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31.5.25

Si se produce comida suficiente para alimentar a 11.000 millones de personas, ¿por qué tantas de las 8.000 millones que habitan nuestro planeta siguen pasando hambre? Las guerras destruyen los sistemas agrícolas y de distribución de alimentos... Un quinto de todos nuestros alimentos se pierde o desperdicia (el equivalente a mil millones de comidas al día). En los países más ricos, la mayor parte del desecho alimentario ocurre en las etapas de venta al por menor y de consumo, debido en gran parte al alto grado de procesamiento y envasado, así como el desecho en los hogares y restaurantes. En los países más pobres, la mayor parte del desecho ocurre en el punto de producción (por causas como el mal clima, las plagas y las enfermedades) y en el almacenamiento (por instalaciones inadecuadas, con refrigeración deficiente y sistemas de transporte ineficientes)... pero la principal razón por la que muchas personas no comen es porque no tienen dinero para hacerlo. En otras palabras, la desigualdad es el motor del hambre (Más de 700 millones de personas en el mundo viven con menos de 2,15 dólares al día y no pueden permitirse comprar alimentos. Unas 3.400 millones de personas viven con menos de 5,50 dólares al día, lo que hace poco probable que puedan alimentarse adecuadamente). Si queremos terminar con el hambre, debemos terminar con la pobreza. En 2021, el pueblo chino erradicó la pobreza extrema en su país. Para noviembre de 2025, la población de Kerala (India) habrá erradicado la pobreza extrema. Vietnam está en camino de eliminar la extrema pobreza (Vijay Prashad)

 "Queridas amigas y amigos,

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

He escrito este boletín antes. De hecho, podría escribirlo cada año cuando se publica un nuevo Informe mundial sobre las crisis alimentarias. El informe se basa en cuatro puntos:

  1. El número de personas que padecen hambre hoy es mayor que el año pasado.
  2. La cantidad de alimentos producidos este año supera la del año pasado.
  3. Hay suficientes alimentos para alimentar a toda la población mundial, y más.
  4. ¿Cómo explicamos entonces que haya personas con hambre?

Veamos los datos.

Punto n° 1: unas 733 millones de personas padecieron hambre crónica en 2023, según estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Punto n° 2: agricultorxs y empresas agroalimentarias de todo el mundo produjeron 11 mil millones de toneladas métricas de alimentos en 2022 (incluidos carne, pescado y 9,6 mil millones de toneladas métricas de cultivos primarios como maíz, arroz y trigo), según la FAO.

Punto n° 3: se aclara con un cálculo sencillo basado en una premisa.

Premisa: una persona consume una tonelada, es decir, 1.000 kilogramos de alimentos al año (el estándar de la FAO para el consumo alimentario medio mundial es de 2.800 kilocalorías por persona al día).

Cálculo: si se necesita una tonelada de alimentos por persona y se producen 11.000 millones de toneladas, entonces hay suficiente comida para 11.000 millones de personas.

Conclusión: actualmente hay 8.000 millones de personas en el planeta. Por lo tanto, hay alimentos suficientes para toda la población mundial, con un excedente capaz de alimentar a 3.000 millones más.

Punto n° 4: ¿Cómo explicamos entonces que haya personas con hambre?

Las causas de la crisis alimentaria son múltiples, pero ninguna de ellas puede atribuirse a una escasez de alimentos provocada por el crecimiento poblacional, como afirman lxs maltusianxs, quienes sostienen que el crecimiento de la población supera la capacidad de producción de alimentos.

Existen al menos tres razones por las que muchas regiones del mundo siguen enfrentando niveles de hambre extremos, cercanos a la hambruna:

  1. En primer lugar, las guerras destruyen los sistemas agrícolas y de distribución de alimentos. Esta es la causa más evidente del hambre. Por esta razón hay hambruna en Sudán, el país con la mayor superficie cultivable de toda África y que, si no estuviera en guerra, podría convertirse en el granero del continente. A pesar de la guerra, Sudán es el mayor exportador mundial de semillas oleaginosas (maní, cártamo, sésamo, soja y girasol). Cerca del 80 % de la goma arábiga del mundo se produce en las zonas rurales del país. Sin embargo, la mayoría de los campos no pueden cultivarse y muchxs agricultorxs han sido expulsadxs de sus tierras u obligadxs a empuñar un arma a causa de la guerra.

  1. En segundo lugar, el desecho de alimentos sigue siendo una antigua y lamentable práctica habitual. Un quinto de todos nuestros alimentos se pierde o desperdicia (el equivalente a mil millones de comidas al día) Dos tercios de los residuos alimentarios a nivel de consumo se da en los países más ricos y el 60 % del desperdicio global ocurre en los hogares. En los países más ricos, la mayor parte del desecho alimentario ocurre en las etapas de venta al por menor y de consumo, debido en gran parte al alto grado de procesamiento y envasado, así como el desecho en los hogares y restaurantes. En los países más pobres, la mayor parte del desecho ocurre en el punto de producción (por causas como el mal clima, las plagas y las enfermedades) y en el almacenamiento (por instalaciones inadecuadas, con refrigeración deficiente y sistemas de transporte ineficientes).

  1. En tercer lugar, la principal razón por la que muchas personas no comen es porque no tienen dinero para hacerlo. En otras palabras, la desigualdad es el motor del hambre. Veamos, una vez más, los datos:

      • Más de 700 millones de personas en el mundo viven con menos de 2,15 dólares al día y no pueden permitirse comprar alimentos.
      • Unas 3.400 millones de personas viven con menos de 5,50 dólares al día, lo que hace poco probable que puedan alimentarse adecuadamente.
      • En 2023, la riqueza total se estimó en aproximadamente 432 billones de dólares. De esa cifra, el 1 % más rico de la población adulta global poseía en conjunto el 47,5 % de la riqueza total, es decir, 213,8 billones de dólares (un promedio de 2,7 millones por persona). El 50 % más pobre, unos 4.000 millones de personas, poseía menos del 1 % de la riqueza mundial, unos 4,5 billones de dólares (1.125 dólares por persona). Esta brecha abismal en la distribución de la riqueza sigue creciendo cada año.
      • Las personas con ingresos más bajos simplemente no pueden costear su alimentación. La inflación de los precios de los alimentos y los combustibles consume sus presupuestos.
      • Las tasas de hambre son más altas entre las mujeres que entre los hombres, porque, cuando hay menos comida en un hogar, las mujeres comen menos. En los hogares encabezados por mujeres, las tasas de hambre son más elevadas.
      • Aunque los pueblos indígenas representan menos del 5 % de la población mundial, concentran el 15 % de la pobreza extrema y padecen tasas de hambre más altas que otras comunidades.

Como sostiene la FAO en 2021: “La pobreza sigue siendo la principal causa de la inseguridad alimentaria en el mundo, ya que las personas carecen de los recursos para acceder a una alimentación adecuada, incluso cuando esta está disponible”.

Un boletín como este, fundamentado por estadísticas, no puede explicar el daño que causa la pobreza al espíritu humano. La amargura de la pobreza engendra un tipo de fatalismo que dificulta a la persona empobrecida explicar su propia situación. Las frías estadísticas por sí solas no revelan al empobrecido la realidad de sus circunstancias, que ya conoce muy bien. A veces, es la poesía la que mejor articula la estructura capitalista de la pobreza y su impacto en el espíritu humano.

Nicolás Guillén (1902–1989) fue uno de lxs más grandes poetas cubanxs, tanto antes como después de la revolución. En 1931 publicó el poema “Caña” en su colección Sóngoro Cosongo, título inspirado en el sonido de los tambores afrocubanos:

El negro
junto al cañaveral.

El yanqui
sobre el cañaveral.

La tierra
bajo el cañaveral.

¡Sangre
que se nos va!

¿No es esa la verdad?

Si queremos terminar con el hambre,  debemos terminar con la pobreza. En 2021, el pueblo chino erradicó la pobreza extrema en su país. Para noviembre de 2025, la población de Kerala (India) habrá erradicado la pobreza extrema, un año antes de la fecha prevista. Vietnam está en camino de eliminar la extrema pobreza. Esa fue la ambición de Burkina Faso bajo Thomas Sankara (1949–1987) y ha vuelto a renacer con el nuevo líder del país, el capitán Ibrahim Traoré. No mediante la caridad ni la ayuda extranjera, sino a través de la autosuficiencia.

En la Conferencia Nacional de los Comités para la Defensa de la Revolución, celebrada en Uagadugú el 4 de abril de 1986, Sankara declaró: “Debemos triunfar produciendo más —produciendo más, porque es natural que quien te alimenta, también imponga su voluntad”. En 2023, Traoré, evocando el espíritu de Sankara, afirmó, “Nuestrxs antecesorxs nos enseñaron una cosa: un esclavo que no asume su propia revuelta no merece compasión. No nos compadecemos de nosotrxs mismxs, ni pedimos a nadie que se compadezca de nosotrxs. El pueblo de Burkina Faso ha decidido luchar, luchar contra el terrorismo para relanzar su desarrollo”.

Lxs habitantes de Burkina Faso, hoy, están planteando las siguientes preguntas:

No entendemos cómo África, con tanta riqueza en nuestro suelo, con una naturaleza generosa, con abundancia de agua y sol, es hoy el continente más pobre. África es un continente hambriento. ¿Y cómo es que hay jefes de Estado por todo el mundo mendigando? Estas son las preguntas que nos hacemos y, hasta ahora, no tenemos respuestas.

Pero pronto tendrán respuestas y, cuando las obtengan, plantearán nuevas preguntas, y entonces la historia avanzará.

