Mostrando entradas con la etiqueta f. Guerras: genocidio: descripcion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta f. Guerras: genocidio: descripcion. Mostrar todas las entradas

16.9.25

La Comisión de Investigación de la ONU concluye que Israel comete genocidio en Gaza: “Los Estados deben actuar para pararlo”... En su informe, de 72 páginas, destaca la existencia de cuatro de los cinco criterios de genocidio: “asesinatos, causar daños corporales y mentales graves, infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción y la imposición de medidas destinadas a impedir nacimientos”... Esos crímenes son características propias del genocidio y fueron cometidos por las autoridades y las fuerzas de seguridad israelíes “con la intención específica de destruir, total o parcialmente, a los palestinos en Gaza”... La Comisión Independiente de la ONU enumera los ataques contra civiles, personas y bienes protegidos, la imposición deliberada de condiciones de vida que provocaron muertes, el maltrato severo contra detenidos palestinos, torturas, violaciones y agresiones sexuales, desplazamientos forzosos, destrucción ambiental, de infraestructuras y de tierras esenciales, bloqueo de ayuda necesaria, violencia reproductiva, ataques directos contra niños o negación de atención médica. Los investigadores también han constatado que la hambruna ha sido utilizada como arma... Los investigadores resaltan que, en julio de 2025, el 46% de las víctimas mortales palestinas eran mujeres y niños, y que el 83% eran civiles. También señala la destrucción sistemática de hogares, escuelas, mezquitas, iglesias y sitios culturales como muestra de “intención de borrar la identidad y cultura palestina”... En sus descripciones dedica otro apartado a la violencia sexual y de género perpetrada por fuerzas israelíes, “no solo como castigo individual sino como parte de un patrón de castigo colectivo para fracturar, humillar y subyugar a toda la población palestina”... La Comisión denuncia asesinatos de niños por francotiradores y drones israelíes, incluso mientras portaban banderas blancas (Olga Rodríguez, eldiario.es)

 "La Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas ha concluido que “Israel ha cometido genocidio contra los palestinos en Gaza desde el 7 de octubre de 2023”.

Cuatro actos de genocidio

En su informe, de 72 páginas, destaca la existencia de cuatro de los cinco criterios de genocidio: “asesinatos, causar daños corporales y mentales graves, infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción y la imposición de medidas destinadas a impedir nacimientos”.

Esos crímenes son características propias del genocidio y fueron cometidos por las autoridades y las fuerzas de seguridad israelíes “con la intención específica de destruir, total o parcialmente, a los palestinos en Gaza”.

Estas conclusiones se suman a otras emitidas este año o en 2024, como las de la relatora de la ONU, que en marzo de 2024 ya emitió un informe denunciando la existencia de un genocidio en curso, o las del Instituto Lemkin para la Prevención del Genocidio. Además, este verano la máxima autoridad académica en el tema, la International Association of Genocide Scholars, también se pronunció de forma similar, al igual que lo habían hecho antes organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o B'Tselem. El de hoy es un pronunciamiento importante en el seno de la ONU.

La Comisión Independiente de la ONU enumera los ataques contra civiles, personas y bienes protegidos, la imposición deliberada de condiciones de vida que provocaron muertes, el maltrato severo contra detenidos palestinos, torturas, violaciones y agresiones sexuales, desplazamientos forzosos, destrucción ambiental, de infraestructuras y de tierras esenciales, bloqueo de ayuda necesaria, violencia reproductiva, ataques directos contra niños o negación de atención médica.

Los investigadores también han constatado que la hambruna ha sido utilizada como arma. Entre las “medidas destinadas a impedir nacimientos dentro del grupo”, mencionan el ataque israelí contra la clínica de fertilidad Al-Basma, la más grande de Gaza, donde destruyó aproximadamente 4.000 embriones y 1.000 muestras de esperma y óvulos no fecundados.

Las conclusiones “se basan en pruebas extensas de asesinatos sistemáticos y sin precedentes”. Incluyen como pruebas de incitación a la comisión de genocidio declaraciones del presidente israelí, Isaac Herzog -recibido hace una semana por el primer ministro británico, en Londres- del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y del exministro de Defensa de Israel, Yoav Galant. El informe recuerda que “no ha habido rendición de cuentas”.

También explica que los líderes políticos y militares israelíes son agentes del Estado de Israel y, como tal, sus actos son atribuibles al Estado de Israel. “Por lo tanto, Israel, como Estado, es responsable de la comisión del genocidio, de no haberlo prevenido y de no haberlo castigado”, subraya.

La responsabilidad de los Estados

La Comisión de Investigación Independiente de la ONU afirma que todos los Estados tiene un deber jurídico inmediato, en virtud de la Convención sobre el Genocidio, de emplear todos los medios disponibles para “prevenir y castigar” el crimen de genocidio. Es decir, deben adoptar “todas las medidas” posibles. “El incumplimiento conlleva consecuencias legales y morales”, advierte.

El informe recuerda que “el deber de prevenir un genocidio es universal e inmediato” y subraya que “la credibilidad de la comunidad internacional depende de una acción urgente”.

Ante ello, enumera una serie de medidas de obligado cumplimiento por los Estados, a los que pide “emplear todos los medios” disponibles para prevenir la comisión de genocidio en Gaza y “cesar la transferencia de armamento, equipos, incluido combustible para aviones, a Israel o a terceros Estados donde exista sospecha de su uso en operaciones militares que hayan implicado o puedan implicar genocidio”.

Además, solicita a los países que se aseguren de que las personas y corporaciones bajo su jurisdicción no participen en el genocidio, ni lo apoyen o inciten, y que investiguen y procesen a quienes puedan estar implicados en él. También pide que faciliten investigaciones y procesos internos, y que adopten medidas -incluidas sanciones- contra el Estado de Israel y contra individuos o corporaciones “involucrados en la comisión de genocidio o en su facilitación”.

Patrones de conducta

Los crímenes mencionados son “constataciones sobre la intención específica de destruir, en todo o en parte, al grupo palestino en Gaza” de forma intencional. El patrón de conducta, en sí mismo, también demuestra la intención genocida. Los investigadores resaltan que, en julio de 2025, el 46% de las víctimas mortales palestinas eran mujeres y niños, y que el 83% eran civiles. También señala la destrucción sistemática de hogares, escuelas, mezquitas, iglesias y sitios culturales como muestra de “intención de borrar la identidad y cultura palestina”.

Además, denuncia que “Israel era consciente del profundo sufrimiento causado al pueblo palestino y no tomó ninguna medida para aliviarlo”. Con ello “ha desobedecido flagrantemente tres órdenes de medidas provisionales de la Corte Internacional de Justicia e ignorado múltiples advertencias creíbles, alegando falsamente que tales informes eran mentiras”.

La Comisión recalca que las autoridades israelíes sabían que los palestinos estaban atrapados en Gaza y no podían huir, y “siguieron asegurándose de que no pudieran escapar de la violencia y la eventual destrucción”.

Por lo demás, destaca que Israel ha implementado “una política concertada para destruir el sistema de salud de Gaza, atacando instalaciones y unidades médicas, matando, hiriendo, arrestando, deteniendo, maltratando y torturando a personal sanitario desde octubre de 2023”. Al mismo tiempo, “bloqueó equipos médicos, suministros y medicinas, e impidió la salida de palestinos necesitados de atención”.

En sus descripciones dedica otro apartado a la violencia sexual y de género perpetrada por fuerzas israelíes contra palestinos en Gaza desde el 7 de octubre de 2023, incluyendo violación, tortura sexualizada y otras formas de violencia sexual, “no solo como castigo individual sino como parte de un patrón de castigo colectivo para fracturar, humillar y subyugar a toda la población palestina”.

En cuanto al daño intencionado a los niños, enumera ataques deliberados y directos de varias maneras, incluso durante evacuaciones, en refugios y en puntos de distribución de alimentos. La Comisión denuncia asesinatos de niños por francotiradores y drones israelíes, incluso mientras portaban banderas blancas.

En su presentación, los investigadores destacan la importancia de estas conclusiones, “sólidas y autorizadas” y recuerdan que el genocidio “está ocurriendo ahora”, “se está desarrollando en tiempo real”. Por ello, “el deber legal, moral y político de los Estados es claro”.

“El mundo debe actuar ahora para detener las matanzas, proteger al pueblo palestino y cumplir con sus obligaciones de prevenir y castigar el crimen de genocidio”, remata la Comisión de Investigación Independiente de la ONU.

En marzo de 2024 la relatora de Naciones Unidas para Palestina, Francesca Albanese, ya desarrolló una detallada investigación, con base jurídica, en la que expuso la existencia de indicios de genocidio, bajo el título “Anatomía de un genocidio”. Desde entonces, los más de 50 relatores de la ONU, la máxima autoridad académica sobre genocidio -International Association of Genocide Scholars-, expertos a nivel individual y organizaciones como Amnistía Internacional, B'Tselem o Human Rights Watch han concluido en sus investigaciones que Israel lleva a cabo un genocidio en Gaza. 

Además, en tres órdenes provisionales emitidas hace más de un año -la primera de ellas, en enero de 2024- la Corte Internacional de Justicia ya indicó que era “plausible” que Israel estuviera cometiendo un genocidio en Gaza. No hubo reacción ante las advertencias y el genocidio continuó, hasta hoy.

10.9.25

Israel es considerado un "país genocida y de apartheid" en el extranjero, según una investigación que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel encargó a una empresa estadounidense de sondeos (Ryan Grim)

 "El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel encargó a una empresa estadounidense de sondeos la realización de una amplia batería de encuestas y grupos focales, junto con pruebas de mensajes, con el objetivo de rehabilitar la imagen de Israel tanto en Estados Unidos como en Europa. El trabajo sigue en curso, pero un informe preliminar de la empresa fue filtrado a Drop Site News por una fuente con acceso directo al mismo.     
 
El trabajo lo está realizando Stagwell Global, una empresa fundada por el conocido estratega político Mark Penn, quien se desempeña como presidente y director ejecutivo de la compañía. Penn donó 100.000 dólares a AIPAC después del 7 de octubre de 2023, y sus vínculos con el Likud se remontan a su trabajo en la campaña de Menachem Begin para primer ministro en 1981. Stagwell también está a punto de obtener un contrato sin licitación de la administración Trump para estudiar las actitudes de los estadounidenses hacia las vacunas.

