24.5.23

La derecha griega acaba de humillar a la izquierda... La humillación, la severa derrota de Syriza, ha venido ahora... La economía griega va bien en estos momentos, como todas las economías del sur de Europa... crecen porque sus economías están más asociadas a los servicios y al turismo, y dependían menos, excepto Italia, del gas ruso. Grecia, por ejemplo, ahora recibe gas de Azerbaiyán... Mitsotakis, al igual que Pedro Sánchez en España, ha aprovechado la bonanza para llevar a cabo una política de gasto expansiva... Nadie creía en la posibilidad de un gobierno de coalición entre Syriza, el resucitado PASOK y el pequeño partido de Varoufakis... Nueva Democracia, afiliada al Partido Popular Europeo, controla la mayoría de los medios de comunicación, con excepción de alguna publicación independiente. Los controla tan bien que un reciente escándalo de escuchas ilegales a políticos, militares y periodistas no ha tenido repercusión en las urnas... Dos lecciones griegas para España, donde la economía también está mejorando. La credibilidad es fundamental. ¿Qué podrá ofrecer el PP? ¿Una coalición con Vox para ilegalizar partidos y adoptar políticas de regresión social? ¿Qué podrá ofrecer Pedro Sánchez? ¿Un gobierno de coalición más complicado, con Sumar y Podemos peleados?... Segunda lección: el control de los medios vuelve a ser crucial en esta fase histórica (Enric Juliana)

 "(...)  La derecha griega acaba de humillar a la izquierda. El primer ministro conservador Kyriakos Mitsotakis le ha sacado veinte puntos de ventaja a Alexis Tsipras, líder de Syriza, formación que se convirtió en emblema de la nueva izquierda europea en 2015. Aún recuerdo las banderas griegas ondeando al viento en un masivo acto que convocó Podemos en la Puerta del Sol de Madrid en enero de aquel año, unos meses antes de las elecciones municipales y autonómicas en las que la derecha  sufrió un severo revolcón. Ada Colau ganó en Barcelona y Manuela Carmena en Madrid. En aquellos momentos, en plena resaca de la crisis económica, la bandera griega significaba la impugnación de la política de austeridad. El PASOK (Movimiento Socialista Panhélenico) se había desmoronado y estaba de moda hablar de una posible pasokización del PSOE.

La historia ya la conocemos. Tsipras se enfrentó a Bruselas y el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, le señaló la puerta: “O cumples o te vas”. Consciente de que ni Rusia, ni China le iban a ayudar a pagar la deuda griega, Tsipras acabó aceptando la política de austeridad. Se oyó entonces otro portazo: Yanis Varoufakis, el ministro de Economía que había encabezado la revuelta, se fue. Se fue en moto a dar conferencias por Europa, dejando solo a su amigo Tsipras con la partitura bruselense y con la ética de la responsabilidad. Syriza gobernó la austeridad, corrigió lo que pudo y perdió las siguientes elecciones (2019) con mucha dignidad: sólo 145.000 votos menos que en 2015. La humillación, la severa derrota de Syriza, ha venido ahora.

Ya no hay banderas griegas en los actos de Podemos y a nadie se le ocurre hablar de la pasokización del PSOE, pero Yolanda Díaz escribió el domingo un tuit dando ánimos a Alexis Tsipras.

Es un gesto que le honra, teniendo en cuenta que su amigo griego no partía como favorito en las elecciones del domingo. Sus resultados, sin embargo, han sido peores de los previstos por las encuestas. Peores que los de hace cuatro años. ¿Por qué? En la respuesta a esa pregunta está la lección.

La economía griega va bien en estos momentos, como todas las economías del sur de Europa. Las consecuencias negativas de la guerra de Ucrania están teniendo una mayor incidencia en los países del este y del centro-norte de Europa, donde la inflación es más alta y los costes industriales se ven severamente afectados por la renuncia al barato gas ruso. Los países del sur de Europa crecen porque sus economías están más asociadas a los servicios y al turismo, y dependían menos, excepto Italia, del gas ruso. Grecia, por ejemplo, ahora recibe gas de Azerbaiyán gracias a un nuevo gasoducto que conecta los Balcanes con los yacimientos del mar Caspio a través de Bulgaria.

Mitsotakis, al igual que Pedro Sánchez en España, ha aprovechado la bonanza para llevar a cabo una política de gasto expansiva. Hay problemas sociales muy serios en Grecia, hay radicalización política, hay mucho rencor acumulado después de la etapa de la austeridad, hace unos meses se produjo un terrible accidente de tren que puso de manifiesto el envejecimiento de las infraestructuras, pero mucha gente también tiene la percepción de que las cosas van mejor. 

Con estudios en Harvard y Stanford, el primer ministro pertenece a una de las dinastías, los Mitsotakis-Venizelos, que han gobernado el país. Su padre, Konstantinos, fue el fundador del partido Nueva Democracia. Su hijo Kyriakos es respetado en Bruselas, no es muy simpático, tiene un punto arrogante, pero transmite resolución y capacidad ejecutiva. ¿Qué había frente a él? Una hipótesis imposible. Nadie creía en la posibilidad de un gobierno de coalición entre Syriza, el resucitado PASOK y el pequeño partido de Varoufakis, alianza que seguramente habría necesitado la abstención del viejo Partido Comunista Griego (KKE), heredero de la resistencia contra los nazis, que considera que todos los demás partidos de izquierda son una pandilla de traidores.

El PASOK, hoy orientado el centro, se quiere vengar de Syriza. Varoufakis, más apreciado en las revistas de moda que en la calle, ha quedado fuera del Parlamento, y el KKE, contrario a la continuidad de Grecia en la Unión Europea, ha obtenido un rocoso 7%. Esa coalición era imposible y los electores lo sabían. Para concluir, digámoslo todo: Nueva Democracia, afiliada al Partido Popular Europeo, controla la mayoría de los medios de comunicación, con excepción de alguna publicación independiente. Los controla tan bien que un reciente escándalo de escuchas ilegales a políticos, militares y periodistas no ha tenido repercusión en las urnas.

Dos lecciones griegas para España, donde la economía también está mejorando. La credibilidad es fundamental. ¿Qué podrá ofrecer el PP? ¿Una coalición con Vox para ilegalizar partidos y adoptar políticas de regresión social? ¿Qué podrá ofrecer Pedro Sánchez? ¿Un gobierno de coalición más complicado, con Sumar y Podemos peleados?

Segunda lección: el control de los medios vuelve a ser crucial en esta fase histórica. En Italia, el Gobierno Meloni acaba de entrar en la RAI (radiotelevisión pública) con el cuchillo entre los dientes. (...)"                     (Enric Juliana, La Vanguardia, 23/05/23)

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