estudiantes gallegos de tecnología del IES Rego da Trabe, diseñan soluciones tras escuchar las necesidades de los enfermos de parálisis cerebral... que ya pueden apagar las velas para celebrar cada año que cumplen, gracias a un soplador mecánico elaborado con ventiladores de ordenadores estropeados, y una impresora 3D

 "Los pelos se le pusieron de punta a Beatriz Méndez Mareque el día que vio cómo sus alumnos escuchaban los problemas cotidianos con los que lidian las personas con parálisis cerebral que visitaron su instituto. Esos adolescentes inquietos a los que suele lanzar “miradas asesinas” para que callen y atiendan parecían hipnotizados, recuerda esta profesora de Tecnología en el IES Rego de Trabe de Culleredo (A Coruña). Los usuarios de la Asociación de Familiares de Personas con Parálisis Cerebral de A Coruña (Aspace) les contaron que nunca habían podido soplar las velas de su tarta de cumpleaños. 

Les relataron la odisea que les supone buscar una de las plazas de aparcamiento que los municipios reservan a los discapacitados. O sus esfuerzos imposibles para que el botón de encendido de un ordenador responda a sus limitaciones de movilidad. Esta charla es el punto de partida cada curso de un singular proyecto del centro de investigación CITIC de la Universidad de A Coruña llamado Talentos Inclusivos. Consiste en que los afectados por este trastorno lancen retos a los alumnos de ESO y Bachillerato para que discurran e inventen algo que les ayude a superar las barreras en su día a día. 

Los usuarios del centro de día y residencia de Aspace ya pueden apagar las velas para celebrar cada año que cumplen. Los chavales del IES Rego de Trabe idearon un soplador mecánico elaborado con materiales reciclados. Usaron desde ventiladores de ordenadores estropeados a una impresora 3D. En el proceso, tutorizados por los investigadores del CITIC, se reunieron con los afectados por estos trastornos para plantearles las dudas que les iban surgiendo. Por ejemplo, si querían uno o dos pulsadores, o si necesitaban que el artefacto fuera regulable en altura para que se adaptara a distintos tipos de tarta. Finalmente, se usó el mecanismo de una vieja sombrilla de playa para que fuera eficaz con velas clavadas en pasteles de cualquier tamaño.

Los alumnos de Tecnología de este centro de Culleredo han diseñado también un geolocalizador para que las personas con parálisis cerebral puedan saber dónde están exactamente los aparcamientos reservados para ellos en los ayuntamientos de A Coruña, Sada, Oleiros y Cambre. Además de la labor de programación, afrontaron un reto no tecnológico pero si cabe más complicado: sobrevivir al laberinto burocrático de recopilar los datos de ubicación de las plazas ante cada uno de los consistorios. Ahora se plantean mejoras, entre ellas que la aplicación incluya información sobre si el estacionamiento está libre. También inventaron un intercomunicador para que quienes no puedan hablar emitan peticiones básicas como “quiero agua”. O un poncho elaborado con textiles inteligentes que permite a los niños aprender las diversas partes del cuerpo: cuando tocan una, las telas conductoras funcionan como un interruptor y lanzan un mensaje pregrabado.

El primer poncho que idearon los muchachos no valía, tuvieron que modificarlo porque era imposible usarlo sentado en una silla de ruedas. “Este proyecto les obliga a ponerse en la piel del otro. Desarrollan primero la empatía y luego aplican el conocimiento”, explica la profesora Méndez Mareque. La docente destaca también que Talentos Inclusivos enseña a los adolescentes que la tecnología “vale para hacer cosas buenas” y les suscita un compromiso enorme: “Ellos saben que esto lo tienen que hacer bien porque va a ser usado por personas a las que conocen y han escuchado. Hay una exigencia personal muy interesante y esa vinculación es muy emocionante”.

María José, usuaria de Aspace, está “contentísima” porque ya tiene un pulsador especial que le permite encender y apagar el ordenador. Lucía también disfruta del licornio que le diseñaron los estudiantes a medida. Se trata de un casco con una varilla que le permite lanzar las bolas en su juego favorito: la bocha, un deporte paralímpico parecido a la petanca. Al comienzo del curso, las personas atendidas en Aspace realizan una “lluvia de ideas alrededor de las necesidades que les van surgiendo en su día a día”, señala Iria Robles, coordinadora de la asociación coruñesa. En los grupos de trabajo entre los chavales de los institutos y los afectados por parálisis cerebral se ha establecido “un vínculo sorprendente, se tratan como amigos”. “La sensibilización que pretendíamos la hemos logrado”, celebra Robles.

De la mente de estos adolescentes inventores han salido una treintena de soluciones tecnológicas que mejoran la vida cotidiana de personas con problemas de movilidad. Han creado un bingo adaptado o un mezclador de dados con pulsador. Han reprogramado videojuegos clásicos como los de Mario Bros o los comecocos para que los saltos y demás reacciones en pantalla se provoquen moviendo menos el mando.

Promover vocaciones

El Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CITIC) lleva 15 años trabajando en tecnología inclusiva, es decir, en elaborar diseños tecnológicos universales que piensen en todo tipo de personas y que ayuden a personas con discapacidad a mejorar su día a día y participar de lleno en la vida pública. Talentos Inclusivos busca “promover vocaciones en jóvenes y hacer cosas que tengan impacto directo en la sociedad”, explica Javier Pereira, subdirector del CITIC. Él cree que puede ayudar a reducir el “preocupante” sesgo de género que sufren las carreras tecnológicas: solo el 13% del alumnado de la Facultad de Ingeniería Informática de A Coruña son mujeres.

En el caso de Xiana y Lucía ha surtido efecto. Son alumnas de Bachillerato del IES Rego de Trabe y participaron en el diseño del geolocalizador de aparcamientos. Talentos Inclusivos ha servido a Xiana como “inspiración” y ahora tiene claro que quiere estudiar Informática. “Me ha permitido conocer la realidad de las personas con parálisis cerebral, ponerme en su lugar y hacer algo útil para sus vidas. Es muy bonito”, explica. Lucía, que ha visto a usuarios de Aspace llorar de emoción mientras les explicaban su invento, pensaba estudiar Física o Química, pero ha cambiado de opinión y se decantará por una carrera tecnológica. “Fue una experiencia única, maravillosa”, esgrime. “Ahora siento que con la tecnología puedo ayudar a los demás”.

Talentos Inclusivos enfila estos días su cuarta edición. Se acaba de abrir el plazo para que se inscriban los centros. Arrancó con ocho institutos y el año pasado participaron 12 y un total de 200 estudiantes y 27 usuarios de Aspace. La profesora de Tecnología Méndez Mareque cree que el éxito de este programa entre los chavales está detrás del incremento de matriculados que ha experimentado su asignatura: “Mis alumnos ya me han preguntado este curso que cuándo empezamos”."                   (Sonia Vizoso, El País, 04/11/23)

7.4.22

El mayor perjuicio de este entorno que define la innovación como la recreación del pasado mediante su adaptación al espectáculo, es que nos conduce hacia la incapacidad para pensar lo importante, es decir, lo estructural... Y estamos en un instante político, geopolítico y económico, en que necesitamos un pensamiento diferente desde un punto de vista puramente pragmático: con las fórmulas actuales no modificamos nada; empeoramos los problemas, porque nos han cambiado el escenario... La reducción de la política al espectáculo, con la consiguiente desaparición de lo estructural de escena, es especialmente grave en lo ideológico y en lo económico porque impide que lo nuevo de verdad aparezca: no puede haber innovación sin modificar las estructuras

 "Probablemente, el mayor problema político y económico de nuestra época consista en la incapacidad para pensarla en términos pragmáticos. Nos pasamos la vida poniendo nombres en inglés a viejas y malas prácticas que se vuelven más aceptables gracias a una nueva terminología, o utilizando eufemismos en economía y en política internacional para no llamar a las cosas por su nombre y, de esta manera, suavizar sus consecuencias. Nos pasamos la vida alabando la novedad y la innovación, pero solo para huir de la realidad. 