La encuesta y el trabajo con grupos focales intentan discernir qué sabe el público sobre el actual ataque a Gaza y cuáles son sus diversas actitudes hacia Israel en este momento.

No está claro cuánto le está costando la investigación al Ministerio de Asuntos Exteriores (MAE), pero la combinación de grupos focales y encuestas la convierte en un tipo de proyecto que suele ser costoso. Recientemente, el Ministerio de Asuntos Exteriores recibió un aumento histórico de 150 millones de dólares adicionales para su presupuesto, con el objetivo de mejorar la imagen de Israel en todo el mundo en medio del genocidio en curso.

El estudio también incluye una “Fase 3”, en la que se muestran a sujetos de investigación en Europa y Estados Unidos videos con diferentes mensajes para probar qué propaganda es más efectiva para influir en la opinión pública. Por ejemplo, según el informe, un vídeo de propaganda que mostraron a los participantes en la investigación mostraba a una "estudiante universitaria con un cartel de 'Palestina Libre' que lo baja a medida que escucha más mensajes sobre Israel y el conflicto hasta que lo tira a la basura".

La encuesta preguntó a personas en Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, España y Francia cuántas personas creían que Israel había matado en Gaza y qué proporción de ellas eran civiles. En todos los países, la gran mayoría de los encuestados afirmó que los fallecidos eran "principalmente civiles":

En Estados Unidos y Alemania, los dos países donde la opinión pública sigue siendo relativamente favorable a Israel, según la encuesta, los encuestados también creen que la campaña de Israel ha sido mucho menos mortífera de lo que ha sido en realidad. La mediana de las respuestas en Estados Unidos y Dinamarca que estimaban el número de muertos causados por Israel fue de solo 10.000, en comparación con las 30.000 y 40.000 muertes estimadas en Francia y España, respectivamente. La cifra actual de muertes confirmadas, que seguramente es una subestimación, supera las 64.000, aunque las encuestas se realizaron durante el último año, aproximadamente.

 Esa discrepancia entre la percepción y la realidad sugiere que las actitudes hacia Israel no han tocado fondo.

Según el estudio, la mejor táctica de Israel para combatir esto es fomentar el miedo al "Islam radical" y al "yihadismo", que, según la investigación, siguen siendo elevados. Al destacar el apoyo israelí a los derechos de las mujeres y los derechos de los homosexuales, y al mismo tiempo enfatizar la preocupación de que Hamás quiera "destruir a todos los judíos y extender el yihadismo", el apoyo a Israel repuntó en un promedio de más de 20 puntos en cada país. “Especialmente una vez que se resuelva la situación en Gaza, el margen de crecimiento en todos los países es muy significativo”, concluye el informe.

Stagwell puso a prueba el temor al "Islam radical" y descubrió que abrumadoras mayorías en Europa y Estados Unidos lo citaban como una "amenaza":

En cada país, tres cuartas partes o más estuvieron de acuerdo en que el "Islam radical" era una amenaza, siendo Francia y Alemania los que encabezaron la lista. Sin embargo, el apoyo a los palestinos frente a los israelíes fue notablemente mayor en Francia que en Alemania.

El informe evaluó el apoyo israelí contra Hamás e Irán, así como, de manera más general, contra los palestinos en su conjunto. Las cifras del informe de Stagwell son notablemente más favorables a Israel que las que han arrojado otras encuestas. Una encuesta reciente de Quinnipiac reveló que, por ejemplo, el 37% de los votantes estadounidenses dijeron apoyar a los palestinos, frente al 36% que dijo apoyar a los israelíes. La encuesta de Stagwell permitió a los encuestados elegir ambas opciones en lugar de forzar una sola elección, lo que puede explicar la divergencia.

Sin embargo, Israel tiene un largo camino por recorrer, ya que la investigación reveló que los europeos, en particular, "están de acuerdo con la idea de que Israel es un país genocida y de apartheid, aunque esto contradiga su oposición a Hamás e Irán".

Penn es un aliado de larga data de Likud, el partido del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Su empresa, Penn & Schoen, realizó encuestas para Menachem Begin en 1981, ayudándole a ganar una ajustada elección. Begin había sido comandante del grupo terrorista Irgun y fue el cerebro del atentado contra el Hotel King David en 1946, un ataque a un club nocturno que causó la muerte de 91 personas en un intento por expulsar a los británicos de Palestina. En 1982 lideró una invasión del Líbano tan mortífera para los civiles que el entonces presidente Ronald Reagan le dijo a Begin que le recordaba al Holocausto. La posterior ocupación del sur del Líbano dio origen a Hezbolá y duró hasta el año 2000.

Penn fue un asesor cercano del presidente Bill Clinton, pero desde entonces se ha convertido en una presencia habitual en Fox News y en un aliado del presidente Donald Trump. Stagwell es propietaria de SKDK, la firma demócrata cofundada por Anita Dunn, asesora principal de Joe Biden. En febrero, SKDK se registró para trabajar en nombre del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí.

Stagwell y el MoFA no respondieron a las solicitudes de comentarios. Consulte la encuesta completa aquí.

(Ryan Grim , blog, 05/09/25, traducción Quillbot, enlaces y gráficos en el original)   

9.9.25

El profesor William Schabas, judío canadiense descendiente de supervivientes del Holocausto, considerado uno de los principales expertos mundiales en genocidio y derecho internacional, argumentó que «el caso de Sudáfrica es excepcionalmente sólido» y lo calificó como «el caso de genocidio más sólido que se haya presentado ante la CIJ»... «Basándome en la información y el material actualmente disponibles en el dominio público, creo que su caso se sustenta en una base muy sólida», y añadió que, en su opinión, «es probable que Sudáfrica gane el caso e Israel pierda y sea declarado culpable de violar la Convención sobre el Genocidio»... señaló que las afirmaciones israelíes de «defensa propia» tampoco se sostendrían ante la CIJ, diciendo: "La Corte Internacional de Justicia ha declarado ilegal la ocupación de Gaza. No se puede alegar legítima defensa mientras se cometen actos ilegales. Es como un ladrón de bancos que dispara a la policía porque ellos le disparan a él: no puede acudir a los tribunales e invocar la legítima defensa, porque, por definición, está actuando de forma ilegal."... También dijo que los Estados occidentales que respaldan el genocidio de Israel en Gaza, como Estados Unidos y Alemania, podrían ser procesados por genocidio... "En la medida en que están proporcionando apoyo material de naturaleza significativa —y no hay duda de que esto se aplica a Estados Unidos, Alemania y otros países—, pueden ser considerados responsables como cómplices de genocidio."... las pruebas del genocidio de Israel en Gaza son abrumadoras, ya que se ha cometido a plena luz del día y ha sido retransmitido por ellos en las redes sociales para que todo el mundo lo vea

 "El profesor William Schabas, judío canadiense descendiente de supervivientes del Holocausto, considerado uno de los principales expertos mundiales en genocidio y derecho internacional, que actualmente trabaja como profesor de derecho internacional en la Universidad de Middlesex, en el Reino Unido, concedió una impactante entrevista al centro de estudios European Centre for Populism Studies, en la que ofreció su opinión sobre el caso de genocidio presentado ante la CIJ por Sudáfrica contra Israel.

El profesor Schabas argumentó que «el caso de Sudáfrica es excepcionalmente sólido» y lo calificó como «el caso de genocidio más sólido que se haya presentado ante la CIJ».

Continuó diciendo: «Basándome en la información y el material actualmente disponibles en el dominio público, creo que su caso se sustenta en una base muy sólida», y añadió que, en su opinión, «es probable que Sudáfrica gane el caso e Israel pierda y sea declarado culpable de violar la Convención sobre el Genocidio».

Señaló que los argumentos utilizados por Israel para defenderse de la acusación de genocidio —que «podrían haber matado a más personas»— no se sostendrán ante la CIJ. Como señaló:

"Uno de los argumentos que escuchamos de quienes defienden a Israel es que «podrían haber matado a más personas y no lo han hecho», lo que sugiere que esto demuestra que no hay intención de cometer genocidio. Hemos encontrado afirmaciones similares en evaluaciones del Holocausto y otros ejemplos históricos de genocidio, en los que se argumentaba que la ausencia de matanzas aún mayores indicaba una falta de intención. Sin embargo, este razonamiento nunca ha sido aceptado por los tribunales."

También señaló que las afirmaciones israelíes de «defensa propia» tampoco se sostendrían ante la CIJ, diciendo:

   "La Corte Internacional de Justicia ha declarado ilegal la ocupación de Gaza. No se puede alegar legítima defensa mientras se cometen actos ilegales. Es como un ladrón de bancos que dispara a la policía porque ellos le disparan a él: no puede acudir a los tribunales e invocar la legítima defensa, porque, por definición, está actuando de forma ilegal. Del mismo modo, no creo que Israel pueda invocar de forma creíble la legítima defensa en este caso. En mi opinión, se trata simplemente de un argumento falso."

También dijo que los Estados occidentales que respaldan el genocidio de Israel en Gaza, como Estados Unidos y Alemania, podrían ser procesados por genocidio, afirmando lo siguiente: «La Convención sobre el Genocidio especifica explícitamente en su artículo III que se viola la Convención por complicidad —por ser cómplice del genocidio— y por lo que usted ha denominado «facilitadores». Usted ha mencionado a Estados Unidos y Alemania, pero hay otros Estados que también han estado facilitando a Israel de diferentes maneras».

Continuó explicando: «En la medida en que están proporcionando apoyo material de naturaleza significativa —y no hay duda de que esto se aplica a Estados Unidos, Alemania y otros países—, pueden ser considerados responsables como cómplices de genocidio. De hecho, actualmente hay un caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el que Alemania está siendo acusada de complicidad en genocidio, presentado por Nicaragua».

Señaló que, según el derecho internacional, los Estados occidentales tienen la obligación legal de poner fin al genocidio en Gaza, y afirmó: «La Corte también dictaminó que esta obligación surge no solo cuando se está cometiendo un genocidio, sino también cuando existe un riesgo grave de genocidio. Eso establece un umbral más bajo. En Gaza existe, como mínimo, un riesgo grave de genocidio. Esto significa que Estados como Alemania y Estados Unidos tienen la obligación legal de ejercer su influencia sobre Israel para impedirlo».

 Continuó diciendo: «Dado que la CPI tiene jurisdicción sobre el territorio de Palestina, esto abre la posibilidad de que los líderes alemanes y estadounidenses puedan ser investigados y potencialmente procesados como individuos por no haber impedido el genocidio o por ayudar y asistir a Israel».

