2.7.24

El oscurecimiento de Europa... La orientación a la derecha de las instituciones que gobiernan la UE se acentuará claramente... La Comisión, el Consejo y el BCE van a aumentar la presión sobre los gobiernos de los países de la UE para agravar los recortes de los gastos sociales... Los gobiernos se han negado a gravar de forma extraordinaria los superbeneficios de las grandes empresas farmacéuticas, de las empresas de distribución, especialmente las especializadas en ventas en línea y servicios informáticos, las empresas de la energía, las de alimentación... con esta postura de negativa a hacer gravámenes sobre las empresas que se beneficiaban de la crisis y de los más ricos, los Estados han recurrido cada vez más a la financiación a través de la deuda... habrá que demostrar que gran parte de la deuda pública es, en consecuencia, ilegítima y que debe ser auditada y cancelada ( Eric Toussaint)

 "Primera observación, en las elecciones europeas que se celebraron en los 27 países miembros de la UE entre el 6 y el 9 de junio de 2024, la participación volvió a ser muy baja. En promedio, para la Unión Europea, fue del 51%. Hay que tener en cuenta que los países donde la votación es obligatoria entran en el cálculo de esta media, como es el caso de Bélgica donde la tasa de participación ha sido del 90% [1]. Sin ellos, el porcentaje de participación pasaría por debajo de la marca del 50%. De los 27 países miembros de la UE, 15 países tienen una tasa de participación inferior al 50%. Y los países que han entrado recientemente en la UE han experimentado tasas extremadamente bajas. (...) 

Conclusión: La mayoría de las y los ciudadanos de la Unión Europea no tienen ningún entusiasmo por las instituciones de la UE y no confían en la utilidad de utilizar su derecho al voto. Los ciudadanos y ciudadanas de los países del antiguo bloque del Este o del Sur de Europa que tenían muchas esperanzas en el momento en que su país se unía a la UE o más tarde a la zona euro o al espacio Schengen están claramente decepcionados por las promesas incumplidas de mejorar las condiciones de vida. La progresión de los derechos sociales no se ha concretado, al contrario. Si a veces adopta resoluciones relativamente positivas, el Parlamento Europeo no tiene un poder real. Son la Comisión y el Consejo quienes, dentro de la UE, toman realmente las decisiones y los grandes países como Alemania y Francia ejercen una influencia decisiva en su seno. Tampoco debemos olvidar el papel coercitivo del Banco Central Europeo que ha demostrado en varias ocasiones, como en el caso de Grecia en 2015, que quería y podía desestabilizar un gobierno que no siguiera dócilmente la política deseada por los líderes de la UE. Una política exigida por los gobiernos de los países que dominan económica y políticamente la Unión y por las grandes empresas privadas, en particular los grandes bancos privados y los fondos de inversión. Los ciudadanos también se dieron cuenta de que durante la pandemia del coronavirus (2020-2021), los líderes de la UE no pudieron adoptar políticas sanitarias para protegerlos de manera efectiva. Y desde entonces, la UE no ha hecho nada para mejorar estructuralmente la situación, negándose a dotarse de una industria farmacéutica capaz de responder a una próxima pandemia, negándose a apoyar la propuesta presentada por 135 países del sur Global de suspender la aplicación de patentes, impidiendo el acceso universal a las vacunas y, en cambio, prefiriendo apoyar a la industria armamentística europea y aumentar el gasto militar

 Segunda observación, hay un fortalecimiento muy importante de las fuerzas conservadoras de derechas y de las fuerzas de extrema derecha. Las fuerzas políticas que se presentaban como centristas, o centro-derecha, mientras llevaban a cabo una política de derecha dura en relación con las personas migrantes, las y los candidatos al derecho de asilo, a la remilitarización acelerada de Europa, han sufrido en algunos casos grandes pérdidas. Este es en particular el caso de la agrupación en torno al partido de Emmanuel Macron, Renaissance, que perdió 10 escaños, pasando de 23 a 13. Otro ejemplo es el Open VLD del primer ministro belga Alexander De Croo, que perdió la mitad de sus escaños. Los votantes prefieren el original (de extrema derecha o de derecha conservadora dura) a la copia. (...)

Conclusiones

 La orientación a la derecha de las instituciones que gobiernan la UE se acentuará claramente. La Comisión, el Consejo y el BCE van a aumentar la presión sobre los gobiernos de los países de la UE para agravar los recortes de los gastos sociales. La deuda pública, que ha aumentado considerablemente, servirá de argumento para imponer políticas austeritarias cada vez más fuertes. En la batalla de ideas habrá que explicar que los gobiernos, la Comisión y el BCE han querido un aumento de la deuda pública para financiar el gasto frente a la pandemia de coronavirus y la crisis económica social que ha sido amplificada por ella. Los líderes europeos y los gobiernos nacionales no han querido gravar los superbeneficios de las grandes empresas farmacéuticas, especialmente las que producen vacunas, que se han enriquecido escandalosamente a espaldas de la sociedad. Al igual que las empresas de distribución, especialmente las especializadas en ventas en línea y servicios informáticos, que han obtenido enormes beneficios. Luego, cuando los precios del gas se dispararon tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los gobiernos no quisieron controlar los precios de la energía y congelarlos, lo que permitió a las empresas especializadas en combustibles fósiles y a las productoras de energía obtener enormes beneficios a espaldas de la sociedad. Finalmente, cuando los precios de los alimentos se dispararon tras la guerra en Ucrania y la especulación sobre los cereales, las empresas de cereales obtuvieron súper beneficios. Al igual que las grandes cadenas de distribución que han aumentado el precio de los alimentos al por menor de forma desproporcionada y abusiva, provocando un aumento muy fuerte de la inflación y una pérdida del poder adquisitivo de las clases populares. Los gobiernos se han negado a gravar de forma extraordinaria sus beneficios. Las empresas de producción de armas también ven aumentar sus beneficios gracias a la guerra en Ucrania y Oriente Próximo.

En esta situación y con esta postura de negativa a hacer gravámenes sobre las empresas que se beneficiaban de la crisis y de los más ricos, los Estados han recurrido cada vez más a la financiación a través de la deuda en lugar de financiarse a través de ingresos fiscales, excepto los procedentes de los impuestos indirectos sobre el consumo (Impuesto sobre el valor añadido - IVA) que son particularmente negativos para la gran mayoría de la población y en particular para los sectores con los ingresos más bajos.

En la batalla de las ideas, habrá que demostrar que gran parte de la deuda pública es, en consecuencia, ilegítima y que debe ser auditada y cancelada."                   ( Eric Toussaint, CADTM, 28/06/24)

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