Cordialmente,

Vijay"                               (Vijay Prashad, Tricontinental, 29/05/25)

15.5.25

Bernie Sanders: Una sentencia de muerte para miles y miles de personas... la legislación de Trump ofrece enormes exenciones fiscales al 1% más rico y a las grandes empresas de nuestro país, y paga estos recortes fiscales recortando Medicaid, la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, la nutrición, la educación y otros programas que son de vida o muerte para las familias trabajadoras... recorta Medicaid y la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible en 715.000 millones de dólares, lo que la Oficina Presupuestaria del Congreso ha calculado que eliminaría el seguro médico para más de 13,7 millones de estadounidenses... Si aprobáramos este proyecto de ley, el número de estadounidenses que no tendrían seguro o tendrían un seguro insuficiente aumentaría a casi 100 millones de estadounidenses... obliga a millones de beneficiarios de Medicaid que ganan tan sólo 16.000 dólares al año a pagar un copago de 35 dólares cada vez que visitan a un médico cuando enferman - hasta el 5% de sus ingresos anuales. ¿Qué consecuencias tendrá esto? Según un estudio de la Universidad de Yale, unos 68.000 estadounidenses mueren cada año por no acudir a tiempo al médico... si usted es un estadounidense con bajos ingresos, ese copago de 35 dólares puede ser demasiado, y el resultado es que no visita al médico cuando debería... también están hablando de hacer recortes masivos a los centros de salud comunitarios que proporcionan atención médica primaria a más de 32 millones de estadounidenses de bajos ingresos y de clase trabajadora... En todo el país, los hospitales rurales están cerrando y se enfrentan a una enorme presión financiera. Esta legislación no hará sino acelerar esos cierres y aumentar las dificultades de la América rural... Cuando Medicaid proporciona más del 60% de los ingresos de los que dependen las residencias de ancianos, recortar Medicaid será un desastre para las personas mayores y discapacitadas que necesitan vivir en residencias de ancianos... recorta 290.000 millones de dólares de los programas de nutrición, lo que privaría de alimentos a unos 4 millones de niños y alrededor de medio millón de ancianos... Me parece que este proyecto de ley refleja exactamente lo que está mal en nuestro corrupto sistema político actual... Cuando niños y ancianos pasan hambre aquí, en el país más rico de la Tierra, nuestro trabajo debería ser garantizar que todos los estadounidenses tengan la nutrición que necesitan para llevar una vida sana, no aumentar el nivel de hambre en nuestro país

 "El pueblo estadounidense, ya sean demócratas, republicanos o independientes, comprende que tenemos un sistema corrupto de financiación de campañas que permite a los multimillonarios y a sus grupos de presión desempeñar un papel enormemente poderoso en la elección de candidatos, en la derrota de candidatos y en la elaboración de leyes. Esto es cierto en el Partido Demócrata y en el Partido Republicano.

Hoy, con los republicanos en el control de la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, estamos viendo cómo este proceso corrupto juega a favor de las prioridades del partido republicano y de sus multimillonarios contribuyentes de campaña.

Este llamado proyecto de ley de reconciliación, el «gran y hermoso proyecto de ley» del presidente Trump que los republicanos están apresurando a través de la Cámara en este momento es una pieza legislativa bastante extraordinaria. En muchos aspectos, dadas las crisis a las que se enfrenta nuestro país, esta legislación hace exactamente lo contrario de lo que debería hacerse.

No es ningún secreto que la desigualdad de ingresos y riqueza en nuestro país es mayor que nunca.

Hoy en día, el hombre más rico del mundo, el Sr. Elon Musk, que ahora vale más de 400.000 millones de dólares, posee más riqueza que el 52% más pobre de la sociedad estadounidense. El 1% más rico posee más riqueza que el 93% más pobre. Y los directores ejecutivos de las grandes empresas ganan ahora más de 350 veces lo que ganan sus trabajadores.

Increíblemente, según la RAND Corporation, en los últimos 50 años se han redistribuido casi 80 billones de dólares en riqueza del 90% más pobre de la población estadounidense al 1% más rico.

 Lo que hemos visto es que las personas más ricas de Estados Unidos se están haciendo mucho más ricas mientras que, al mismo tiempo, el 60% de los estadounidenses viven al día y muchos millones de familias luchan por llevar comida a la mesa. Esa es la realidad económica de hoy.

¿Qué hacen el proyecto de ley de reconciliación del presidente Trump y los republicanos para abordar esta situación tan injusta e inestable? ¿Qué están haciendo cuando los muy ricos se están haciendo mucho más ricos mientras las familias trabajadoras luchan?

Aquí está la respuesta: esta legislación hace que los ricos y los ricos contribuyentes de campaña sean aún más ricos, mientras que hace la vida más difícil y más estresante para las familias trabajadoras de nuestro país.

Esta legislación ofrece enormes exenciones fiscales al 1% más rico y a las grandes empresas de nuestro país, y paga estos recortes fiscales recortando Medicaid, la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, la nutrición, la educación y otros programas que son de vida o muerte para las familias trabajadoras.

Permítanme darles un ejemplo de lo escandalosa que es esta legislación.

En su redacción actual, este proyecto de ley ofrece una exención fiscal de 235.000 millones de dólares a las dos décimas partes más altas del 1% al aumentar la exención del impuesto de sucesiones para las parejas a 30 millones de dólares.

El impuesto de sucesiones sólo se aplica a las personas más ricas de este país que heredan importantes sumas de dinero de un familiar.

 En virtud de esta disposición, una pareja que herede 30 millones de dólares pasaría a pagar CERO impuestos por esa herencia. Una vez más, esta disposición sólo se aplica a las dos décimas partes superiores del 1% de los estadounidenses, las personas más ricas de este país. El 99,8% de los estadounidenses no se beneficiaría ni un céntimo de esta disposición.

Además, esta legislación proporcionaría una exención fiscal de 420.000 millones de dólares a las grandes empresas rentables que están acumulando sus beneficios en las Islas Caimán y otros paraísos fiscales y que, por cierto, están sustituyendo a los trabajadores estadounidenses por robots.

En resumen: Las disposiciones fiscales del proyecto de ley de conciliación proporcionan enormes beneficios a las personas de nuestro país que menos los necesitan, mientras que perjudican enormemente a los estadounidenses de a pie.

Tanto si eres demócrata, republicano o independiente, sabes que nuestro actual sistema sanitario está roto, es disfuncional, cruel y tremendamente caro.

A pesar de gastar casi el doble per cápita en sanidad que cualquier otro gran país, unos 85 millones de estadounidenses no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente. Y seguimos siendo el único gran país del mundo que no garantiza la asistencia sanitaria a todos como un derecho humano.

 Así pues, dada esta realidad, ¿cómo aborda este proyecto de ley de conciliación la terrible crisis de la atención sanitaria en Estados Unidos? ¿Amplía la asistencia sanitaria a más estadounidenses y reduce el número de personas sin seguro? ¿Se enfrenta a la codicia de las compañías de seguros y farmacéuticas que ganan decenas y decenas de miles de millones de dólares cada año estafando a los ciudadanos de nuestro país? ¿Es eso lo que hace este proyecto de ley de conciliación? Pues no.

Lo que hace esta ley es recortar Medicaid y la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible en 715.000 millones de dólares, lo que la Oficina Presupuestaria del Congreso ha calculado que eliminaría el seguro médico para más de 13,7 millones de estadounidenses. En otras palabras, esta legislación empeora catastróficamente una situación muy mala, en términos de nuestra crisis sanitaria.

Si aprobáramos este proyecto de ley, el número de estadounidenses que no tendrían seguro o tendrían un seguro insuficiente aumentaría a casi 100 millones de estadounidenses. En otras palabras, en lugar de reducir el número de personas sin seguro o con seguro insuficiente en este país, este proyecto de ley aumenta considerablemente ese número. Pero eso no es todo lo que hace esta legislación.

Este proyecto de ley obliga a millones de beneficiarios de Medicaid que ganan tan sólo 16.000 dólares al año a pagar un copago de 35 dólares cada vez que visitan a un médico cuando enferman - hasta el 5% de sus ingresos anuales. ¿Qué consecuencias tendrá esto?

Según un estudio de la Universidad de Yale, unos 68.000 estadounidenses mueren cada año por no acudir a tiempo al médico.

 Ahora bien, si ganas un par de cientos de miles de dólares al año, lo más probable es que un copago de 35 dólares no te disuada de ir al médico. Puede que no te guste, pero pagas los 35 dólares para ir al médico cuando estás enfermo.

Pero si usted es un estadounidense con bajos ingresos y está luchando por pagar el alquiler, o está luchando por comprar comida para sus hijos o pagar la guardería, ese copago de 35 dólares puede ser demasiado - y el resultado es que usted no visita al médico cuando debería.

Cuando se expulsa a casi 14 millones de estadounidenses del seguro médico que tienen y se obliga a las personas con bajos ingresos a pagar un copago de 35 dólares que no pueden permitirse, nadie puede negar que muchos miles de estadounidenses más morirán si este proyecto de ley se convierte en ley.

Este proyecto de ley es una sentencia de muerte para muchos miles y miles de personas.

Además, cuando Trump y los republicanos en la Cámara hacen recortes masivos a Medicaid, también están hablando de hacer recortes masivos a los centros de salud comunitarios que proporcionan atención médica primaria a más de 32 millones de estadounidenses de bajos ingresos y de clase trabajadora.

Los centros de salud comunitarios dependen de Medicaid para el 43% de sus ingresos. Cuando se hacen recortes masivos a Medicaid se está recortando significativamente el acceso que millones de estadounidenses de bajos ingresos y de clase trabajadora tendrán a la atención primaria de salud.

 No sólo los centros de salud comunitarios se verían devastados por esta legislación. En todo el país, los hospitales rurales están cerrando y se enfrentan a una enorme presión financiera. Esta legislación no hará sino acelerar esos cierres y aumentar las dificultades de la América rural en un momento en que ésta ya tiene bastantes problemas.

Esto es lo que dijo Rick Pollack, presidente y director general de la Asociación Americana de Hospitales: «Estos recortes propuestos no harán que el programa Medicaid funcione mejor para los 72 millones de estadounidenses que dependen de él. Por el contrario, harán que millones de estadounidenses trabajadores pierdan el acceso a la atención sanitaria y que muchos de los hospitales de nuestro país luchen por mantener los servicios y permanecer abiertos para sus comunidades.»

Además, espero que mis colegas escuchen lo que Bruce Siegel, presidente y director general de America's Essential Hospitals, dijo en oposición a este proyecto de ley: «Los hospitales, que ya operan con márgenes estrechos, no pueden absorber tales pérdidas sin reducir servicios o cerrar sus puertas por completo».

Eso es exactamente lo que la América rural no necesita. No necesitamos que cierren más hospitales. No podemos permitirlo.

Y seamos claros: no sólo los hospitales y los centros de salud comunitarios se oponen a esta legislación. Los médicos de todo el país también se han opuesto firmemente a esta ley.

Permítanme leer una declaración emitida hoy en oposición a este proyecto de ley por la Academia Americana de Médicos de Familia, la Academia Americana de Pediatría, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, el Colegio Americano de Médicos y la Asociación Psiquiátrica Americana: «Nuestras organizaciones, que representan a más de 400.000 médicos que atienden a millones de pacientes, están alarmadas por las propuestas de aplicar recortes u otros cambios estructurales a Medicaid durante el proceso de conciliación presupuestaria. Los recortes a Medicaid tendrán graves consecuencias para los pacientes, las comunidades y todo el sistema sanitario. Con la reducción de la financiación federal, será más difícil para los pacientes acceder a la atención, los estados se verán obligados a dar de baja a los afiliados de la cobertura, y se limitarán los servicios de atención sanitaria a los que pueden acceder los pacientes y se reducirán las tasas de pago... El impacto de los recortes a la financiación de Medicaid es significativo y de gran alcance, y debe ser reconsiderado».