Un genocidio retransmitido en directo.

De hecho, Gaza es uno de los casos más claros de genocidio en la historia de la humanidad.

El detallado informe de Sudáfrica sobre el genocidio de Israel en Gaza para la CIJ contiene innumerables ejemplos de políticos israelíes y funcionarios de las FDI que hacen declaraciones abiertamente genocidas hacia los palestinos en Gaza, incluyendo desde el principio cuando Benajmin Netanyahu, «el primer ministro invocó la historia bíblica de la destrucción total de Amalek por los israelitas, afirmando: "Debéis recordar lo que Amalek os ha hecho, dice nuestra Santa Biblia. Y lo recordamos» y que «volvió a referirse a Amalek en la carta enviada el 3 de noviembre de 2023 a los soldados y oficiales israelíes».

Como se señala en el informe, «el pasaje bíblico pertinente dice lo siguiente: «Ahora ve, ataca a Amalek y proscríbe todo lo que le pertenece. No perdones a nadie, sino mata por igual a hombres y mujeres, niños y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y asnos»».

Además, como muestran las encuestas, la mayoría de los judíos israelíes tienen opiniones abiertamente genocidas hacia los palestinos.

Las encuestas muestran que el 75 % de los judíos israelíes cree que «no hay inocentes en Gaza», el 82 % apoya «la expulsión forzosa de la población de Gaza a otros países» y el 79 % «dice que no le preocupan las noticias sobre la hambruna y el sufrimiento de la población palestina en Gaza».

Estas opiniones genocidas están aún más extendidas entre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Un exsoldado de las FDI declaró a Sky News que «entre las tropas prevalece la creencia de que todos los habitantes de Gaza son terroristas, incluso cuando se trata claramente de civiles desarmados», y señaló que «esta percepción no se cuestionaba y a menudo era respaldada por los mandos».

Declaró a Sky News que «las tropas mataban a civiles de forma arbitraria», lo que justificaban porque «muchos de sus compañeros creían que no había inocentes en Gaza».

Otro exsoldado de las FDI declaró al periódico israelí Haaretz: «Esto de matar a personas inocentes se ha normalizado. Nos decían constantemente que no había no combatientes en Gaza y, al parecer, ese mensaje caló entre las tropas».

Un antiguo responsable de seguridad israelí declaró a la revista New Yorker: «La forma en que los jóvenes soldados y comandantes utilizan a veces sus armas es terrible. No les importan las normas. Piensan: «¡Matadlos a todos! Se lo merecen después de lo que nos han hecho, no son seres humanos, no preguntéis a vuestro comandante»».

Incluso los datos internos de Israel muestran que la inmensa mayoría de las personas asesinadas en Gaza por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han sido civiles.

Los datos internos israelíes obtenidos por la revista israelí 972 revelan que las FDI han matado a entre 7330 y 8900 combatientes desde el inicio del genocidio.

Si nos basamos en la cifra extremadamente conservadora de 53 000 personas asesinadas, esto significa que «más del 83 % de los muertos en Gaza eran civiles».

Pero las investigaciones han demostrado que el número real de muertos asciende a cientos de miles, lo que significa que más del 90 % de los palestinos asesinados por las FDI en Gaza eran civiles.

Como señala acertadamente William Schabas, las pruebas del genocidio de Israel en Gaza son abrumadoras, ya que se ha cometido a plena luz del día y ha sido retransmitido por ellos en las redes sociales para que todo el mundo lo vea." 

The Dissident , blog, 06/09/25, traducción DEEPL, enlaces en el original)

2.9.25

La Asociación Internacional de Expertos en Genocidio establece que la conducta de Israel cumple con la definición legal establecida en la convención de la ONU sobre el genocidio... En un resumen de las políticas y acciones israelíes, el documento señala los ataques generalizados contra el personal y las instalaciones necesarias para la supervivencia, incluidos los sectores de salud, ayuda y educación. Entre muchos otros elementos, destaca que 50.000 niños han resultado muertos o heridos por las fuerzas Israelíes, según Unicef, la organización de ayuda a la infancia de la ONU, lo que afecta la capacidad de los palestinos en Gaza para sobrevivir como grupo y regenerarse. La resolución también subraya el apoyo entre los líderes israelíes a la expulsión forzada de todos los palestinos de Gaza, junto con la demolición casi total de las viviendas en el territorio (Emir Nader, BBC)

"La principal asociación de estudiosos del genocidio del mundo ha declarado que Israel está cometiendo uno en Gaza.

Una resolución aprobada por la Asociación Internacional de Expertos en Genocidio (IAGS, por sus siglas en inglés) establece que la conducta de Israel cumple con la definición legal establecida en la convención de la ONU sobre el genocidio.

En una resolución de tres páginas, la IAGS presenta una serie de acciones emprendidas por Israel durante la guerra de 22 meses que la asociación reconoce como constitutivas de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.

La IAGS es la asociación profesional de expertos en genocidio más grande del mundo e incluye a varios especialistas en el Holocausto. De sus 500 miembros, el 28% participó en la votación y el 86% de los que votaron apoyaron la resolución.

En un resumen de las políticas y acciones israelíes, el documento señala los ataques generalizados contra el personal y las instalaciones necesarias para la supervivencia, incluidos los sectores de salud, ayuda y educación.

Entre muchos otros elementos, destaca que 50.000 niños han resultado muertos o heridos por las fuerzas Israelíes, según Unicef, la organización de ayuda a la infancia de la ONU, lo que afecta la capacidad de los palestinos en Gaza para sobrevivir como grupo y regenerarse.

La resolución también subraya el apoyo entre los líderes israelíes a la expulsión forzada de todos los palestinos de Gaza, junto con la demolición casi total de las viviendas en el territorio.

La IAGS señala las declaraciones de los líderes israelíes que deshumanizan a los palestinos en Gaza, caracterizándolos a todos como el enemigo, junto con promesas de "arrasar Gaza" y convertirla en un "infierno".

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel dijo que el informe se basa en "mentiras de Hamás" e investigaciones deficientes, y lo calificó de "vergüenza para la profesión jurídica". Un portavoz añadió que es el propio Israel el que es víctima de un genocidio.

Israel ha negado reiteradamente que sus acciones en Gaza equivalgan a genocidio y dice que están justificadas como un medio de autodefensa.

Los estudiosos de la IAGS afirman que, si bien el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 —en el que unas 1.200 personas murieron y otras 251 fueron tomadas como rehenes— fue en sí mismo un crimen, la respuesta de Israel no solo se ha dirigido contra Hamás, sino que ha atacado a toda la población de Gaza.

La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU de 1948, adoptada tras el asesinato en masa de judíos por la Alemania nazi, define el genocidio como crímenes cometidos "con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso".

Una serie de destacadas organizaciones de derechos humanos, incluidas dos organizaciones israelíes, también han declarado que creen que Israel está cometiendo genocidio.

La ONU y varios países occidentales han dicho que solo concederán crédito a un fallo de un tribunal que determine que se está cometiendo genocidio.

El más alto tribunal de la ONU, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), estudia actualmente la denuncia presentada por Sudáfrica en 2023 contra Israel por supuesto genocidio en Gaza. La CIJ aún no ha emitido un fallo sobre el tema y ha concedido a Israel una prórroga hasta enero de 2026 para presentar su defensa.

Israel asegura que la acusación sudafricana tiene motivaciones antisemitas, y la tacha de "libelo de sangre".

La IAGS afirma que su resolución no tiene ninguna relación con ningún caso presentado ante un tribunal internacional.

El lunes, el Ministerio de Sanidad de Gaza dijo que 63.557 personas han muerto y 160.660 han resultado heridas durante la guerra hasta el momento. Las cifras del ministerio se consideran en general fiables, pero no distinguen entre civiles y combatientes.

En agosto, el sistema de clasificación de la inseguridad alimentaria reconocido por la ONU confirmó que algunas partes de Gaza sufren hambruna. Israel es acusado de causarla con sus restricciones a la entrada de alimentos y ayuda médica en Gaza.

Israel controla todos los pasos fronterizos a la Franja de Gaza y, como potencia ocupante, tiene la responsabilidad de proteger la vida de los civiles en virtud del derecho internacional, lo que incluye la prevención de la inanición."

(Emir Nader, BBCNews , 02/10/25)

29.8.25

La declaración de hambruna de la ONU en Gaza constituye un llamado a la acción para todos los estados del mundo... es hora de quitar la palabra "riesgo" cuando se mencionaba la cuestión del hambre en la Franja de Gaza... La ciudad de Gaza y sus alrededores están hoy afectados y la situación debería extenderse, en las próximas semanas, a Deir Al-Balah y Khan Younès... En derecho internacional humanitario, la hambruna está prohibida como método de guerra. Esta prohibición es válida en todos los conflictos... codificada en 1977 en los protocolos adicionales a las convenciones de Ginebra (1949), esta regla ha adquirido con el tiempo un valor consuetudinario. Hoy en día, se impone a todas las partes en el conflicto, sean o no firmantes de los protocolos... la prohibición se refiere a las operaciones susceptibles de hambrear a la población civil y los actos consistentes en dañar los bienes indispensables para su supervivencia, ya sea la inutilización o destrucción de los puntos de agua potable y las cosechas, o la imposibilidad de acceder a tierras agrícolas... cualquier método o medio que tenga como efecto el hambre de las poblaciones, incluso de manera incidental o involuntaria, está prohibido... Es un aspecto esencial del derecho internacional humanitario: las prácticas de privación, incluso sin la intención de causar hambre, están prohibidas en la medida en que impiden el acceso de los civiles a los recursos vitales, especialmente mediante la obstrucción de la entrega de asistencia humanitaria. No importa el número de muertos o de casos de desnutrición aguda: lo que está prohibido es el hecho de "hambrear" – un verbo transitivo que no exige en absoluto que se manifiesten los efectos más extremos de la hambruna... los actos graves constatados en el enclave desde hace meses ya atestiguaban el uso del hambre como método de guerra. Estos hechos constituyen un crimen de guerra... Si la violación del derecho internacional humanitario y la incriminación de la hambruna como método de guerra se han constatado mucho antes de la declaración de la ONU del 22 de agosto, este constatación oficial, más allá de su valor simbólico, constituye una orden de actuar. Ofrece en efecto a los organismos humanitarios un apalancamiento adicional para exigir un acceso real a la población del territorio y llama a todos los Estados del mundo, que son todos signatarios de las convenciones de Ginebra de 1949, a utilizar todos los medios a su disposición para poner fin a esta situación: tienen la obligación de hacer respetar el derecho internacional humanitario ( Julia Grignon, Le Monde)

"Era hora de quitar la palabra "riesgo" cuando se mencionaba la cuestión del hambre en la Franja de Gaza. El viernes 22 de agosto, cuatro organismos de las Naciones Unidas – la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Unicef, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) – confirmaron que la hambruna estaba presente en el enclave.