 Probablemente, haya sido el teórico cultural Boris Groys el que mejor haya definido la versión hoy dominante de la innovación. Para Groys, lo nuevo no se constituye a partir del descubrimiento de lo que estaba escondido o haciendo comparecer lo que nunca habíamos pensado, sino transmutando el valor de algo que era visto y conocido desde siempre. Aquello que era considerado profano, extraño, primitivo o vulgar se higieniza y reaparece en el primer plano cultural, cobrando un valor inesperado.

El 'gin-tonic' y el Benidorm Fest

Esta misma idea aparece en muchos movimientos culturales de nuestro tiempo. El festival de Benidorm y el de Eurovisión son también buenos ejemplos. Se trata de certámenes cuyo interés y prestigio había decaído, y gracias a una transmutación, en general ligada a una ideología lúdica, adquieren nuevo brillo, interesan a cada vez más gente y se convierten en tendencia inevitable. Pero ha ocurrido con muchas otras cosas, desde el 'gin-tonic', bebida obrera por excelencia décadas atrás reconvertida en artículo de prestigio, hasta el alimento cogido directamente de la huerta, hace décadas una cosa pobre y poco higiénica que ahora es símbolo de calidad, salud y respeto por la naturaleza.

 Sin duda, estas operaciones no dejan de contener elementos políticos, ya que son reconversiones que se toman como símbolo de modernidad y de comunión con lo popular, se convierten en algo totalmente actual y plenamente reivindicable, y por tanto generan un terreno idóneo para la guerra cultural. En el festival de Benidorm hemos visto cómo elementos poco valiosos en los tiempos de la innovación, como la música popular regional (en este caso gallega) suscitan adhesiones fervorosas, y cómo elementos que se ocultaban a la vista, como las tetas, son exhibidos y celebrados con alegría y energía, reconvirtiéndolos en fuente de orgullo. Es un tipo de transmutación que entronca claramente con la propuesta de Groys y que, como pasaba con los barrios gentrificados, se convierte en tendencia y, a la vez, en generación de ingresos.

Estas cuitas culturales se han convertido en el motor de buena parte de las discusiones sociales, en la medida en que ponen de relieve el eje fundamental desde el que todas ellas se desarrollan, el de la modernidad contra el pasado. Con un punto de vista peculiar, porque han servido para que quienes recuerdan el pasado sean llamados neorrancios por quienes recrean continuamente el pasado. Más allá de los gustos musicales de cada cual, que cada uno tiene los suyos, no deja de ser una paradoja que quienes celebran algo que estaba tan desprestigiado como los festivales de Benidorm o Eurovisión, los vean ahora como modernos y empoderadores mientras señalan como anticuados y retrógrados a quienes señalan que no hace tanto los salarios y las oportunidades laborales eran mejores.

En fin, la creación actual literaria, cinematográfica y musical vive ancladas en esta permanente mirada hacia atrás para ver qué se puede actualizar, en este rebuscar una vez tras otra en los archivos, pero también ocurre con la política y la economía, y con consecuencias bastante graves.

La incapacidad para pensar lo importante

Como aspecto significativo, aunque no del todo relevante, hay que señalar que las grandes innovaciones en la política española de los últimos tiempos, las que trajeron los nuevos partidos, han consistido en traer a escena elementos desprestigiados, asumidos o sin valor, para llevarlos al centro del debate. Le ocurrió a Podemos con el Régimen del 78, y con la idea de que la derecha actual no es más que la continuación del franquismo por un nuevo camino; le ocurre a Vox cuando quiere volver a poner en el debate asuntos culturales como el divorcio, el aborto, las costumbres sexuales o la organización autonómica. Algo que se entendía superado, y que por tanto ya no tenía valor político, cobra nuevo interés gracias a su reactualización. Tampoco los partidos dominantes en España han escapado a esta tentación, y todo lo que ofrecen son las mismas fórmulas de hace diez o quince años, puestas en valor a través de la peligrosidad creciente de sus rivales. Todo lo nuevo que traen es la elevación de tono: del 'España se rompe' se ha pasado al 'Comunismo o libertad'. Mientras, la izquierda solo acierta a esgrimir la alerta antifascista. 

 Esta recuperación espectacular del pasado es notablemente perniciosa, y no tanto por su habilidad para enredarnos en discusiones culturales continuas, como por la incapacidad que arroja a la hora de pensar un mundo que está cambiando de manera profunda. El mayor perjuicio de este entorno que define la innovación como la recreación del pasado mediante su adaptación al espectáculo, es que nos conduce hacia la incapacidad para pensar lo importante, es decir, lo estructural. (...)

Lo que nos impide cambiar las cosas

Este permanente mirar atrás no hace más que borrar del mapa el pensamiento estructural, el que va al núcleo, a la raíz. Con una primera consecuencia, el ahogamiento de cualquier tipo de pensamiento crítico. Por decirlo en términos de Héctor G. Barnés, "hemos renunciado a que haya una alternativa, un canon y un contracanon, una visión de futuro que ponga en cuestión lo establecido como ocurrió tradicionalmente en la música popular". Y estamos en un instante político, geopolítico y económico, en que necesitamos un pensamiento diferente desde un punto de vista puramente pragmático: con las fórmulas actuales no modificamos nada; empeoramos los problemas, porque nos han cambiado el escenario. 

 Es cómodo, no obstante, porque permite seguir trasladando al plano cultural las discusiones, y seguir argumentando a partir de la tensión entre el pasado y el presente, entre lo moderno y lo antiguo. Mediante ese desplazamiento, todo aquello que da forma a nuestro mundo, lo que lo articula y estructura, desaparece de escena. Convertir en asuntos políticos un himno a la teta o una canción regional popular no deja de ser un entretenimiento, similar al causado por una polémica arbitral en un partido de fútbol o por la enésima ruptura de la relación de un par de famosos. Quizá atribuir tanta relevancia simbólica a unas cuantas canciones no sea más que una forma de compensar la impotencia política de quienes los esgrimen.

La reducción de la política al espectáculo, con la consiguiente desaparición de lo estructural de escena, es especialmente grave en lo ideológico y en lo económico porque impide que lo nuevo de verdad aparezca: no puede haber innovación sin modificar las estructuras. O, por decirlo de otra manera, esa continua repetición de lo mismo nos impide innovar de verdad. Esto es, cambiar las cosas."                         (Esteban Hernández, El Confidencial, 29/01/22)

28.5.18

A lo mejor no me creéis, pero no os miento si os digo que en España todo es mejor... Los trenes, el metro, los taxistas, los desconocidos amabilísimos, el ritmo de vida tranquilo, la asombrosa capacidad de insultaros los unos a los otros... puedo decir es que en Barcelona, Gijón, Madrid, Santiago o Girona, en todas partes, siempre me he encontrado lo mismo: cariño, hospitalidad, sonrisas, generosidad...