Eso es lo que dicen las organizaciones médicas de nuestro país, que representan a 400.000 médicos, sobre esta desastrosa legislación.

Además, en un momento en el que el 22% de nuestros mayores intentan sobrevivir con menos de 15.000 dólares al año, esta legislación hará mucho más difícil que los mayores y las personas con discapacidad reciban los cuidados que necesitan desesperadamente en las residencias de ancianos. Cuando Medicaid proporciona más del 60% de los ingresos de los que dependen las residencias de ancianos, recortar Medicaid será un desastre para las personas mayores y discapacitadas que necesitan vivir en residencias de ancianos.

 Y eso no es todo lo que hace esta legislación.

Para la gran mayoría de los estadounidenses, entre los que me incluyo, que creen que las mujeres deben tener derecho a controlar su propio cuerpo, este proyecto de ley básicamente desfinancia Planned Parenthood, que proporciona una atención sanitaria vital a millones de mujeres.

Pero no sólo nuestro sistema sanitario quedaría devastado por esta ley.

Mientras que este proyecto de ley ofrece enormes exenciones fiscales a los multimillonarios, recortaría 290.000 millones de dólares de los programas de nutrición, lo que privaría de alimentos a unos 4 millones de niños y alrededor de medio millón de ancianos.

No sé si hay alguna religión en este mundo en la que sería moralmente apropiado quitar comida de la boca de niños hambrientos y ancianos frágiles para proporcionar más exenciones fiscales a los multimillonarios.

Además, para los muchos jóvenes de nuestro país que luchan con la deuda estudiantil y otros que se preguntan cómo podrán permitirse ir a la universidad, este proyecto de ley recorta la financiación federal para la educación en más de 350.000 millones de dólares.

¿Qué significa esto? Entre otras cosas, significa que el prestatario medio de préstamos estudiantiles con una licenciatura en Estados Unidos vería aumentar los pagos de sus préstamos en unos 3.000 dólares al año, o unos 244 dólares al mes.

En un momento en que la universidad es ahora inasequible para millones de jóvenes, en un momento en que necesitamos desesperadamente una población bien educada y la mano de obra mejor formada del mundo, este proyecto de ley nos lleva en la dirección equivocada.

 Por último, en un momento en que ya gastamos más en el ejército que las nueve naciones siguientes juntas y cuando todo el mundo sabe que hay un despilfarro y un fraude masivos en el Pentágono, este proyecto de ley aumenta el gasto en defensa en 150.000 millones de dólares.

Y esto es sólo parte de lo que contiene este terrible proyecto de ley. Hay muchas otras disposiciones horribles que son igualmente perjudiciales y que no he mencionado.

Me parece que este proyecto de ley refleja exactamente lo que está mal en nuestro corrupto sistema político actual. Cuando tenemos una desigualdad masiva de ingresos y riqueza, nuestro trabajo es exigir que los ricos y las grandes empresas empiecen a pagar su parte justa de impuestos, no dar enormes exenciones fiscales a los muy ricos.

Cuando 85 millones de estadounidenses no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente, nuestra labor debería ser garantizar la asistencia sanitaria a todos los hombres, mujeres y niños de este país, no expulsar a 13 millones de estadounidenses de la asistencia sanitaria que tienen actualmente.

Cuando niños y ancianos pasan hambre aquí, en el país más rico de la Tierra, nuestro trabajo debería ser garantizar que todos los estadounidenses tengan la nutrición que necesitan para llevar una vida sana, no aumentar el nivel de hambre en nuestro país.

En muchos aspectos, este proyecto de ley representa exactamente por qué muchos estadounidenses renuncian a la democracia y sienten tanto desprecio por el Congreso. En un momento en que los más ricos nunca lo han tenido tan bien, ven a los líderes republicanos trabajar horas extras para hacer aún más rica a la clase multimillonaria.

 En un momento en que la mayoría de los estadounidenses están luchando para poner comida en la mesa y pagar la atención médica, ven que el liderazgo republicano hace la vida aún más difícil para los estadounidenses promedio."

(senador estadounidense,

12.2.25

Seis de cada diez inquilinos de viviendas sociales carecen de lo esencial para pagar el alquiler... Una triste crítica a la Inglaterra del siglo XXI... «Hoy he tenido que apagar la calefacción. Como el último dinero que tenía lo utilicé para comprar cosas para el almuerzo de mi hija para el colegio»... «Apagábamos las televisiones... Apagábamos todo lo que podíamos. No usábamos las luces. Sólo usábamos las linternas de nuestros teléfonos»... Alrededor del 43% de los inquilinos declararon que habían recortado sus gastos en comida para poder pagar el alquiler (Paul Hickman)

 "El sector de la vivienda social en Inglaterra alberga a 4 millones de inquilinos (el 16% de los hogares del país). En este sector viven algunos de los hogares más vulnerables y pobres del Reino Unido, y el pago del alquiler es uno de los mayores retos a los que se enfrentan. Si no pagan, corren el riesgo de ser desahuciados de sus viviendas.

Un estudio reciente que hemos llevado a cabo para la Fundación Nuffield pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrentan muchos inquilinos para pagar el alquiler y los sacrificios que tienen que hacer para ello.

Encuestamos a más de 1.200 inquilinos de 15 barrios de Inglaterra, y descubrimos que el 9% tenía atrasos en el pago del alquiler. Sin embargo, esta cifra subestima drásticamente el número de inquilinos que tenían dificultades para pagar el alquiler: el 61% había prescindido de cosas esenciales, como comida y calefacción, para poder pagarlo en el último año.

La situación financiera de los inquilinos se ha vuelto más difícil en los últimos años debido a una combinación de aumentos del coste de la vida, incluida la rápida subida de los precios de los alimentos y la energía, y reducciones salariales reales debidas a un empleo cada vez más precario. Alrededor del 43% de los inquilinos encuestados se quedaban regularmente sin dinero antes del siguiente pago de su salario o prestación.

 Las entrevistas en profundidad revelaron que muchos inquilinos se quedaban sin dinero antes de tener cubiertas sus necesidades básicas (alquiler, facturas del hogar, comida, ropa y desplazamientos al trabajo o a la escuela). En estos casos, tuvieron que tomar decisiones difíciles, a veces eligiendo entre pagar el alquiler -el pago más prioritario para la mayoría- o cubrir otras necesidades básicas.

Casi la mitad (46%) de los inquilinos había tomado la difícil decisión de recortar sus gastos de calefacción para poder pagar el alquiler. Los inquilinos señalaron que apagaban los aparatos y utilizaban el agua caliente con moderación:

    «Hoy he tenido que apagar la calefacción. Como el último dinero que tenía lo utilicé para comprar cosas para el almuerzo de mi hija para el colegio».

Los encuestados indicaron una serie de estrategias para mantenerse calientes sin utilizar el gas o la electricidad, como sentarse en sacos de dormir, llevar ropa térmica y jerseys gruesos dentro de casa, cubrirse con mantas y forros polares y utilizar bolsas de agua caliente.

Los que utilizaron la calefacción dijeron que sólo la encendieron durante una hora. Una mujer con un bebé de siete meses señaló que utilizaba «la calefacción lo mínimo, sobre todo por la noche, cuando bajan mucho las temperaturas, así que normalmente lo abrigo».

Los inquilinos también informaron de que utilizaban la electricidad al mínimo, no veían la televisión, hervían la tetera si tenía que fregar los platos y se sentaban con las luces apagadas:

     «Apagábamos las televisiones... Apagábamos todo lo que podíamos. No usábamos las luces. Sólo usábamos las linternas de nuestros teléfonos».

Una comida al día

Alrededor del 43% de los inquilinos declararon que habían recortado sus gastos en comida para poder pagar el alquiler. Algunos declararon que se saltaban comidas - «Hago, diría, una comida al día a la hora del té»- o que no comían adecuadamente, por ejemplo, comiendo raciones insuficientes o tostadas en lugar de la cena.

Una mujer declaró que en un momento dado se quedó sin comer para poder pagar el alquiler: «Prefiero quedarme sin comer antes que pagar el alquiler, porque se te echan encima».

Los inquilinos señalaron que se quedaban sin dinero para comida o que sustituían cenas sustanciosas cocinadas por tentempiés:

    «Bueno, yo solía hacerme una comida en condiciones todas las noches, pero ahora sólo lo hago dos veces a la semana... y como judías con tostadas o algo así».

También hubo muchos ejemplos de participantes que prescindían de alimentos nutritivos porque eran más caros que los procesados. Estos inquilinos eran muy conscientes del menor valor nutritivo de los alimentos que compraban y lamentaban no poder permitirse la comida fresca que preferían.

Entre ellos había mujeres embarazadas y personas con niños, para quienes los alimentos nutritivos son especialmente importantes. Reconociendo esto, algunos hablaron de comprar alimentos más sanos para sus hijos que para ellos mismos cuando podían.

Renta nacional y nivel de alquiler.

 Nuestros estudios muestran que la mayoría de los inquilinos se comprometen a pagar el alquiler, dándole prioridad a costa de su salud y bienestar y los de su familia. Sólo mejorando la situación económica de los inquilinos cambiará la situación.

Un paso en esta dirección sería que el gobierno aprobara el estándar de ingresos mínimos, un nivel de ingresos que permita a las personas «prosperar» y no simplemente «sobrevivir». El gobierno debería utilizar este estándar para determinar las tasas de las prestaciones y el salario mínimo nacional, junto con medidas para proporcionar a las personas una mayor seguridad laboral.

Nuestras investigaciones han demostrado que muchos inquilinos sólo han podido mantener sus viviendas si no han tenido que pagar nada. Pero, ¿podemos decir realmente que alguien mantiene su alquiler si su casa es fría y húmeda porque no puede permitirse calentarla? ¿Utilizan las linternas de los teléfonos móviles para alumbrarse? ¿Se saltan comidas?

Los propietarios de viviendas sociales deben replantearse cómo entienden el mantenimiento del alquiler. No debería tratarse sólo de cuánto tiempo permanecen los inquilinos en una vivienda, sino de la calidad de su vida mientras permanecen en ella."