Esta palabra designa un estado de grave escasez alimentaria, en el cual toda o una gran parte de la población se encuentra de manera duradera privada de comida, lo que conlleva la muerte. Su constatación supone el cruce de tres umbrales críticos: privación alimentaria extrema, desnutrición aguda y mortalidad.

La ciudad de Gaza y sus alrededores están hoy afectados y la situación debería extenderse, en las próximas semanas, a Deir Al-Balah y Khan Younès. Mientras que se menciona un "riesgo" de hambruna desde finales de 2023 y las alertas son recurrentes desde entonces, las conclusiones del IPC (Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria) – una herramienta de referencia independiente utilizada por las agencias de la ONU y las ONG para monitorear las situaciones de desnutrición – oficializan una situación que resulta de actos graves observados desde hace muchos meses.

 Método de guerra

En derecho internacional humanitario, la hambruna no está prohibida como tal, sino como método de guerra. Esta prohibición es válida en todos los conflictos, sean o no internacionales: codificada en 1977 en los protocolos adicionales a las convenciones de Ginebra (1949), esta regla ha adquirido con el tiempo un valor consuetudinario. Hoy en día, se impone a todas las partes en el conflicto, sean o no firmantes de los protocolos.

Si las poblaciones afectadas por los conflictos armados ven casi invariablemente su acceso a los alimentos obstaculizado, la prohibición no se refiere al estado de hambruna que puede resultar, sino a las operaciones susceptibles de hambrear a la población civil y los actos consistentes en dañar los bienes indispensables para su supervivencia, ya sea la inutilización o destrucción de los puntos de agua potable y las cosechas, o la imposibilidad de acceder a tierras agrícolas.

Para concluir con la violación de esta regla, no es necesario, en derecho internacional humanitario, identificar una intención por parte de los responsables de estas operaciones: cualquier comportamiento que comprometa el acceso de los civiles a los bienes esenciales para su supervivencia está prohibido, ya sea que busque o no provocar una hambruna. En otras palabras, cualquier método o medio que tenga como efecto el hambre de las poblaciones, incluso de manera incidental o involuntaria, está prohibido.

El hecho de «afamar» está prohibido.

Es un aspecto esencial del derecho internacional humanitario: las prácticas de privación, incluso sin la intención de causar hambre, están prohibidas en la medida en que impiden el acceso de los civiles a los recursos vitales, especialmente mediante la obstrucción de la entrega de asistencia humanitaria. No importa el número de muertos o de casos de desnutrición aguda: lo que está prohibido es el hecho de "hambrear" – un verbo transitivo que no exige en absoluto que se manifiesten los efectos más extremos de la hambruna.

La declaración oficial de hambruna de los cuatro organismos de las Naciones Unidas no cambia, por lo tanto, la calificación jurídica de los hechos observados en Gaza: los actos graves constatados en el enclave desde hace meses ya atestiguaban el uso del hambre como método de guerra. Estos hechos constituyen un crimen de guerra.

La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya no se ha equivocado: no esperó la declaración oficial de la ONU para emitir, el 21 de noviembre de 2024, órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por el hecho de utilizar el hambre como método de guerra.

Para la CPI, existen motivos razonables para creer que estas personalidades políticas son responsables penalmente de este crimen, debido a su papel en la privación de la población de bienes indispensables para su supervivencia – agua, comida, atención médica, combustible y electricidad – y en los obstáculos impuestos al transporte de la ayuda humanitaria, así como por su incapacidad para facilitar su transporte por todos los medios a su disposición.

 Obligación de hacer respetar el derecho

Si la violación del derecho internacional humanitario y la incriminación de la hambruna como método de guerra se han constatado mucho antes de la declaración de la ONU del 22 de agosto, este constatación oficial, más allá de su valor simbólico, constituye una orden de actuar.

Ofrece en efecto a los organismos humanitarios un apalancamiento adicional para exigir un acceso real a la población del territorio y llama a todos los Estados del mundo, que son todos signatarios de las convenciones de Ginebra de 1949, a utilizar todos los medios a su disposición para poner fin a esta situación: tienen la obligación de hacer respetar el derecho internacional humanitario.

Indignarse es indispensable, pero es únicamente tomando medidas concretas que se podrán salvar vidas humanas."

  , Universidad Paris-Panthéon-Assas, Alexandre Miliani, estudiante, Le Monde, 23/08/25, traducción Quillbot, enlaces en el original)

22.8.25

La ONU declara la hambruna en Gaza... “Es un desastre provocado por el hombre, una crítica moral y un fracaso de la humanidad”, declaró António Guterres... Más de medio millón de personas en Gaza se encuentran atrapadas en la hambruna, caracterizada por la inanición generalizada, la indigencia y muertes evitables... "Se trata de una hambruna provocada por Israel"... es una hambruna a unos cientos de metros de la comida... “Una hambruna del siglo XXI vigilada por drones y la tecnología militar más avanzada de la historia. Es una hambruna promovida abiertamente por algunos líderes israelíes como arma de guerra”... se trata de “la hambruna del mundo. Es una hambruna que nos pregunta: ‘¿Pero qué hiciste?’. Una hambruna que nos perseguirá y debe perseguir a todos”

 "Más de medio millón de personas en Gaza se encuentran atrapadas en la hambruna, caracterizada por la inanición generalizada, la indigencia y muertes evitables, afirma un nuevo informe sobre seguridad alimentaria. "Se trata de una hambruna provocada por Israel", coinciden los responsables de distintas dependencias de la ONU. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos subraya que se trata de un crimen de guerra.

 Los resultados del análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC) que indican que en la Franja de Gaza hay hambruna no son ningún misterio, dijo este viernes el Secretario General de la ONU.

“Es un desastre provocado por el hombre, una crítica moral y un fracaso de la humanidad”, declaró António Guterres.

La hambruna, continuó, “no tiene que ver con la comida; es el colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana”.

Según el IPC, en las próximas semanas la hambruna se extenderá desde la gobernación de Gaza hasta las gobernaciones de Deir Al Balah y Khan Younis.

Las agencias de la ONU han destacado colectiva y consistentemente la urgencia extrema de brindar ayuda humanitaria inmediata y a gran escala, dado el aumento de muertes por hambre, el rápido empeoramiento de los niveles de desnutrición aguda y la caída en picado del consumo de alimentos en Gaza, donde cientos de miles de personas pasan días sin comer.

Israel tiene la obligación de garantizar el suministro de alimentos

António Guterres recordó que Israel, como potencia ocupante, “tiene obligaciones inequívocas en virtud del derecho internacional, incluido el deber de garantizar el suministro de alimentos y medicamentos a la población”.

La declaración del IPC de hambruna en Gaza está respaldada por decenas de gobiernos, agencias de la ONU y ONG como la principal medida basada en la evidencia de la inseguridad alimentaria y la desnutrición.

Guterres afirmó que no se puede permitir que Israel siga incumpliendo sus obligaciones: “No más excusas. El momento de actuar no es mañana, es ahora”, enfatizó.

Alto el fuego inmediato

Los organismos de la ONU que operan en Gaza sumaron sus voces a la del líder de la ONU para pedir un alto el fuego inmediato que permita una respuesta humanitaria a gran escala y sin obstáculos, así como la liberación inmediata de todos los rehenes.

Las agencias también expresaron su profunda preocupación por la amenaza de intensificación de la ofensiva militar en la ciudad de Gaza y por cualquier escalada adicional del conflicto, advirtiendo de las consecuencias devastadoras que estas operaciones tendrían en la población civil en un contexto de hambruna.

“Muchas personas, especialmente niños enfermos y desnutridos, ancianos y personas con discapacidad, no podrían evacuar”, apuntaron las agencias en un comunicado conjunto.

La hambruna se extenderá

Para finales de septiembre, más de 640.000 personas se enfrentarán a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria, clasificados como Fase 5 del CIF, en toda la Franja de Gaza.

Otros 1,14 millones de personas estarán en la Fase 4, y 396.000 más se enfrentarán a la Fase 3, prevé el IPC.

Las condiciones en el norte de Gaza son tan graves, o incluso peores, que en la ciudad de Gaza. Sin embargo, la escasez de datos impidió al IPC una clasificación, lo que pone de relieve la urgente necesidad de acceso.

Una declaración de hambruna implica que se han superado tres umbrales críticos: privación extrema de alimentos, desnutrición aguda y muertes por inanición. El último análisis confirma, con base en pruebas razonables, que se han cumplido estos criterios, informaron las agencias de la ONU.

“Hambruna a unos cientos de metros de la comida”

El coordinador de Asuntos Humanitarios, aseveró que se trata de una hambruna que podría haberse evitado de haberse permitido la entrada del personal y los suministros vitales de la ONU.

“En cambio, los alimentos se acumulan en las fronteras debido a la obstrucción sistemática de Israel. Es una hambruna a pocos cientos de metros de la comida, en una tierra fértil”, recalcó Tom Fletcher en conferencia de prensa en Ginebra.

“Es una hambruna de la que advertimos repetidamente, pero que los medios internacionales no han podido cubrir, ni presenciar”, añadió.

Hambruna promovida por líderes israelíes

Fletcher señaló que es una hambruna que sucede en 2025: “Una hambruna del siglo XXI vigilada por drones y la tecnología militar más avanzada de la historia. Es una hambruna promovida abiertamente por algunos líderes israelíes como arma de guerra”, deploró.

A mayor escala, agregó el coordinador humanitario, se trata de “la hambruna del mundo. Es una hambruna que nos pregunta: ‘¿Pero qué hiciste?’. Una hambruna que nos perseguirá y debe perseguir a todos”.

La desnutrición infantil en Gaza se acelera a un ritmo catastrófico, según las agencias de la ONU, que reportan que solo en julio se identificaron más de 12.000 niños con desnutrición aguda, la cifra mensual más alta jamás registrada y un aumento de seis veces desde principios de año.

