"Durante la crisis financiera de 2008, los bancos centrales del mundo, incluida la Reserva Federal, inyectaron billones de dólares fabricados
ex-profeso para que circulasen por el sistema financiero global. Hoy,
este descomunal suministro de dinero ha creado una deuda mundial de 325 billones de dólares,
más de tres veces el PIB mundial.
El dinero fabricado fue a parar a
bancos y empresas, que lo prestaron a depredadores tipos de interés, y
lo emplearon para seguir generando intereses sobre deudas impagables, o
para recomprar acciones, lo que en la práctica supuso una compensación millonaria para las élites.
Esta creación de dinero no fue invertida en la economía real.
Los
productos no llegaron a fabricarse ni venderse. Los trabajadores no
fueron reinsertados en la clase media con ingresos sostenibles,
protección social o pensiones. Los proyectos en infraestructuras no se
llevaron a cabo. El dinero fabricado infló la escandalosa burbuja
financiera construida sobre deuda y ocultó un sistema financiero enfermo
destinado al colapso.
¿Qué desencadenará el próximo crash? ¿Los 13,2 billones de deuda que
los hogares de Estados Unidos acumulan? ¿Los 1,5 billones de deuda en
préstamos universitarios insostenibles? ¿Los miles de millones que Wall
Street ha invertido en la industria del fracking para perder, más allá
de lo que ha logrado generar, 280 mil millones de dólares? Quién sabe.
Lo cierto es que el crash financiero que proviene de aquel que ya tuvo
lugar en 2008 es inevitable. Y esta vez, con tipos de interés próximos a
cero, las élites no tienen un plan de escape. La estructura financiera se desintegrará.
La economía mundial
se adentrará en una espiral de muerte. La rabia de una población
traicionada y empobrecida empoderará, me temo, a la derecha más
demagoga, que prometerá venganza contra las élites mundiales, la
renovación moral o aquella aspiración mítica de una edad de oro en la
que inmigrantes, mujeres y personas de color tengan su sitio.
La crisis financiera de 2008, tal y como Nomi Prins señaló,
“convirtió a los bancos centrales en una nueva clase de súper brokers”. Saquearon el tesoro nacional y amasaron billones para terminar siendo económica y políticamente omnipotentes.
En su libro: ‘Complot: cómo los bancos centrales manipularon el mundo’,
nos cuenta que los principales bancos centrales e instituciones
financieras manipularon fraudulentamente los mercados y emplearon el
dinero fabricado, o como ella dice, ‘el dinero falso’, para inflar en el
corto plazo los beneficios de los activos vinculados a la burbuja, al
mismo tiempo que todo aquello nos conducía a un peligrosísimo precipicio
financiero. (...)" (El Captor, 23/09/18 . Artículo de Chris Hedges publicado originalmente en inglés en Truthdig)
No hay comentarios:
Publicar un comentario