(Paul Hickman , Un. Sheffield Hallam, Brave New Europe, 11/02/25, traducción DEEPL, enlaces ne el original)

12.11.24

La pobreza absoluta en África en la era de la policrisis... la pobreza absoluta se concentra en un cinturón que recorre toda la anchura de África occidental, el Sahel, África central y oriental y se extiende hasta el Cuerno de África. En esta vasta región, una población en rápido crecimiento que pronto ascenderá a más de 500 millones de personas lucha por sobrevivir en medio de condiciones ambientales cada vez más duras e impredecibles... Los conflictos, la violencia y la inestabilidad política hacen imposible la acción pública o privada para escapar de la pobreza... La reducción futura de la pobreza dependerá cada vez más de la capacidad de garantizar la estabilidad, ya que es una condición previa para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. En un mundo en el que los conflictos y la inestabilidad están en aumento, y el endeudamiento crece, esta es una mala noticia para la capacidad de la comunidad mundial de erradicar la pobreza en un futuro cercano (Adam Tooze, Un. Columbia)

 "En su discurso en la Reunión Anual de 1973, el presidente del Banco Mundial, Robert McNamara, acuñó el término “pobreza absoluta”, describiéndola como “una condición de vida tan degradante que insulta la dignidad humana y, sin embargo, una condición de vida tan común que es la suerte de alrededor del 40% de los pueblos de los países en desarrollo”. Luego planteó una pregunta difícil: “¿Y acaso los que toleramos esa pobreza, cuando está en nuestro poder reducir el número de los que la padecen, no estamos incumpliendo con las obligaciones fundamentales aceptadas por los [pueblos] civilizados desde el principio de los tiempos?” Este discurso programático solidificó los nuevos objetivos del Banco en ese momento: acelerar el crecimiento económico y reducir la pobreza."  Genoni Larkner 2024 Banco Mundial 

Eso fue en 1973. Medio siglo después, la masa de publicaciones del Banco Mundial nos dice que la lucha contra la pobreza absoluta enfrenta un desafío histórico nuevo y urgente.

A partir de la década de 1990, el desarrollo económico trajo consigo un progreso gigantesco hacia el objetivo de terminar con la pobreza absoluta. Pero ese progreso se detuvo hace diez años.

Desde 2015, el esfuerzo por sacar a la población mundial de las privaciones más extremas se ha estancado. Como reconocen los autores del Banco Mundial, nos enfrentamos a “una década perdida en la lucha contra la pobreza mundial”.

No solo ha habido poco progreso desde 2015, sino que el inicio de lo que el "Informe sobre pobreza, prosperidad y desarrollo" del Banco Mundial denomina la “policrisis” está situando aún más lejos el progreso futuro. Como se señaló en una nota de un blog:

"Nos enfrentamos a una serie de crisis superpuestas e interconectadas que están afectando las vidas y los medios de subsistencia en casi todas partes. Los efectos combinados del lento crecimiento económico, el aumento de los conflictos y la fragilidad, la desigualdad persistente y los fenómenos meteorológicos extremos han enviado ondas de choque a todo el mundo. Las economías de altos ingresos están mostrando signos de resiliencia, pero las perspectivas para las economías de bajos ingresos y los países más frágiles siguen siendo profundamente preocupantes.

Hace apenas una década, teníamos motivos para ser más optimistas. Entre 1990 y 2015 se produjeron avances significativos en materia de desarrollo sostenible, cuando más de mil millones de personas salieron de la pobreza extrema. Se trató de un logro monumental, impulsado principalmente por el fuerte crecimiento económico de China y la India, que acercó a las economías más ricas y a las menos favorecidas en términos de niveles de ingresos. Sin embargo, lo que parecía un camino claro hacia la erradicación total de la pobreza se ha desvanecido desde entonces. … las tasas de pobreza mundial han vuelto a los niveles previos a la pandemia, y las previsiones indican una trayectoria para los próximos años que, en el mejor de los casos, es desalentadora. Casi la mitad de la población mundial (unos 3.500 millones de personas) vive con menos de 6,85 dólares al día, la línea de pobreza para los países de ingresos medios altos. En un nivel más extremo, casi 700 millones de personas viven con menos de 2,15 dólares al día, la línea de pobreza para los países de ingresos bajos. La pobreza extrema se ha concentrado cada vez más en el África subsahariana o en lugares afectados por conflictos y fragilidad".

Una vez que desglosamos los datos globales, las disparidades regionales son marcadas. Si nos centramos en la pobreza absoluta más grave, la dinámica mundial está determinada por el movimiento relativo de Asia y África.

Una forma de hacer esto más concreto es observar los países individualmente. En 1987 había 51 países de ingresos muy bajos repartidos por África y Asia. Desde entonces, 29 de esos países muy pobres han salido de la pobreza y se han unido a las filas de los países de ingresos medios. Veintidós países siguen siendo profundamente subdesarrollados. Uno es Afganistán, los otros 21 están todos en el África subsahariana.

Mientras que el resto del mundo ha crecido, la abrumadora mayoría de los países africanos de bajos ingresos no han experimentado un progreso mensurable en el ingreso per cápita durante medio siglo.

Si pasamos de las economías nacionales a observar el número de personas pobres: mientras que la proporción de personas que viven por debajo del umbral de pobreza absoluta de 2,15 dólares por día ha disminuido en todo el mundo, y mientras que el número de personas en situación de pobreza absoluta en Asia se ha desplomado, el número de personas que viven en pobreza absoluta en el África subsahariana ha aumentado.

"Hasta 2013, la reducción de la pobreza extrema mundial estuvo liderada por el rápido crecimiento económico de China, que sacó a más de 800 millones de personas de la pobreza extrema en tres décadas. Entre 1990 y 2024, el resto de Asia oriental y el Pacífico también logró avances notables, con 210 millones de personas que salieron de la pobreza extrema durante este período. La pobreza extrema también se redujo significativamente en Asia meridional... Aunque la tasa de pobreza extrema en África subsahariana ha disminuido en las últimas tres décadas, lo hizo a un ritmo mucho más lento que en otras regiones, y el número de personas que viven en la pobreza extrema en la región ha estado bastante cerca de duplicarse, aumentando de 282 millones en 1990 a 464 millones en 2024. De manera similar, en Oriente Medio y el norte de África, el número de personas que viven en la pobreza extrema se duplicó de 15 millones en 1990 a 30 millones en 2024. La pobreza extrema en esa región ha aumentado desde 2014, impulsada por la fragilidad, los conflictos, y la inflación".

En la actualidad, en África subsahariana hay tres veces más personas en situación de pobreza absoluta que en Asia meridional.

“En 1990, Asia oriental y el Pacífico tenían una tasa de pobreza más alta que África subsahariana, y Asia meridional tenía tasas similares a las de África subsahariana”.

"En 2000, solo una cuarta parte de los pobres extremos vivían en un país del África subsahariana o en un país en situaciones frágiles y afectadas por conflictos (SFC). En 2014, una de cada dos personas en situación de pobreza extrema vivía en África subsahariana o en SFC. La proporción de pobres extremos en SFC en África subsahariana aumentó marcadamente a fines de la década de 2010, impulsada por países con grandes poblaciones pobres que se volvieron frágiles (por ejemplo, Níger o Nigeria). En 2024, la proporción de personas en situación de pobreza extrema en África subsahariana (SFC) había aumentado a tres cuartas partes, y el 42 por ciento de los pobres extremos a nivel mundial se encontraban en SFC en África subsahariana".

El Banco Mundial continúa:

"En África subsahariana, donde se encuentran aproximadamente la mitad de los países parte de la ADI (Asociación de Desarrollo Internacional del Banco Mundial), el crecimiento económico no ha sido lo suficientemente grande ni lo suficientemente inclusivo como para reducir la pobreza de manera significativa, especialmente desde 2015 (Wu et al. 2024). Entre 1990 y 2022, el PIB per cápita en África subsahariana solo creció un 0,7 por ciento anual (en comparación con el 1,6 por ciento a nivel mundial). Se prevé que el crecimiento del PIB en los países clientes de la ADI se fortalezca en 2024-25, pero siga siendo más débil que en la década anterior a la pandemia" (Banco Mundial 2024d).

Nigeria es un buen ejemplo. En términos de países, ha pasado de ser un país de bajos ingresos a uno de ingresos medios bajos y, sin embargo, ahora es el tercer país del mundo con mayor número de personas absolutamente pobres, después de la India y la República Democrática del Congo. Tanzania, destino turístico, es el cuarto en la lista de países con mayor número de personas con ingresos inferiores a los 2,15 dólares diarios.

En toda África, son comunes las enormes disparidades de ingresos entre las zonas urbanas más favorecidas y el campo.

"Por ejemplo, en algunas partes de Namibia, un país de ingresos medios altos, más del 30 por ciento de la población vive con menos de 2,15 dólares. Las zonas más pobres del país están escasamente pobladas y no están bien conectadas con el resto del país. En Sudáfrica, también un país de ingresos medios altos, la provincia de Eastern Cape tiene una tasa de pobreza del 36 por ciento, que es cinco veces más alta que la tasa de pobreza en Western Cape y Gauteng y más similar a las tasas de pobreza en regiones de Guinea-Bissau o Lesotho. En la región de la capital del Chad, sólo el 3% de la población vive con menos de 2,15 dólares, mientras que la tasa de pobreza en todo el país es del 31%".

En general, es cierto que la pobreza extrema es más frecuente en las zonas rurales que en las urbanas. Por difíciles que sean las condiciones en los barrios marginales urbanos, es la perspectiva de mejora lo que atrae a decenas de millones de personas del campo a la ciudad.

"En 2022, más de las tres cuartas partes de los pobres extremos del mundo vivían en zonas rurales, y la mitad de ellos vivían en zonas rurales del África subsahariana. En casi todas las regiones, la tasa de pobreza extrema es mayor en las zonas rurales que en las urbanas: la pobreza rural es del 16% y la urbana del 5% en el mundo en su conjunto. La diferencia entre la pobreza rural y la urbana es más pronunciada en el África subsahariana, donde la tasa de pobreza rural es del 46% y la urbana del 20%".

Las causas de la pobreza son múltiples y se agravan entre sí.

"Aproximadamente la mitad de la población de África subsahariana y los países del África central y del África occidental carece de electricidad o saneamiento. También persisten grandes brechas educativas. En 20 países de bajos ingresos con datos disponibles, más del 90 por ciento de los niños no pueden leer o comprender un texto básico al final de la escuela primaria. Sin embargo, las inversiones en educación en los países de bajos ingresos siguen siendo muy bajas. En 2021, el país de bajos ingresos promedio gastó solo 54 dólares por estudiante por año, en comparación con más de 8.500 dólares en el país típico de altos ingresos. En algunos de los países más pobres de África subsahariana, solo el 20 por ciento de los encuestados supera la educación de sus padres, en comparación con el 80 por ciento en Asia oriental".

En los países más pobres, la pobreza y la privación son multifactoriales y, en todo caso, las medidas puramente monetarias, como el estándar de 2,15 dólares, subestiman el nivel de privación. En África subsahariana, la falta de infraestructura básica de electricidad y saneamiento es incluso más pronunciada de lo que sugeriría la masa monetaria.