"Carta abierta del pianista y escritor James Rhodes, que se instaló en Madrid en 2017.

Nunca he entendido del todo eso de tener un hogar. Vale, es el sitio donde duermes y estás a cubierto, pero, al margen de eso, el concepto hogar no tenía para mí demasiado sentido. Supongo que me he pasado media vida huyendo. De mí o de los desastres que yo mismo he provocado, por norma general. Pero hace nueve meses dejé de huir. Me instalé en Madrid. Encontré un hogar. Y descubrí en qué consiste tenerlo.

Una cosa es conocer ese Madrid que nos ofrece el Prado, el Thyssen, el Reina Sofía. Escaparte a la hora de la comida para ir a ver el Guernica y después hacer un picnic en el Retiro, visitar el Palacio Real y tomarte una caña en la plaza Mayor. Pero enamorarse de la Cava Baja o de la calle del Espíritu Santo, que a vosotros os parecerán de lo más normal pero que para mí están llenas de magia, es otro nivel.

Ver a la gente de paseo, tan tranquila (imposible en Londres), o esperando a que el semáforo se ponga en verde (no lo había visto en la vida). Contar la cantidad de parejas que van por ahí de la mano. Sonreír al contemplar la majestuosidad de Serrano, donde una chaqueta cuesta lo mismo que un coche. 

Ver una obra increíble en El Pavón Teatro Kamikaze, picar unas croquetas que literalmente pueden cambiarte la vida en el restaurante Santerra, reírte de lo buenos que están los cruasanes del Café Comercial, presenciar cómo los profesionales de Sálvame analizan el lenguaje corporal de Letizia frente a un público embelesado.

Las diferencias entre este país y el Reino Unido son incontables. 

Estoy escribiendo esto enfermo, desde la cama, a las dos de la madrugada, tras un viaje de tres días en Reino Unido en el que he pillado la gripe del Brexit. Al llegar a Madrid, llamé a mi seguro médico. Una hora después un médico se presentó en mi casa y me recetó antibióticos. 

Aquí pago 35 euros al mes por el seguro médico (puede parecer un lujo, pero lo necesito por mis operaciones de espalda pasadas). En Londres pagaba 10 veces más. Y allí las visitas médicas en tu domicilio cuestan unos doscientos euros.

A lo mejor no me creéis, pero no os miento si os digo que aquí todo es mejor. Los trenes, el metro, los taxistas, los desconocidos amabilísimos, el ritmo de vida tranquilo, la asombrosa capacidad de insultaros los unos a los otros (pasando de la madre o de la actividad sexual de nadie, vosotros recurrís a peces, espárragos y leche, un arte digno de Cervantes), el idioma increíble (contáis con quisquilloso, rifirrafe, ñaca-ñaca, sollozo, zurdo o tiquismiquis, que podría ser mi apodo). Vuestro diccionario es el equivalente verbal de Chopin. 

Me parece guay del Paraguay la cantidad de fumadores empedernidos que hay aquí, mandando a la mierda a todos los médicos y a los gilipollas moralistas de Los Ángeles. Son asombrosas la cordialidad del vive y deja vivir y la generosidad. El premio a la croqueta del año. 

El respeto que os inspiran los libros, el arte, la música. El tiempo que dedicáis a la familia y al descanso. A las cosas que importan.

Impresiona también la cantidad de gente con talento que se llama Javier (Bardem, Cámara, Calvo, Ambrossi, Manquillo, Del Pino, Marías, Perianes, Navarrete, entre muchos otros. Adivinad cómo voy a llamar a mi próximo hijo).

Vosotros inventasteis la siesta, y aun así trabajáis más horas que casi en cualquier otro país de Europa.

He conocido a extraños en el metro con los que he acabado interpretando a Beethoven, a abuelas que me han hecho torrijas y me han hablado de cuando tocaban el piano, a pacientes de psiquiátricos cuya valentía me ha dejado flipado, a un chaval que toca el piano muchísimo mejor que yo a su edad y a quien he podido dar algunas clases gratis. 

Hasta Despacito suena de puta madre en el metro a las ocho y media de la mañana si la toca un anciano que sonríe, y al observar a los demás pasajeros me doy cuenta de que es una sonrisa contagiosa. Me he tirado horas en el Carrefour de Peñalver abrumado por los colores, los sabores, los olores y lo fresco que es todo (en Londres algo así es impensable), he visto tomates del tamaño de un balón de fútbol en la frutería de mi calle, he recibido bizcochos de unos vecinos que, en lugar de quejarse por el ruido, me piden que toque el piano un poco más fuerte. He descubierto las natillas.

Y así podría seguir horas.

Aquí hay un montón de cosas buenas, a veces escondidas. He sido testigo de la extraordinaria labor que llevan a cabo organizaciones como la Fundación Manantial, Save the Children, la Fundación Vicki Bernadet, Plan International y tantas otras, grandes y pequeñas, capaces de aliviar parte del dolor que hay en este mundo. Y no piden elogios, premios ni agradecimientos.

Evidentemente, también hay problemas. Cómo no iba a haberlos. Las leyes espantosas, ofensivas e inhumanas que se aplican a las agresiones sexuales (vistas en el caso de La Manada) que desde luego tienen que cambiar. Las drogas, la indigencia, el tráfico de personas, los abusos, los recortes en sanidad, las enfermedades mentales, los problemas económicos. La corrupción en el poder. 

Los políticos (en serio: ¿por qué no dejamos que Manuela Carmena, la superabuela, se encargue de España unos años y la arregle?). Los azotes diarios y desde tiempos inmemoriales. 

Sin embargo todo esto no os ha vuelto insensibles, fríos, desagradables y cerrados como ha pasado en tantos países, sino que os ha hecho abiertos, ha sacado a la luz un poquito de la pureza y de la bondad que hay en el mundo, y, joder, qué orgulloso estoy de ser una figura diminuta y solitaria que deambula por este país asombrándose por su vitalidad colectiva.

Este año, por trabajo, voy a ir a Ibiza, Sitges, Sevilla, Granada, la Costa Brava, Cuenca, Vigo, Vitoria, Zaragoza y a muchos otros sitios increíbles. He visitado docenas de ciudades a lo largo de los últimos dos años. 

Soy un extranjero, un huésped, y, en tanto que anglosajón, no creo que tenga el derecho de hablar de política, pero lo que sí puedo decir es que en Barcelona, Gijón, Madrid, Santiago o Girona, en todas partes, siempre me he encontrado lo mismo: cariño, hospitalidad, sonrisas, generosidad.

También distintas gastronomías: la paella valenciana es la única de verdad, obvio, y lo mismo pasa con los churros en Madrid y el salmorejo en Andalucía. Lo mejor que puedes llevarte a la boca lo encontrarás en San Sebastián (bueno, a lo mejor la estoy liando, así que mejor lo dejo). 

He encontrado diferentes acentos (Galicia, lo siento, pero no entiendo ni una sola palabra de lo que dicen tus habitantes, ni siquiera cuando veo First Dates con subtítulos; la culpa es mía, pero es que hablan demasiado deprisa), pero tras cada acento siempre había un corazón enorme, dedicación al trabajo, abrazos, una tremenda hospitalidad.

