"En
diciembre de 2011, un cuarto de siglo después de Brady, el secretario del
tesoro de Obama, el señor Geithner, viajó a Europa para reunirse con los
dirigentes europeos y exigirles que Grecia depreciara su deuda sobre la base de
quitas voluntarias por parte de bancos y acreedores.
Explicó que los bancos
norteamericanos habían apostado a que Grecia no quebraría, y que, por lo mismo,
su situación patrimonial neta era tan precaria que, si tenían que pagar por su
mala apuesta, irían a la quiebra.
Según
me contaron los banqueros alemanes la situación, Geithner amenazó con cargarse
a los bancos y a las economías europeas, si no se allanaban a pagar el pato y
cargar ellos con las pérdidas: los bancos estadounidenses no tenían que pagar
por los seguros colateralizados de impagos (CDOs) y por otras apuestas en las
que habían vertido miles de millones de dólares.
Los
europeos estallaron de indignación. Pero Geither terminó por ofrecerles un
trato. De acuerdo: la Casa Blanca permitirá la quiebra de Grecia. Pero los EEUU
necesitan tiempo.
Convino
en abrir una línea de crédito de la Reserva Federal al Banco Central Europeo
(BCE). La Fed suministraría dinero para prestar a los bancos en el ínterin
cuando las finanzas de los gobiernos europeos desfallecieran. Se daría tiempo a los bancos para que
pudieran deshacer sus garantías de quiebra.
Al final, el BCE sería el acreedor.
El BCE –y presumiblemente, la Fed— cargarían con los costes, “a expensas del
contribuyente”. Los bancos estadounidenses (y probablemente también los
europeos) evitarían así cargar con unas pérdidas que se llevarían por delante
su situación patrimonial neta. (...)
Cuando la Reserva Federal o el Tesoro cargan con una pérdida bancaria, lo que
hacen, simplemente, es imprimir deuda pública o abrir un depósito para los
bancos en el banco de la Reserva Federal. La opinión pública no ve eso de
manera tan perspicua como cuando le arrebatan directamente el dinero.
Y el
gobierno se limita a decir que se trata de “salvar al sistema financiero”, sin
mencionar el coste del asunto “a expensas del contribuyente” (¡no a expensas de
los bancos!).
Es
un regalo."
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