Así pues, este es el resultado de las tendencias de desarrollo del último medio siglo. Gracias al notable crecimiento de Asia, la pobreza absoluta ya no es una condición global generalizada. Ahora se concentra en un cinturón que recorre toda la anchura de África occidental, el Sahel, África central y oriental y se extiende hasta el Cuerno de África. En esta vasta región, una población en rápido crecimiento que pronto ascenderá a más de 500 millones de personas lucha por sobrevivir en medio de condiciones ambientales cada vez más duras e impredecibles, más obstaculizada que ayudada por los Estados que no proporcionan ni siquiera la infraestructura y los servicios básicos y donde, como demuestra un estudio reciente sobre Nigeria, la violencia intercomunitaria se ve amplificada por las perturbaciones ambientales.

Los conflictos, la violencia y la inestabilidad política hacen imposible la acción pública o privada para escapar de la pobreza, como señala el Banco Mundial.

"La importancia de la estabilidad para la reducción futura de la pobreza se puede ver en el gráfico siguiente sobre África occidental y central. Los países que lograron evitar la fragilidad (Benin, Cabo Verde, Gabón, Ghana, Guinea Ecuatorial y Senegal) lograron reducir la pobreza de manera constante. En comparación con los países que actualmente son frágiles o que entraron y salieron de la fragilidad, los países estables redujeron la pobreza en 15 a 20 puntos porcentuales adicionales. La estabilidad, por cierto, va más allá de la capacidad de mantener la paz. La sostenibilidad macrofiscal y de la deuda son igualmente críticas, como lamentablemente demuestra Ghana, que recientemente incumplió el pago de su deuda externa. La pobreza (2,15 dólares) aumentó del 25% en 2020 al 33% en 2023".

"La implicación es clara. La reducción futura de la pobreza dependerá cada vez más de la capacidad de garantizar la estabilidad, ya que la estabilidad es una condición previa para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. En un mundo en el que los conflictos y la inestabilidad están en aumento, y el endeudamiento crece, esta es una constatación aleccionadora y una mala noticia para la capacidad de la comunidad mundial de erradicar la pobreza en un futuro cercano".

Está muy lejos del lenguaje civilizatorio propugnado por McNamara hace medio siglo."

(Adam Tooze , Un. Columbia, Sin Permiso, 27/10/24, gráficos en el original)

24.10.24

Construir un amortiguador contra las crisis de los precios de los alimentos... A pesar de que la producción agrícola global es más que suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales del mundo, la inseguridad alimentaria es importante y está en aumento en todas partes, inclusive en los países ricos... La dependencia de los países en desarrollo de los mercados globales de materias primas y capital está minando sus esfuerzos por garantizar la seguridad alimentaria... pero los países en desarrollo pueden reducir los efectos destructivos de esta dependencia si forjan alianzas para acumular reservas de estabilización de materias primas esenciales y coordinar políticas de gestión de cuentas de capital...Las reservas de estabilización públicas de ciertos productos -especialmente granos- pueden ayudar a prevenir las alzas de los precios, que afectan a los consumidores, y evitar colapsos de los precios, que afectan a los agricultores. Algunos países, entre ellos India y China, han utilizado reservas de estabilización durante mucho tiempo para permitir ese tipo de operaciones de mercado abierto contracíclicas, así como para garantizar suministros durante situaciones de emergencia. Otra ventaja de las reservas de estabilización es que les permiten a los gobiernos implementar políticas de contrataciones públicas que incentiven prácticas de cultivo sostenibles y la diversificación de cultivos

 "De los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que se deben alcanzar de aquí a 2030, eliminar el hambre solía considerarse el más factible. Pero tras la pandemia del COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania, se han perdido 15 años de progreso en cuanto a mejorar el acceso a los alimentos. A pesar de que la producción agrícola global es más que suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales del mundo, la inseguridad alimentaria es importante y está en aumento en todas partes, inclusive en los países ricos. Especialmente preocupantes son las alzas significativas del hambre en los países de más bajos ingresos.

Los incrementos de los precios de los alimentos son los responsables de esta reversión perjudicial. Peor aún, es probable que surjan más shocks como estos en tanto el cambio climático empeore y las tensiones geopolíticas aumenten. El G20, bajo la presidencia de Brasil este año y de Sudáfrica en 2025, debe diseñar un nuevo manual de estabilización para hacer frente a estos riesgos.

Si bien los precios de los alimentos han caído a nivel global respecto de sus picos de 2022, se han mantenido altos o siguieron aumentando en muchos países, y los aumentos más marcados muchas veces tienen lugar en las economías más pobres. Para septiembre de 2023, el índice de precios de alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura había caído alrededor del 11,5% con respecto al año anterior. Durante ese mismo período, los precios promedio de los alimentos en los países de bajos ingresos aumentaron el 30% -una situación alarmante, dado que la gente en estos países gasta el 30-60% de su ingreso disponible en comida.

Una razón importante para la inflación persistente en los precios de los alimentos en el Sur Global, a pesar de que los precios agrícolas se hayan enfriado en el mundo, es la depreciación de la moneda, que ha hecho que los alimentos y el combustible importados sean más caros. El ingreso de capital en los países en desarrollo después de la crisis financiera global de 2008, impulsado por un alivio cuantitativo en las economías avanzadas, se ha revertido en los últimos años, tras las alzas de las tasas de interés en Estados Unidos y Europa. Estas salidas de capital han debilitado a las monedas de los países en desarrollo, obligando a sus bancos centrales a aumentar las tasas de interés aún a riesgo de desatar una crisis económica. Al mismo tiempo, las alzas de las tasas de interés han generado costos altos para el pago de deuda, agotando las reservas de moneda extranjera de estos países y afectando su capacidad para pagar por alimentos importados.

La dependencia de los países en desarrollo de los mercados globales de materias primas y capital está minando sus esfuerzos por garantizar la seguridad alimentaria. Para contrarrestarlo, las economías avanzadas y en desarrollo deberían trabajar en conjunto para desarrollar estrategias internacionales destinadas a regular los mercados financieros y de materias primas y abordar los problemas de deuda soberana. Pero aun si este tipo de cooperación no existiera, los países en desarrollo pueden reducir los efectos destructivos de esta dependencia si forjan alianzas para acumular reservas de estabilización de materias primas esenciales y coordinar políticas de gestión de cuentas de capital.

Las reservas de estabilización públicas de ciertos productos -especialmente granos- pueden ayudar a prevenir las alzas de los precios, que afectan a los consumidores, y evitar colapsos de los precios, que afectan a los agricultores. Algunos países, entre ellos India y China, han utilizado reservas de estabilización durante mucho tiempo para permitir ese tipo de operaciones de mercado abierto contracíclicas, así como para garantizar suministros durante situaciones de emergencia. Otra ventaja de las reservas de estabilización es que les permiten a los gobiernos implementar políticas de contrataciones públicas que incentiven prácticas de cultivo sostenibles y la diversificación de cultivos.

Los países que carecen de espacio fiscal para tener reservas de estabilización sustanciales podrían trabajar con socios regionales para crear acopios conjuntos. Por ejemplo, Sudáfrica, al ser la economía más grande del continente, podría liderar una iniciativa regional de reservas de estabilización en coordinación con la Unión Africana.

Los países en desarrollo también deberían considerar la implementación de políticas macroprudenciales y de gestión de cuentas de capital para impedir una desestabilización de los flujos de capital. Estas políticas podrían incluir la estipulación de límites y períodos de permanencia mínima para la inversión extranjera en activos financieros locales, la imposición de requerimientos de reservas para los ingresos de capital y el uso de tasas impositivas diferenciales para las tenencias de activos nacionales y extranjeros. Los gobiernos del Sur Global utilizaron con éxito esta estrategia en los años 1990 y deberían volver a hacerlo.

Los bancos centrales de los países ricos han comenzado a recortar las tasas de interés, debido al enfriamiento de la inflación. El incremento anticipado de la liquidez global debería hacer que resulte más fácil introducir políticas de gestión de cuentas de capital, mientras que hacerlo ahora, cuando las condiciones financieras son más estrictas, amenaza con exacerbar la fuga de capitales. Asimismo, los países en desarrollo tienen menos probabilidades de enfrentar un contragolpe de los centros financieros globales si coordinan sus esfuerzos para gestionar las cuentas de capital, en lugar de hacerlo por cuenta propia. Por ser países de ingresos medios, Brasil y Sudáfrica están bien posicionados para liderar este esfuerzo.

Por último, se deben regular de manera más estricta los mercados de materias primas, de los cuales los más importantes están en Estados Unidos y Europa. Los gobiernos allí deberían exigir que todas las operaciones de materias primas se realicen en bolsas reguladas, con requerimientos estrictos de capital y margen y límites de posición para los operadores individuales. También deberían eliminar la “laguna jurídica de corredores de permutas financieras” a fin de restringir la especulación en los mercados de materias primas por parte de inversores sin ningún interés en los productores o en los consumidores.

Además de exigir este tipo de cambios de regulación financiera en las economías avanzadas, los países en desarrollo también deberían considerar intervenciones sistemáticas y coordinadas en los mercados de materias primas para complementar sus iniciativas de reservas de estabilización. Estas medidas desalentarían la actividad especulativa, reduciendo así la cantidad de reservas de granos exigidas para intervenir en el mercado físico.

Los países en desarrollo del G20 son plenamente conscientes de la seria amenaza que plantea la inseguridad alimentaria. Las sucesivas presidencias de Brasil y Sudáfrica ofrecen la oportunidad de traducir este entendimiento en una acción global."

( , and publicado originalmente en Project Syndicate)

24.9.24

El hambre avanza en la Argentina de Milei

 "Yo siempre vine a colaborar al comedor, pero hoy es la primera vez que vengo para llevarme comida porque bajó el trabajo”. Silvia (59) es enfermera, vive en el barrio Altos de San Lorenzo de La Plata y forma parte de la cola que se arma a la espera de un plato de comida, una escena que se repite en los distintos comedores de los barrios populares de Argentina. Según un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza alcanzó al 55,5% de la población al término del primer trimestre de este año, o lo que es lo mismo, a unas 25 millones de personas, y la indigencia casi a un 18%. 