Me encanta este país. Para mí, está en lo más alto. Metafórica y literalmente. Antes nunca miraba hacia arriba; caminaba con la vista clavada en la acera o el móvil. Aquí en España lo miro todo con asombro. Os miro a vosotros y vuestra belleza me ciega. Ahora sí miro hacia arriba. Porque me siento a salvo. Y visible. Y apoyado. Y bienvenido.

Hace poco estuve en Londres y visité a Billy, mi psiquiatra. Me dijo que hace 10 años dudaba de mi supervivencia. Que incluso hace un año no lo tenía nada claro, y con razón. Y que jamás me había visto tan bien como me ve ahora. Y ¿sabéis qué? Mucho se lo debo a España.

Algunos dirán que la gente me trata distinto debido a mi éxito relativo, al hecho de que me alojo en hoteles bonitos y ceno en buenos restaurantes. Así que permitidme que acabe con un recuerdo.

Hace mucho tiempo (demasiado), cuando era muy pequeño, veraneábamos en Mallorca todos los años. En agosto nos alojábamos un par de semanas en un apartamentito de mierda que estaba en la playa de Peguera. En mi memoria, esas vacaciones son el refugio más seguro, perfecto e increíble de mi infancia. Significaba alejarme de la zona en guerra que era mi vida en Londres: violenta, monocromática, dominada por las violaciones que sufría. 

Durante un breve período de tiempo, con ocho o nueve años, pude comprar tabaco (un paquete de Fortuna por pocas pesetas), en la tiendecita de la playa de Pedro. Pude beber Rioja calentorro (gracias de nuevo, Pedro), contemplar las estrellas, bañarme en el mar, engañar de vez en cuando a alguien para que me invitara a hacer esquí acuático, disfrutar del sol.

 Y, sobre todo, disfrutar de la sensación de estar a salvo, protegido. 30 años después, me brindáis lo mismo. Y nunca podré expresaros mi gratitud por ello."                

(Carta abierta del pianista y escritor James Rhodes, que se instaló en Madrid en 2017, El País, 18/05/18)

15.3.18

Gobernar la digitalización en favor de la mayoría

"(...) el crecimiento actual no está resolviendo los problemas sociales y económicos que la crisis nos dejó –cronificándose una fuerte precariedad y desigualdad–, al tiempo que la retórica de las “reformas estructurales” orientadas al mercado no se ha traducido en un cambio productivo real. (...)

  Junto a medidas específicas dirigidas a corregir la precariedad laboral y la inequidad en el reparto de la renta y la riqueza, nuestra economía necesita una nueva política industrial más audaz, focalizada y proactiva. Esta nueva estrategia industrial debe ser capaz, involucrando al sector público junto al sector privado, de impulsar un crecimiento sostenible en términos medioambientales (verde), que asegure la igualdad de género (morado), y que mejore la productividad, entre otras vías a través del desarrollo del proceso de digitalización1

 (...) pensamos que no es inevitable la aparición de un desempleo tecnológico generalizado, aunque es imprescindible adoptar medidas para prevenir tal posibilidad. Finalmente, sí creemos que existe un alto riesgo de que el proceso afecte de manera desigual a los distintos grupos sociales, evidenciando la responsabilidad colectiva (y no estrictamente individual) de intervenir desde la esfera de lo público para que no aumente la polarización y las desigualdades.

En definitiva, pretendemos abordar la digitalización desde la perspectiva de la economía política, discutiendo cómo “gobernar el proceso” para asegurar no sólo que la productividad crece, sino que este aumento se reparte equitativamente a favor de la mayoría.  (...)

En nuestra opinión, mientras una creciente robotización es probable, no tiene por qué producirse una destrucción masiva de empleo. De hecho, la experiencia histórica ha mostrado ya que las innovaciones tecnológicas que han tenido efectos sustanciales sobre la productividad no han supuesto a la vez una pérdida generalizada de empleo, sino lo contrario.  

(...) en España se trabaja de media 118 horas más al año que en el conjunto de la UE-15. Hay buenas razones para recuperar esta tendencia a la reducción de la jornada laboral, y más aún si se materializan los efectos del proceso de digitalización sobre la productividad. (...)

En resumen, con una adecuada combinación de políticas para impulsar la reducción de la jornada laboral y asegurar un crecimiento suficiente de la demanda, los aumentos de la productividad que pueden producirse en un futuro próximo como consecuencia de la digitalización no son una mala noticia para los trabajadores y trabajadoras, ni es inevitable un aumento del “desempleo tecnológico” a nivel agregado.  (...)

Que la digitalización no suponga necesariamente un aumento de la tasa de desempleo no significa que no haya grupos concretos de personas que hoy tienen un empleo, y que sí se verán afectadas negativamente. Es muy posible que este fenómeno haga desaparecer determinadas ocupaciones. Sin embargo, es difícil anticipar exactamente cuáles. 

(...) los trabajadores de la “gig-economy”. Esta expresión se utiliza para definir, por ejemplo, la situación de personas que son “llamadas” para realizar puntualmente una tarea concreta, aportando incluso los medios necesarios para ello (la bicicleta del “rider” de reparto), y sin que se establezca legalmente una relación estrictamente laboral con la empresa “mediadora” con el cliente final5

Evidentemente, esta es una forma buscada por las empresas para trasladar a los trabajadores y trabajadoras una parte importante de su “riesgo empresarial” y privarles de sus derechos.

Como ejemplo, De Stefano recoge la declaración de un alto ejecutivo de una empresa de este tipo: “Antes de Internet, hubiera sido realmente difícil encontrar a alguien, sentarlo diez minutos para que trabajara para ti, y despedirle después. Pero con esta tecnología, sí puedes encontrarlos, pagarles una pequeña cantidad y deshacerte de ellos cuando ya no los necesitas”. (...)

La digitalización está permitiendo una suerte de retorno a las relaciones laborales individualizadas y desprotegidas, propias del siglo XIX.

Si estos problemas no son abordados con medidas económicas y regulaciones adecuadas, veremos cómo los efectos globalmente positivos de los aumentos de la productividad no se repartirán de forma justa, dando lugar a la aparición, por un lado, de personas cuyos empleos han sido desplazados por las nuevas tecnologías sin posibilidad de seguir obteniendo ingresos del trabajo.

 Además, por otro lado, veremos a otros grupos sociales que, aun conservando “algún” empleo, vivirán estructuralmente en condiciones precarias y con bajos ingresos. Ahora bien, esto último no es una consecuencia inevitable de la tecnología, sino el resultado de decisiones políticas, y por lo tanto perfectamente evitable. (...)

Podemos citar, en concreto, cinco propuestas que nos parecen especialmente significativas:

1. Como se señalaba recientemente en un interesante artículo de V. Alsina, E. González de Molina y D. Vila, frente a la retórica de que los mayores procesos de innovación se han producido con un papel pasivo y secundario del Estado (limitado a favorecer las condiciones adecuadas), la realidad nos muestra que “el Estado ha sido un emprendedor de ‘primera instancia’, dinámico, creador de mercados nuevos y de innovaciones radicales que han transformado el conjunto de la economía, como la invención de Internet, la biotecnología, la nanotecnología”. 

En definitiva, las administraciones públicas han asumido en muchas ocasiones el liderazgo de la innovación, y creemos que deben volver hacerlo para asegurar que España cambia su patrón de especialización internacional y abandona la estrategia de competir en sectores de bajos salarios. Esto implica organismos donde el sector público colabore activamente con el privado, y también mantener los niveles de inversión pública y gasto en I+D y educación.

