9.4.08

Aparecen los especuladores, los "poceritos", los votantes de Aznar

Seseña, capital del fiasco inmobiliario. El parón urbanístico hace del sueño de El Pocero una ciudad fantasma.

(…) El único signo de vida omnipresente son los carteles de Se vende. Cuelgan de cada fachada y no los ha puesto el constructor, sino sus compradores. Un ejército de especuladores de carne y hueso, la feroz competencia.

"Te lo rebajo a 203.000 euros. La promotora lo vende por 10 millones más, ¿eh? Yo pierdo dinero. A mí me costó hace tres años 10.000 euros más de lo que te pido. Tengo prisa, muchísima prisa por venderlo", confiesa Santiago al otro lado del teléfono, tras bajar en 6.000 euros el precio en el primer minuto de conversación. Vende un piso de 109 metros cuadrados en el que nunca pensó vivir. "Lo compré como una inversión. Tengo otros dos chalés en Madrid. Le pagué a El Pocero los 3.000 euros de entrada y una letra de 645 euros al mes durante tres años, pero ahora el banco no me concede la hipoteca para pagar lo que me queda porque dice que tengo dos casas más y con mi nómina no se arriesgan", explica.

También tiene tres casas Ian, de 41 años. En las dos que ha comprado en el residencial Francisco Hernando acaba de poner un cartel: Se alquila o se vende. Él vive con su mujer y sus dos hijas en Rivas Vaciamadrid. "El ático, de 210 metros cuadrados, y el piso, de 164, los compramos por 45 millones cada uno. Ahora vendemos por 54 porque la promotora los vende por 55. Todos pensábamos que esto era el chollo del siglo. Hay gente aquí que ha comprado 10 pisos. Yo compré estos dos para que mis hijas pequeñas tengan la vida solucionada". (…)

Cuando la mayor parte de los compradores de El Pocero adquirieron su vivienda, no lo hicieron con la intención de vivir en ella, sino de ella. Pero la inversión en el ladrillo ha dejado de ser "el chollo del siglo". Los bancos han cerrado el grifo. La concesión de hipotecas ha bajado un 25% en el último año con la crisis financiera, según el INE, y sin créditos es imposible comprarse una casa. (…)

Hay promotores de zonas turísticas de la costa que llevan siete meses sin vender un piso. El exceso de oferta se traduce en una desaceleración de los precios. Y la gente no compra porque piensa que pueden bajar más", explica Julio Rodríguez, ex presidente del Banco Hipotecario. (…)

(el pocero) "Ha construido al margen de la demanda, de los puestos de trabajo, de la disposición de agua y de transporte... Tal y como está diseñada, esta urbanización iba más encaminada a inversores que a gente que quisiera vivir allí, pero los que compraron lo hicieron con unas expectativas de revalorización que ahora no existen. Seseña es el símbolo de los excesos urbanísticos del periodo anterior". (El País, ed. Galicia, España, 07/04/2008, p. 20)

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