29.4.24

Se queda “con más fuerza”... “Es un punto y aparte, se lo garantizo”... Es muy posible que la democracia española –no es mucho, pero no tenemos otra por aquí abajo– esté en riesgo, como nunca jamás lo ha estado antes. Y Pedro Sánchez parece haber hecho algo determinante al respecto. Una carta a la ciudadanía... es muy probable que, pase lo pase, pase Macron... o sea, la opción de crear un movimiento, abierto. Sería más grande que el PSOE, unificado por un líder, por un hombre que se enfrentará a la extrema derecha... La supervivencia del PSOE hoy pasa por eso, y este parece ser el momento indicado

 "El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comunicado este lunes que ha decidido seguir al frente del Ejecutivo “con más fuerza si cabe” tras el periodo de reflexión que se ha tomado en los últimos días ante lo que considera una campaña de acoso y derribo contra él y contra su esposa. (...)

El jefe del Ejecutivo ha hecho hincapié en que su decisión “no supone un punto y seguido”.

“Es un punto y aparte, se lo garantizo”, ha recalcado antes de mostrar su compromiso de trabajar “sin descanso, con firmeza”, por la regeneración pendiente y el avance y la consolidación de derechos y libertades."             (Nortes, 29/04/24)


"(...) 4- Como se afirma en el último editorial de CTXT, “todo el edificio institucional de la democracia se sustenta en una única premisa: la imparcialidad de los jueces”. 

Creer en esa imparcialidad es una convención. Que, por otra parte, no solo debe ser cierta, sino que debe ser verificada continuamente. Y no está siendo el caso. La presión mediático-judicial sobre el Ajuntament de BCN, sobre Podemos, sobre Compromís/Mònica Oltra, sobre el procesismo –aquellos políticos no pudieron mentir con tanta intensidad, como fue el caso, y a la vez protagonizar tantos delitos, esa intensa región de lo cierto, de lo real– y, con mayor intensidad, si cabe, sobre un gobierno socialdemócrata –que no ha declarado, ni parece que lo vaya a hacer, los soviets–, son una muestra clara, y desmesurada, de todo ello. Es preciso hacer algo. Y es preciso hacerlo rápido, antes de que el poder judicial se coma con patatas los otros dos poderes, y aún pida copa y puro.

 5- Es muy posible que la democracia española –no es mucho, pero no tenemos otra por aquí abajo– esté en riesgo, como nunca jamás lo ha estado antes. Y Pedro Sánchez parece haber hecho algo determinante al respecto. Una carta a la ciudadanía.

 6- ¿Ha hecho algo determinante?

7- En la carta, Sánchez plantea una respuesta a este problema para el próximo lunes. Es decir, gestiona la respuesta en el tiempo, la dilata, la emplaza. La dramatiza. Esto es, la teatraliza.

8- La teatralización es un rasgo de la política española, ese partido de fútbol eterno, repleto de goles furiosos, y de aficiones con hambre de gol. Por lo que cabe suponer que la respuesta de Sánchez será política española, y no la búsqueda de una solución democrática a este conflicto asfixiante. Sobre la búsqueda de una solución: me temo que solo quedan varias, que son una. Plantear la crisis. Buscar, en la instancia española y la europea, una solución contundente y democrática a lo que está pasando. Lo que está pasando no es lawfare, esa cosa inconcreta y opinable. Lo que acaece no afecta a toda la estructura judicial española. Es, sencillamente –y brutalmente– prevaricación, prevaricaciones concretas, uso de la política, por otros medios, en determinadas instancias, muy localizadas, que no han aguantado la presión, el enfrentamiento, la informalidad de la política planteada en 2004. No está pasando nada en esos puntos de la Justicia que no pudiera pasar –como así ha sido en otras ocasiones; como en 2017– en el Legislativo, en el Ejecutivo, o en la Jefatura del Estado. Solo que sucede en el Judicial, el epicentro de la convención democrática/punto 4.