2. Si la digitalización se traduce en incrementos significativos de la productividad se abre una oportunidad para retomar el proceso de reducción de jornada, que se ha interrumpido en los últimos 30 años. 

Esto permitiría evitar la aparición de elevados niveles de desempleo de una forma más compatible con la sostenibilidad del planeta; favorecería para la mayoría el disfrute del ocio y otras actividades no relacionadas con el trabajo asalariado; mejoraría la conciliación entre la vida laboral y los cuidados, contribuyendo a un reparto equitativo entre géneros de estos trabajos que el que resulta de la actual organización del trabajo; y en definitiva podría utilizarse también como una forma de compensación de la pérdida de peso de los salarios en la renta que se ha producido en las últimas décadas (siempre y cuando la reducción de jornada se produzca sin reducción salarial, claro).

3. Adicionalmente, para evitar la pérdida de puestos de trabajo es necesario abandonar las políticas deflacionistas y asegurar una gestión activa de la demanda agregada para asegurar que el nivel de actividad es suficiente.

 Especialmente, esto debería hacerse promoviendo –de forma simultánea– tanto el desarrollo de sectores donde la automatización es elevada como otros más intensivos en empleo (sanidad, educación, dependencia, servicios de atención personal).

4. El deterioro de las condiciones laborales y el aumento de la desigualdad no es una consecuencia inevitable de la tecnología, sino fundamentalmente el resultado de decisiones políticas concretas. 

Para asegurar que los aumentos de la productividad se reparten de forma equitativa es necesario restituir el equilibrio en la negociación colectiva, reforzando un marco de pre-distribución más favorable a las rentas del trabajo, y volver a conectar el crecimiento de los salarios respecto a la productividad, de forma que se cierre el “gap” que viene produciéndose hace décadas entre ambas macromagnitudes. 

Esto exige igualmente reforzar las políticas redistributivas y adaptar la legislación laboral para terminar con la generalización de la precariedad de quienes trabajan en los sectores más afectados por los recientes desarrollos de la tecnología digital, como el empleo a través de las plataformas.

5. A pesar de estas políticas, es probable que algunos grupos se vean afectadas negativamente por los procesos de automatización, por ejemplo por su formación o porque algunas ocupaciones se vean especialmente comprometidas. Debemos asumir la responsabilidad colectiva de establecer un sistema de Renta Garantizada que convierta ésta en un derecho ciudadano."                   (Jorge Uchó, Nacho Álvarez, CTXT, 21/02/18)

29.1.18

El Estado emprendedor: Podemos debe presentar un programa de gobierno que abandere la innovación económica, la innovación ecológica, la innovación social y la innovación democrática, construyendo un laboratorio de gobernanza

"(...) A nuestro juicio, lo más interesante de la obra de Mazzucato es su marco conceptual y el conjunto de instrumentos e instituciones propuestos que pueden ser aplicados a otros campos de innovación (como la innovación en el sector público). 

Es central la idea de construir un “ecosistema de innovación simbiótico” entendido como un “liderazgo público participado que genera soluciones novedosas ―en materia de bienes, servicios y procesos― orientados a resolver necesidades sociales complejas ―que busquen mayor efectividad que las soluciones tradicionales― y que conlleven al final del camino tanto un cambio en las relaciones sociales como una generación de valor público”(1)

Ecosistema innovador que requiere, para operar, instituciones de intermediación e impulso: las agencias de desarrollo e innovación pública y los laboratorios de políticas públicas. Estas instituciones se definen por ser públicas e independientes, con una misión, visión y competencias estatutariamente establecidas, con una estructura técnica potente basada en un consejo asesor de expertos y unos cuadros técnicos bien formados en cada materia.

 Con el objetivo de alcanzar suficiente prestigio y legitimidad como para ser, por un lado, considerados por los actores como mediadores legítimos y por el otro, atraer al mejor talento humano. Las agencias y los laboratorios deben ser entendidos como una nueva institucionalidad democrática que sirve de palanca y motor para garantizar la innovación permanente: ambas instituciones son parte del Estado emprendedor. 

En este sentido, una fuerza política como Podemos, si quiere ser hegemónica no sólo en lo discursivo sino también en lo gubernamental, debe abanderar este nuevo arte de gobierno, que algunos autores como Pascual Esteve llaman “Gobernanza Democrática”(2) y que incorpora una nueva constelación de conceptos, estrategias, instituciones y políticas: co-diseño y co-producción de políticas públicas, innovación social, políticas basadas en la evidencia, proyectos piloto, participación ciudadana, partenariados público-privados, transparencia, colaboración público-comunitaria, gestión relacional, cultura de la evaluación, etc. 

Aterrizando este marco conceptual en, por ejemplo, el caso madrileño y aprovechando las próximas elecciones autonómicas como oportunidad para plasmar las anteriores críticas en propuestas políticas, la Comunidad de Madrid y el conjunto de los municipios que forman parte de ella, en especial el Ayuntamiento de la capital, deberían colocar la innovación en el centro de su proyecto. 

Para ello podrían partir de la búsqueda de la innovación en cuatro campos distintos: innovación económica, innovación democrática, innovación ecológica e innovación social. Siendo indiscutible el enorme potencial del binomio Ayuntamiento-Comunidad para impulsar este cambio, analicemos a continuación cómo se traduciría esto a nivel programático: 

1) Un programa de gobierno que abandere la innovación económica debe construir una agencia de desarrollo e innovación económica, al estilo de la exitosa Barcelona Activa, que persiga tanto objetivos de proceso (fomentando  espacios de colaboración público-privada con organizaciones empresariales, sindicales y del tercer sector y colaborando con una red de municipios madrileños); como objetivos de resultado, que estimulen el desarrollo económico equilibrado y la cohesión territorial, incorporando el fomento estratégico de otro modelo empresarial como el cooperativo ―la democracia en la empresa―, incentivando el triple balance en las empresas: económico, ecológico y social ―en contraposición al modelo filantrópico de la RSC―, promoviendo incubadoras de startups de emprendimiento social, proveyendo de formación y asesoramiento a cooperativas y autónomos, etc.

 En definitiva, el fomento de la economía social y cooperativa como modelo estratégico para Podemos Madrid. 

2) Un programa de gobierno que abandere la innovación democrática debe construir un laboratorio de gobernanza, es decir, una unidad especializada que forme, asesore y guíe a la administración para generar inteligencia institucional convirtiendo los datos en aprendizajes  que permitan a los dirigentes públicos gobernar a través de la evidencia empírica. 

Laboratorios como estos pueden servir para innovar en políticas de participación ciudadana, impulsando por ejemplo el Crowdlaw, una nueva política de participación que ha desarrollado uno de los centros de innovación democrática más potentes del mundo: el Governance Lab de la New York University

Este centro, dirigido por Beth Noveck, propone incorporar la participación de la ciudadanía en todas las fases del proceso de toma de decisiones, tanto en la esfera legislativa como en la ejecutiva, con el objetivo de aumentar el compromiso de los ciudadanos para mejorar la calidad, la efectividad y la legitimidad de la democracia. En síntesis, impulsar políticas públicas innovadoras en participación ciudadana es la concreción del mandato político de las plazas, parte fundante del ADN de Podemos. 