Crimen de guerra

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también tuvo palabras para referirse a la hambruna en Gaza, aseverando que es una consecuencia directa de las políticas del gobierno israelí.

Es un crimen de guerra utilizar la inanición como método de guerra, y las muertes resultantes también podrían constituir el crimen de guerra de homicidio intencional”, sostuvo Volker Türk.

“Las autoridades israelíes deben tomar medidas inmediatas para poner fin a la hambruna en la gobernación de Gaza y evitar más pérdidas de vidas en toda la Franja. Deben garantizar la entrada inmediata de asistencia humanitaria en cantidades suficientes y el pleno acceso a la ONU y otras organizaciones humanitarias”.

Hambruna intencional y provocada por Israel

“Meses de advertencias han caído en saco roto”, lamentó el comisionado general de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

Philippe Lazzarini hizo patente su indignación en una publicación en la red social X: “Esta es una hambruna intencional y provocada por el gobierno de Israel”, acusó.

El titular de UNRWA argumentó que la catástrofe en Gaza “es el resultado directo de la prohibición de alimentos y otros suministros básicos durante meses”, incluso del organismo que dirige.

Sin embargo, la propagación de la hambruna “aún se puede controlar” mediante un alto el fuego y permitiendo que las organizaciones humanitarias realicen su trabajo y lleguen con ayuda a las personas hambrientas, acotó, instando al mundo a mostrar voluntad política.

Primera hambruna en Medio Oriente

La evaluación del IPC da cuenta del deterioro más grave desde que comenzara a analizar la inseguridad alimentaria extrema y la desnutrición aguda en la Franja de Gaza, y marca la primera vez que se confirma oficialmente una hambruna en la región de Medio Oriente.

Aunque a partir de julio aumentaron ligeramente los suministros alimentarios y otros bienes que llegan a Gaza, siguen siendo muy insuficientes, inconsistentes e inaccesibles con respecto a las necesidades.

Además, cerca del 98% de las tierras de cultivo del territorio están dañadas o son inaccesibles, lo que ha diezmado el sector agrícola y la producción alimentaria local, y nueve de cada diez personas han sido desplazadas de sus hogares."       (ONU, 22/08/25) 

Amnistía Internacional: Nuevos testimonios ofrecen datos convincentes de que el hambre a que somete Israel a la población palestina en Gaza es una política deliberada... la combinación letal de hambre y enfermedad no es un desafortunado daño colateral de las operaciones militares de Israel, sino el resultado previsto de los planes y políticas que Israel ha diseñado e implementado en los últimos 22 meses para infligir deliberadamente a la población palestina de Gaza unas condiciones de vida calculadas para causar su destrucción física como parte integrante del genocidio israelí en curso de dicha población palestina en Gaza... los testimonios que hemos recabado son mucho más que relatos de sufrimiento: son una punzante denuncia de un sistema internacional que ha concedido a Israel licencia para torturar a la población palestina con impunidad casi total durante décadas... la Clasificación Integrada en Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) advirtió de que se habían alcanzado los umbrales de hambruna para el consumo de alimentos en la mayor parte de Gaza... en julio se registró el ingreso para recibir tratamiento de casi 13.000 casos de desnutrición aguda de niños y niñas... Las autoridades israelíes han exacerbado aún más las condiciones inhumanas creadas por sus políticas al seguir obstaculizando la labor de la mayoría de las principales organizaciones humanitarias y agencias de la ONU en el interior de Gaza, incluso rechazando reiteradamente sus peticiones de llevar ayuda para la supervivencia en Gaza... Los Estados deben suspender con carácter de urgencia todas las transferencias de armas, adoptar sanciones selectivas y poner fin a cualquier relación con entidades israelíes cuando ésta contribuya al genocidio de Israel contra la población palestina de Gaza

 "Israel está llevando a cabo una campaña deliberada de hambre en la Franja de Gaza ocupada que destruye sistemáticamente la salud, el bienestar y el tejido social de la vida palestina”, ha declarado hoy Amnistía Internacional, que da a conocer escalofriantes nuevos testimonios de civiles víctimas del desplazamiento y del hambre. Estos testimonios ponen de relieve las reiteradas conclusiones de la organización de que la combinación letal de hambre y enfermedad no es un desafortunado daño colateral de las operaciones militares de Israel, sino el resultado previsto de los planes y políticas que Israel ha diseñado e implementado en los últimos 22 meses para infligir deliberadamente a la población palestina de Gaza unas condiciones de vida calculadas para causar su destrucción física como parte integrante del genocidio israelí en curso de dicha población palestina en Gaza”.

“Mientras las autoridades israelíes amenazan con lanzar una invasión terrestre a gran escala de la Ciudad de Gaza, los testimonios que hemos recabado son mucho más que relatos de sufrimiento: son una punzante denuncia de un sistema internacional que ha concedido a Israel licencia para torturar a la población palestina con impunidad casi total durante décadas”, ha declarado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.

“Para empezar siquiera a revertir las devastadoras consecuencias de las inhumanas políticas y acciones de Israel que han convertido la hambruna masiva en una cruda realidad en Gaza, debe haber un levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo y un alto el fuego sostenido. El impacto del bloqueo de Israel y de su genocidio en curso en la población civil, sobre todo en niños y niñas, personas con discapacidad, personas que sufren enfermedades crónicas, personas mayores, y mujeres embarazadas y lactantes, es catastrófico y no se puede deshacer aumentando sin más el número de camiones de ayuda humanitaria o restableciendo los efectistas, ineficaces y peligrosos lanzamientos aéreos de ayuda”.

Se está permitiendo que los niños y niñas palestinos se consuman, lo que obliga a las familias a tomar una decisión imposible: oír impotentes el llanto de sus demacradas criaturas que suplican comida o correr el riesgo de morir o sufrir heridas en la búsqueda desesperada de ayuda.

Erika Guevara Rosas, Amnistía Internacional

“Hay que equipar a los centros sanitarios con el material y los equipos que necesitan para funcionar. Hay que liberar a la población civil de la amenaza constante del desplazamiento masivo. Hay que permitir que organizaciones humanitarias fiables entreguen ayuda y ofrezcan cobijo de forma segura y sin restricciones arbitrarias, y de un modo que respete la dignidad y la humanidad de la población civil. Lo que es más urgente: hay que detener cualquier plan que afiance la ocupación de Gaza o intensifique la ofensiva militar”.

“Mientras millones de personas en todo el mundo siguen saliendo a la calle para protestar y los dirigentes mundiales adoptan posturas retóricas, la campaña deliberada y sistemática de hambre de Israel sigue infligiendo un sufrimiento insoportable a toda una población. Se está permitiendo que los niños y niñas palestinos se consuman, lo que obliga a las familias a tomar una decisión imposible: oír impotentes el llanto de sus demacradas criaturas que suplican comida o correr el riesgo de morir o sufrir heridas en la búsqueda desesperada de ayuda”.

En las últimas semanas, Amnistía Internacional ha entrevistado a 19 personas palestinas que residen actualmente en tres campamentos improvisados para personas internamente desplazadas, así como a dos profesionales de la medicina que tratan a niños y niñas desnutridos en dos hospitales de la Ciudad de Gaza.

A 17 de agosto, el Ministerio de Salud de Gaza había registrado la muerte de 110 niños y niñas por complicaciones relacionadas con la desnutrición.

En una alerta publicada el 29 de julio de 2025, la Clasificación Integrada en Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) advirtió de que se habían alcanzado los umbrales de hambruna para el consumo de alimentos en la mayor parte de Gaza, y concluía que ya se está produciendo la peor situación posible para la hambruna y que seguirá aumentando el número de personas —niños y niñas incluidos— que mueren de inanición. Esta alarmante realidad quedó reflejada en los datos recogidos por el Grupo de Nutrición, según el cual en julio se registró el ingreso para recibir tratamiento de casi 13.000 casos de desnutrición aguda de niños y niñas, la cifra mensual más alta desde octubre de 2023. Al menos 2.800 (el 22%) de ellos eran casos de desnutrición aguda grave.

Las autoridades israelíes han exacerbado aún más las condiciones inhumanas creadas por sus políticas al seguir obstaculizando la labor de la mayoría de las principales organizaciones humanitarias y agencias de la ONU en el interior de Gaza, incluso rechazando reiteradamente sus peticiones de llevar ayuda para la supervivencia en Gaza. Estas restricciones arbitrarias van acompañadas de la introducción de nuevas normas sobre la inscripción en registro de ONG internacionales que, de ser implementadas, prohibirán totalmente a estas organizaciones operar en el Territorio Palestino Ocupado (TPO).

“La mayoría de las familias de Gaza han llegado al límite. Ya han agotado los escasos recursos que tenían y dependen totalmente de la ayuda humanitaria. Las restricciones que imponen las autoridades israelíes a la labor de las principales organizaciones humanitarias y sus amenazas de prohibirlas efectivamente privan a estas familias de su único salvavidas”, afirmó Erika Guevara Rosas.

“Siento que he fallado como madre”: El impacto en las mujeres embarazadas y madres lactantes

El impacto combinado de las políticas israelíes de hambruna masiva, desplazamientos forzados múltiples y restricciones al acceso a ayuda para la supervivencia es especialmente devastador para las mujeres embarazadas y las lactantes. De las 747 mujeres embarazadas y lactantes que evaluó Save the Children en sus clínicas durante la primera mitad de julio, 323 (el 43%) sufrían desnutrición.

Las mujeres embarazadas y lactantes entrevistadas por Amnistía Internacional hablaron de la escasez extrema de artículos indispensables para la supervivencia, la angustiosa realidad de estar embarazada o de ser madre primeriza cuando se vive en una tienda en el calor extremo del verano, y la desesperada lucha diaria por conseguir comida, fórmula para bebés y agua sin contaminar. También hablaron de su sentimiento de culpa por no mantener a sus hijos e hijas, el temor sobre quién los cuidará si las matan y la ansiedad por el impacto de la desnutrición en el crecimiento y el bienestar de sus criaturas.

