18.5.23

Europa fue la campeona mundial de la generación anterior de tecnología. Los grandes inventos de la ingeniería mecánica, eléctrica y química siguen siendo la columna vertebral de la economía europea. Estos sectores seguirán generando empleo, pero lo que ahora está cambiando es que los grandes márgenes de beneficio se han trasladado a otra parte... pero el peligro mayor para la UE sea su incapacidad para seguir el ritmo de EE.UU. y China en alta tecnología. Los responsables políticos y los medios de comunicación no se fijan en este ámbito... El declive de la industria automovilística europea es un cuento con moraleja. No se trata sólo de los coches eléctricos, sino de toda una serie de tecnologías del siglo XXI. Europa ya no tiene ningún representante entre las diez primeras empresas digitales del mundo

 "Sonambulismo hacia el olvido técnico

Los debates políticos actuales se centran, con razón, en las consecuencias de la bifurcación mundial. Pero quizá un peligro aún mayor para la UE sea su incapacidad para seguir el ritmo de EE.UU. y China en alta tecnología. Los responsables políticos y los medios de comunicación no se fijan en este ámbito. En Alemania se ha publicado un comentario en el que se esboza un escenario aterrador en el que Alemania perdería su liderazgo en la industria automovilística mundial. El periodista concluía que es posible, pero no probable. Para nosotros, este es el escenario de referencia.

Y así lo cree Federico Fubini, que ha profundizado en el mercado de las baterías eléctricas en Corriere della Sera. Fubini señala que el superávit comercial europeo en automóviles procede exclusivamente del cada vez más reducido segmento de los coches de combustible. No tienen nada que hacer en el negocio de los coches eléctricos, en rápido crecimiento. Los chinos no vendían casi nada a los europeos hasta hace poco, pero ahora son competitivos en el sector de los coches eléctricos (a pesar del arancel proteccionista de la UE). Fubini señala que la UE tiene un déficit comercial en este sector. De los diez mayores fabricantes de baterías eléctricas, que es uno de los principales componentes de valor añadido de los coches eléctricos, seis son chinos, tres surcoreanos y uno japonés. También son los grandes inversores mundiales. El país de la UE que prefieren para sus inversiones es la Hungría de Viktor Orbán.

El declive de la industria automovilística europea es un cuento con moraleja. No se trata sólo de los coches eléctricos, sino de toda una serie de tecnologías del siglo XXI. Europa ya no tiene ningún representante entre las diez primeras empresas digitales del mundo. SAP ocupa ahora el puesto 11, y no hay mucho más después. La inteligencia artificial es en gran medida un duopolio entre Estados Unidos y China. El único país europeo con un pie en este sector es Brexit-Britania. El gobierno británico ha identificado la IA como la mejor apuesta para la divergencia regulatoria de una UE que se ve obstaculizada por leyes de protección de datos con un enfoque unilateral en los consumidores.

Europa fue la campeona mundial de la generación anterior de tecnología. Los grandes inventos de la ingeniería mecánica, eléctrica y química siguen siendo la columna vertebral de la economía europea. Estos sectores seguirán generando empleo, pero lo que ahora está cambiando es que los grandes márgenes de beneficio se han trasladado a otra parte. No importa mucho dónde se fabriquen las baterías eléctricas, sino a quién pertenecen. La industria automovilística europea agoniza, mientras la UE sigue felicitándose por los éxitos de su programa de ciencia e investigación, Horizonte Europa. La negación es la más prolongada de las fases en las etapas del duelo. Cuando salgamos de ésta, lo habremos hecho tarde."                (Wolfgang Münchau , Eurointelligence, 02/05/23; traducción DEEPL)

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