3) Un programa de gobierno que abandere la innovación ecológica debe construir una agencia de innovación ecológica, con un potente equipo de I+D que actúe en colaboración con el sector privado y el espacio universitario madrileño, para desarrollar energía fotovoltaica, no solo produciendo y comercializando energías renovables sino incentivando además la demanda de energías limpias, como la solar, ayudando a “convertir Madrid en la capital europea de la energía solar” como sugiere Estrada.

 Una agencia de innovación ecológica madrileña tendría en su agenda el fomento de la economía circular, la innovación en gestión de residuos y el impulso de la eficiencia energética. La capacidad real de aumentar la soberanía energética limpia y de diversificar nuestro mix energético convierte a esta política no en una opción, sino en una obligación si queremos preservar nuestro planeta

4) Un programa de gobierno que abandere la innovación social debe construir un laboratorio de políticas sociales, que (al igual que con la innovación democrática) sirva de think tank de la administración.

 Esta unidad especializada en análisis de datos tendría como objetivo la mejora de las políticas sociales de reducción de la pobreza y la desigualdad, el impulso de la innovación en el modelo de los servicios sociales, la promoción de la contratación con cláusulas sociales, el fomento de la colaboración socio-sanitaria y, sobre todo, los experimentos de políticas sociales innovadoras como el Housing First ―modelo de atención al sinhogarismo― o la Renta Básica Incondicional, como ya se está haciendo en otros países europeos, o sin ir más lejos, el experimento del B-MINCOME en Barcelona. Podemos debe demostrar que otras políticas sociales no solo son posibles sino que son más eficientes.   

En definitiva, rumbo a 2019 Podemos no solo debe construir un discurso atractivo que constituya una nueva voluntad colectiva, sino que debe ofrecer un proyecto político sólido a la altura de los tiempos, generando un nuevo arte de gobierno vanguardista en lugar de incrementalista(3), y creando una administración innovadora en vez de reproductora(4): la fórmula concreta de construir un Estado emprendedor en Madrid debería ser un objetivo prioritario."                (Victòria Alsina/Eduardo González de Molina / Daniel Vila, CTXT, 24/01/18)

13.12.17

La economía española sigue lejos de haberse recuperado a pesar de lo que digan algunas cifras que, retorcidas a gusto del emisor, pueden incluso llegar a parecer extraordinarias. Pero no lo eran, no lo son, y lo peor, no lo serán...

"(...) La economía española sigue lejos de haberse recuperado a pesar de lo que digan algunas cifras que, retorcidas a gusto del emisor, pueden incluso llegar a parecer extraordinarias. Pero no lo eran, no lo son, y lo peor, no lo serán. No lo van a ser por dos razones complementarias. 

Por un lado porque no estamos haciendo nada realmente profundo que pueda considerarse efectivo en el cambio de ciclo económico y por otro lado porque tampoco se ha aprovechado esa teórica recuperación para iniciar un cambio de modelo de crecimiento que modificara la dependencia en sectores cíclicos.

Y en eso estamos. Todos mirando al punto de fuga catalán y pocos, casi ninguno, descifrando la nueva bola de estiércol que se acerca por el horizonte. Y llegará. Y encima ahora tendrán una gran excusa. La caída del PIB motivado por el ‘tema catalán’ y por la inestabilidad que genera es cierta pero también es una garantía de encontrar culpables. 

Obviamente afectará mucho y por supuesto que ‘el tema’ se lo va a llevar todo por delante. Sin embargo, no es la causa, es una acelerador. El incendio ya prendía, pero faltaba combustible para que lo hiciera con mayor virulencia y velocidad.

Lo que iba a pasar en tres o cuatro años, si nadie lo remedia y parece que no hay mucha intención de hacerlo, nos explotará en la cara en la mitad de tiempo. Poco o nada tiene que ver con aspectos inmobiliarios, no soplaremos suficientemente para inflar una nueva burbuja, nos quedaremos sin aire antes. Poco que ver con un problema financiero. Los bancos ya tienen sus propios líos con un futuro que les cuesta reconocer o afrontar. El sector turístico seguirá apretando costes a costa de salarios y pérdida de margen por culpa de la competencia cada vez más preparada en nuestro entorno.

El problema esta vez es sistémico y redunda en la falta de políticas al respecto. El Informe sobre Competitividad Global 2017-2018 del Foro Económico Mundial es una clasificación sobre la situación de la innovación en un total de 137 países. En él figuran Suiza como el primer clasificado, Estados Unidos segundo e Israel el tercero. Finlandia (4), Alemania (5), Países Bajos (6) y Suecia (7) son las naciones de la UE más avanzadas en innovación, junto a Dinamarca en el puesto 10.  (...)

Finalmente aparece España ocupando el puesto 42. Un síntoma más de cual es la apuesta económica de futuro y cual no en nuestro país.  

Si no se proyecta dentro de un cambio de modelo de crecimiento vinculado a la tecnología, el futuro inmediato es ya muy negro. No nos va a salir bien. La imprescindible y urgente puesta en común de un plan integral que estimule la nueva economía es mucho más que un río de millones que no persiguen modelos estratégicos de crecimiento y sí una montaña hueca de titulares acerca de ‘las ayudas a emprendedores’.

Los cambios tecnológicos crean oportunidades y retos sin precedentes y el avance en innovación precisa de un entorno que favorezca su despliegue. Un paisaje que no se vive en España al nivel que otros países. Se debe tener una inversión mayor en I+D, la existencia de instituciones científicas de alta calidad, una extensa colaboración entre universidades e industria y una buena protección de la propiedad intelectual. Todo ello estimula la innovación.

Pero también hay otros factores que levantan muros hacia una hipotética recuperación. Se trata de la caída relativa del poder adquisitivo en un país que no para de incrementar la presión fiscal a quienes estimulan el consumo profesional y doméstico. Quienes ayudaron a remontar el peor repecho de la mal llamada ‘crisis’ reciente, los autónomos, son a los que ahora se les toma el pelo mientras miramos hacia otra parte. Es como un chiste. ‘Mira, mira ese burro volando’. El burro es el burro catalán por cierto.

Los autónomos, tal y como publicó el BOE hace unos días mientras seguíamos mirando los burros volar, tendrán menos capacidad de inversión y gasto debido a que las desgravaciones previstas por la nueva reforma lo imposibilita. Del 30% se pasa a un 9% por ejemplo en temas como agua, electricidad, teléfono, internet, etc. La voluntad de recaudar irá creciendo debido a que la caja (o cajas) públicas se van a ir secando.

 Los costes de tener una sociedad que va envejeciendo, una reserva de pensiones seca, una participación desde la seguridad social a la baja debido a que los sueldos y contratos cada vez son de menor calidad y una dependencia peligrosísima de sectores con un valor añadido territorial relativo, lo complican todo y mucho.

Pero el burro sigue volando. Ahora todo se enfoca a tres días antes de nochebuena. El consumo caerá, especialmente en Catalunya, lo que poco a poco irá repercutiendo en toda España. Es el peso plomizo de la realidad económica conectada. Una realidad que pocas veces se afronta con un sentido estratégico. Cuando hubo vacas muy gordas en este país, a diferencia de lo que otros países sí hicieron, aquí se gastó en ladrillo tonto. 

A diferencia de lo que sí se hizo en otros territorios, el volumen de inversión en futuro tecnológico y en el cambio de modelo de crecimiento económico, aquí se derramó por la dimensión desconocida.