El hambre avanza

Con la llegada al gobierno de Javier Milei, en diciembre pasado -que aplicó un brutal ajuste que tiene su mayor impacto en la población más vulnerable-, empeoraron casi todas las variables de la economía. Milei, que en campaña había prometido que el ajuste lo pagaría la casta, o los sectores más privilegiados, no ha hecho más que ensañarse con los más desfavorecidos, entre los que se incluyen los jubilados y millones de personas que desde hace décadas arrastran situaciones de vulnerabilidad. Muchas de estas personas venían siendo contenidas por planes sociales del Estado, pero una de las primeras medidas adoptadas por el actual gobierno fue desfinanciar y dejar de proveer a los comedores populares, lo que provocó que muchos de ellos debieran cerrar sus puertas y otros tanto subsistan como pueden.

Las políticas del actual gobierno, que apuntan a terminar con los intermediarios que operan de puente entre las organizaciones sociales y los comedores, cortaron casi de cuajo la financiación de estos espacios de apoyo y contención barriales, y plantearon una serie de auditorías que supuestamente buscan desentrañar tramas de corrupción. En el mientras tanto, se supo que la ministra de Capital Humano, un super ministerio a cargo de Sandra Pettovello, mantenía retenidos en depósitos del Estado seis millones de kilos de alimentos -muchos prontos a caducar- y esto desató un escándalo que casi le cuesta el puesto a la ministra.

Aunque la justicia ordenó el inmediato reparto de los alimentos, este aún no se ha concretado. El pasado 30 de agosto, el juez federal Sebastián Casanello llevo a cabo un operativo en el ministerio de Capital Humano, con el objetivo de recopilar información sobre la logística, el stock y las fechas de entrega de los alimentos. La medida se tomó en el marco de la causa iniciada por el dirigente social, Juan Grabois, en la que se investiga la retención de comida en los depósitos. En ese marco, el juez solicitó un back up del ordenador del director de Logística del ministerio de Capital Humano, Pablo Berardi; todas las órdenes de entrega de alimentos desde el 27 de mayo; los partes recibidos por el personal de los depósitos y todas las constancias de movimientos de los alimentos. Luego del operativo, fuentes del ministerio sostuvieron que la entrega se está cumpliendo en tiempo y forma.

La situación es tan desesperante que la misma Iglesia ha sido empujada a la oposición. Hace algunos días, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, reivindicó el trabajo de las mujeres que cocinan en los comedores comunitarios de las villas (chabolas), advirtió que la ayuda alimentaria es insuficiente y le pidió al presidente Milei un plan nacional que asegure la llegada de alimentos a todos los argentinos.  

La situación con la llegada de Milei empeoró mucho”, sostiene Celeste (42), coordinadora del comedor La Sede del Puente, ubicado en el barrio Altos de San Lorenzo, en la periferia de La Plata. “Ahora viene mucha gente que se quedó sin plan social, antes dábamos 250 o 300 porciones y ahora estamos dando 500.” En el caso de los comedores populares de La Plata, la situación presenta diferencias respecto al resto del país porque esa ciudad pertenece a la Provincia de Buenos Aires, un bastión kirchnerista que, aunque continúa con las políticas públicas de asistencia a los sectores más vulnerables, se ha visto fuertemente afectado por los recortes aplicados a las provincias por el gobierno nacional, lo que repercute en todas las áreas.

Comedores comunitarios

El comedor funciona con la colaboración de los vecinos que cocinan y se distribuyen tareas para garantizar el reparto dos veces a la semana. “Es el único comedor de la zona y por eso se llena tanto”, cuenta Celeste. “La gente del barrio vive de changas (trabajos informales) y si llueve no puede salir a trabajar y ese día ya no tiene dinero. También sabemos de gente mayor que no tiene ninguna entrada y les llevamos la vianda a sus casas”. Al figurar inscrito, este comedor recibe de parte del gobierno de la provincia 2 mil kilos de comida cada dos meses, pero no alcanza. “Hace un mes hicimos una fiesta para recaudar fondos y con eso compramos productos frescos, verdura, gas, etc. Y además tenemos una cuenta para que la gente se suscriba y haga aportes, pero con eso empezamos recién ahora.”

A diferencia de La Sede del Puente, el comedor que coordina Paula (40), no está oficialmente registrado y se encuentra ubicado en el medio de 5 chabolas de otra zona de la periferia de La Plata. “Yo prefiero que sea así, no me llevo bien con las cuestiones burocráticas y de esta forma me resulta más fácil pedir donaciones”, cuenta Paula respecto a las razones que la hicieron desistir de la inscripción.  “Hace 9 años que tengo comedor. Empecé con una olla de 9 litros en el gobierno de (el ex presidente Mauricio) Macri, pero la situación no ha dejado de empeorar y con Milei en el gobierno la cantidad de gente se ha duplicado”, sostiene. 

Tanto Paula como Celeste ceden un espacio de sus propias casas para la elaboración y el reparto de comida. “Yo soy la que coordino el trabajo de las cocineras y hace semanas que les tengo que decir a las chicas que aumenten porque me escribe cada vez más gente para pedirme venir”, asegura Celeste. “Empezamos a repartir a las 18.30 pero a las 17 ya hay cola. Los chicos al mediodía generalmente comen en la escuela.”

El informe

En junio pasado, el Consejo Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) presentó el informe “Situación de comedores, merenderos y ollas populares región La Plata”, del año 2024. Allí se da cuenta del incremento exponencial en la apertura de sitios de distribución de alimentos (SDA) en los diferentes barrios a lo largo de los últimos años.

Luján González (64), hace 30 años que vive en el barrio y otros tantos que conoce a la gente del comedor La Sede del Puente. “Al principio venía acá a un taller de costura, y después, en la pandemia, empecé a venir al comedor”, cuenta. Luján es de las que llega temprano para hacer la cola, pero antes se acerca a saludar a las cocineras y describe su situación:

“Tengo 4 hijos y me llevo comida para mí y para los que no tienen trabajo, porque algunos trabajan como albañiles y hay días que tienen algo de dinero”, puntualiza. “Lo que nos llevamos lo ponemos en la nevera de los que tienen, y lo vamos repartiendo a lo largo del día. Los fines de semana nos juntamos entre todos, compramos un poquito cada uno y con eso cocinamos algo. Yo soy viuda y siempre he ido a comedores, así crie a mis cuatro hijos. También cobré planes sociales cuando pude.”

Uno de los primeros datos que aparecen en el citado informe es que solo el 62% de los SDA que había registrados en el informe de 2022 pudo ser encuestado ya que el 38% restante dejó de funcionar por falta de insumos o personal, debido a las bajas en planes sociales como el Potenciar Trabajo o el programa Nexos. Otro dato es que la inmensa mayoría están ubicados en barrios populares del Gran La Plata y no tienen acceso regular a dos o más servicios básicos.

“Estamos muy mal con el recibo de alimentos para atender a los comedores. Nosotros no solo damos alimento, sino que asistimos a personas que sufren violencia de género, contenemos a chicos con problemas de consumos, etc. Por lo tanto, si no están los comedores y merenderos crece la delincuencia, el narcotráfico, la violencia de género porque no hay trabajo, el maltrato infantil, crece todo”, manifestó Lorena, integrante del Movimiento de Trabajadores Excluidos, en la presentación del informe

El dato más preocupante es que una gran parte de los merenderos, comedores y ollas populares (más del 70%) plantean como insuficiente la provisión de carnes, verduras crudas y fruta, de leche y de alimentos “secos” como harina, azúcar y arroz. Los menores grados de insuficiencia lo tienen las legumbres, la sémola de maíz y la yerba mate.

El déficit de estos nutrientes pone seriamente en riesgo la salud y el desarrollo de la población, sobre todo de los niños, niñas y las personas gestantes. A su vez, se destaca el bajo aporte de fibra de las preparaciones elaboradas en los SDA.”, advierte el Consejo Social de la UNLP. Y agrega: “Las políticas provinciales y municipales de atención alimentaria hacia los SDA no alcanzan a compensar el retiro en la participación que, hasta diciembre de 2023, llevaba a cabo el Estado Nacional, dados los efectos en sus presupuestos de las políticas de ajuste estructural puestas en marcha.”

A nivel nacional, la postal no es muy distinta, la Octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes de UNICEF, difundida hace algunas semanas, muestra que alrededor de 10 millones de chicas y chicos en Argentina comen menos carne, verduras, frutas y lácteos que en 2023, que más de un millón se saltea una comida diaria y que casi la mitad de los hogares con niñas y niños no alcanzan a cubrir gastos básicos. También señala que aproximadamente un millón de niñas y niños se van a la cama sin cenar y que ese número crece a un millón y medio si se incluye a aquellos que se saltan alguna comida durante el día. Por lo demás, en esos mismos hogares, 4 millones y medio de adultos también se saltan alguna comida, generalmente para asegurar que sus hijos puedan alimentarse.

Voto a Milei

Aunque tanto Luján como Silvia no cuentan con los ingresos necesarios para garantizarse una comida diaria, ni para ellas ni para sus familias, ninguna de las dos responsabiliza de esta situación al actual gobierno, como sí lo hacen Celeste y Paula, las coordinadoras de los comedores. Luján y Silvia no ven un mayor deterioro de su situación con el actual gobierno, pese a que Silvia admite que se quedó sin trabajo y que es la primera vez que se lleva una vianda del comedor. “La situación se viene deteriorando desde hace muchos años, no tiene que ver con el cambio de gobierno, pero estos últimos tiempos el dinero no me alcanza. La vida como era antes con trabajo en blanco, prepaga y eso, desapareció hace más de 30 años y empezó todo esto de las cooperativas y los planes de emergencia. Yo hace tres décadas que estoy en el barrio así que conozco familias donde primero estuvieron los abuelos, y después los hijos y los nietos, y todos siguen igual de mal.” 

Una línea argumental fuerte en las discusiones y los debates de la Argentina actual, que intenta explicar el triunfo de Milei, sostiene, justamente, que la situación en los barrios populares viene siendo desastrosa desde hace muchos años y que un outsider, que por lo demás era el único que planteaba un cambio radical, fue la única alternativa de cambio que escucharon quienes no querían más de lo mismo, es decir, más hambre y miseria.

“Yo no conozco gente en el barrio que haya votado a Milei”, afirma Paula. Celeste, por su parte, reconoce que conoce gente que le votó: “Algunos se están queriendo dar la cabeza contra la pared, y otros, aunque su situación es pésima, siguen diciendo que hay que darle tiempo. Yo creo que mucha de esta gente no entiende cómo funcionan las cosas, porque yo muchas veces hablo con los más jóvenes que hoy están en una escuela pública y cobran el (plan) Progresar, o con los padres que cobran otros planes, y me dicen que no sabían que eso se le puede terminar con este gobierno. Es como que se les hizo un lavado de cabeza.” 

