7.10.24

En estos últimos días los cruceros de pasajeros israelíes van a ver la destrucción de Gaza... Sí, ha leído bien la lectora o lector de este artículo: Israel organiza macabros cruceros donde israelíes van con sus familias, niños pequeños incluidos, para ver desde la costa cómo está quedando Gaza y cómo serán los próximos asentamientos israelíes en las zonas bombardeadas. Planifican dónde construirán su “casa de la playa en la costa gazatí” mientras ven las bombas caer... La empresa inmobiliaria Harey Zahav, inmobiliaria que construye casas para colonos israelíes en Cisjordania cuando expulsan de sus casas, o matan a las familias palestinas, ha anunciado un nuevo proyecto que aprovecha el genocidio de Gaza... “Nosotros, Harey Zahav, estamos trabajando para preparar el regreso a Gush Katif. Nuestros trabajadores trabajan para rehabilitar la región, limpiar la basura y deportar a los ocupantes (palestinos). Esperamos que en un futuro próximo los secuestrados y nuestros soldados regresen de algún modo a sus hogares, y podamos iniciar la construcción en toda la zona de Gush Katif, en la Franja de Gaza. Despierta, una casa en la playa no es un sueño”, dice el anuncio... aquellos que niegan o intentan justificar la complicidad del pueblo israelí a la barbarie sionista, háganselo mirar... Los alemanes consentían el nazismo al igual que los israelíes consienten el sionismo. Dos caras de la misma moneda... así pues, si Israel vende su imagen diciendo que ellos son los valores de Occidente en Oriente Próximo, ¿en qué nos convierte eso a nosotros?

 "Casi un año de los ataques sionistas a Gaza. Las horrorosas imágenes de cuerpos desmembrados, niños desollados, huérfanos… Unas cifras donde el 70% de la población gazatí asesinada han sido mujeres y niños. Las muertes oficiales se estiman en más de 41.200 personas asesinadas por el régimen sionista aunque sabemos que estas son las cifras bajas, ya que es imposible concretar las muertes: cada día que las bombas y misiles destruyen infraestructuras, quedan bajo los escombros decenas de personas de las que no se sabe nada por la imposibilidad de ser rescatadas. 

El Ministerio de Salud de Gaza se ha visto obligado a combinar el sistema de defunciones con la información de los servicios de emergencia, cada día, todos los días desde hace un año, por lo que se estima que el ministerio solo ha podido identificar menos de un tercio de los cadáveres.  

Mientras, otro estudio publicado en junio en The Lancet “Counting the dead in Gaza: difficult but essential” firmado por tres investigadores en Salud Pública de la Universidad de Birzeit (Palestina), de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) y de la Universidad McMaster de Ontario (Canadá), estima que “de las 37.396 muertes reportadas (en el momento de publicación del estudio), se puede estimar que hasta 186.000 o incluso más muertes podrían ser atribuibles al conflicto actual en Gaza. Esto se traduciría en el 7,9% de la población total de la Franja de Gaza». 

Y es que es muy difícil de conocer el número real porque la invasión y el genocidio no son solo las bombas: son el impedimento de acceder a comida y agua potable; la hambruna y las muertes por inanición y deshidratación incentivada por el régimen sionista; el no poder operar con anestesia y que los pacientes mueran por el dolor y el desangramiento; los bebés que mueren en las incubadoras por no haber gasoil para el correcto funcionamiento de los hospitales; las embarazadas que pierden a sus bebés por el estrés; los bebés que mueren en el parto; las personas que mueren por enfermedades debido a la falta de higiene provocada por Israel… ¿Cómo se puede tener un número real de toda esta barbarie?

Escribiendo justo este artículo, me llega una noticia de Euro-Med Human Rights Monitor: ayer (25 de septiembre) Israel hizo entrar en Gaza un camión con 88 cuerpos sin identificar en descomposición. No se sabe si son presos palestinos, aunque todo apunta a ello: Israel tiene una política declarada de retener los cuerpos de miembros y combatientes de “Hamás” como moneda de cambio y castigar así a sus familias. Los palestinos no tienen derecho ni al momento más respetado o sagrado en la vida de un ser humano: el derecho al duelo. No pueden llorar ni despedir a sus seres queridos, no existe el duelo para un palestino porque Israel también se lo ha quitado.

Otra de las barbaries sionistas de los últimos días son los cruceros de pasajeros israelíes que van a ver la destrucción de Gaza. Sí, ha leído bien la lectora o lector de este artículo: Israel organiza macabros cruceros donde israelíes van con sus familias, niños pequeños incluidos, para ver desde la costa cómo está quedando Gaza y cómo serán los próximos asentamientos israelíes en las zonas bombardeadas. Planifican dónde construirán su “casa de la playa en la costa gazatí” mientras ven las bombas caer. 

La empresa inmobiliaria Harey Zahav, inmobiliaria que construye casas para colonos israelíes en Cisjordania cuando expulsan de sus casas o matan a las familias palestinas (las incursiones israelíes en Cisjordania han matado a más de 650 palestinos, 148 de los cuales eran niños, desde el 7 de octubre), ha anunciado un nuevo proyecto que aprovecha el genocidio de Gaza.

“Nosotros, Harey Zahav, estamos trabajando para preparar el regreso a Gush Katif. Nuestros trabajadores trabajan para rehabilitar la región, limpiar la basura y deportar a los ocupantes (palestinos). Esperamos que en un futuro próximo los secuestrados y nuestros soldados regresen de algún modo a sus hogares, y podamos iniciar la construcción en toda la zona de Gush Katif, en la Franja de Gaza. Despierta, una casa en la playa no es un sueño”, dice el anuncio.

Y quiero añadir: aquellos que niegan o intentan justificar la complicidad del pueblo israelí a la barbarie sionista, háganselo mirar. Sí, el régimen sionista hace un brain-washing, un lavado de cerebro, enseñando desde la más tierna infancia a los niños israelíes que los palestinos no son personas humanas, que son animales, que matarles es su derecho como pueblo elegido en su locura religiosa ligada a su sociopatía de su plan colonialista e imperialista pero esto no les exime de responsabilidad, al igual que no eximía de responsabilidad a los alemanes de las barbaries de la Alemania nazi. Los alemanes consentían el nazismo al igual que los israelíes consienten el sionismo. Dos caras de la misma moneda. Una de las lecciones del Holocausto no es temer lo que nos puede pasar a nosotros, sino en lo que nos podemos llegar a convertir. Y de ahí que la memoria sea tan importante y necesaria.

Da igual que sea Gaza, Cisjordania o Líbano, donde Israel ha matado en los últimos días a casi 600 personas en uno de sus ataques terroristas con marca sionista: si Israel vende su imagen diciendo que ellos son los valores de Occidente en Oriente Próximo, ¿en qué nos convierte eso a nosotros?"                     (Nerea Fernández Cordero , Mundo Obrero, 07/10/24)

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