Cuando las vacas adelgazaron todo fueron excusas. No se hizo nada, pero ahora con la crisis haremos menos. Y así nos va, así nos va a ir. Repito, otros sí lo previeron y algunos está ahora mismo cerca del pleno empleo, con una dependencia de la economía innovadora y tecnológica muy importante y unos sectores básicos muy modernizados y competitivos.

 No es cierto que no se pueda hacer nada, es cuestión de estrategia, liderazgo y de aceptar rodearse de quienes pueden ayudarte asumiendo que, probablemente, de hacia donde el va el mundo, no tengas mucho conocimiento ni tú ni los tuyos.

Pero, como decía, ya tenemos excusa para cuando las malas cifras lleguen, que llegarán, y culpables para un desastre económico, que sin ser como el que tuvimos hace unos años, sí va a ser de obligada gestión urgente y creativa.

 La oportunidad para ser un país próspero y de vanguardia sigue ahí, pero con esa afición que tenemos por las carreras de burros voladores probablemente entremos en una especie de encefalograma plano de la economía española durante los próximos años. Los trenes, como digo hace tiempo, pasan pocas veces. Avisan que es el último pero suelen haber más. No muchos."                   (Marc Vidal, 06/11/17)

30.1.17

España debe apoyar a México... como debió apoyar a Grecia

"(...) El gobierno de España debe declarar su apoyo a México ante la desmedida y burda agresividad -nunca vista en la diplomacia USA- del presidente Donald Trump contra este país hermano -con el que nos une una relación histórica- y contra nuestro querido pueblo mexicano.

Y no debe de tardar el presidente Rajoy en posicionarse ante esta crisis, que por otra parte le brinda a España la oportunidad de estrechar los lazos con toda Latinoamérica (reforzando así las Cumbres Iberoamericanas) al tiempo que si hace algo así, rompiendo su inmovilismo habitual, a buen seguro que Rajoy conectará con el sentimiento muy ampliamente mayoritario del pueblo español.

Además si Rajoy rehúye esa declaración presidencial puede ser desbordado por otra declaración ampliamente mayoritaria del Parlamento español, como cabe esperar que así ocurra en una fecha próxima.

Naturalmente criticar a Trump tiene sus riesgos vistos los modales que gasta el mandatario USA pero eso dará más valor a la decisión española porque, a través de las descalificaciones de Trump contra la UE y la OTAN, España ya ha sido también agredida por este personaje que se declara favorable a la tortura y al que los primeros dirigentes democráticos del mundo deben de empezar a pararle los pies. (...)

España debe mantener una relación correcta y amistosa con los EE.UU pero no puede callar ante esta agresión a México o cuando Trump anima a otros países de la UE a seguir los pasos del Brexit británico para destruir nuestro gran proyecto y realidad europea, de ahí el interés que despierta la visita que la ‘premier’ británica Theresa May inicia hoy en Washington. (...)

En cuanto a México hora es que España se ponga de su lado en este trance, como lo van a hacer otros países latinoamericanos y europeos. Como ocurrió cuando Obama restableció las relaciones diplomáticas con Cuba, un histórico paso -que Trump puede destruir- y España quedó rezagada y fue superada incluso por Francia.

Prudencia y firmeza pues con Trump y mucha atención a sus movimientos en política exterior. Esa debe ser la posición española y también la de la UE que está asombrada y paralizada ante los continuos desafíos internacionales del presidente de Estados Unidos que al grito de ¡América First! quiere poner a todo el mundo entre su espada y la pared, o el muro en México y puede que también y en fecha cercana en Jerusalén."                  (Pablo Sebastián, República.com, 26/01/17)

14.6.16

En general los españoles tienen preocupaciones, pero no identidad, ideas o ideología política

"En general los españoles tienen preocupaciones, pero no identidad, ideas o ideología política. Esta anomalía, que puede parecer inquietante y que es resultado de muchas tropelías históricas, nos concede, sin embargo, una ventaja comparativa respecto del resto de Europa. 

España, cuya decadencia imperial se remonta al siglo XVII, no tiene ningún problema de principios con la UE, como Gran Bretaña. España, nación invertebrada y negativa, no está llena de sí misma, como Francia, y su “patriotismo”, por tanto, puede adquirir formas muy variadas. 

España, que mató a su mitad mejor hace 80 años y salió del franquismo hacia el consumismo, por eso mismo no es anticomunista, como Rumanía o Hungría, ni particularmente racista, como Austria y Alemania, ni desde luego orgullosamente católica, como Polonia.

 En definitiva, España es blanda, informe y está, de algún modo, sin fraguar y abierta a cualquier palabra, decente o indecente. Los españoles tienen, como digo, preocupaciones muy claras, como indica la última encuesta del CIS: el paro, la corrupción y, un poco más lejos, la sanidad. 

No les preocupan nada o casi nada, en cambio, el terrorismo ni los refugiados ni Venezuela ni los nacionalismos, lo que sin duda debería hacernos reflexionar. En España, cuyos habitantes tienen preocupaciones pero no identidad política, nadie sabe qué pensar. Eso es bueno y malo al mismo tiempo. Aquí los únicos que realmente saben lo que piensan son los banqueros, los periodistas, los taxistas y la extrema izquierda. 

Si dejamos a un lado a los taxistas, pobrecitos, que no pueden hacer demasiado daño, y a la extrema izquierda, que se conforma con tener razón, son las otras dos minorías, fuertemente ideologizadas, las que durante décadas han manejado a la clase política que ahora ve peligrar su poder. Eso es sin duda malo. 

Un país en el que nadie -salvo los banqueros y políticos- sabe qué pensar es un país en el que puede ocurrir cualquier cosa. Es casi el único país de Europa, como lo demuestran los hechos, en el que puede, sí, ocurrir cualquier cosa y no sólo una, la peor. Eso es bueno. En un país así, en una situación así, de preocupaciones intensas y gran indeterminación cuántica, son muy importantes las palabras y quién las pronuncie. 

No por mucho repetirlo va a dejar de ser verdadero: si el 15M tuvo algún valor fue precisamente éste de adelantarse y pronunciar las palabras justas antes de que otros pronunciasen las injustas; y si Podemos -y ahora Unidos Podemos- puede catalizar esas preocupaciones y traducirlas en poder institucional es porque está sabiendo encontrar las palabras que reprimen o abortan el nacimiento de otras palabras potencialmente peligrosas. No las deja salir.

Durante décadas las dos minorías ideologizadas -banqueros y periodistas- han apuntalado a la clase política española mediante un discurso que no se corresponde ya con las preocupaciones no ideológicas de los ciudadanos.  (...)

Por superstición y por experiencia, tomaría con muchas reservas las que, en las últimas semanas, no sólo confirman el sorpasso al PSOE sino que apuntan a una no imposible victoria electoral de Unidos Podemos el 26J.

 No olvidemos que son las dos minorías ideologizadas las que encargan, cocinan y gestionan públicamente las encuestas y que, si hace seis meses los bancos y los medios podían estar interesados en anunciar el desplome de Podemos, hoy pueden estar interesados, al contrario, en hinchar su crecimiento. De esas encuestas deberíamos sacar dos cautelosas conclusiones, equidistantes del triunfalismo y del desánimo.