S (no se revela el nombre completo por petición expresa suya), enfermera desplazada desde Yabalia al campo de Al Taqwa para personas internamente desplazadas en Sheikh Radwan, Ciudad de Gaza, contó las dificultades que afronta a diario para atender a su niño de dos años y su niña de siete meses. Huyó para salvar la vida de sus criaturas; tuvo que elegir entre el desplazamiento y la muerte. Dijo que el hambre se hizo palpable a finales de abril, lo que la obligó a quedarse sin comer para dar las escasas raciones de comida a sus criaturas. La leche materna empezó a disminuir gravemente a finales de abril y, sin acceso a extractores de leche y un acceso muy limitado a suplementos maternos, destacó el dolor físico y emocional de intentar amamantar a su bebé durante horas, pero “no salía leche”. La comida diaria de la familia, cuando hay, consiste en un plato compartido de lentejas o berenjenas con agua, y S da prioridad a su hijo. Sus criaturas se duermen “llorando de pura hambre”. La fórmula para bebés, escasa en toda Gaza, se vende a unos 270 séqueles (79 dólares estadounidenses) el suministro para tres días y es inasequible. Su hija de siete meses pesa como un bebé de cuatro meses. Incluso a este precio exorbitante, las familias dicen que hay escasez de fórmula para bebés en el mercado.

Tengo miedo de sufrir un aborto, pero también pienso en mi bebé: me da pánico pensar en el posible impacto de mi propia hambre en la salud del bebé, su peso, si tendrá [defectos congénitos] e, incluso si el bebé nace sano, la vida que le espera en medio del desplazamiento, las bombas, las tiendas…

Hadeel, madre de dos criaturas y embarazada de cuatro meses

Cuando la cocina comunitaria del campo, su única fuente de alimentos, dejó de repartir comida durante tres días seguidos, S sólo pudo dar agua a sus criaturas. Su esposo fue herido cuando buscaba ayuda cerca del cruce fronterizo de Zikim, por lo que le rogó que no volviera a ir. Su hijo, debilitado por el hambre, “caminaba y se caía”. “Siento que he fallado como madre; el hambre de tus criaturas te hace sentir que eres una mala madre”.

La lucha para cubrir necesidades básicas va más allá de la comida. Los pañales son inalcanzables, lo que obliga a S a rasgar su ropa para improvisarlos, y es imposible lavarlos debido a la falta de agua no contaminada resultado de la destrucción o graves daños de los sistemas de agua y saneamiento de Gaza. La tienda en la que vive con su esposo y sus dos criaturas está infestada de ratas, mosquitos y cucarachas. Su bebé sufrió una infección cutánea bacteriana que no puede tratar porque no hay antibióticos ni pomadas.

 El personal de ayuda humanitaria de dos organizaciones que habló con Amnistía Internacional a condición de permanecer en el anonimato dijo que la entidad de Coordinación de las Actividades en los Territorios (COGAT) —unidad del Ministerio de Defensa israelí que se ocupa de tramitar las peticiones para la coordinación y aprobación de la entrada de suministros— había denegado las peticiones de sus organizaciones de introducir antibióticos.

Las mujeres embarazadas entrevistadas por Amnistía Internacional también hablaron del daño mental que causa la hambruna, como el trauma, la culpa y la vergüenza. Hadeel, de 28 años, madre de dos criaturas y embarazada de cuatro meses, habló de su miedo por el feto porque apenas nota sus movimientos o el latido de su corazón dentro de ella. Se siente culpable de su embarazo, sabiendo que no puede alimentarse: “Tengo miedo de sufrir un aborto, pero también pienso en mi bebé: Me da pánico pensar en el posible impacto de mi propia hambre en la salud del bebé, su peso, si tendrá [defectos congénitos] e, incluso si el bebé nace sano, la vida que le espera en medio del desplazamiento, las bombas, las tiendas…”.

Teme dar a luz en estas condiciones, pues recuerda la atención prenatal integral, las vitaminas y las pruebas médicas que la Agencia de las Naciones Unidas para la Población Refugiada Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) le facilitó durante sus embarazos anteriores y que ahora son totalmente inexistentes. Las criaturas de Hadeel piden constantemente comida, un lugar donde jugar y la escuela. Varias mujeres entrevistadas por Amnistía Internacional para esta investigación y otras anteriores explicaron que habían tomado la decisión de no concebir a pesar de que deseaban desesperadamente una criatura, debido a las condiciones de vida y a los bombardeos en Gaza.

Las entrevistas de Amnistía Internacional con personas palestinas desplazadas en tres campamentos para personas internamente desplazadas de la Ciudad de Gaza revelan que la terrible situación es igual para toda la población. Ninguna de ellas había consumido huevos, pescado, carne, tomates o pepinos durante al menos un mes; la mayoría llevaba meses sin probar estos alimentos. Esta escasez generalizada de alimentos frescos y nutritivos es consecuencia tanto del asfixiante bloqueo de Israel como de su destrucción sistemática de fuentes de producción de alimentos —como grandes extensiones de tierras agrícolas y explotaciones avícolas y ganaderas— durante las operaciones militares mediante fuego de artillería, bombardeos aéreos o destrucción mediante cargas explosivas de instalación manual.

Una evaluación realizada por UNOSAT, el centro de satélites de las Naciones Unidas, y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicada el 31 de julio, halló que el 86% de los campos de cultivo permanentes de Gaza habían disminuido significativamente en salud y densidad como consecuencia de actividades relacionadas con el conflicto como arrasamientos, bombardeos, ataques con artillería y maquinaria pesada.

En mayo de 2025, Amnistía Internacional documentó la aniquilación total de lo que quedaba de Khuza’a, al este de Jan Yunis, donde está parte de las tierras de cultivo más fértiles de Gaza. La falta de acceso a las tierras de cultivo o los daños graves y la destrucción causados a éstas han hecho que el rendimiento de los cultivos sea escaso y que las verduras, cuando las hay, se vendan a precios astronómicos, por lo que quienes viven allí dependen casi totalmente de los muy limitados suministros que permite entrar Israel. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó el 13 de agosto que los precios de muchos artículos siguen fluctuando basándose en la especulación y no en su disponibilidad real. Un kilo de tomates costaba casi 80 séqueles (23 dólares estadounidenses) el 14 de agosto, 20 veces más que antes del 7 de octubre de 2023. Tras la aprobación por las autoridades israelíes de un mecanismo para la entrada limitada de algunos productos comerciales en Gaza a través de comerciantes seleccionados, los precios de algunos artículos —como el azúcar, los dátiles, algunos alimentos enlatados y la harina— habían bajado, pero siguen siendo casi diez veces más caros que antes del 7 de octubre.

Los pescadores también tienen restringida su zona de actuación a un área pequeña y peligrosa cerca del puerto donde corren el riesgo de ser bombardeados o detenidos cuando salen a pescar.

“Me he convertido en una carga para mi familia”: El impacto en las personas de más edad

Abu Alaa, un hombre de 62 años desplazado del campo de personas refugiadas de Yabalia, contó su experiencia de recibir sopa de lentejas de la cocina comunitaria como única comida para todo el día. Dijo que se reparte pan sólo un día a la semana, lo que obliga a la familia a racionarlo, y que lleva meses sin probar nada dulce, ni siquiera fruta. “Puedo tolerar el hambre, pero las criaturas no pueden”, dijo.

Abu Alaa espera con impaciencia que la UNRWA reanude el reparto de ayuda, pues confía en su sistema equitativo y justo basado en el tamaño de las familias. Habló de los peligros de los tumultos que hay ahora para conseguir ayuda:  “Antes nos ayudábamos mutuamente, sobre todo a quienes lo necesitaban. Incluso al principio de esta guerra; ahora la gente se deja arrastrar por el instinto individual de supervivencia”.

Nahed, de 66 años, dijo a Amnistía Internacional que el tumulto para conseguir comida cerca de las rutas de la ayuda “niega a la gente su humanidad”. Contó: “Tenía que ir allí porque no tengo nadie que se ocupe de mí. Vi con mis propios ojos a gente que llevaba sacos de harina manchados con la sangre de quienes acababan de ser tiroteados; incluso personas a las que conocía eran casi irreconocibles. La experiencia del hambre y la guerra ha cambiado totalmente Gaza; ha cambiado nuestros valores”.

Las personas de más edad también son algunas de las más afectadas por el desplazamiento.

Aziza, de 75 años, contó a Amnistía Internacional que deseaba morir:

“Siento que me he convertido en una carga para mi familia. Cuando nos desplazaron, tuvieron que empujarme en una silla de ruedas. Con las colas tan largas para usar el aseo en el campo donde estamos, necesito pañales para personas adultas, que son muy caros. Necesito medicación para la diabetes, la tensión arterial y una dolencia del corazón, y he tenido que tomar medicamentos que han caducado. Siempre siento que estas criaturas, que ellas son quienes merecen vivir, mis nietos y nietas. Siento que soy una carga para ellos, para mi hijo”.

“Una destrucción de múltiples capas entrelazadas”: Una mezcla letal de hambre y enfermedad

Un médico de urgencias del hospital de Al Shifa, de la Ciudad de Gaza, mostró un panorama sombrío. Entrevistado por Amnistía Internacional el 24 de julio, subrayó que las personas en situación de mayor riesgo —bebés, niños y niñas con problemas de salud preexistentes, personas de más edad y quienes tienen una discapacidad— se ven afectadas de forma desproporcionada por los efectos combinados de la falta de comida, de medicamentos, de agua sin contaminar y de higiene. Esta escasez se ve agravada por el estado constante de miedo y angustia.

El médico subrayó que gran número de pacientes vivirían “una vida razonable” de no ser por la “combinación de hambre, destrucción y agotamiento del sistema sanitario, de las condiciones insalubres y de los múltiples desplazamientos en condiciones inhumanas”.

La falta de alimentos nutritivos concretos está causando complicaciones de salud fácilmente evitables. Una persona adolescente que recibió un trasplante de riñón, por ejemplo, sufrió una recaída debido al agua contaminada y alimentos insuficientes. Quienes padecen diabetes, que podrían gestionar su dolencia con dietas estrictas, tienen ahora graves dificultades debido a la falta de alimentos ricos en nutrientes como verduras, pescado, pollo y legumbres, y a la escasez de suministros médicos.

El facultativo dijo que la hambruna masiva extrema ha eclipsado otras emergencias sanitarias, en concreto, el aumento alarmante de enfermedades infecciosas y de transmisión hídrica, de la meningitis y del síndrome de Guillain-Barré. Añadió que la gran escasez de antibióticos y la carga extrema que sufre su hospital, que sólo funciona parcialmente, han agravado lo que calificó de “catástrofe invisible”. Explicó que la propagación de enfermedades o las personas que padecen dolencias crónicas que antes se trataban a menudo pasan desapercibidas debido a esta “preocupación exclusiva por la cantidad de comida que llega, sin ver el panorama completo”.

