14.2.20

A día de hoy la parte del ahorro mundial que está bajo el control de la llamada economía en la sombra es mayor que la que había en 2007. Tenemos dos alternativas: aceptar como inevitable un régimen de acumulación financiera o recuperar el control por parte de los Estados de los movimientos internacionales de capital

"(...) Louça es conocido especialmente por ser uno de los fundadores y liderar durante siete años, de 2005 a 2012, el Bloco de Esquerda en Portugal. Es también una de las voces más críticas de las políticas de austeridad impuestas desde la Unión Europea a su país.

¿Quién se mueve en la sombra de las finanzas mundiales?

El término economía de sombras se refiere a todas las organizaciones financieras que no son bancos comerciales y que escapan al control de los bancos centrales, a la regulación y a la garantía de depósito: agentes financieros, fondos de inversión, agencias de Bolsa, etcétera. Michael Ash y yo queríamos investigar este tipo de organizaciones porque en ellas está el origen de la crisis de 2008. 

Pudimos comprobar que la mayor parte de estas organizaciones o bien son de los bancos o bien tienen una relación comercial con ellos. Es decir, el sistema financiero se ha reproducido en la banca tradicional y se ha multiplicado en nuevas formas de captación de ahorro y de productos financieros, muchos de ellos ficticios cuyo valor es producto de la especulación. Eso es el sistema financiero a la sombra.

Ustedes definen el actual sistema financiero como "opaco, desregulado y fuertemente especulativo". 

La economía especulativa tiene una dimensión aún mayor de la que tenía antes,  y eso que durante la crisis hubo mucha doctrina y mucha promesa de regulación. Pero lo cierto es que a día de hoy la parte del ahorro mundial que está bajo el control de la llamada economía en la sombra es mayor de lo que ya había en 2007. Frente a esta situación tenemos dos alternativas: aceptar como un hecho inevitable un régimen de acumulación financiera o recuperar el control por parte de los Estados de los movimientos internacionales de capital y considerar que las finanzas son un bien público.

 La primera alternativa tiene una consecuencia negativa: la vulnerabilidad de los Estados y de la democracia. Los países tienen menos soberanía si existe la libertad absoluta de circulación de capitales porque así no puede haber política económica coherente decidida por y para el pueblo.


¿Es posible frenar o al menos limitar esa especulación financiera?

En algunos casos anteriores se hizo. La consecuencia de la crisis de la crisis de 1929 en Estados Unidos y en el resto del mundo fue restringir la libertad de circulación de capitales e implantar impuestos progresivos con la políticas del New Deal impulsadas por Franklin D. Roosevelt. 

Luego apareció el Estado de bienestar en Europa, tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la paradoja es que la respuesta a la crisis financiera más importante del siglo XX, la de 1929, fue reducir la agresividad del sistema financiero, mientras que la respuesta a la crisis financiera del siglo XXI ha sido todo lo contrario, dejar crecer esa agresividad. (...)"                (Entrevista a Francisco Louça, Público, 04/02/20)

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