 La primera es que, en todo caso, las encuestas, y su posible manipulación en sentido descendente o ascendente, indican que nuestra clase política y económica percibe el peligro como real. La segunda es que, sea como fuere, si las encuestas son ciertas, Unidos Podemos se limita a sumar los votos de Podemos e IU del 20D; cuando lo único que sirve en este caso es multiplicar.  (...)

Por un motivo casi inexplicable, tras cumbres y guadianas, tras muchos errores y algunos aciertos, los simpatizantes de las confluencias llegan al umbral de la cita electoral ilusionados y movilizados. Se dirá que es gracias al acuerdo con IU y en parte es verdad.

 Pero tiendo a pensar que ese acuerdo no habría tenido el efecto revulsivo que ha tenido si la gente no tuviese muchas ganas de ilusionarse, si no hubiese mantenido una reserva de ilusión presta a ser activada de nuevo. Eso es lo que sólo Podemos puede darnos.

 Ahora hay que prolongar, excitar y poner a punto de nieve esa ilusión mediante una campaña que recoja a los que la confluencia ha perdido y a todos los que, sin saber qué pensar, saben al menos que ni la crisis ni la corrupción ni la pérdida de servicios públicos tienen nada que ver con los refugiados, el terrorismo del ISIS, los nacionalismos o Venezuela.  (...)"             (Santiago Alba Rico, Cuarto Poder, 09/06/16)

15.10.12

"A alguien con hipoteca y dos hijos no se le puede decir tan alegremente que emprenda"... ¿Y si esa persona pide 50.000 euros a sus familiares y los pierde a los tres meses porque no le ha salido bien?"

"Hace unos meses publicamos una entrevista a un emprendedor y 'business angel' español que, preservando su anonimato, criticaba muy duramente la forma en que los políticos hablan del emprendimiento en España.

Un tiempo después, vuelve a contactar con nosotros para contarnos algunas de sus impresiones. Seguimos sin poder convencer a 'Antonio' de que dé su nombre real, pero su discurso no se ha rebajado ni un ápice.

El motivo de su reciente enfado viene de observar cómo, ante la durísima crisis que nos azota, los políticos de nuestro país siguen animando a los españoles a emprender. "El problema no está en que animen a la gente a emprender", nos cuenta, "sino en que lo hagan de una forma tan irresponsable".

"A los políticos les ponen un micrófono delante y lo primero que dicen es que hay que emprender. Ni dan consejos, ni soluciones, ni nada de nada. Dicen que hay que emprender y ya está. Y se marchan tan contentos con su discurso", comenta.

 Para Antonio, detrás de este discurso hay una gran irresponsabilidad: "Hay mucha gente que las está pasando canutas, que está verdaderamente mal y que apenas tiene ya margen de maniobra. Y llegan los políticos y casi les obligan a emprender.

 Y si no emprenden, parece que la culpa es suya. A una persona que tenga 40 años, una hipoteca y dos hijos no se le puede decir tan alegremente que emprenda. ¿Y si esa persona pide 50.000 euros a sus familiares y los pierde a los tres meses porque no le ha salido bien?".

"¿Es que no se dan cuenta de que están lanzando a la gente por un barranco? ¿Qué pasará si ese emprendedor pierde lo poco que le quedaba y aumenta aún más sus deudas?", recrimina.

 Para Antonio, el verdadero problema está en que se obligue a emprender a cualquiera: "No todo el mundo puede ser emprendedor. Ser emprendedor, de entrada, requiere una serie interminable de horas de sacrificio laboral y personal que no todo el mundo puede ni quiere afrontar. El coste familiar y personal de emprender es muy grande.

 Además, hay que tener capacidad de organización, de liderazgo, saber corregir errores... muy poca gente puede adaptarse a eso".

Antonio insiste en que no se trata de un agravio comparativo: "No me malinterpretes; con esto no quiero decir que un emprendedor sea más que un trabajador, ni muchísimo menos.

 Como ya te dije la otra vez, lo importante es que cada persona haga lo que sabe hacer. No todo el mundo vale para emprender, del mismo modo que no todo el mundo sabe trabajar para otra persona o para la administración pública".

"Yo llevo más de 15 años trabajando para mí mismo y no creo que pudiese volver a trabajar para otra persona. Y en mi empresa hay trabajadores que son los mejores en su terreno, pero que no saben emprender. 

¿Por qué vamos a obligarles? Tengo un programador que es un genio, y, como tal, no puedes obligarle a trabajar 12 horas al día, como hago yo. Porque él es una persona creativa, y a una persona creativa no la puedes tener tantas horas, porque te cargas su ingenio", asegura."            (Teknautas, 15/10/2012)

1.8.12

Contra los recortes más software libre y menos neutralidad. No existe alternativa alguna que aporte tantos beneficios para la sociedad en su conjunto, así como para cada uno de los pilares que la conforman: educación, industria, transparencia, democracia, salud, eficiencia, independencia y soberanía


"Hace mucho que es un hecho demostrado que apostar por software libre significa ahorro, en algunos casos miles de millones de euros -esos que ahora buscan recortando prestaciones y servicios-.

Pero además, representa una oportunidad de empleo no deslocalizable que además puede trabajar para el mundo entero, fomenta la innovación, genera riqueza en la región y fortalece la  soberanía tecnológica. Países tan distintos como Dinamarca, Estados Unidos o Paraguay, así como el mundo de la empresa, se convierten en referencias a seguir:
Más ahora que ya no saben como llamarle a esta crisis de valores, y lo que es peor, se han rendido, han perdido la esperanza y las ganas de construir.  Es ahora cuando surge de nuevo la idea software libre para gobiernos en crisis como una alternativa económica.
Sigo sin entender que en plena crisis no se extienda el uso del software libre. Acepto que muchos responsables políticos o técnicos no contemplen sus ventajas, pero las recomendaciones de instituciones, colectivos, entidades,… son contundentes: contra la Crisis: Linux
¿No ven siquiera las más tangibles, las más evidentes de ahorro de costes? ¿Cómo es posible tanta ineptitud o desconocimiento? Las administraciones públicas pagan casi 40 millones más ¿por desconocimiento o por incompetencia?
Juan Carlos Rodríguez Ibarra decía: “Las administraciones nunca son neutrales, jamás. La administración actúa por acción o por inacción, pero siempre alguien decide”, que no hace más que reforzar mi postura:
 La soberanía tecnológica es el resultado de la libertad. Los gobiernos y sus responsables -tanto técnicos como políticos- no pueden ser neutrales, están en sus respectivos cargos para gestionar de forma eficaz los recursos públicos, son los responsables de que se usen de la forma más eficiente en beneficio de la ciudadanía, y por lo tanto, no pueden ser neutrales, tienen un mandato y una obligación que ejercer.
Por eso, yo no me resiste a seguir planteándome la misma cuestión, una y otra vez:
 ¿Por qué la Administración no usa software libre? ¿Por qué nuestros dirigentes que ahora son tan valientes para recortar servicios y prestaciones sociales no lo son también para apostar por un modelo de construcción tecnológica que fomenta la eficiencia, la soberanía tecnológica y la innovación?
¿Tan cortos de mente son que no ven que el software libre en los gobiernos es la única opción? No existe alternativa alguna que aporte tantos beneficios para la sociedad en su conjunto, así como para cada uno de los pilares que la conforman: educación, industria, transparencia, democracia, salud, eficiencia, independencia y soberanía. Por eso, no se puede ser neutral, la neutralidad es un fraude de las multinacionales."  (Software Libre y Cooperación)