Entonces, ¿por qué algunos banqueros empezaron a acumular enormes fortunas? Era, se nos decía, una recompensa por su creatividad, por la innovación financiera. (...)
Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, en el que intentó defender la innovación financiera. Sus ejemplos de innovaciones financieras "buenas" eran: (1) las tarjetas de crédito, que no son precisamente una idea nueva; (2) la cobertura de descubiertos, y (3) las hipotecas subprime. (No me lo invento). ¿Éstas son las cosas por las que pagaban tanto a los banqueros? (...)
Wall Street ya no forma parte, en un sentido real, del sector privado. Es un pupilo del Estado, tan dependiente de la ayuda pública como los receptores de la Asistencia Temporal a Familias Necesitadas. (...)
Ahora estamos viendo que se ofrecen remuneraciones parecidas a gente que puede jugar sus arriesgados juegos con respaldo federal.
¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué van las nóminas camino de la estratosfera una vez más? Las afirmaciones de que las empresas tienen que pagar estos salarios para conservar a sus mejores profesionales no son verosímiles: si el empleo en el sector financiero se está desplomando, ¿adónde va a ir toda esa gente?
No, la verdadera razón por la que las empresas financieras vuelven a pagar tanto es sencillamente porque pueden. Están ganando dinero otra vez (aunque no tanto como afirman), ¿y por qué no? Al fin y al cabo, consiguen préstamos baratos, gracias a todos esos avales federales, y prestan con unos tipos de interés mucho más elevados. Así que comen, beben y son felices, porque a lo peor mañana les regulan.
O a lo mejor no. La sensación palpable en la prensa financiera es que la tempestad ha pasado: las Bolsas suben, la caída en picado de la economía podría estar nivelándose, y es probable que el Gobierno de Obama deje a los banqueros irse de rositas con nada más que unos cuantos discursos severos. Con razón o sin ella, los banqueros parecen creer que las cosas están a punto de volver a ser lo que eran.
Sólo podemos desear que nuestros líderes les demuestren que están equivocados, y lleven a cabo una verdadera reforma. " (PAUL KRUGMAN: Dinero a cambio de nada. El País, Negocios, 03/05/2009, p. 16)
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