(Cecilia Váldez, Globalter, 23/09/24)

4.9.24

Los jinetes del Apocalipsis cabalgan entre nosotros... La crisis climática, el mal gobierno o el abuso del sistema de patentes están haciendo que se propaguen virus y enfermedades que se creían controladas. El jinete del caballo blanco de la Peste cabalga entre nosotros... El gasto militar es el más elevado de la historia y también el número de conflictos. El jinete del caballo rojo que siembra la Guerra cabalga con nosotros... Hay cada vez más escasez de agua y aumenta la inseguridad en el acceso a recursos alimenticios esenciales en muchos lugares del mundo. El caballo negro del Hambre cabalga con nosotros... Durante decenios se ha ido ganando la batalla a la muerte alargando la esperanza de vida, pero incluso en esto se dan pasos atrás. Hasta tres años bajó en América y Sudeste asiático por la Covid-19, y eso mismo puede volver a ocurrir si siguen deteriorándose las infraestructuras y servicios públicos sanitarios. El caballo pálido de la Muerte nos espera a todos inexorablemente, pero el ilimitado afán de lucro y la codicia de los poderosos se empeñan en hacer que acompañe antes de tiempo e injustamente a muchos millones de personas... Parece mentira (Juan Torres López)

 "En el Libro del Apocalipsis en el Nuevo Testamento se habla de cuatro jinetes con autoridad «para matar a la cuarta parte de los habitantes de este mundo con guerras, hambres, enfermedades y ataques de animales salvajes». Durante siglos y en muy diversas culturas fueron la expresión de las grandes amenazas que se cernían sobre los seres humanos.

En 1916, casi dos mil años después de la leyenda del Nuevo Testamento y unos dos mil seiscientos de su primera versión en los libros de Ezequiel y Zacarías, Vicente Blasco Ibáñez publicó una de las novelas más exitosas de nuestra literatura contemporánea, precisamente titulada Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Narrando las vicisitudes y controversias entre dos familias ideológica y políticamente enfrentadas, seguía viendo en la sociedad de su tiempo las mismas y concretas cuatro expresiones de la desolación y el horror: la Peste, la Guerra, el Hambre y la Muerte.

Es muy posible, como ha demostrado la pandemia o los avances que, a pesar de todo, se han realizado en la lucha contra el hambre y gracias al avance tecnológico y civilizatorio, que esos mismos jinetes no tengan la misma capacidad de destrucción generalizada que hace unos siglos. Pero ¿podemos afirmar que han desaparecido como tales?

La crisis climática, el mal gobierno o el abuso del sistema de patentes están haciendo que se propaguen virus y enfermedades que se creían controladas (como el del ébola o la viruela), las bacterias resistentes a los antibióticos, o que se extiendan plagas (como las de mosquitos) que normalmente se controlaban por el frío del invierno. ¿Quién dice que el jinete del caballo blanco que invoca a la Peste, a la enfermedad pandémica, ya no cabalga entre nosotros?

Hace unos días, mostraba en otro artículo que el gasto militar es el más elevado de la historia y también el número de conflictos y actos violentos. La tecnología se usa preferentemente para perfeccionar el armamento y los extremistas culpan de todos los problemas a los demás, incitando cada día con más frecuencia y odio al enfrentamiento. ¿No es ese el jinete del caballo rojo que siembra discordia y promueve y hace la Guerra, aunque ahora lo veamos bajo la forma de drones sofisticados, misiles hipersónicos, botón nuclear o partidos populistas?

Disminuye, ciertamente, el problema del hambre (aunque tenga picos algunos años) pero todavía mueren más de 20.000 personas cada día por su causa. Y, más allá de eso, hay cada vez más escasez de agua y aumenta la inseguridad en el acceso a recursos alimenticios esenciales en muchos lugares del mundo. Algunos estudios han estimado que la tasa de autosuficiencia y la capacidad para satisfacer necesidades alimentarias mínimas pueden reducirse en un 55% y un 61%, respectivamente, incluso en algunos países avanzados como Suecia, según diversos escenarios de perturbaciones o bloqueos comerciales. Es el caballo negro del Hambre sobre el que cabalga un comerciante portando una balanza diciendo «no dañes el aceite ni el vino». Una balanza que en nuestra época cae siempre sobre el mismo lado, sin importar que la avaricia dañe incluso a los recursos naturales y al equilibrio ambiental que los seres humanos necesitamos inexcusablemente para poder vivir en el planeta.

Durante decenios se ha ido ganando la batalla a la muerte alargando la esperanza de vida, pero incluso en esto se dan pasos atrás. Hasta tres años bajó en América y Sudeste asiático por la Covid-19, y eso mismo puede volver a ocurrir si siguen deteriorándose las infraestructuras y servicios públicos sanitarios. El caballo pálido de la Muerte nos espera a todos inexorablemente, pero los valores sociales dominantes, nuestra forma de vida y el ilimitado afán de lucro y la codicia de los poderosos se empeñan en hacer que acompañe antes de tiempo e injustamente a muchos millones de personas.

Escribió hace un siglo Blasco Ibáñez en su novela: «Los cuatro jinetes emprendían una carrera loca, aplastante, sobre las cabezas de la humanidad aterrada».

Lo sorprendente, ahora, es que los mismos jinetes siguen cabalgando entre nosotros mientras que la humanidad ya no se aterra. Parece inconsciente. Parece mentira."  

(Juan Torres López, blog, 03/09/24)

2.9.24

Gracias a Bolsa Familia, el programa que sacó a 25 millones de brasileños de la miseria, menos hijos heredan la miseria en Brasil... Dos tercios de la primera generación de niños que recibió la ayuda contra la pobreza prosperó, y la mitad logró un empleo formal... el 64% de la primera generación de hijos de Bolsa Familia son adultos que ya no necesitan ayudas públicas, y rompieron el ciclo de la pobreza que a menudo atrapó a sus familias durante siglos... es uno de los programas contra la miseria más eficaces y baratos del mundo... una ayuda mensual de 23 euros cambia el destino de familias que malviven con lo mínimo, con préstamos a precio de usura... Bolsa Familia impone dos contrapartidas: es obligatorio que los hijos vayan a la escuela y que estén vacunados. Gracias a eso, varias generaciones siguieron estudiando sin tener que trabajar para ayudar a la economía familiar... y al Estado le ha salido rentable (Naiara Galarraga)

 "Jesiel Viana es un ingeniero de software brasileño de 34 años que no tiene fotos de su infancia. En aquella época no había celulares, su familia era pobrísima y todo quedaba lejos. Creció en Inhame (Piauí), una pequeña ciudad de interior en el Brasil más árido y necesitado. La electricidad solo llegó este siglo, cuando él tenía 15 años. Hijo de agricultores —una madre que consigue leer y escribir y un padre analfabeto—, Viana pertenece a la primera generación de los hijos de Bolsa Familia, el programa que sacó a 25 millones de brasileños de la miseria, mitigó el hambre, mejoró la salud… Aquella pequeña ayuda mensual —unos 144 reales actuales, 25 dólares o 23 euros— cambió el destino de esta familia con tres hijos que plantaba frijol y mandioca. Malvivían con lo mínimo y con préstamos a precio de usura. Aquel crío que vio su primer ordenador a los 18, logró una maestría en Ingeniería de Software y es profesor. Su caso puede parecer excepcional pero no lo es tanto, según acaba de certificar un estudio académico.

Los investigadores han constatado que el 64% de la primera generación de hijos de Bolsa Familia son adultos que ya no necesitan ayudas públicas, rompieron el ciclo de la pobreza que a menudo atrapó a sus familias durante siglos. Y la mitad logró algún empleo formal, según el estudio Social mobility and CCT programs: The Bolsa Família program in Brazil (Movilidad Social y los programas de transferencia de dinero: el programa Bolsa Familia en Brasil), publicado en la revista World Development Perspectives (Perspectivas del Desarrollo Mundial). Los autores siguieron a los beneficiarios de 7 a 16 años entre 2005 y 2019 para revisar si de adultos aún necesitaban al Estado para lo más básico.

Bolsa Familia, creado por Fernando Henrique Cardoso y expandido por Luiz Inácio Lula da Silva, es conocido como uno de los programas contra la miseria más eficaces y baratos del mundo. Pese a su éxito, todavía 21 millones de hogares necesitan esta paga mensual —emblema de la política social del Partido de los Trabajadores— cuya cuantía se quintuplicó a partir de la pandemia.

“El programa tiene efectos positivos a largo plazo, son efectos no anticipados. Nadie pensó en eso cuando se creó Bolsa Familia”, explicó al diario Valor Econômico uno de los autores del estudio, Paulo Tafner, director del Instituto Mobilidade e Desenvolvimiento Social. El economista sostiene que el éxito está en que Bolsa Familia impone dos contrapartidas: es obligatorio que los hijos vayan a la escuela y que estén vacunados. Gracias a eso, varias generaciones siguieron estudiando sin tener que trabajar para ayudar a la economía familiar.

Con los años, al Estado le ha salido rentable, según el citado estudio. Aquellos niños contribuyen a las arcas públicas con sus impuestos. Se creó un círculo virtuoso que, de todos modos, no venció las desigualdades. Bolsa Familia funcionó mejor entre los hombres, los blancos y las regiones más prósperas.

Como Viana, millones de brasileños conquistaron —gracias a ayudas públicas y a aprovechar cada oportunidad— una vida inimaginable cuando eran niños. Estas son las historias de cuatro de ellos: el ingeniero informático que creció sin luz en Piauí; una psicóloga y próspera empresaria que empezó a trabajar a los 14, más tarde que sus hermanos; un técnico ayudante de cardiólogo que a los 13 compartía un único par de zapatillas con un hermano y una profesora de inglés y portugués criada por una abuela viuda que una vez al mes lograba darle un capricho, unas galletas rellenas pagadas a crédito.

Aline Nogueira dos Santos, 34 años, Río. Profesora de inglés y portugués

“Mi abuela nos crio a mis dos hermanos y a mí”, arranca al teléfono. “Era una viuda analfabeta con una pensión mínima, pero dentro de todas las dificultades no dejó que nos faltara nada de lo básico. Bolsa Familia para nosotros no fue cuestión de supervivencia, como para otros, pero nos trajo cierta dignidad”, dice esta carioca que enseña idiomas en dos colegios privados. Con la ayuda, pudo brindarles momentos de felicidad en medio de aquella precariedad. Bolsa Familia significaba hacer un plan especial, ir al parque, un juguete. Quizá estrenar ropa en Navidad. Y un pequeño capricho de vez en cuando. “En aquella época había ambulantes que vendían puerta a puerta un kit de galletas rellenas, o yogures, y se pagaba el mes siguiente”.

A los 18 años, Dos Santos tuvo su primer empleo formal. Y a los 24 entró a la universidad gracias a un préstamo del que le quedan solo dos cuotas por pagar.