El mundo no puede seguir dando palmaditas en el hombro a Israel por el goteo de la ayuda y considerar estas medidas cosméticas una respuesta suficiente a su destrucción calculada de la vida de la población palestina en Gaza.

Erika Guevara Rosas, Amnistía Internacional 

El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad neurológica poco frecuente y potencialmente mortal en la que el sistema inmunitario empieza a atacar al sistema nervioso periférico. El síndrome es desencadenado por infecciones virales como las que provocan diarrea y puede afectar a todos los sentidos, causar debilidad muscular y afectar a la respiración y al ritmo cardiaco, y podría desembocar en parálisis. Según el Ministerio de Salud, a fecha 12 de agosto de 2025 se habían registrado 76 casos de síndrome de Guillain-Barré, todos en julio y agosto. De estos casos, el síndrome había causado la muerte de cuatro personas palestinas, dos de ellas menores de edad.

Debido al bloqueo de Israel, en Gaza no hay inmunoglobulina intravenosa, la medicación principal necesaria para tratar el síndrome de Guillain-Barré. Si la enfermedad avanza, llegando incluso a los músculos respiratorios, y causa insuficiencia respiratoria, la persona afectada necesitará intubación. Para un sector sanitario diezmado ya y desbordado por eventos diarios con gran número de víctimas, la capacidad para tratar esta mezcla de hambre y enfermedad es sumamente limitada.

Las consecuencias para pacientes y personal sanitario son igualmente nefastas. Las heridas tardan mucho más en curar, lo que hace que individuos moderadamente heridos soporten estancias hospitalarias prolongadas porque su cuerpo es demasiado débil debido a la falta de alimentos adecuados. El médico de urgencias de Al Shifa calificó la situación de “destrucción de múltiples capas entrelazadas” en la que un hospital devastado como Al Shifa —antaño el mayor hospital de Gaza y que ahora funciona apenas tras [sufrir] dos importantes ataques israelíes en noviembre de 2023 y marzo de 2024— se ve obligado a luchar contra el hambre, la destrucción de la infraestructura, los bombardeos constantes y el riesgo de que haya más desplazamientos en tiendas antihigiénicas. El doctor dijo a Amnistía que esta situación de crisis constante y generalizada está dejando exhausto al personal médico.

“Una situación que ya es catastrófica corre el riesgo de convertirse en un horror aún mayor si Israel implementa su plan de lanzar una invasión terrestre a gran escala de la Ciudad de Gaza. Una operación militar de este calibre infligiría un golpe devastador e irreversible a los dos centros de estabilización de la desnutrición que funcionan en la ciudad y a unas instalaciones sanitarias diezmadas”, concluyó Erika Guevara Rosas.

Tras la aprobación por el gabinete israelí del plan de afianzar la ocupación de Gaza con el lanzamiento de una ofensiva contra la Ciudad de Gaza, un desplazado interno del campo para personas refugiadas de Yabalia dijo: “Ya me han desplazado 14 veces durante esta guerra; ya no me quedan fuerzas para seguir huyendo; no tengo dinero para llevar a mis dos hijos con discapacidad. Me duelen los músculos, el agotamiento me impide caminar y mucho menos llevar a mis hijos. Si van a atacar la ciudad, nos sentaremos aquí mismo a esperar la muerte”.

“Como potencia ocupante, Israel tiene la obligación legal de proteger y atender a la población civil, lo que incluye facilitar la entrada de suministros esenciales para su supervivencia, la distribución sin riesgos y digna de ayuda, y el acceso sin trabas a alimentos y suministros médicos en toda Gaza. El hambre nunca debe utilizarse como arma de guerra y la UNRWA y otras agencias de la ONU y organizaciones humanitarias deben tener acceso seguro y sin restricciones a toda Gaza”.

“El mundo no puede seguir dando palmaditas en el hombro a Israel por el goteo de la ayuda y considerar estas medidas cosméticas una respuesta suficiente a su destrucción calculada de la vida de la población palestina de Gaza”, concluyó Erika Guevara Rosas.

“Ante los horrores que está infligiendo Israel a la población palestina de Gaza, la comunidad internacional, especialmente los aliados de Israel, como la Unión Europea y sus miembros, deben cumplir sus obligaciones morales y legales de poner fin al genocidio en curso de Israel. Los Estados deben suspender con carácter de urgencia todas las transferencias de armas, adoptar sanciones selectivas y poner fin a cualquier relación con entidades israelíes cuando ésta contribuya al genocidio de Israel contra la población palestina de Gaza”.

Información complementaria

Esta investigación está basada en la reciente documentación por Amnistía Internacional del impacto de políticas y prácticas israelíes concretas, como el asedio total impuesto durante 78 días entre  marzo y mayo, y la sustitución del antiguo sistema de ayuda humanitaria dirigido por la ONU por un mecanismo de ayuda no neutral, mortal y degradante encabezado por la “Fundación Humanitaria de Gaza” respaldada por Estados Unidos e Israel, que han ahondado aún más el sufrimiento de la población civil de Gaza." 

(Amnistía Internacional, 18/08/25) 

21.8.25

Hoy es imposible conocer el número real de muertos en Gaza, pero no el mínimo... Ese número mínimo científicamente plausible de muertes traumáticas solamente—muertes inmediatas por balas, bombas y edificios demolidos—en el genocidio de Gaza es actualmente más de 115,000. El número mínimo científicamente plausible de muertes atribuibles al genocidio en general es de más de 460,000... Imagina por un momento que el área metropolitana de Nueva York se redujera a esto, con prácticamente nadie permitido salir mientras sucedía, sin refugios, y con más bombardeos en las áreas a las que cualquier refugiado interno se trasladara, y puedes empezar a imaginar cuántos seres humanos fueron golpeados tan fuerte que no quedó nada para recuperar o identificar; cuántos más nunca podrían ser recuperados, llevados para ser identificados, o contados; cuántos cuerpos fueron enterrados de manera anónima, en cementerios que desde entonces han sido arrasados por el ejército israelí (Adam Rzepka)

 "Durante un año y medio, ya sea que lo hayamos notado o no, las personas que siguen las noticias internacionales han leído variaciones de la siguiente frase muchas, muchas veces: "El Ministerio de Salud de Gaza no distingue entre civiles y combatientes." Su inclusión es tan automática y sin pensar en este punto que sigue apareciendo en los artículos ocasionales de los principales medios sobre cuántos niños han matado las Fuerzas de Defensa de Israel, una advertencia obscena que sugiere que, según lo que sabemos, la mayoría de estos niños—e incluso la mayoría de los niños preadolescentes—eran objetivos justificados.

Ha tenido algo de sentido confiar en el conteo del Ministerio como un recuento base de muertes, ya que solo incluye cuerpos recuperados, la mayoría de ellos identificados por nombre. Es por eso que cada país, organización de la ONU, organización humanitaria internacional y medio de comunicación convencional lo utilizan, incluso la inteligencia israelí está de acuerdo con sus cifras. Pero dado el ritmo impactante con el que ha aumentado el número de muertos en Gaza, ha parecido a los escépticos del genocidio que se requiere un calificativo. Así que, al principio de la guerra en Gaza, la frase "no distingue" se convirtió en un mantra editorial que permitía una medida de incredulidad ante la realidad transmitida en vivo de la masacre de civiles.

Esta obsesión con la ambigüedad era a la vez muy humana — ¿quién no preferiría ver una realidad en la que no fuéramos cómplices de un genocidio? — y profundamente inhumano, en su rutinario minimizar de las atrocidades en las que todos los estadounidenses, como sus principales proveedores y principales apoyadores internacionales, siempre han sido cómplices. Si los números increíbles de personas desarmadas asesinadas por uno de nuestros aliados más cercanos, con el apoyo activo de nuestro propio país—5,000 de ellas, y luego muy rápidamente 10,000, y 25,000, y luego 30 y 40 y 60,000 personas como nosotros y nuestras familias—si un número indeterminado de ellas eran realmente “combatientes,” bueno, tal vez esto fue solo, como tantos partidarios de la campaña seguían diciendo, la tormenta y la niebla de otra guerra más. Después de todo, las FDI habían estimado, al comenzar el asedio, que había unos 30,000 combatientes de Hamas en Gaza. Tal vez un 30%, o un 40%, o incluso un 50% de tasa de mortalidad civil, muchos pensaron aparentemente, era solo el precio que había que pagar para la realización de una fantasía que nadie realmente creía posible: la "erradicación" de Hamas.

Dondequiera que uno se haya posicionado en relación con este espectro indefinido de horror, los números del Ministerio han parecido ser algo en lo que todos podían estar bastante de acuerdo, al menos dentro de los márgenes del discurso sobre Gaza. A menos que estuvieras tan rabioso por mantener la máquina de muerte en marcha que tu primer instinto fuera llamar "propaganda de Hamas" a la lista interminable de nombres de niños muertos, o estuvieras tan seguro de que nos estaban forzando a complicidad en un genocidio que obsesivamente recalcularas y publicaras el número más probable de muertos reales (como he hecho cada mes desde que comenzó la guerra), te adherías al consenso visible: fueran los miles que fueran, "según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes."

 Sin embargo, prácticamente todos los que aceptan ese número también aceptan que debe ser una cifra inferior a la real, de algún tamaño significativo pero desconocido. Dado que el Ministerio de Salud solo cuenta los cuerpos recuperados, cada cuerpo no recuperado también queda sin contar. Cuando recordamos cómo se ve el daño en Gaza—bombas masivas lanzadas sobre áreas urbanas densamente pobladas, generalmente sin advertencia efectiva, usualmente con datos de ubicación vagos o caducados y a menudo sin sistemas de guía de todos modos—es difícil evitar la pregunta de cuántas personas han muerto, rápidamente o en agonía prolongada, cuyos cuerpos nunca han sido recuperados. Imagina por un momento que el área metropolitana de Nueva York se redujera a esto, con prácticamente nadie permitido salir mientras sucedía, sin refugios, y con más bombardeos en las áreas a las que cualquier refugiado interno se trasladara, y puedes empezar a imaginar cuántos seres humanos fueron golpeados tan fuerte que no quedó nada para recuperar o identificar; cuántos más nunca podrían ser recuperados, llevados para ser identificados, o contados; cuántos cuerpos fueron enterrados de manera anónima, en cementerios que desde entonces han sido arrasados por las FDI, o en las fosas comunes que han cavado; cuántas familias no tenían miembros vivos para reportar a los muertos.