9- Es extraño, y diría que poco edificante, aplazar una respuesta, una decisión, ante, lo dicho, la mayor amenaza a la democracia jamás habida. Sí, este aplazamiento tiene cosas buenas –el silencio, el mismo aplazamiento, que se contraponen al ruido–, pero también cosas malas –el silencio, el mismo aplazamiento, que suenan a ruido–. Por lo mismo, la dilación permite la interpretación. ¿Qué pretende Sánchez?

10- Opción a). Sánchez, como parece plantear la carta, se enfrenta a una disyuntiva privada, personal, sentimental, incluso. Algo poco probable, pues la política es un itinerario que aleja de ella a las personas sensibles a ese tipo, e incluso a otros tipos, de disyuntivas. 

11- Opción b). Sánchez se enfrenta a una decisión sobre su futuro personal. Como han apuntado medios europeos, puede tratarse de una candidatura al Consejo de Europa. Es poco probable que para optar a uno de los EU top-jobs Sánchez finalice no con una legislatura, sino con la posibilidad del primer gobierno extremo-derechista en años en España. Y, con ello, con su trayectoria, legado y prestigio personal.

12- Opción c). Sánchez no se enfrenta a una disyuntiva privada, o a una decisión personal. En ese sentido, es muy probable que su decisión sea d) una decisión de partido. No puede ser e) convocar elecciones –no se pueden convocar hasta el 29M, cuando se cumpla un año de las anteriores elecciones–. Puede ser f) una cuestión de confianza –probable, pero extraña: uno no hace esta movida para pedir una moción de confianza, esa fórmula, en este caso, burocrática, poco eléctrica–. Además, el problema de Sánchez no se ubica en el Legislativo, sino en el Judicial.

13- Lo que nos lleva a la opción g). En ausencia de previsión, Sánchez, y si Sánchez no hace nada, salvo política, esa teatralización, puede hacer lo que siempre ha hecho el PSOE desde su fundación, en 1879, una fundación dramática, promovida por Paul Lafargue, el yerno divertido y cubano de Marx: sobrevivir. Sobrevivir cuando, en aquel momento, las opciones obreras antiautoritarias parecía que cortarían el bacalao en España. Sobrevivir a la dictadura de Primo, pactando con ella. Sobrevivir reinventándose en el 74, observando su supervivencia, antes que otra opción ideológica, en el 77. Asumiendo el neoliberalismo, su hegemonía, en el 82. Haciendo un ERE atlantista en el 82-86… Sobreviviendo, en 2020, a través de la única opción de supervivencia: el primer gobierno de coalición desde la Guerra, algo que no gustó a los dinosaurios, esos supervivientes que solo entienden su supervivencia vivida. El PSOE es uno de los partidos más veteranos en la plaza por ese trazo en su carácter. Sobrevivir, al contrario que vivir, no siempre es una actividad edificante. Pero no desprecien ese trazo, inexistente, parece, a la izquierda del PSOE. El sobrevivir del PSOE pasa, desde hace años, por eliminar a su izquierda, y, por primera vez, no a su derecha. Podría engullirla, ahora que esa izquierda está débil, dividida en dos, enfrentada, ensimismada en sus cosas de cuadros. 

 14- El lunes puede pasar cualquier cosa, pues dilatar la respuesta ante la presencia de usos extremo-derechistas en la Justicia ya es, tal vez, cualquier cosa. Pero es muy probable que, pase lo pase, pase Macron. La opción de crear un movimiento, un significante vacío, abierto. Sería más grande que el PSOE, unificado por un líder, por un hombre que el lunes se enfrentará a la extrema derecha. O que lo parecerá. O que no lo hará. La supervivencia del PSOE hoy pasa por eso, y este parece ser el momento indicado. No tanto por la amenaza estructural del Judicial, sino por el estado, madurito, de Podemos y Sumar, esas dos dinámicas alejadas, incluso, de la supervivencia. 

15- Los macronismos, recuerden, son el último estadio antes de la extrema derecha. Son la renuncia a enfrentarse a ella. 

16- La respuesta, el lunes. "                 (Guillem Martínez, CTXT, 26/04/24)

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