Graciane Barbosa, 31 años, Chopizinho (Paraná), psicóloga

“Siempre digo que soy hija de políticas públicas”, recalca Barbosa, la pequeña de tres hermanos criados por una madre sola que trabajó toda su vida en servicios generales y durante un par de años necesitó Bolsa Familia. Con eso, en aquella fase difícil, pudieron comprar material escolar o comer carne alguna vez. El destino de la pequeña empezó a cambiar en tercer o cuarto curso, al entrar en un programa de erradicación del trabajo infantil. Surtió efecto. A los 14 años ganaba dinero como niñera y estudiaba de noche, pero supuso una enorme mejora respecto a sus hermanos: el mayor trabajó desde los 9, el mediano a los 11. “Aquel programa se convirtió en un refugio. Hice kárate, teatro, dibujo, refuerzo escolar, literatura… Me amplió las miras, me dio un repertorio para la vida”.

Barbosa da clase en la universidad y trabaja como psicóloga con niños autistas en la próspera consulta que creó. Es una orgullosa contribuyente. Hija de fundadores del Movimiento de los Sin Tierra, apunta: “Si quiero hacer un análisis bien liberal, diré que aporto 20.000 reales mensuales [3.500 dólares] en impuesto de sociedades a las arcas públicas”. Confía en que ese dinero sirva para dar oportunidades a quien las necesita.

Explica que, con la llegada de Lula al poder, en 2003, familias como la suya dejaron de sentirse desamparadas. Sus vidas cambiaron. Su progenitora, casada a los 14, madre a los 16, cumplió su sueño (con ayuda pública) de comprar una casa de ladrillo, tejas y con baño decente. “Y yo tengo una vida que nunca soñé. Casa propia, coche, un doctorado…”.

Samuel Zanetti Barreto, 38, Viamão (Río Grande do Sul). Ayudante de cardiólogo

El mayor de cinco hermanos, las cosas iban lo suficientemente bien en la familia para que todos estudiaran en colegios privados hasta que todo se torció. Su padre se quedó en paro, le embargaron las cuentas. “Fueron unos años muy complicados”, relata. Lo primero, todos a la escuela pública. Luego, la madre y los hermanos mayores hicieron lo que toda familia brasileña cuando pierde los ingresos: vender empanadillas o dulces en la calle. “Bolsa Familia fue fundamental”, un salvavidas, porque, aunque su padre encontró un trabajo, no llegaba para mantener a los siete.

Zanetti, que siempre fue buen estudiante y trabaja como técnico en estimulación cardiaca artificial, apunta un ejemplo muy claro para ilustrar lo que significa ser pobre. “Cuando yo tenía 13 años, mi hermano y yo estudiábamos en turnos separados. A la gente le parecía raro. Es que no teníamos más que un par de zapatillas de deporte para los dos. Y, claro, sientes vergüenza”. A la escasez material se sumaba la marginación por puro desconocimiento. Aunque en casa tenían una pequeña biblioteca, vivieron años sin documentación ni acceso a los bancos. El apoyo de otros evangélicos fue crucial, añade.

Cuando el primogénito consiguió una beca para la universidad y unas prácticas pagadas, empezó la familia a salir del agujero. Tanto él como sus cuatro hermanos construyeron proyectos de vida, se emanciparon del Estado.

Jesiel Viana, 34 años, Inhuma (Piauí). Ingeniero de Software

Creció lejos de casi todo, con casi nada en una ciudad agrícola. A los 11 años, el chaval que se convirtió en programador de software trabajaba la tierra y cada noche viajaba 30 kilómetros para ir a clase. El mayor de tres, a los 12 años tuvo su primer pantalón largo —unos jeans—. Comían carne a lo sumo una vez por semana o cuando cazaban algún animal silvestre. Bolsa Familia, que su madre recibió durante más de una década, era esencial porque incluso con eso eran muchas las estrecheces. “Vivíamos con lo mínimo, mis padres no gastaban nada, son evangélicos”.

A los 18 Viana se mudó a otra galaxia, a Brasilia, a casa de un tío suyo. Allí vio la primera computadora de su vida. Trabajó en una gasolinera para ahorrar antes de ir a la universidad gracias a una beca. Recuerda que se matriculó en informática porque “el coste del material era cero”. Al principio estaba perdidísimo. “No entendía ni los conceptos más básicos, pero me daba vergüenza preguntar”, pero siempre tuvo la convicción de que saldría adelante y enorme confianza en sí mismo. Tras ganarse muy bien la vida durante unos años en la capital como ingeniero informático, quiso regresar a casa, a Piauí, uno de los Estados donde más familias reciben Bolsa Familia. Opositó y consiguió una plaza de profesor en un instituto federal donde el alumnado se cree que bromea cuando les cuenta que creció allí cerca con enormes estrecheces. Sin luz, ordenador o fotos.

Las carencias persisten. A veces se lleva a algún estudiante a almorzar a casa con su familia porque si no se quedaría sin comer."                     ( Naiara Galarraga Gortázar , El País, 01/09/24)

9.6.24

ONU: La hambruna provocada por Israel abarcará toda Gaza en julio y matará a unas 19.800 personas al mes

 " Un nuevo informe conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advierte de que, aunque el norte de Gaza se enfrenta ahora a una hambruna, «es muy probable que el resto de la Franja de Gaza se enfrente a un riesgo de hambruna hasta julio de 2024, en el peor de los casos».

El Cuerpo Médico Internacional, una ONG que trabaja en Gaza junto a UNICEF y otras organizaciones, informa esta semana de que «según una reciente evaluación de las necesidades realizada por el Grupo Mundial de Nutrición, la situación en Gaza es alarmante: el conflicto en curso ha empeorado significativamente la desnutrición infantil, que ha pasado de una tasa mundial de desnutrición aguda del 0,8% al 16% en el norte de Gaza y al 7% en el resto de Gaza.»

Esa cifra del «7% en el resto de Gaza» se disparará en julio a niveles similares a los que existen ahora en el norte de Gaza.

Según el informe, 1,7 millones de personas son desplazados internos en Gaza, lo que significa que no tienen hogar ni fuente de ingresos. Los primeros cuatro meses de la guerra total de Israel contra Gaza destruyeron el PIB de todo un año de toda Palestina: «A finales de enero de 2024, el coste de los daños directos infligidos a las infraestructuras de la Franja de Gaza equivalía al 97% del PIB total de Cisjordania y la Franja de Gaza en 2022». Eso sería como causar daños por valor de 27 billones de dólares a edificios, carreteras, tuberías de agua y centros de tratamiento de aguas residuales en Estados Unidos. La inflación trimestral en la Franja fue del 120% en el primer trimestre de este año, mientras que el PIB se había desplomado un 80%.

 Amartya Sen sostenía que las hambrunas no se producen porque no haya alimentos. Ocurren porque los alimentos se vuelven demasiado caros y no se distribuyen a la gente que los necesita, incluso cuando la gente pierde los ingresos necesarios para comprarlos.

Este punto es una respuesta importante a la afirmación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que Israel está permitiendo la entrada en Gaza de alimentos suficientes para la población desde el punto de vista calórico. Esta afirmación es, según la ONU y las ONG de ayuda sobre el terreno, una mentira descarada. Pero incluso si fuera cierta, tener alimentos en camiones en la frontera no evitaría necesariamente la hambruna si no se pueden distribuir con eficacia, si la gente no puede llegar a los centros de distribución, etc.

El informe dice ominosamente

    Entre mediados de marzo y mediados de julio, se espera que la mitad de la población de la Franja de Gaza (1,1 millones de personas) se enfrente a condiciones catastróficas (Fase 5 de la CIF), y se espera que toda la población de la Franja de Gaza se enfrente a niveles de crisis o peores (Fase 3 de la CIF o superior) de inseguridad alimentaria aguda.

La malnutrición de fase 3 se define como: "Fase 3 - CRISIS: Al menos el 20% de los hogares de una zona están experimentando resultados de Fase 3 o peores, y se espera que las tasas de malnutrición aguda se sitúen entre el 10% y el 15%."

La desnutrición de fase 5 se define como: «FAMINE: Al menos el 20 por ciento de los hogares de una zona están experimentando resultados de Fase 5, los niveles de desnutrición aguda superan el 30 por ciento, y más de 2 de cada 10.000 personas están muriendo cada día.»

 Al Jazeera Español: «Un grupo de ayuda teme que ya se den condiciones similares a la hambruna en el sur de Gaza»

Esto es malo para el norte de Gaza, pero las cosas se ponen mucho peor, extendiéndose a toda la Franja:

    Según el Comité de Revisión de la Hambruna de la CIP, en marzo de 2024, todas las pruebas apuntaban a una gran aceleración de las muertes y la malnutrición relacionadas con el hambre.

La inseguridad alimentaria en Gaza no avanza a un ritmo constante. Se está acelerando de forma alarmante. Y lleva tiempo acelerándose:

    Las tasas de malnutrición se han duplicado desde enero de 2024 en las gobernaciones del norte, con 1 de cada 3 niños menores de 2 años afectados. En marzo de 2024, la hambruna era previsible e inminente en las gobernaciones del norte y de Gaza, a falta de un cese inmediato de las hostilidades, acceso humanitario sin restricciones y restablecimiento de la sanidad, el agua, el saneamiento y la electricidad.

Así, esta misma primavera un tercio de los niños pequeños y lactantes del norte de Gaza estaban visiblemente desnutridos. Hay que tener en cuenta que los niños no se recuperan de la desnutrición.Tiene repercusiones cognitivas y afectivas permanentes. Nunca alcanzarán todo su potencial en cuanto a inteligencia y regulación emocional.

Y aquí está el truco:

    Además, para las gobernaciones del sur y del centro, el Comité de Revisión de la Hambruna de la CIF concluyó que había riesgo de hambruna durante el periodo de proyección de mediados de marzo a mediados de julio, en el peor escenario razonable.

 La hambruna se extiende inexorablemente desde el norte de Gaza hacia el sur y es muy probable que a mediados de julio haya abarcado la totalidad de la Franja de Gaza, con sus 2,2 millones de habitantes.

Dada una población de 2,2 millones, uno de cada 10.000 equivaldría a 220 personas. Si más de 2 de cada 10.000 murieran diariamente, eso implicaría al menos tres. Esa cifra arrojaría un número de muertos de 660 al día por inanición. Ese número de muertos equivaldría a 19.800 al mes.

Si la hambruna impuesta por Israel se mantuviera durante dos meses, mataría más que todas las bombas israelíes en los nueve meses de guerra total contra Gaza."

(Juan Cole, profesor de Historia, Un. Michigan. Informed comment, 09/06/24, traducción DEEPL)