29.4.08

Pues a lo mejor con un poco de New Deal se arregla algo, pero cuidadín, cuidadín....

“El mundo atraviesa actualmente una estanflación híbrida: empleo y beneficios débiles coincidiendo con una aceleración de la inflación de precios. Gracias a las anteriores crisis del petróleo y de las cosechas en la década de 1970, hoy se entiende muy bien la estanflación. Lo que es bastante más novedoso y de importancia vital es la respuesta a la siguiente duda: en Nueva York, Londres, París, Seúl y Tokio, ¿escasean o abundan el dinero y el crédito? Respuesta: la nuestra es la enfermedad del crédito al mismo tiempo escaso y abundante. En los bonos del Estado más seguros, el dinero abunda. En los activos con riesgo, aunque sea moderado, el crédito puede ser mortalmente escaso.

Este análisis nos lleva a lo que los economistas aprendieron durante la gran depresión. Por aquel entonces el new deal de Roosevelt acabó dándose cuenta poco a poco de que tenía que crear una Sociedad Financiera para la Reconstrucción. Su función era la de asumir inversiones de riesgo, aunque al final muchas de ellas produjesen pérdidas. Pérdidas en el presupuesto de la Hacienda pública, sí, pero también un aumento del empleo y del PIB total entre 1933 y 1939.

Sociedades parecidas pero con distintos nombres -como la Sociedad de Préstamos a Propietarios de Viviendas, la Autoridad Nacional de la Vivienda y otras por el estilo- son herramientas que una economía mixta probablemente tendrá que emplear con cautela para zanjar o acortar la enfermedad que supone una depresión maligna de larga duración.” (PAUL A. SAMUELSON: Cómo prevenir una larguísima depresión. El País, ed. Galicia, Negocios, 27/04/2008, p. 58)

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