19.5.23

A unos días de las elecciones municipales y autonómicas, la mayor novedad de la política española es la rápida consolidación de Sumar... todas las encuestas señalan que más de un tercio de los antiguos votantes de Podemos están ya en Sumar, que empieza a movilizar abstencionistas (antiguos votantes de Podemos) sin apenas reducir el voto socialista... Con seis meses de antelación, los votantes de Podemos ya están diciendo que no votarán a Belarra/Montero/Iglesias... Esta rápida consolidación tiene un efecto inmediato en las candidaturas municipales y autonómicas de la izquierda, quienes voten ya saben quién es su referente nacional, lo que es un claro incentivo a la participación electoral, y se proyecta el voto hacia el resultado deseado en las siguientes elecciones generales... Sumar es ya una opción política viable, capaz de disputar la tercera posición nacional a Vox

 "(...) A unos días de las elecciones municipales y autonómicas, la mayor novedad de la política española es la rápida consolidación de Sumar, una formación que, formalmente, no se presenta a estas elecciones. Desde el anuncio de la candidatura de Yolanda Díaz a la presidencia de Gobierno el pasado día 2 de abril, todas las encuestas señalan que más de un tercio de los antiguos votantes de Podemos están ya en Sumar, una plataforma electoral que, además, empieza a movilizar abstencionistas (antiguos votantes de Podemos) sin apenas reducir el voto socialista. Pero aún es más significativa la clara preferencia entre los electores que aún optan por la formación morada, a favor de Yolanda Díaz como candidata a la presidencia del Gobierno. ¿El día de las elecciones generales elegirán la papeleta de Belarra/Montero/Iglesias? Con seis meses de antelación, los votantes de Podemos ya están diciendo que no. En resumen, Sumar es ya una opción política viable, capaz de disputar la tercera posición nacional a Vox.

 Esta rápida consolidación tiene un efecto inmediato en las candidaturas municipales y autonómicas de la izquierda, tanto para aquellas formaciones alienadas con la vicepresidenta del Gobierno, como sobre aquellas otras que, sin ser así, sí cuentan con el apoyo de Izquierda Unida. Quienes voten a los candidatos y candidatas de estas formaciones ya saben quién es su referente nacional y, salvo en los territorios donde se practica el voto dual (se vota a un partido local, diferente del partido nacional) disponer de esta información moviliza, da más valor al voto, es un claro incentivo a la participación electoral, pues no solo se elige al primer regidor, sino que se valora al gobierno nacional y se proyecta el voto hacia el resultado deseado en las siguientes elecciones generales.

Un estudio electoral de la consultora LLYC, efectuado sobre las transferencias de voto a nivel nacional identificadas en los tres últimos barómetros del CIS y aplicado a las capitales de provincia, muestra esta tendencia. La derecha sigue firmemente a la cabeza en número de concejales. PP y Vox incrementan su representación respecto de las últimas elecciones municipales al repartirse la totalidad de los antiguos regidores de Ciudadanos, que desaparece del panorama municipal. Pero si bien en marzo, el PP, acariciaba nuevas alcaldías sin el apoyo de Vox, en abril ya no es así, cada nueva alcaldía será a costa de un pacto con la extrema derecha.

 Por su lado, la izquierda se reordena sin perder representación. Lo que el PSOE retrocede, lo recupera su izquierda. El mapa municipal y autonómico de la noche electoral será más azul, pero 20 días después, apenas un reducido número de pueblos y ciudades habrán cambiado de gobierno, lo que supone, para la izquierda, un arranque hacia las elecciones generales menos malo que el pronosticado en febrero.

 Sumar estaría empezando a hacer sus deberes: parar la caída de Podemos. Ahora es el PSOE quien debe demostrar que, tras el cambio de tique electoral, la oferta Sánchez-Díaz funciona y es capaz de recuperar uno o dos puntos entre sus propios indecisos y movilizar una parte de su antiguo electorado, desmovilizado por la formación de la coalición de gobierno con Podemos. Tras el movimiento de Sumar, el futuro del bloque de izquierdas depende ahora del rendimiento electoral del PSOE.

El dominio socialista de la agenda política es claramente superior, como cabe esperar de una formación en el Gobierno, con un equipo curtido en severas crisis, como demuestra el arranque de campaña del presidente Sánchez de la mano del presidente Biden en la misma Casa Blanca. Centrar el inicio de campaña en la vivienda, quitando la iniciativa a Podemos y aumentando la apuesta con anuncios de vivienda social, una competencia claramente municipal, ha proporcionado el oxígeno que los alcaldes socialistas necesitaban, mientras que el Gobierno reafirmaba su perfil más social. (...)"              

(Joan Navarro es sociólogo, profesor de Ciencia Política y de la Administración en la UCM, además de socio y vicepresidente de LLYC. El Confidencial, 15/05/23)

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