Como Arwa Mahdawi lo expresó en The Guardian la semana pasada, "No tenemos idea de cuántas personas han sido asesinadas en Gaza, pero apostaría mi propia vida a que el número es mucho mayor que las 60,000 que los medios utilizan." Ese es un pensamiento muy común en las discusiones sobre Gaza. Incluso hay una calificación muy ocasional a la cláusula de "no distingue" en la cobertura de los principales medios, señalando que el número de muertos del Ministerio "probablemente sea una subestimación."

El problema con dejar este sentimiento en "no tenemos idea de cuántas personas han sido asesinadas" es que sí tenemos una idea muy clara del mínimo, basado en los análisis más rigurosos y detallados en los que los estadísticos, epidemiólogos, especialistas en trauma y expertos en guerra urbana, trabajando juntos bajo una revisión por pares estricta en los principales foros de investigación del mundo, están de acuerdo. Y ese número mínimo es, de hecho, mucho más alto que el conteo del Ministerio.

Ese número mínimo científicamente plausible de muertes traumáticas solamente—muertes inmediatas por balas, bombas y edificios demolidos—en el genocidio de Gaza es actualmente más de 115,000.

El número mínimo científicamente plausible de muertes atribuibles al genocidio en general es de más de 460,000.

Cualquiera que afirme basarse en el mejor consenso científico hoy en día debe informar que el número actual de muertes en el genocidio de Gaza es de "más de 115,000" muertes violentas o "más de 460,000" en total.

Aquí, en detalle, está el porqué.

El número de muertos del Ministerio de Salud de Gaza, mientras escribo esto, acaba de superar los 62,000—me referiré a este número como "GMH", para que cualquiera pueda replicar fácilmente esta matemática en cualquier momento en el futuro. Estos son los pasos, con citas, para entender la relación de este número con el rango actual de 115,000-460,000. En cada paso, utilizaré los parámetros más conservadores y plausibles de cualquier incertidumbre, asegurando que nuestro mínimo realmente sea el mínimo.

1. El primer ajuste que debe hacerse al GMH es su probable subestimación, debido al caos absoluto del genocidio. El estudio científico definitivo que calcula este número fue publicado en febrero de 2025 por cuatro de los principales clínicos, epidemiólogos y expertos en medicina de emergencia del mundo, en The Lancet—una revista científica de 200 años de antigüedad, rigurosamente revisada por pares y la publicación de investigación más prominente del mundo en medicina general. Los investigadores, la investigación y el medio aquí son incuestionables, y sus resultados de subestimación han sido confirmados casi exactamente por un segundo estudio importante utilizando un enfoque completamente diferente. El estudio encontró, con un intervalo de confianza del 95%, que el Ministerio subestimó el número de muertes por lesiones traumáticas en un 41%. Esto significa que el conteo del Ministerio en ese momento representaba solo el 59% de las muertes reales por lesiones traumáticas. Casi con seguridad ahora es una subestimación mayor, ya que las condiciones de reporte solo han empeorado en los más de 13 meses desde el final del período considerado en el estudio—pero nos quedaremos con el número mínimo plausible.

 Para esto, necesitamos dividir GMH / 0.59, para un mínimo de 105,085 muertes por lesiones traumáticas.

2. El cálculo de esta subestimación excluye a aquellos que están desaparecidos y se presume que están muertos.

Se debe hacer un segundo ajuste para el porcentaje de gazatíes cuya ubicación es desconocida pero que probablemente estén muertos. Ese cálculo se ha mantenido más o menos fijo, por organizaciones como la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU y el estudio de The Lancet, desde al menos mayo de 2024, en alrededor de 10,000.

Casi con seguridad es mucho más alto ahora: cada vez más edificios han sido bombardeados y demolidos, y no se ha permitido operar a ningún equipo pesado capaz de sacar cuerpos. Un número indeterminado de gazatíes ha sido enviado a campos de prisioneros israelíes para ser encarcelados sin cargos y frecuentemente hambrientos, golpeados y/o torturados sexual o médicamente. Un número indeterminado de estas personas también ha sido asesinado, sus cuerpos arrojados al suelo de regreso en Gaza para ser identificados o no, o enterrados o almacenados en territorio israelí, sus nombres a menudo no registrados y raramente reportados.

Pero de nuevo, iremos con el mínimo consensuado: 10,000.

GMH / .59

+10,000

El número mínimo actual de muertos en el genocidio de Gaza es ahora 115,085—nuestro número mínimo general de muertes por impacto traumático solo.

3. Este número no incluye a nadie asesinado en el genocidio por medios distintos a la violencia traumática que condujo más o menos directamente a la muerte (aunque podemos estar seguros de que muchos miles de ellos realmente sufrieron el peor dolor y desesperación imaginables bajo los escombros, o en la calle, o en el suelo de un hospital bombardeado, durante algún tiempo antes de morir).

Si queremos incluir a los gazatíes muertos por otras tácticas de asedio—la negación estratégica de Israel de alimentos, agua, suministros médicos, energía y medicinas—debemos basarnos en datos de campañas de bombardeo y asedio anteriores con perfiles similares. Esto es desafiante en parte porque el genocidio en Gaza es genocida: porque solo una pequeña fracción de los gazatíes ha podido salir de Gaza, y porque las FDI han asegurado una tasa de bajas civiles que supera con creces la de bombardeos comparables, y porque ninguna campaña de bombardeo ha sido tan destructiva proporcionalmente desde o incluso antes de la Segunda Guerra Mundial, el alcance de la "mortalidad excesiva" en comparación con la tasa de mortalidad antes de octubre de 2023 puede ser tan grande que no hay nada en los datos históricos que nos ayude a estimar un máximo probable.

Entonces, de nuevo, establezcamos el mínimo.

The Lancet continuó su estudio inicial publicando una carta de otros tres médicos y epidemiólogos de renombre internacional que señalaron que, según extensos estudios de guerras recientes compilados por el ACNUR, la proporción de "muertes indirectas" en comparación con las muertes directas por impacto traumático oscilaba entre 3:1 y 15:1. Vale la pena enfatizar una vez más que la campaña de bombardeos en Gaza ha sido más destructiva que cualquiera de las guerras que arrojaron estos ratios. No obstante, tomaremos la menor proporción registrada de 3:1, incluso menor que la proporción de 4:1 que el estudio del ACNUR utiliza como su métrica más "conservadora".

 GMH / .59

+10,000

x3

El número mínimo de muertes en el genocidio de Gaza es ahora de 463,220—nuestro número mínimo de muertes directamente atribuibles al genocidio.

Estos números, que representan el mínimo más conservador que es científicamente plausible en cada caso, pueden ahora usarse como base para cálculos adicionales:

+ Antes de octubre de 2023, la población de la Franja de Gaza era de aproximadamente 2.23 millones. Las muertes directas del genocidio han matado al menos al 5% de la población. Las muertes directas e indirectas del genocidio han matado al menos al 20% de la población.

Dada la propia estimación de Israel de que había unos 30,000 combatientes de Hamas en Gaza en octubre de 2023, de los cuales ahora dice haber matado a unos 20,000 (no ha proporcionado evidencia para ninguna de las cifras), la tasa de mortalidad civil que ha infligido a través de muertes directas es de más del 83%. La tasa de mortalidad civil general que ha infligido en Gaza desde octubre de 2023 es de al menos el 96%. Ambos porcentajes están bien dentro del rango que las FDI han permitido explícitamente.

+ Antes de octubre de 2023, los niños menores de 15 años representaban el 44% de la población de Gaza. El estudio de The Lancet encontró que el 59% de las muertes directas eran de mujeres, niños y ancianos, excluyendo a los hombres en edad militar. Las estadísticas demográficas básicas muestran que el 66% de ese 59% eran niños menores de 15 años. El número directo de muertes de niños menores de 15 años en este genocidio es de al menos 45,221. El número de muertos de niños menores de 15 años, incluyendo todas las muertes causadas por el genocidio, es, como mínimo, 135,664—y casi con certeza muchos más.

No habrá manera de contar con precisión los muertos en Gaza hasta que terminen los bombardeos. Incluso entonces, tomará años, en el mejor de los casos. No obstante, podemos dar un testimonio mejor que la repetición de los números básicos contabilizados por el Ministerio de Salud de Gaza; y podemos dar un testimonio mucho mejor que recitar, como un talismán, que "no distingue entre civiles y combatientes."

Podemos—debemos—comenzar a reconocer el mínimo indispensable de lo que este genocidio ya ha causado, indiscutiblemente."

( , Universidad Estatal de Montclair, Counter Punch, 19/08/25, traducción Quillbot, enlaces en el original)

9.8.25

Le Monde ha publicado amplios detalles de una campaña de intimidación cada vez más intensa contra el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, que se ha llevado a cabo en el contexto de los esfuerzos de Khan por construir y llevar adelante un caso contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa Yoav Gallant y otros funcionarios israelíes... también el abogado británico Andrew Cayley, que supervisó la investigación de la Corte Peneal Internacional sobre Palestina, afirmó que en diciembre de 2024 fue amenazado directamente: «Me dijeron que era un enemigo de Israel y que debía vigilar sus espaldas»

"El periódico francés Le Monde ha publicado amplios detalles de una campaña de intimidación cada vez más intensa contra el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Karim Khan.

La campaña se ha llevado a cabo en el contexto de los esfuerzos de Khan por construir y llevar adelante un caso contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa Yoav Gallant y otros funcionarios israelíes por presuntos crímenes de guerra.

Khan se acogió a una licencia a mediados de mayo, después de que fracasara un intento de suspenderlo, impulsado por un alto cargo de su propia oficina. Esto se produjo en medio de una investigación en curso de las Naciones Unidas sobre acusaciones de conducta sexual inapropiada contra el fiscal.

En un artículo publicado el viernes, el periódico francés citó al abogado británico Andrew Cayley, que supervisó la investigación de la CPI sobre Palestina, quien afirmó que los servicios de inteligencia neerlandeses le informaron de que corría peligro en La Haya.

Cayley afirmó que en diciembre de 2024 fue amenazado directamente: «Me dijeron que era un enemigo de Israel y que debía vigilar sus espaldas»."

(Middle East Eye, 04/08/25, traducción DEEPL)