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13.1.10

A pesar de lo que está cayendo, ¿paz social en España?

"La altísima tasa de paro y la precariedad de muchísimos empleos hacen que millones de españoles vivan al borde del precipicio. (...)

Pero hay, sin embargo, otros datos en la encuesta que creo merecen atención, porque ayudan a explicar por qué la crisis está pasando sin grandes niveles de conflictividad. Que la inmigración o la inseguridad ciudadana generen moderada preocupación en un tiempo de tantas dificultades sociales quiere decir que España es un país mucho más asentado de lo que normalmente tendemos a creer. Los mecanismos de estabilización social funcionan razonablemente -la educación y la sanidad sólo son destacadas como problema por un 6,2% y un 4,8%- de modo que la sociedad ha demostrado tener una capacidad de encaje sorprendente.

La inmigración ha sufrido el paro más que nadie, se han frenado los flujos, pero muchos ciudadanos permanecen aquí volviendo a entrar en el mercado de trabajo o buscando el modo de conseguirlo. Que la crisis económica no haya agudizado las tensiones dice mucho de la capacidad mutua de reconocimiento, pero da a entender que las políticas sociales han jugado un papel positivo, e incluso permite constatar -aunque no debería ser noticia- que, desde la oposición se han evitado actitudes xenófobas y racistas del pasado. Igualmente, que, en tiempos difíciles como estos, a pesar de las tentaciones demagógicas de algunos, no se haya desencadenado la típica espiral del miedo y la inseguridad confirma lo que todos sabemos: que España es hoy uno de los países más seguros del mundo y que los mecanismos de protección social han funcionado, a pesar de que tantas familias y personas estén en situación límite. (...)

¿Por qué la calma de ahora? ¿Debemos atribuirlo al buen funcionamiento de los mecanismos del Estado de bienestar, a pesar de sus enemigos obsesivos, y, por tanto, a que la capacidad de resistencia del país se acerca al nivel máximo europeo? ¿O debemos pensar más bien en términos de individualismo, resignación, indiferencia, o miedo? De todo debe haber en la configuración de esta aparente paz social. Incluso una buena dosis de cinismo, porque la encuesta confirma la insensibilidad de los españoles a los casos de corrupción. (...)

Y el ventajismo con el que el poder financiero causante de la crisis ha conseguido su propia redención a costa del erario público, han hecho que creciera en la gente la sensación de dos mundos (las clases dirigentes y la sociedad) cada vez más alejados. Es la consecuencia de una crisis resuelta con la socialización de las pérdidas de los que nos llevaron hasta aquí. Al precio de un alto paro. Evidentemente, la principal preocupación de la ciudadanía." (JOSEP RAMONEDA: Paro y escasa conflictividad. El País, ed. Galicia, España, 31/12/2009, p. 20)

11.1.08

Y las crisis económicas las causa la codicia, pues sí... y en las otras ayuda

“Lo más fascinante, sin embargo, es la fatalidad con que los propios actores empresariales asumen estos ciclos y estas crisis. Ahora, muchos de ellos dicen que ya se veía venir. Y puedo acreditar el testimonio de algún importante empresario que ya lo dijo hace dos años. Pero si se veía venir, si hace dos años se sabía que esto podía acabar mal, ¿por qué ni siquiera los que lo dijeron hicieron nada para cambiar el rumbo? ¿Por qué brillantísimas mentes financieras y empresariales se han visto metidas en este lío sin poder evitarlo? ¿Tal es el grado de fatalidad sistémica? ¿O hay que recurrir a las peculiaridades de la bestia humana y reconocer una vez más las limitaciones de la especie? ¿Y si al final resulta que detrás de tanto discurso ideológico, de tanta especulación teórica, de tanta solemnización del poder y de los dineros, lo único que hay es la codicia humana?” (JOSEP RAMONEDA : El fatalismo de las crisis. El País, ed. Galicia, España, 10/01/2008, pp. 14)

Hipotecas basura en España, pues también...

“Y ocultación, también, en el mundo económico, en que los datos negativos en determinados sectores empresariales se acumulan sin que nadie aflore informaciones que ayuden a comprender lo que ocurre. Un ejemplo: venimos oyendo sistemáticamente que en España no hay hipotecas subprime. Una hipoteca por el valor total de un inmueble, a partir de una tasación sobrevalorada, y con cuota variable, si no es una subprime se le parece mucho.” (JOSEP RAMONEDA : El fatalismo de las crisis. El País, ed. Galicia, España, 10/01/2008, pp. 14)